Buscar este blog

72. Las aves en Delibes






EL GRAN DUQUE


Un gran duque es un búho real, ni más ni menos. Se nos hizo famoso el gran duque de Los santos inocentes que tenía el Azarías al principio de la novela. Después acabaría llevando sobre su hombro un simple grajo, pero inicialmente su compañero fue un gran duque (así lo leemos en la página 12 del libro):

(…) pero, en cualquier caso, Azarías le decía al gran duque, cada vez que se arrimaba a él, aterciopelando la voz, milana bonita, milana bonita,

Al gran duque se le conoce como nombre científico el de búho búho y como nombre común el de búho real.

Toda la emotividad que Delibes pone en boca del Azarías (del texto anterior) al arrimarse al gran duque es el milana bonita, milana bonita. Delibes es un castellano de Valladolid y, por tanto, es contenido en su persona y sus manifestaciones públicas, semipúblicas, privadas. Es contenido en su expresión literaria, contención manifiesta en su narrativa. Una “dorada mediocridad” le hace equidistante de los pensadores del 98 y de los labriegos que no ejercen de filósofos. Aprende de las virtudes y vicios de los castellanos-castellanos, a los que busca y frecuenta. Cuando se estudia con rigor la tipología del hombre castellano, siempre se hace referencia a una contención propia de las gentes de la meseta, en palabras, en gestos y, en general, en la expresión de su interioridad.

Miguel Delibes, castellano de nacimiento y profesión, confirma con su persona y obra la proverbial contención castellana y pone en boca del Azarías estas dos palabras con las que se comunica cariñosamente con el ave: milana bonita.

Hace no mucho tiempo me contó uno de los hijos del escrItor, Juan Delibes, que entre él y sus hermanos y amigos encontraron un pollo de gran duque en Sedano. Debajo de una roca, con plumas, bastante grande, pero todavía un pollo. Juan era entonces un niño y se lo llevó a casa y le comenzó a alimentar. Hace muchos años, me contaba Juan que no estaba prohibido coger estos animales. Juan lo fue criando en una habitación a oscuras. Cuando Juan entraba en la habitación emitía un sonido distinto del que emitía con los demás. Un sonido de confianza, de conocimiento de su dueño. Le soltaba por las noches, pero volvía. Cada salida nocturna era más larga y una noche ya no volvió. “Posiblemente se adaptaría a la vida libre”, me aseveraba Juan. 
 
El gran duque ha alcanzado cierto reconocimiento en la narrativa de Miguel Delibes quizá gracias a la magistral interpretación que hizo del Azarías Paco Rabal. Él es el que puso en valor esto de la milana bonita y pareciese que el gran duque cogió entonces el alto vuelo que no había tenido en la novela. 
 
JORGE URDIALES YUSTE
Doctor en periodismo. Profesor
Especialista en Miguel Delibes

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Envíanos tus comentarios

117 AFDA

        ÍNDICE  PRINCIPAL                              ____________________________________   Pregón:  Educación y expertos. Libertad       ...