Buscar este blog

73 Lo sagrado a la vista












CERCA Y LEJOS, NOS ESPERA EL MISTERIO QUE NOS AHONDA


Amurallados tras nuestras propias bardas, si no nos asomamos por encima de ellas a otros horizontes, es normal que nos abrume y paralice el abatimiento. Razones nos sobran en palacio.

Ya San Juan nos abrió una ventana al infinito mundo de Dios que ni en milenios de Historia nadie había ni imaginado tan dilatado: “Dios es más grande que nuestro corazón” (1Jn 3,20). Y en otro pasaje: Dios consiste en caridad, es caridad (1 Jn 4,8). El universo se pobló, con estas declaraciones de quien sabía bien lo que decía, de sentido sagrado. De Dios viene todo y Dios ama apasionadamente cuanto creó. Nos envuelve un enorme misterio.
Cuando los hombres de ciencia se pusieron en el siglo XIV y XV a diseccionar cadáveres y una oleada de clasicismo nos volvió a su casa de Europa a los clásicos griegos y romanos, empezamos con el Humanismo a tocar nuevas fronteras del hombre. La ciencia nos descubría los fantásticos secretos del ser humano y dilataba el orbe añadiéndole un Nuevo Mundo. Ni retrocedió la teología, ni se enfrió la fe por ello: se mostraron nuevas maravillas del cuerpo humano y se le puso alas al espíritu del hombre y a la historia. Se agrandaba la ciencia y el misterio.
Un día, ya no tan lejano, nuestros científicos podrán explicar las millones de conexiones del cerebro humano y mejorar al hombre con sus hallazgos. No se habrá desvanecido ningún misterio, se habrá agrandado su maravilla y encanto. El progreso le grita y busca a Dios, se dilata y nos dilata.
En este verano, en Madrid, por celebrarse los 150 años de relaciones diplomáticas entre España y Japón, se han representado varias obras de kabuki, teatro japonés. Un mundo que nos es lejano. En el mundo nipón que nos presentaba hemos descubierto elementos que nos pertenecen por cristianos y que hemos descuidado o no les hemos hecho caso. Así, la nipona aceptación de la Naturaleza, de sus formas amables y de las adversas, nos impulsaría al equilibrio por sus bondades y a una “bella resignación” por sus bravuras. Ven los nipones lo sagrado por doquier en la Naturaleza, las cosas, las personas y los hechos. Descubierta la razón y el cómo de una y otros, continúan para ellos siendo un inefable misterio. No descuartizan su realidad, la respetan y hasta la veneran en sus muestras menores.
No es cuestión de hacer turismo y geografía, cosa que ayuda. Es cuestión de asomarse por encima de las bardas del convento. El mundo es muy grande y todo él, cristiano de raíz, si bueno y hermoso. En buena parte por hacer nuestro, siéndolo de suyo. La ciencia nos abre camino. El misterio con ella se ahonda y agranda y nos ahonda y agranda. Nos da alas y nos eleva sobre la prosa de la vida a la contemplación de su realidad misteriosa, la descubierta ya y la por descubrir todavía.


CARLOS URDIALES RECIO

Maestro. Ciencias religiosas. Univ. Lateranensis

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Envíanos tus comentarios

117 AFDA

        ÍNDICE  PRINCIPAL                              ____________________________________   Pregón:  Educación y expertos. Libertad       ...