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74 Cómo leer un cuadro



PRESENTACIÓN Y PRÓLOGO
A LOS TEMAS QUE TRATAREMOS EN EL CURSO
2018-2019


Queridos amigos: El pasado curso enviamos los 17 capítulos dedicados a divulgar la acción de nuestros gloriosos Tercios de Flandes al servicio del primer Imperio Universal de los Austrias españoles.
Gracias por vuestro seguimiento y benevolencia.
A partir del presente mes de octubre, pasado el descanso estival, volvemos a nuestro trabajo, esta vez con la intención de actualizar nuestros conocimientos artísticos, siguiendo las sugerencias que algunos de vosotros me habéis hecho llegar.
En concreto: vamos a dedicar los primeros 5 capítulos del presente curso a explicar “Cómo leer un cuadro”. La finalidad de este trabajo es ayudarnos a formar un juicio más personal y mejor fundado sobre el arte y la belleza que cada día conforma más nuestra vida cotidiana al invadir todos los ámbitos de la cultura urbana que nos rodea: exposiciones, escaparates, anuncios, propaganda, diseño, comercio, modas, reproducciones …
Es mi propósito ofrecer este trabajo en forma de fichas y comentarios prácticos que nos sirvan en el examen de cualquier obra artística y nos ayuden a conocer su autor, su trabajo, su estilo, la correcta lectura de su mensaje y las pinceladas que esconden su belleza en la expresión plástica.
Seguiremos luego con otro tema, también artístico, que nos ocupará 9 ó 10 capítulos, cuya redacción está siendo para mí una ocasión de gran satisfacción que quiero compartir con vosotros: estudiar el tardío nacimiento y la lenta evolución que el “paisaje”, como género artístico, ha tenido en la historia del arte occidental, desde el siglo XIII, en que aparece, hasta nuestros días en los que ha alcanzado su máximo esplendor.
Este 2º estudio, “La Evolución del Paisaje en el Arte Occidental”, a su vez, lo he relacionado con los capítulos de “Cómo leer un cuadro” a través de los oportunos ejercicios prácticos en los que analizaremos la estructura interna y la composición del paisaje.
De este modo nos ayudará mejor a fijar los principios y criterios establecidos para juzgar cualquier obra de arte en general.
CÓMO LEER UN CUADRO
FICHAS TÉCNICAS

PARA EL ESTUDIO DE LA BELLEZA Y LA CRÍTICA ESTILÍSTICA
DE UNA OBRA PICTÓRICA
El Arte es lo contrario del caos”. (Stravinsky)
1 EL ESTUDIO DE LA OBRA ARTÍSTICA
Es mi propósito ofrecer una serie de fichas prácticas sobre “cómo leer un cuadro” que nos sirva luego para el estudio de cualquier obra artística y nos ayude, en primer lugar, a conocer a su autor, su trabajo, su estilo y la correcta lectura de su mensaje y en segundo lugar, a descubrir dónde se encuentra la belleza que esconde su expresión plástica.
Estas fichas prácticas nos ayudarán además a formar un juicio más personal y mejor fundado sobre este tema, el arte y la belleza, que cada día conforma más nuestra vida cotidiana e invade todos los ámbitos de la cultura urbana que nos rodea: escaparates, anuncios, propaganda, diseño, exposiciones, comercio, modas, reproducciones …


1.1 PASOS PREVIOS A LA LECTURA DE “UN CUADRO”: EL AUTOR Y SU OBRA

Elegida una obra concreta para su análisis y valoración artística, nuestro estudio ha de empezar necesariamente por conocer quién es su autor y las circunstancias que dan lugar a su mensaje plástico.
Conocer la vida del artista. Si la obra enjuiciada tiene firma y no es considerada anónima, el objetivo de este primer apartado es conocer quién fue su autor.     
Para ello nos ayudará anotar o retener cuantos datos vayamos investigando sobre su obra, tiempo y estilo.
Su formación como artista; quién fue su maestro y a qué escuela perteneció o pertenece si aún vive; en qué siglo y en qué lugares trabajó o trabaja.
Qué tecnología acostumbra emplear; enumerar alguna obra importante del mismo autor; definir la gama de sus colores preferidos.
Indagar si el cuadro analizado es una obra de espontánea iniciativa del propio artista o si es fruto de un encargo hecho al pintor: en este caso, quién lo hizo y por qué.
Poner de relieve si perteneció a algún grupo artístico o vanguardia o el círculo de artistas con quienes más se relaciona.
Cuál es el aprecio social de que gozó en su tiempo o goza en la actualidad si aún vive y qué discípulos ha dejado.
Investigar las circunstancias personales en que el autor desarrolla su trabajo y estudiar las influencias, pasivas o activas, recibidas o trasmitidas a otros artistas contemporáneos suyos.
Debemos indagar todo cuanto pueda relacionarse con la vida del autor del cuadro y con su obra, completando nuestro trabajo, si podemos, con la cita literal de juicios críticos de autoridades antiguas o contemporáneas, acerca del autor y su obra.
Finalmente resumir, en una visión global, la obra de su autor y el lugar que el cuadro estudiado puede ocupar en el conjunto de su obra artística.
En el caso de desconocer quién fue el autor de la obra elegida, por no estar firmada o por haber sido declarada como anónima por los grandes críticos de arte, nuestro estudio se centrará en la propia obra en sí misma y en este caso empezaríamos por analizar su temática, su estilo, su técnica, su mensaje y sus antecedentes. El material usado como soporte, sus colores, su grado de conservación, etc. para tratar de acercarnos lo más posible a la época de su creación y situarla en el contexto social más afín a su técnica, estilo y mensaje.
Estas preguntas y respuestas, entre otras más que pudiéramos hacernos, nos pueden proporcionar conocimientos y juicios que nos ayudarán a valorar mejor la obra concreta que estudiamos.
1.2 PASOS PREVIOS DEL ARTISTA EN LA COMPOSICIÓN DE SU MENSAJE PLÁSTICO
Conocido ya el autor del cuadro y cuanto a él se relaciona, continuamos nuestro trabajo en el análisis de los pasos previos a la composición y expresión de su mensaje desde el inicio hasta su realización.
Es este un trabajo muy difícil ya que nos es casi imposible repetir el esquema que tuvo el artista en su mente, hasta dejar su mensaje acabado.
Para ello indagamos en primer lugar y si nos es posible por diversos indicios, la génesis del artista en la creación del mensaje expresado: su originalidad, sus antecedentes, el tipo de composición, los bocetos, la técnica empleada, la expresión plástica del mensaje, el tiempo empleado desde que se imagina el mensaje hasta que lo define y realiza…
Todas estas y cuantas observaciones podamos considerar interesantes, nos van a ayudar a entender mejor la armonía y el buen hacer del artista que exhibe sus mejores dotes artísticas en su nuevo trabajo o mensaje. Además, podemos llegar a descubrir dónde esconde o en qué consiste la belleza plástica que contemplamos.
Las pautas que seguimos en éste y en los próximos capítulos las vamos a aplicar sistemáticamente en multitud de cuadros y obras artísticas.
No se trata de aplicar todas estas pautas a todos y cada uno de los ejemplos que merezcan nuestra consideración, sino de habituarnos al uso de estas normas en su conjunto, aplicándolas en cada caso con libertad y albedrío.
El conocimiento del arte se adquiere más rápidamente en el roce con los artistas y sus obras y más aún cuando uno aprende a descubrir y valorar la belleza que esconde su expresión plástica.
Para ir acumulando nuestra información buscaremos en diccionarios, enciclopedias, libros de arte o de texto, apuntes personales, ordenadores, etc., de fácil manejo, hoy día.



1.3 DE LAS DIVERSAS LECTURAS DE UN CUADRO

Hecha la recopilación del mayor número posible de datos acerca del artista que firma la obra que estudiamos y conocida su génesis hasta darla a conocer, pasamos a una primera lectura o interpretación del cuadro y luego a una segunda y hasta una tercera, si ha lugar, para contrastarlo con la mentalidad de su autor y con su obra y asegurarnos de que nuestra interpretación del mensaje que esconde, es correcta y se corresponde con la que el autor quiso expresar.
Y es que un mismo cuadro puede tener muchas lecturas por lo que debemos analizarle con todo detalle en su conjunto, antes de darnos por satisfechos con la que se nos presenta como más inmediata y verosímil.
A este respecto os sugiero un ejemplo sobre las varias lecturas que suele tener un cuadro, muchas veces, complementarias unas de otras.
       Contemplemos, a título de ejemplo, el cuadro de San Jorge, de Rafael Sanzio:

La mayoría de las personas que vean este cuadro verán en él a un caballero luchando contra un  dragón, animal monstruoso, sobre un fondo de paisaje en el que se ve a lo lejos, en el paisaje, una mujer contemplando horrorizada y temerosa la descomunal lucha. Esta es la primera lectura, puramente visual, del cuadro. Lo que vemos.

Otros espectadores mejor advertidos, verán, ante el mismo cuadro, la historia a que se refiere el pintor renacentista Rafael Sanzio, su autor, reconociendo que la escena representa a S. Jorge, legendario caballero cristiano, luchando contra el dragón, símbolo del diablo que pretendía atacar y dar muerte a una joven e indefensa doncella cristiana, a su vez, símbolo del bien y de la inocencia. S. Jorge aparece milagrosamente en su ayuda y con gran valor y decisión mata al dragón y libera a la santa anacoreta.

Este segundo grupo de personas, ante el mismo cuadro, a la lectura puramente visual (primera lectura, lo que se ve), añade además una segunda lectura: la lectura interpretativa (Segunda lectura).

Pero nosotros, admiradores de esta obra de arte, a estas dos lecturas, instintivamente añadimos una tercera: la protección divina contra el mal que nos acecha a todos.

Solo mediante estas tres lecturas complementarias, podemos ver y recrearnos en la originalidad de su mensaje, en la perfección de su acabado, en la armonía de su conjunto, en la gama de sus colores, y en la bondad del mensaje universal que expresa y que convierten el cuadro en la obra de arte de un gran artista del Renacimiento, para recreo, admiración y confianza de nuestra sensibilidad .
Para la lectura perfecta del mensaje de este cuadro deben juntarse las tres lecturas, además de gozar de su expresión plástica, admirar su interpretación religiosa y gozar de la belleza y armonía de su acertada composición o ejecución.
  

Pueden darse obras artísticas con menor o mayor número de lecturas….
Nos bastaría luego con ir recopilando todos los datos encontrados anteriormente en cada uno de los apartados para obtener una información básica que nos ayudará a interpretar con mayor seguridad la obra que enjuiciamos.
En la misma medida en que los artistas contribuyen con su obra y esfuerzo a elevar el ideal humano y a promocionar el cambio cultural, social y religioso del mundo que les rodea, nosotros estamos obligados a descifrar sus mensajes y gozar del grado de belleza con que lo expresan, habida cuenta de su época y medios. Es nuestra forma de colaborar con ellos en las mismas inquietudes sociales.




1.4 ESQUEMA DEL TRABAJO PREVIO AL ESTUDIO DE LA OBRA ARTÍSTICA EN SÍ MISMA
  1.4.1 Descripción de la obra estudiada Empezaremos por hacer una descripción literaria pormenorizada del cuadro, (primera lectura, lo que se ve).  
           1.4.2 Investigar la biografía del autor, si el cuadro tiene firma y lo que representa para él la obra que estamos estudiando y el influjo general de su obra en la sociedad de su tiempo.
1.4.3 Explicar cuál es el mensaje transmitido (segunda lectura). Esta lectura puede darnos también una pista acerca del origen del cuadro, de la sociedad a la que va dirigido y de las ideas de su autor bajo diversos puntos de vista: social, político, artístico…
         1.4.4 Buscar antecedentes en la obra en otros artistas  que hayan tratado anterior o posteriormente el mismo tema y las influencias  recibidas o heredadas para artistas posteriores.
1.4.5 Concretar la tecnología usada: si el mensaje se expresa mediante el fresco, el temple, al óleo, la acuarela o el acrílico..
    1.4.6. Evaluar el grado de conservación en que se encuentra el cuadro en el momento actual.


1.5 EJEMPLO DE APLICACIÓN PRÁCTICA DEL ANTERIOR ESQUEMA A UN CUADRO CONCRETO
Benjamín Palencia: “La era”
           1.5.1 Descripción pormenorizada de la obra
 
El cuadro de Benjamín Palencia representa una “era” en pleno ajetreo del verano castellano. Los montones de paja y de trigo se reparten estéticamente la superficie de la era, un círculo, más o menos grande, desdibujado en el cuadro, unos cerros con arbolado que cierran el horizonte, unos labriegos que contemplan la escena y una cabra aprovechada y con permiso para comer.
(Aquí añadiríamos un estudio pormenorizado de la composición del cuadro, de los planos, de los ejes y de la luz y el color, que omitimos por no adelantarnos a las explicaciones que daremos en sucesivos capítulos…).
Como la “era” constituye el tema principal del cuadro, también ocupa la parte más importante del mismo: el centro del primer plano del cuadro.
El sol cae a plomo y vertical; no hay sombras en él. Es la hora del mediodía. El trabajo de la mañana está pues, acabado y dos labradores gesticulantes, frente a frente, mantienen una animada conversación. El paisaje se pierde luego entre barbechos y lomas y el horizonte se esconde tras las oscuras sombras del monte lejano. El cielo, encendido por el calor del día, apenas si llega a mostrarse por encima de carrascas y encinas.

       1.5.2 Indagar la biografía del autor
 El autor de este cuadro, Benjamín Palencia, nació en Barrax, (Albacete), en 1894.
Fue un pintor apasionado por el paisaje castellano, en su aspecto rural y tosco, al que terminó por rendirse.
Su formación como pintor la hizo en Madrid, pero alejado de la Escuela de Bellas Artes, pues él buscaba otros caminos más personales y un estilo diferente al clásico que en ella se enseñaba. Autor muy prolífico conservamos muchas obras de él, bien conservadas la mayoría y pertenecientes a museos y colecciones privadas.
1.5.3 Explicar el mensaje 
   Al elegir como tema de su obra un trabajo rural y laboral, Benjamín Palencia, lo que pretende, sin ninguna duda, es exaltar la dureza el trabajo en la cosecha del grano y la austeridad proverbial del agricultor castellano. A pleno sol, en el mes de agosto, aguantar las horas del mediodía estoicamente y hasta con gusto por recoger el fruto de su esfuerzo invernal, es admirable, ejemplar y digno de todo elogio.
    La convivencia de Benjamín Palencia con los agricultores castellanos fue siempre perfecta y estaba encantado de dedicarles lo mejor de su trabajo como artista.
   Quiere que su testimonio de admiración quede reflejado en estos temas agrícolas, a los que acude en distintas estaciones del año, a la vez que manifiesta su predilección por el paisaje castellano, de cielos azules, de llanuras con horizontes lejanos, de tierras pardas y de soledad inmensa.


 1.5.4 Buscar antecedentes
   
El tema, claramente agrícola, tiene por objeto la recolección del grano, un trabajo muy duro y típico del verano caluroso de Castilla.
    La era, espacio redondo de diversos tamaños donde se hacía la trilla para separar en los cereales el grano y la paja. En nuestro país la práctica de la trilla desapareció hace unos cincuenta o sesenta años.
    La mecanización y las cosechadoras modernas acabaron con esta estampa, muy dura por las condiciones en que se desarrollaba, pero al mismo tiempo alegre y popular.
    Sin proponérselo, Benjamín Palencia nos conservó en sus cuadros costumbristas el mejor recuerdo y la mejor historia, hecha imagen, del mundo rural de Castilla.
   Existen muchos antecedentes relacionados con los tema agrícola, tanto en la remota antigüedad sumeria, caldea y egipcia como en épocas medievales, pero no influyeron para nada en la representación que nos hace Benjamín Palencia en la composición de su cuadro “La era”, que estamos estudiando.
    Algunos antecedentes de la antigüedad se han descubierto posteriormente a la muerte del autor y las obras de otros pintores de la periferia peninsular, enamorados de Castilla como él, son contemporáneas de su obra o son demasiados generales como para poder influir en su pintura, que presenta características muy personales y modernas.
Los trabajos agrícolas aparecen ya en las Pirámides egipcias
Desde la más remota antigüedad, existen antecedentes en los que se reproducen escenas agrícolas que inmortalizan los trabajos del campo.
Hay muchísimos precedentes de obras de arte que tienen como temática los trabajos del campo, desde las tumbas faraónicas a los libros de horas o a monjes medievales y siervos labriegos, ocupados en distintas faenas agrícolas.

La poda del viñedo
Pintura en las bóvedas de S. Isidoro, (León). 
La poda, otro de los trabajos del campo practicados desde la más remota antigüedad, en este caso por monjes medievales como nos descubren estas ingenuas imágenes en las bóvedas visigóticas de San Isidoro de León. 
Podemos concluir que un pintor costumbrista como Benjamín Palencia, apasionado por el paisaje y el color de Castilla, simplemente basó la composición de su  cuadro en su directo y propio conocimiento y en sus vivencias personales compartidas con los campesinos.
En el caso que nos ocupa contamos además con otros cuadros del mismo artista y sobre el mismo tema, en los que podemos apreciar el alto grado de su experiencia personal e implicación directa en los trabajos típicos del aldeano castellano.


Benjamín Palencia, “La trilla” 

1.5.5 Concretar la tecnología empleada
En esta obra el autor usa óleo sobre lienzo. Gran parte de la producción de Benjamín Palencia está hecha en óleo sobre lienzo, aunque en otras ocasiones usa variedad de soportes, como la tabla.

1.5.6 Evaluar el grado actual de conservación de la obra artística
A esta pregunta debemos concretar, si estamos en presencia del cuadro original y no de una copia, el grado de conservación presenta, según nuestras indagaciones, y testimonios fehacientes.


Libro de horas de Margarita de Borbón  (siglo XV)
                                   Modelo de obra artística bien conservada




          Como nuestro conocimiento directo de la obra artística  solo se dará en muy contadas ocasiones, como visitas a museos, exposiciones o colecciones, de no comprobarse visualmente lo contrario, su conservación puede darse por buena o muy buena. Siempre fiándonos de que los museos o particulares, sabedores de su valor, mantienen sus obras en las mejores condiciones posibles.
De todas formas, la obra de arte, como la vida de las personas, pasa por distintas etapas y vicisitudes que van dejando su huella con el paso del tiempo.
No hay que olvidar tampoco que el envejecimiento y deterioro de la obra de arte puede deberse también a los materiales utilizados por el propio artista, no siempre de tan buena calidad como sería de desear, por penurias económicas del propio  autor o por negligencia, sobre todo en la composición química del color o en la conservación del soporte.
(Continuará)
JOSÉ MANUEL GUTIÉRREZ BRAVO
Maestro, doctor en Historia,
exdirector de la Universidad Laboral de Toledo
Villanueva de la Peña, Cantabria, 10  de octubre de 2018


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