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60. El Universo y el hombre

               
  6 LA NEBULOSA DE ANDRÓMEDA

La astronomía acababa de realizar dos grandes conquistas para la percepción del Universo por el hombre: el reconocimiento de la galaxia y el lugar excéntrico que ocupaba el Sol en ella. Pero los astrónomos ya tenían planteados otros interrogantes.

Con los potentes telescopios que ya se disponía desde finales del siglo XVIII, se observaban otros objetos celestes que no alcanzaban a comprender bien su naturaleza: las nebulosas. Se veían como manchas blanquecinas en el negro fondo celeste.

William Herschel interpretó que todas ellas eran como otros sistemas sidéreos muy lejanos, poblados de miles de estrellas como el nuestro, de universos-islas. Enmanuel  Kant (1724-1804) también las había considerado de la misma manera.

P.S. de Laplace
La más llamativa por su forma se situaba en la constelación de Andrómeda –puede detectarse a simple vista como  una mancha blanquecina débil y difusa, con una luminosidad de 4ª magnitud–. Herschel y Kant sostenían que ésta era uno de esos universos-islas. Pero Pierre Simon de Laplace, astrónomo francés (1749-1827), la concebía como un sistema planetario en formación; una teoría con bastante lógica y, por tanto, con muchos seguidores. Fue denominada hipótesis nebular. La polémica sobre estas dos posturas duraría siglo y medio.

W. Parsons 
En 1845, William Parsons, tercer Conde de Rosse, astrónomo irlandés (1800-1867), con su potente telescopio de 183 cm de abertura, denominado Leviatán, descubrió que algunas de las nebulosas presentaban una forma espiral.

W. Huggin
Con la entrada de un nuevo instrumento en 1864, el espectroscopio,  la teoría de Hercshel-Kant se vio seriamente afectada pues en el análisis espectroscópico de las nebulosas, establecido por William Huggin, británico (1824-1910), la mayoría de ellas presentaban espectros de emisión con rayas brillantes y aisladas, que corresponden a gases, en vez de presentar un espectro continuo como debería corresponder al propio de las estrellas.

La nebulosa de Andrómeda, identificada como espiral en 1888, presentaba un espectro continuo; pero en cambio, era imposible detectar estrellas individuales en ella. Solamente se detectaban estrellas novas[i]  ocasionalmente. ¡De pertenecer a esta nebulosa, podría ser un universo-isla! Pero, también, las novas podrían estar en la misma proyección y no pertenecer a la nebulosa, sino a la propia galaxia.
Con los telescopios de principios del siglo XX no podían detectarse estrellas individuales. No cabe duda de que si la nebulosa de Andrómeda era una galaxia independiente, tenía que estar enormemente lejos.

Una nova detectada en la proyección de Andrómeda en 1911, situaba a esta nebulosa a 1.600 años luz de nosotros. Pero no era seguro que se hubiese producido en ella; además, se desconfiaba de la exactitud de dicha medición. De ser cierto, ampliaría enormemente las dimensiones del Universo sobre aquellos 8.000 años luz que, según Herschel, medía la galaxia.

H.D. Curtis
Heber Doust Curtis, astrónomo estadounidense (1872-1942), buscó de manera sistemática estrellas novas en la nebulosa de Andrómeda durante la segunda década del siglo XX. Encontró varias; las suficientes como para descartar la posibilidad de que no se producían fuera de la nebulosa. Así pues, ésta debía encontrase muy alejada de los límites de nuestra galaxia; y debía ser un gigantesco conglomerado de estrellas; un universo-isla. La conclusión de Curtis no fue aceptada por la comunidad  astronómica. Era parte del Gran Debate, en el que Harlow Shapley, astrónomo estadounidense (1885-1972), sostenía que las nebulosas espirales pertenecían a nuestra galaxia, puesto que el argumento de las novas no era concluyente; no se sabía aún lo suficiente de ellas.
Así estaban los conocimientos más avanzados sobre el Universo en los primeros años del siglo XX. Vistos desde la perspectiva de un siglo después, con los avances tecnológicos que se han producido, conformaban unos buenos cimientos para  construir el gran edificio de conocimientos que el hombre tiene en la actualidad del Universo. Aunque aún faltaba por producirse, en la década de los años 20, el mayor descubrimiento astronómico de todos los tiempos, que haría cambiar por completo la percepción que el hombre tenía sobre el Universo.



[i] Las novas son puntos brillantes que aparecen temporalmente en el firmamento con una duración de unas semanas. En  la  antigüedad  eran  denominadas  estrellas  nuevas: novas.
                     Francisco Sáez Pastor
Universidad de Vigo

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