EL
CoheleT A VUELO DE PÁRAJO
3
Felicidad y tiempo presente
Cohelet
no es un hedonista ni un epicúreo. Su pensamiento no se reduce a ser
el de un sistema filosófico. Cuando afirma
“Anda,
come tu pan con alegría y bebe contento tu vino, porque Dios ya ha
acepta tus obras, lleva siempre vestidos blancos y que no falte el
perfume en tu cabeza, disfruta la vida con la mujer que amas, todo lo
que te dure esta vida fugaz… “ , (9,7-9)
no
está haciendo una apología de la felicidad sin trabas, sino
afirmando la aceptación
gozosa y viril de la vida presente
con sus gozos y el cortejo de sus pruebas y dolores.
La
dicha hay que buscarla donde esté, incluso en las fatigas y el
trabajo:
El
único bien del hombre está en el comer y beber y disfrutar del
producto de su trabajo. (2,24)
Un
sentimiento profundo de los dones de Dios inspira las reflexiones de
este sabio. Antes de él, en la Antigua Alianza, no parece sino que
la conciencia de la actualidad de los dones divinos y la idea del
gozo de agradecérselos a la Divinidad no han tenido lugar. Lo tienen
ahora con este innovador al que saludamos.
Nos
está adelantando la “actualidad
de la salvación” que
nos trae en el NT, la alegría de la Eucaristía, y es un anticipo de
la idea cristiana de que Dios está hasta en los objetos humildes
-espacio y tiempo- de la vida cotidiana (pensamos en los pucheros de
Santa Teresa y en los seres de la naturaleza de San Francisco de
Asís!).
Al
devenir hegeliano se opone con fuerza el sentido cristiano de la
Historia. Cada época histórica es el eslabón de una cadena. Posee
ella valor absoluto. No habría cadena sin la forja de cada eslabón
presente. Los dones de Dios se suceden en una serie de instantes
actuales. Su densidad es tal que en ellos y no fuera de ellos se
juega todo el drama del alma y de su destino eterno.
¡Ah,
si tú conocieras el don de Dios! (Jn
4,10)
Zereutes
Ancien élève de Evode Beaucamp
Ancien élève de Evode Beaucamp
y de Francesco Spadafora
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