Hace unos años al hojear el libro “Canciones de
Europa” y encontrarme con la melodía de
La Montanara, me vino la idea de armonizarla. Me sentía inspirado y en poco
tiempo hice mi trabajo. La toqué varias veces al piano y me gustaba. Pero cuál
no fue mi sorpresa cuando, a los pocos días, se la oí cantar a un coro con casi
la misma armonización que la mía. ¿Fue
un plagio por mi parte? No, no fue un
plagio; era la misma partitura que interpretábamos en la Escuela de Magisterio
de Griñón. En mi subconsciente –o como pueda llamarse- estaban grabados los
sonidos que Soreghina emitía por las montañas de Batres o de Sierra Nevada.
Esta era una de las canciones que más se entonaba en
las fiestas y en los paseos escolares. Es tal su sonoridad que aún llega a
nuestros oídos cual eco doblado entre peña y peña, entre valle y valle al igual que lo hiciera en Los Alpes
turineses. Porque fue aquí, en estas montañas italianas donde la leyenda de
Soreghina inspiró a Toni Ortelli este dulce poema:
Là su per le montagne,
fra boschi e valli d'or,
tra l'aspre rupi echeggia
un cantico d'amor.
Là su per le montagne,
fra boschi e valli d'or,
tra l'aspre rupi echeggia
un cantico d'amor.
La montanara o-he
si sente cantare,
cantiam la montanara
e chi non la sa?
La montanara o-he
si sente cantare,
cantiam la montanara
e chi non la sa?
Là su sui monti
dai rivi d'argento,
una capanna cosparsa di fiori.
Era la piccola
dolce dimora
di Soreghina
la figlia del sol,
la figlia del sol.
tra l'aspre rupi echeggia
un cantico d'amor.
Là su per le montagne,
fra boschi e valli d'or,
tra l'aspre rupi echeggia
un cantico d'amor.
La montanara o-he
si sente cantare,
cantiam la montanara
e chi non la sa?
La montanara o-he
si sente cantare,
cantiam la montanara
e chi non la sa?
Là su sui monti
dai rivi d'argento,
una capanna cosparsa di fiori.
Era la piccola
dolce dimora
di Soreghina
la figlia del sol,
la figlia del sol.
En español, dice literalmente
Allá por las montañas,
entre bosques y valles de oro,
entre los ásperos acantilados
Allá por las montañas,
entre bosques y valles de oro,
entre los ásperos acantilados
resuena un cántico de amor.
Allá por las montañas,
entre bosques y valles de oro,
entre los ásperos acantilados
resuena un cántico de amor.
¿La montanara o-he
se oye cantar,
cantemos la montanara
y quién no la sabe?
¿La montanara o-he
se oye cantar,
cantemos la montanara
y quién no la sabe?
Allá, sobre los montes
con sus arroyos de plata,
una choza cubierta de flores.
Era la pequeña
dulce morada
de Soreghina
la hija del sol,
la hija del sol.
con sus arroyos de plata,
una choza cubierta de flores.
Era la pequeña
dulce morada
de Soreghina
la hija del sol,
la hija del sol.
:
La letra española se adaptó a la melodía:
Allá en la alta montaña entre bosques de verdor, entre rocas se escucha un cántico de amor. (bis)
Allá en la alta montaña entre bosques de verdor, entre rocas se escucha un cántico de amor. (bis)
La
montanara, olé, se oye resonar; cantad la montanara como eco de paz (bis)
Sobre
los montes de arroyos de plata una cabaña hay como una flor; ésta es la plácida
y dulce morada
Luigi Pigarelli |
(N.B.
En las tres anteriores entregas he marcado páginas de You Tube para oír
diversas versiones de la canción
analizada o comentada. Para esta hago lo mismo. La forma más sencilla es llevar sobre la página seleccionada el
cursor, pulsar la tecla CONTROL y hacer
clic con el botón izquierdo.)
AUDICIONES:
Disfrutad con estos coros.
¡Viva la música!
4.
Coro tridentino Sosat en su 90º de su fundación https://youtu.be/WChN_znDM2Y
AUXENCIO MUÑOZ ACEBES
Catedrático de Lengua y Literatura
Organista
Catedrático de Lengua y Literatura
Organista
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