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61. EUC, Delibes


A 25 AÑOS DE EL ÚLTIMO COTO DE MIGUEL DELIBES

Después de medio centenar de obras publicadas desde 1948 por Miguel Delibes, se hace fácil encontrar algún aniversario entre sus libros. En este 2017 se conmemoran 25 años del lanzamiento de su último libro autobiográfico sobre caza. Conmemoramos los 25 años de El último coto, pero la fiesta no acaba aquí. Es solo el principio.
El último coto (Destino, 1992) es el último libro de caza de Miguel Delibes en el que nos cuenta que hubo un coto que puso punto y final a los días de caza del escritor: El Bibre.
Con el dueño del coto El Bibre, Reglero.
Al fondo, el famoso coto.
Delibes conoció El Bibre en los años 40, le gustó y siguió cazando en él hasta 1956. Su dueño, Genuino Reglero, Delibes y el resto de miembros de la cuadrilla cazaron juntos varios años. Eran los tiempos del premio Nadal (1948), de libros como El camino, de sus primeros hijos… Pasados los años Delibes volvió a El Bibre ya con el hijo de Genuino, Jesús Mª Reglero. Regresó al que iba a ser su último coto, en los años 80. De aquellas cazatas surge este libro, que plasma en el título una realidad vital de Miguel Delibes: El último coto.
San Salvador de Hornija.
El Bibre, situado entre Tordesillas y Medina de Rioseco, vio cómo Delibes colgaba la escopeta para siempre. Vio a la cuadrilla (compuesta habitualmente por su hermano Manolo, sus hijos Germán, Adolfo y Juan y Jesús Mª Reglero) dar una mano por La Mambra, subirse al Pico de Fray Gaspar o disparar a espetaperro en el cuartel de Valmoro. Son ya los últimos años, los últimos meses, los últimos días de Miguel Delibes con una escopeta al hombro.
En El último coto el escritor nos cuenta que le preguntaron si consideraba que este era su último coto. Y Delibes contestó así: “La respuesta es de pata de banco: porque la perdiz silvestre está cada día más recia y, por el contrario, el que suscribe, dentro ya del tobogán, va para abajo y ni sus reflejos, ni sus piernas ni sus bofes, son los de ayer”.
El libro es un relato en primera persona de las jornadas de caza en El Bibre y otras muchas anécdotas en distintos pueblos de la provincia de Valladolid: Villafuerte, Renedo, Boecillo, Mojados, San Miguel del Pino, Tordesillas, Bercero, Villalar de los Comuneros, Vega de Valdetronco, San Salvador de Hornija, Adalia, La Santa Espina, Castromonte, Tordehumos, Villabrágima y Medina de Rioseco. 16 pueblos como 16 soles en la vida y la narrativa del escritor.
Hace pocos años me entrevisté con Jesús Mª Reglero, dueño entonces de este último coto de Delibes. Lo hice sobre el terreno, recorriendo con él los cuarteles que entonces conformaban el coto: Las Peladas, La Mambra (aunque luego Delibes escriba “Mambla” en sus textos), Valmoro… Allá, en lo alto del páramo, Jesús comenzó a recordar a Delibes y ya no paró: “Mi padre conoció a Delibes –me cuenta Jesús- a través del hermano Eugenio”. El hermano Eugenio, lasaliano, daba clase en el colegio de Nuestra Señora de Lourdes, en Valladolid, pero frecuentaba el convento que la congregación tenía entonces en La Santa Espina, pedanía de Castromonte. La relación de Genuino Reglero, que era el secretario del Ayuntamiento de Castromonte, con los hermanos de La Salle era muy estrecha. Delibes, que había sido alumno de los baberos –así los llamaban- en el colegio de Lourdes de Valladolid, conocía al hermano Eugenio y será este el que un día, antes de que a Delibes le concedan el Nadal, presente a ambos. Genuino, que tiene arrendado el coto de la Santa Espina, invitará a Delibes a cazar unas perdices y unos conejos en los sardones del monte.
Vega de Valdetronco.
A los pocos meses, la noche de Reyes de 1948, Delibes recibiría una llamada desde Barcelona en la que le anunciaban que había sido el ganador del prestigioso premio Nadal. Eran los tiempos de caza con Genuino en El Bibre. El éxito de Miguel Delibes alcanza todos los rincones de España y con más fuerza si cabe retumba en estas laderas, bocacerrales y páramos vallisoletanos en forma de chascarrillo: “A América fue Colón, fray Junípero después, pero lo que armó el follón fue La sombra del ciprés”.
Jesús me sigue contando: “Yo estoy seguro de que cada lunes esperaba a que llegara el domingo para volver a cazar. Yo luego le permitía algunas licencias, como venir a cazar con su hermano Manolo los jueves, cosa que él agradecía muchísimo”.
Delibes recuerda en El último coto los tiempos de caza con Genuino, el padre de Jesús, en el Páramo de los Lobos, en Las Peladas: “En una temporada normal y en este cuartel de Las Peladas solíamos mover cada día entre ciento cincuenta y doscientas perdices para cobrar quince o veinte”. Fueron muchos años junto a Delibes, años en los que Jesús era directivo del Real Valladolid y llevaba de vez en cuando a algunos de sus jugadores a cazar con el maestro. Don Miguel, socio del equipo en su infancia, disfrutaba como si fuese un niño.
Villalar.
Jesús me sigue contando que en una ocasión anilló a las perdices del coto: de color negro en Valmoro, azul en La Mambra y rojo en Las Peladas. Y que Delibes, nada amigo de las perdices de granja, cazó una perdiz de las anilladas y montó en cólera. ¡Cómo podía haber metido perdices de granja anilladas en el coto!… Estaba indignado. Y esa misma noche le llamó: “Jesús, he matado una perdiz anillada. Me han salido veinte juntas y he matado una anillada. Las has metido”. Estaba hecho una furia. Jesús le contestó: “¿De qué color era la anilla?”. Y Delibes le dijo: “Negra”. Jesús, que había anillado a algunos pollos para saber si cambiaban de cuartel o incluso de coto, le explicó: “Pues está perfecta. Hemos cogido los pollos de alguna pollada, les hemos anillado y les hemos soltado otra vez con sus polladas. Y la anilla negra corresponde al cuartel de Valmoro, que es donde tú has cazado la perdiz”.
Este año celebramos, entre otros, los 25 años de El último coto, libro que cuenta con las esencias de la narrativa de Miguel Delibes: un hombre (el escritor), un paisaje (el coto El Bibre) y una pasión (la caza). Si El hereje (1998) supone la perfección estilística de Delibes, El último coto puede ser la expresión más depurada del Miguel Delibes que cuenta historias de caza.
                                                                                                              JORGE URDIALES YUSTE
Doctor en periodismo. Profesor
Especialista en Miguel Delibes



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