Buscar este blog

46. Al papa Francisco




(meum y me ,universales)
 

Con excelente acierto, las distintas horas del oficio divino empiezan con la súplica urgente, casi exigente, del salmo 70 (69). Parece ser que este inicio lo introdujo San Benito en el oficio monástico y que el papa San Gregorio I la extendió a todas las iglesias romanas.
Deus, in adjutorium meum intende.
A lo que el coro responde:
Dómine, ad adjuvandum me festina.
Es probable que muchos monjes y los canónigos de antaño le pidieran con ese comienzo de las horas canónicas de la Iglesia socorro para su propia alma o a lo sumo para las almas de su monasterio, religión o diócesis.

Ganaríamos mucho, Santo Padre, si tantos miles de orantes de nuestra Iglesia se unieran a esa avanzadilla de la militancia monacal y, abriendo el compás, pidieran para la Iglesia entera, que el meum y el me del versillo del salmo fueran en su mente y corazón la Iglesia universal que pide ayuda y mete prisa a Dios. Necesidad hay de pedirle a Dios apremiante ayuda al ver cómo anda el mundo: en un extremo  se crucifica a los cristianos y en el otro los cristianos estamos a unos pasos del relativismo e incluso del ateísmo. 
Sugerimos a Su Santidad, con todo respeto, que nos recomiende a los fieles del mundo entero el rezo de este versículo, en el que, cuando nos levantemos por las mañanas de cada día, el meum y el me sean en nuestros labios toda la Iglesia universal.



RAMIRO DUQUE DE AZA
Maestro. Profesor de Teoría del conocimiento
Bachillerato Internacional




NB. La versión de Alonso Schökel:

Dios mío, dígnate librarme; Señor, date prisa en socorrerme.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Envíanos tus comentarios

117 AFDA

        ÍNDICE  PRINCIPAL                              ____________________________________   Pregón:  Educación y expertos. Libertad       ...