PASTRANA
Y LA PRINCESA DE ÉBOLI (III)
Ruy y Ana duques fueron,
los primeros de Pastrana (18).
Y no fuera cosa vana:
Al pueblo, bienestar dieron,
edificios construyeron (19).
Incluso Ruy intentó
(la muerte se lo impidió)
que a Pastrana el rey nombrara
–que España necesitara–
(20),
Capital; más no ocurrió.
Rodrigo Silva Mend |
Fue heredero de Pastrana
Rodrigo Silva y Mendoza,
primogénito que goza
de cuanto su madre Ana
considera cosa vana.
Y Mayorazgo heredó
que Pastrana incluyó,
con la aldea de Escopete
que a Don Rodrigo compete
y su padre le legó:
La Zarza y La Pangía
y la villa de Estremera,
y en la Sima
de Yesera (s),
su castillo, que es vigía.
Valdaracete tenía...
Otros bienes le donó
que la madre malgastó
y con él asuntos trate
y su autoridad acate
el que villano nació
en los pagos de Rodrigo...
Su padre, hombre magnánimo,
siempre con valor y ánimo
que fuera del rey amigo
y del villano el abrigo,
ejemplo dejó del bien
y de largueza, también.
Y fundó la Colegiata
pues la fe su vida acata,
ayuda y no mira a quién.
y también artesanías
y vienen de lejanías
moriscos: las estructuras
de las riquezas futuras...
Y moreras Ruy plantó,
telares organizó
para sedas y tapices.
Eran tiempos más felices
que Ruy Silva entronizó.
Pastrana, buena apostura,
y casas de cal y canto,
sin mendigos ¡qué encanto!
Hay abundancia y cultura,
no era la vida tan dura.
¿De padre, el hijo aprendió?
Aquel camino le abrió
y Pastrana florecía.
Ruy Gómez favorecía
el buen vivir que soñó.
El Rey Felipe II
reinaba entonces; Pastrana
con Don Ruy y Doña Ana
–recuerdo y en ello abundo–,
que era Pastrana otro mundo
que Guadalajara fue
y en la Historia constaté.
La Capital abandonan
los Mendoza (21); ya no donan
su prestigio; y pensé:
Sin embargo, el rey se casa
en el Palacio (22), esa joya
que su fachada se enjoya,
los cánones sobrepasa
y, silenciosa, acompasa
una rítmica canción.
El patio, extraña emoción,
y Juan Guas en él ensueña
y quizás él mismo sueña
que Dios le dio ese don.
Mas el día de la boda
de Felipe y la francesa (23),
joven y bella princesa
de blanco vestida toda,
y, de la belleza, oda;
no solo al rey admiró,
a todos maravilló,
que es joven, de porte altivo,
virgen, el rostro atractivo,
y que el rey reverenció.
En la ciudad alcarreña
hubo fiestas y agasajos,
complementaron legajos...
el Duque, de porte y seña
de Mendoza, que se empeña
al rey siempre agasajar,
sus arcas viera menguar.
Pero quedó asaz contento
con tal acontecimiento
y amigo del rey quedar.
El palacio abandonado,
hundió a Guadalajara
y postergada quedara,
como triste el Infantado.
Mas Pastrana –ya Ducado–,
cimas en todo alcanzó
–y la historia confirmó–.
Con Ruy Gómez la paz reina
y el viento los campos peina,
que el trigo ya maduró.
En Pastrana tres culturas:
Moriscos, también judíos
–estos con su fe muy píos–,
eficaces criaturas...
Y estas extrañas mixturas
(24)
trajeron prosperidad,
así como bien y paz
a sus vecinos cristianos.
Fue esto en tiempos lejanos,
gracias a Ruy y su bondad.
Sufrió la crisis Pastrana
(25)
en el siglo diecisiete;
pero nada hay que inquiete
a la ciudad castellana.
Que aquella gente tan sana
que pasó necesidad,
lazos de fraternidad
con culturas diferentes
nacen tiempos florecientes
hasta la modernidad.
---------------------------------------
(18) En lo que se refiere a
la villa todo cambió. Ruy de Silva y su esposa, la Princesa de
Éboli, se preocuparon por el desarrollo de Pastrana. En cuanto a la
princesa, conoció a Antonio Pérez, Secretario del rey Felipe II y
protegido de su marido. Habían nacido los dos el mismo año. Sus
amores no tuvieron buen final. (19) Los Duques de Pastrana fueron
artífices de tal florecimiento de la villa. Llegó a tener más de
7.000 habitantes. (20) Finalizaron el palacio, proyectado por
Covarrubias, la Plaza de la Hora, erigieron conventos, reformaron la
Colegiata... (21) La temprana muerte del Duque, murió a los 57 años,
impidió que Pastrana fuera la capital de España. (22) Que los
Mendoza abandonaran el palacio fue un duro golpe para el desarrollo
de Guadalajara, que siguió el camino inverso de Pastrana. (23)
Felipe II se casó en el Palacio del Infantado, hecho que hizo quedar
muy bien a los duques, pero algo más vacías sus arcas. (24) Felipe
II casó con la francesa Isabel de Valois. Fue su tercera esposa.
Tras firmar la paz con Francia (Cateau-Cambrésis), se acordó el
matrimonio y acabaron los conflictos bélicos. Se dice que al rey
solo se le vio llorar una vez: el 3 de octubre de 1568, el día que
murió Isabel. La reina fue muy amiga de la Princesa de Éboli. (25)
Cuando los moriscos de Las Alpujarras fueron expulsados, un buen
número vinieron a Pastrana. Asimismo, hubo un grupo numeroso de
judíos, como demuestra la existencia de la Sinagoga. Fue un momento
de esplendor para la Villa de Pastrana (que, por cierto, no llegó a
ser cuidad. El Concejo no aceptó la propuesta del duque, Don Ruy,
esposo de la Princesa de Éboli. Este se comprometía a completar la
cantidad de dinero que faltara para que Pastrana fuera ciudad. El
Concejo no vio claro en qué les favorecía. Más bien, les
perjudicaría al tener que pagar más impuestos. Prefirieron la
economía. (Como curiosidad, Guadalajara solo tiene tres ciudades
declaradas como tales: Sigüenza, Molina de Aragón y la capital,
Guadalajara). (26) La expulsión de judíos y moriscos produjo en
Pastrana un paro del desarrollo en todos los aspectos.
ANTONIO
MONTERO SÁNCHEZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Envíanos tus comentarios