FICHAS
TÉCNICAS
PARA
EL ESTUDIO DE LA BELLEZA Y DE LA CRÍTICA
ESTILÍSTICA
DE
UNA OBRA PICTÓRICA
"El
Arte es lo contrario del caos". (Stravinsky)
6
EJERCICIO PRÁCTICO PARA FAMILIARIZARSE CON LA LECTURA DE CUADROS DE
PINTURA
Presentamos
en este capítulo un ejercicio práctico, a modo de ejemplo, para
repasar los conceptos expuestos en anteriores capítulos y
familiarizarnos en la lectura de cuadros de pintura.
No hace
falta seguir al pie de la letra todos los apartados anteriormente
expuestos, sino los más importantes de cada uno de ellos y aplicar
los esquemas recordados al cuadro concreto que contemplamos.
En poco
tiempo aprenderemos así a conocer en profundidad el arte y a gozar
más y mejor la belleza que esconde.
6.1
Presentación del cuadro elegido
Estudio
pormenorizado del cuadro de “Las hilanderas”, conocido también
como la “Fábula de Palas y Aracne”, de Diego Rodríguez de
Silva y Velázquez.
“ Las
hilanderas” o “La fábula de Palas y Aracne”, pintado en 1657
por Diego Velázquez. Óleo
sobre lienzo.
Su tamaño original es de 117 por 190 cm.
Su tamaño original es de 117 por 190 cm.
Comparando esta con la imagen siguiente podemos apreciar la franja de lienzo añadida y la forma de resolver la continuidad de su pintura.
Vemos
el suplemento de lienzo añadido por sus cuatro costados. Esto
sucedió en 1664. Desde
esa fecha el cuadro mide 169 por 250 cm.
6.2
DATOS GENERALES
Este cuadro de Velázquez ha sido conocido con diversos nombres en los inventarios de las colecciones reales. Catalogado primero como "La escuela de lanificación", en siguientes catálogos se le menciona como “Una fábrica de tapices y varias mujeres hilando y devanando”. En el de 1772, por primera vez, se le dio el nombre de "Las hilanderas" y en el de 1794, aparece como "…quadro llamado de las hilanderas."
Según Pérez Sánchez: “La escena se concibe como un cuadro de género, con la representación del taller de hilanderas con tal verismo, que hubo de ser considerado por mucho tiempo como su único asunto".
Diego Angulo, yendo más allá de su mera apariencia, interpretó el cuadro y con acierto, en clave mitológica y le dio el nuevo título de "La fábula de Palas y Aracne".
Se trata, efectivamente de un cuadro del género mitológico con aplicaciones y enseñanzas que luego veremos.
6.3 Biografía del pintor
Por razones de espacio omitimos aquí y damos por sabida y resumida la biografía de Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (1599-1660), conocido como Diego Velázquez, fácilmente disponible además en cualquier manual de arte o diccionario biográfico.
6.4 Descripción pormenorizada de la obra
El cuadro de las "Las hilanderas", fue pintado, casi con total seguridad, en 1657 por encargo de D. Pedro de Arce, montero del Rey, aunque desde el siglo XVIII figura en las colecciones reales.
El cuadro de "Las hilanderas" es una de las obras más interesantes y enigmáticas del pintor sevillano. El tema, como hemos dicho, es una escena del mito de Aracne que se describe en el libro sexto de “Las metamorfosis” de Ovidio. Una joven libia, Aracne, tejía tan bien que las gentes de su ciudad comenzaron a decir que tejía mejor que la inventora de la rueca. La escena del primer plano del cuadro retrataría a la joven libia a la derecha, vuelta de espaldas, en un bellísimo escorzo, trabajando afanosamente en su tapiz.
A su izquierda, la diosa Atenea finge ser una anciana, con falsas canas en las sienes. Sabemos que se trata de la diosa porque, a pesar de su aspecto envejecido, Velázquez nos muestra su pierna, de tersura adolescente.
Según dicha fábula, la joven Aracne, presumía de tejer tan bien como cualquiera de las diosas; Palas Atenea, ofendida por esta presunción, le reta personalmente a ver quién confecciona mejor un tapiz con más perfección y en menos tiempo.
“Sin dilación, ambas colocan dos telas de fina urdimbre en lugares apartados y las tensan: la tela está sujeta con el rodillo, el peine separa la urdimbre, se mete en el centro de agudas lanzaderas la trama que los dedos preparan y llevada entre los hilos la apisonan los serrados dientes del peine contra el que golpean. Las dos se apresuran y, ciñendo el vestido al pecho, mueven sus hábiles brazos con un afán que burla el cansancio"...
El jurado nombrado al efecto, las tres mujeres que se sitúan a la derecha en el segundo plano, dictaminaron un empate entre ambas. La diosa entonces, desairada y furiosa, se vengó de Aracne convirtiéndola en araña y condenándola a tejer de por vida.
Desde el primer vistazo nuestra atención se centra en el primer plano en el que Velázquez nos presenta a cinco mujeres obreras cardando e hilando las lanas que servirían posteriormente para la fabricación de tapices.
No es pues de extrañar que la primera lectura es la que dio los primeros títulos a este cuadro de Velázquez: "La escuela de lanificación", “Una fábrica de tapices y varias mujeres hilando y devanando” para, finalmente, simplificar dichos títulos y llamarle "Las hilanderas", como popularmente se le sigue conociendo.
Según esta primera lectura se trataría pues, de una popular y típica escena del obrador de la Real Fábrica de Tapices de Santa Isabel, que el pintor solía frecuentar.
Sin embargo, la escena que se representa como fondo intermedio del cuadro, nos sugiere una trascendencia mitológica de la escena en la que aparece una reunión entre la diosa Palas Atenea y la habilísima hilandera Aracne que se relaciona con una de las Metamorfosis de Ovidio, antes aludida.
Vista del segundo plano de "Las hilanderas" que representa a la diosa Palas Atenea con sus atributos, (casco) y a Aracne ante el jurado formado por tres elegantes mujeres, que sentencian el empate sobre la obra realizada en la competición de los tapices. A su vez, el tapiz colocado en el tercer y último plano del cuadro, reproduce “El rapto de Europa”, copia de un cuadro muy bello de Ticiano, a quien Velázquez admiraba mucho. En la imagen no se aprecia bien. Ver mejor más adelante.
En el primer plano nos presenta Velázquez cinco hilanderas y en el segundo otras cinco mujeres, esta vez ricamente ataviadas, citadas ya anteriormente, como la diosa Palas Atenea, la libia Aracne y el jurado compuesto por tres elegantes damas.
Velázquez
cierra el fondo de esta obra con un bellísimo tapiz que nos abre el
camino para descifrar el mensaje que nos quiere transmitir con su
obra: el contraste entre una escena trivial de la Real Fábrica de
Tapices, (primer plano) y la mítica fábula que nos cuenta Ovidio,
(segundo plano) y relaciona ambas escenas con alguna velada
intencionalidad que nos ayuda a descubrir el tapiz del último fondo,
(tercer plano del cuadro) en el que reproduce una bellísima copia
del “Rapto de Europa” de Ticiano, pintor a quien él admiraba
muchísimo.
En
realidad lo que busca Velázquez con este cuadro, según sus mejores
críticos, es contraponernos el trabajo obrero, rutinario y
artesanal, hilanderas del primer plano, frente a la producción del
arte liberal,
ejemplarizado en la exhibición del gran tapiz artístico que nos
despliega en el último plano.
Y nos
invita a sacar sus conclusiones: el trabajo del obrero es artesanía,
trabajo rutinario y aburrido, propio de siervos. En cambio, el
trabajo del tapiz,
es
arte,
es creatividad, es un trabajo
liberal, propio de
dioses y de artistas muy hábiles y especializados.
La
simple materia, obra del trabajo de los hombres, (el hilo), solo
cobra forma y se transforma en arte, (el tapiz) por el trabajo
liberal, propio de
artistas y dioses.
Así
pues, para leer el
mensaje del cuadro en su verdadera dimensión debemos relacionar su
primer plano, las
hilanderas, con el
segundo, la confección del tapiz por manos expertas, creativas y
divinas como se declara en el segundo plano con la fábula
de Palas Atenea y Acne
y que se personaliza en una obra acabada y perfecta: “El rapto de
Europa”.
Pese a
todo, el cuadro de "Las hilanderas" está hecho con tal
realismo y belleza en su conjunto, que la representación plástica
del primer plano, puede confundirnos y hacernos olvidar su valor
mítico y simbólico, escondido en sus dos últimos planos.
Poner
el mensaje en un segundo plano en contradicción con otro en el
primero, es uno de los juegos más típicos del Barroco.
No se
han encontrado antecedentes del cuadro en su composición pero
debemos señalar que la representación que figura en el tapiz del
último plano, "El
rapto de Europa",
es copia original de Ticiano, quien pintó dicho cuadro por encargo
del rey Felipe II para su colección particular. Este cuadro,
bellísimo, impresionó tanto a Pedro Pablo Rubens, que lo copió
para sí con ocasión de su estancia en Madrid y entusiasmado
igualmente por su belleza, lo vuelve a copiar Diego Velázquez en
el tapiz del último plano de "Las hilanderas".
“El
rapto de Europa” de Ticiano. Por su belleza, fue posteriormente
copiado por Pedro Pablo Rubens y por Diego Velázquez en el último
plano de “Las hilanderas”.
“El rapto de Europa” fue un cuadro encargado por Felipe II a Ticiano. Pedro Pablo Rubens, con ocasión de su estancia en Madrid, entusiasmado por su belleza, lo copió y de nuevo vuelve a copiarlo también Velázquez, esta vez como fondo de "Las hilanderas", en el tapiz que ocupa el último plano.
6.6 Tecnología empleada en el cuadro de “Las hilanderas”
La
tecnología empleada es óleo
sobre lienzo.
La pincelada es muy suelta, utilizando manchas como en el caso del gato o el rostro inacabado de la mujer del centro y a contraluz. La luz viene de la derecha, siendo admirable que con tan limitado colorido obtenga una luminosidad tan abundante. Con estas pinceladas el artista consigue anticiparse al impresionismo en casi 250 años.
6.7 Grado de conservación
Su
conservación es buena y aunque en 1664 se añadió al cuadro una
franja de lienzo en sus cuatro costados, este añadido, como hemos
visto, se hizo sabiamente en cuanto a la urdimbre del lienzo y muy
discretamente en cuanto a la técnica del óleo, pues se respetó
bastante bien el trabajo de Velázquez. De todas formas los críticos
de arte pueden reconocer fácilmente cuál es la parte original de
Velázquez y cuál la añadida posteriormente.
Su
actual conservación, en el museo del Prado, es perfecta y los
visitantes ven solo la obra original de Diego Velázquez, mediante un
truco de exposición ya dicho más arriba.
6.8 ESTUDIO DE LA COMPOSICIÓN
DE LA OBRA
Como
dice uno de sus críticos "la composición es típicamente
barroca, teatral. Velázquez divide la obra en escenas sucesivas, a
la manera de aquellos cuadros medievales que debían “leerse” en
un orden determinado, como si fueran páginas de un libro, colocando
a los personajes en unos planos que, mediante un soberbio manejo del
color y de la luz conducen las miradas a la parte central del
lienzo".
Se trata
en este caso de una obra importante, de un gran significado como ya
hemos visto, pues con
esta fábula,
Velázquez quiere reivindicar ante sus contemporáneos que la pintura
es un arte liberal, igual que el tejido de tapices, no una simple y
rutinaria artesanía
como
la labor que realizan las mujeres hilanderas en el primer plano del
cuadro.
Primer
plano de la izquierda. Magnífico escorzo de Aracne, la hilandera que
devana la lana... Tal
es su destreza que nos da la sensación de que cuenta con seis
dedos en lugar de cinco.
Primer
plano de la derecha que representa a la diosa ofendida, Palas
Atenea, disfrazada de vieja, manejando la rueca a tal velocidad que
no se ven sus radios, creando una sensación de vertiginoso
movimiento.
Su
composición
es ingeniosa y sencilla al mismo tiempo. Contrapone cuatro planos: el
primero, con las cuatro hilanderas, el intermedio con una sola figura
de mujer deshaciendo copos de lana que ruedan por el suelo, el
tercero que representa a la diosa Palas Atenea en competición con
Aracne y el cuarto que exhibe el trabajo perfecto ejecutado: “El
rapto de Europa”.
En
cuanto a sus
volúmenes la
composición es también sencilla y equilibrada: en el
primer plano
observamos una simetría
en la distribución espacial de las cuatro mujeres, dos mujeres en la
parte derecha y dos en la izquierda.
La quinta del plano
intermedio la sitúa
en una zona intermedia, en el primer punto
de interés, el
centro del cuadro.
6.9 Análisis de la luz,
el movimiento
La
luz del fondo crea
una gradación de contraluces
alterada por un foco
de luz, que ilumina
el primer plano.
Velázquez consigue que nuestra vista pase de la hilandera iluminada
de la derecha a la de la izquierda para saltar por encima de la que
se agacha en la penumbra, a la escena del fondo, sabiamente
iluminada. Allí, una de las mujeres se vuelve hacia el espectador
como si se sorprendiese de nuestra presencia en la escena. Se trata
de un cuadro
abierto.
6.10 Observación del dibujo y movimiento
La
figura de la hilandera Aracne la coloca a la derecha en el primer
plano del cuadro.
Con un a rueca,
destaca a primera vista el magnífico escorzo que nos hace con su
figura y que vocea la maestría y pericia de su autor.
Es muy
notable igualmente el estudio con que nos regala Velázquez del
esbozo
de la primera mujer del primer
plano de la izquierda
en conversación con la mujer, Palas Atenea, que da vueltas a la
rueca.
6.11 Localización de centros de interés
Como en
muchas obras del barroco el centro de interés en este cuadro es
doble. Por un lado, como ya hemos visto, es el primer
plano quien primero
de apodera de nuestra atención, pero después hay un
segundo centro de interés constituido
por el tercer plano, suficientemente iluminado y que contrasta y
contrapone a la fuerza del
primer plano hasta
el punto de dejar casi inadvertido el plano intermedio: la mujer de
devana la lana.
La
desconexión entre ambos ha dificultado el contenido de su mensaje y
el título del cuadro hasta encontrar su verdadera relación, sentido
y mensaje.
6.12 Ejes de simetría
Los
encontramos en la composición del primer plano: dos figuras a la
derecha, dos a la izquierda y una en el centro.
La misma
simetría para el tercer plano: dos figuras a la derecha, dos a la
izquierda y una en el centro.
6.13 Equilibrio de la composición
Se
trata de una tela de gran
armonía
compositiva,
como puede deducirse de los ejes de simetría,
basada, además, en las
relaciones de luz, ritmo y color.
6.14 Perspectiva y planos de la perspectiva
Los
planos de
composición le
sirven a Velázquez para conseguir una buena perspectiva apoyándose
especialmente en el tamaño de las personas que figuran en el primer
plano y en el último.
Ya hemos
detallado antes el plano
intermedio entre
el primero y el segundo.
6.15 Perspectiva arquitectónica
No vemos
el uso de volúmenes geométricos en el cuadro pero sí en cambio, un
cierto uso del marco arquitectónico en la disposición de los planos
al tratarse de dos espacios abiertos y consecutivos.
6.16 Perspectiva aérea
Es muy
de destacar el efecto atmosférico o sensación de atmósfera creada
en el cuadro por las partículas que pululan en determinados espacios
a contraluz y que solamente los grandes pintores, como Velázquez en
este cuadro y en otros, consiguen en alguna manera representar,
distorsionando los contornos mediante pinceladas sueltas o utilizando
manchas como en el caso del gato que figura junto a la mujer
central del primer plano.
El efecto es la
sensación de que entre las figuras hay aire que distorsiona los
contornos y hace que los objetos estén como borrosos pero con un
acusado volumen.
6.17 El color
Velázquez
utiliza mucho en sus obras los ocres, tierras, óxidos, aplicados
también de una manera poco común en su época: muy diluidos y con
pinceles de astas largas y finas. Este “pintar
con valentía”
consiste en definir lo que se desea pintar con escasa materia y pocas
pinceladas.
Al
decir de uno de sus críticos "Velázquez
renuncia a los pigmentos caros y simplifica hasta límites increíbles
el grosor de las capas de pintura. Sobre todo en éstas, sus últimas
obras. De ahí el carácter abocetado que presentan las hilanderas,
especialmente la que se encuentra en el centro del cuadro. Este
método de borrones y manchas demuestran el dominio de Velázquez en
el manejo de los pinceles, ya que es capaz de transformar una mancha
en figura, según la distancia del espectador".
Teoría ésta que siglos después desarrollaría el Impresionismo.
La
rápida y ligera pincelada es casi visible en la escena representada
al fondo, en el espacio del tapiz, cuya falta de definición en los
contornos ha dado lugar a polémicas sobre si las figuras que allí
aparecen forman parte del tapiz....
JOSÉ
MANUEL GUTIÉRREZ BRAVO
Doctor
en Historia. Exdirector Universidad Laboral de Toledo
Villanueva
de la Peña. Cantabria
(Continuará)
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