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73 Banderita

               
BANDERITA


                              El día 12 de octubre celebramos todos los años el día de la Fiesta Nacional -antiguamente Día de la Hispanidad o de La Raza- y recordamos hechos históricos llevados a cabo por españoles que cambiaron el rumbo de la civilización mundial. El orgullo de “ser español”, sin “chauvinismo” de ninguna clase, debe manifestarse sin complejo alguno. Por ello, debido a las circunstancias actuales que definen el clima en Cataluña; después de la indignación que provoca ver que hay energúmenos que destilan su odio, su rencor y su mala educación insultando a los símbolos que nos representan a todos los españoles ha surgido entre los mismos, como efecto bumerán, la espontaneidad de mostrar los símbolos constitucionales con más espontaneidad que antaño. No sólo en esa región mediterránea, sino en todas las regiones españolas se ven banderas de España colgadas no sólo en edificios públicos, sino también en balcones de casas particulares para afirmarse como “ser español”. Aparte de la bandera española, el himno nacional también se oye en los recintos deportivos y en acontecimientos importantes que presiden nuestras autoridades.

Pero hoy no voy a escribir del himno nacional, pues ya lo hice el curso pasado. Hoy voy a juntar la música y el color, como si fuera una manifestación del “simbolismo” poético. Voy a unir la letra a la música y al color. La letra de un libreto del género chico junto a la partitura musical del mismo, refiriéndose a los colores de la bandera nacional.

Hoy vamos a escribir sobre el pasodoble BANDERITA que forma parte del libreto de la revista cómica “Las Corsarias”, cuya historia vamos a contar. He aquí la letra del mismo:

Allá por la tierra mora,
allá por tierra africana,
un soldadito español
de esta manera cantaba:
Como el vino de Jerez
y el vinillo de Rioja
son los colores que tiene
la banderita española,
la banderita española.
Cuando estoy en tierra extraña
y contemplo tus colores
y me acuerdo de mi España,
mira si yo te querré.
Como el vino de Jerez
y el vinillo de Rioja
son los colores que tiene
la banderita española,
la banderita española.

Banderita tú eres roja,
banderita tú eres gualda,
llevas sangre llevas oro
en el fondo de tu alma.
El día que yo me muera
si estoy lejos de mi Patria,
sólo quiero que me cubran
con la bandera de España (bis)




LAS CORSARIAS es una obrita cómico lírica en un acto dividido en un prólogo y tres cuadros, con libreto de Enrique Paradas y Joaquín Jiménez y música del maestro granadino Francisco Alonso. Se estrenó en el Teatro Martín de Madrid, el 31 de octubre de 1919.
A comienzos del siglo XX España se hallaba con serios problemas y conflictos derivados de la Guerra del Rif y en Europa estallaba la Primera Guerra Mundial. En este ambiente hostil y de preocupaciones el público quería olvidar los problemas del momento, y para ello la música era la forma más agradable para olvidarlos.
En España se produjo un gran cambio en las costumbres sociales. Este cambio llegó de una forma notable al género musical: la ópera quedó relegada, la zarzuela tuvo que cambiar de estilo y el género chico salió triunfante al abrirse a nuevos ritmos llegados del extranjero. En lo que se refiere a los números musicales se dio la evidencia del florecimiento del pasodoble que, sin ser una modernidad, estuvo siempre presente en cualquier obra musical que pretendiera obtener éxito y popularidad. ​
Los cuplés, los sainetes y las revistas, además de las zarzuelas que continuaban estando en vigor, se pusieron muy de moda. Uno de los compositores más fecundos en estos temas fue el granadino afincado en Madrid Francisco Alonso.

La obra: Siguiendo una estructura de tipo revista, presenta diálogos, situaciones, ambientes y números musicales que no tienen nada que ver con el argumento. El tema es ingenioso y novedoso para la época pues era inconcebible e inverosímil un mundo al revés en que las mujeres van a la guerra y además son ellas las que piropean y seducen a los hombres mientras estos se dejan querer. Las situaciones y los diálogos picarescos y divertidos se suceden con buen tono y sin caer en la chabacanería, pero sin cortapisas. 

Argumento: Un barco pirata, tripulado por mujeres, rapta a fray Canuto, al sacristán Palomino y al maletilla Nicanor. Todas las mujeres de la tripulación quedan enamoradas del fraile y agotan las papeletas de un sorteo que han organizado y que tiene como premio casarse con fray Canuto. A Angelita, camarera del bar de la Ilusión, le toca el premio, pero toda la felicidad se convierte en decepción cuando se descubre que fray Canuto no es fraile, sino que está casado, tiene siete hijos y se llama Serafín.
La obra tuvo un éxito prodigioso —especialmente la música— en varias capitales de provincia: En Madrid se dieron más de mil representaciones seguidas; en Valencia se representó en dos teatros a la vez; en Buenos Aires se dieron más de tres mil funciones sin descanso.


      Y entre los números musicales destaca este pasodoble patriótico muy oportuno por los tiempos que corrían, con el ejército español combatiendo en el norte de África. Desde el momento de su estreno fue un exitazo, coreado por el público, llegando a ser un fenómeno social.

Hablando de este pasodoble dice José Montero Alonso que “el pasodoble tiene un ritmo alegre, soleado, que salta del teatro a la calle, que busca el corazón de la multitud. Es un pasodoble bravío, pinturero, certero y popular. Los compases ágiles, apasionados, que hacen más vivo el paso y más optimista la sangre; el pasodoble, deseo imperioso de marchar alegremente… Caminar con un paso joven. Los toreros de España salen a la plaza a los ritmos de un pasodoble”.


Este pasodoble lo han interpretado casi todas las folclóricas, como Olga Ramos, madre e hija, e incluso su abuela María Sanguino. Olga María Ramos fue contratada hace unos años para actuar ante dos mil personas en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Granada, y cuenta lo siguiente:
En mi homenaje al Maestro Alonso -granadino- había incluido “Banderita”. Aún no habíamos ganado la copa del mundo de fútbol, y ponerse una bandera o cantar el popular pasodoble era poco más que declararse facha. Estaba claro que aquella multitud tendría ideas dispares y yo quería que todos entonaran sin complejos el estribillo. Dije que lo dedicaba al gran Maestro Alonso y a todos los que aman la bandera de nuestro país sean cuales sean sus ideas políticas. El público prorrumpió en un cerrado y cálido aplauso y, llegado el momento, entonaron conmigo, con la Banda Sinfónica de Granada y un impresionante coro de 400 voces “Banderita tú eres roja, banderita tú eres gualda…”. Más tarde, estando en el camerino, llamaron a la puerta. En el dintel un elegante caballero se identificó como nieto del maestro Paradas autor, junto a Jiménez, de la letra. “Quisiera darle las gracias en nombre de mi abuelo por despolitizar Banderita, sobre todo teniendo en cuenta que mi abuelo fue represaliado por Franco”. Paradojas de la vida: el autor de la letra era de izquierdas y Banderita se la adjudicaron a la derecha”.

Fotografías obtenidas del Cancionero juvenil, infantil y regional, impreso por Salvador Martínez


AUDICIONES
Cantado y con imágenes militares https://youtu.be/fOmj-UVGk0s
Cantado por Pastora Soler https://youtu.be/7dSWs6U-78A
Marchas militares. Cantado https://youtu.be/EZGN7Nvy8tg
Banda de Música de Aviación https://youtu.be/nIoy5C4rEos

Acabamos con esta divertida anécdota protagonizada por el propio Maestro Alonso y que nos cuenta José Montero:
Era aún un chico, en Granada, y fue a un pueblo—«de cuyo nombre no quiere acordarse»—cuya banda de música era realmente lamentable. El muchacho estaba indignado. Su naciente entusiasmo musical padecía con aquellos atentados a la armonía y al buen gusto. Quiso castigar, lleno de joven fiereza vengadora, aquel atropello lírico... Un día de concierto en la plaza del pueblo, desparramó junto a los músicos unos polvos de pica-pica. El efecto no se hizo esperar. A los pocos instantes, el clarinete—la orquesta era toda de instrumentos de viento—dejaba de tocar, acuciado el músico por un imperioso deseo de estornudar. En seguida el trombón... Y así, todos. El director continuaba dirigiendo con una mano mientras con la otra sostenía el pañuelo que había de acercar continuamente a la nariz. Pero se iba quedando sin músicos. A la pieza interpretada sustituía un divertido concierto de estornudos. Hasta que sólo quedó tocando el del bombo, compatibles sus estornudos con los golpes sobre el parche...
CONSULTAS
Wikipedia.
Wikimedia Commons.
José Montero Alonso: Francisco Alonso, Espasa Calpe, 1987.
Varios autores. Diccionario de la zarzuela. Instituto Complutense de CC. Musicales.
Página web oficial del Maestro Francisco Alonso.

AUXENCIO MUÑOZ ACEBES
Organista

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