PERDONA
NUESTRAS OFENSAS COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS
OFENDEN…
En
nuestro recorrido aquí, en el tiempo y en el espacio, miembros de la
Iglesia peregrina, Padre…, nos es muy difícil, prácticamente
imposible, mantener nuestra coherencia en la fe en todos los momentos
de nuestra vida, aun impetrando el auxilio de Tu Espíritu Santo…
Tú nos mantienes siempre tu gracia…; pero no acertamos muchas
veces a vivir en ella… Pecamos…, te ofendemos…, no te ponemos
siempre por encima de todas las cosas… y, ¡cuántas veces usamos
los dones que nos has dado, para ofenderte, para contravenir tu
voluntad...!
¡Misterio
Tu Misericordia!: nos sigues amparando a tus hijos de la Iglesia
Peregrina, porque nos ves uno con Tu Hijo, el Engendrado, tu suma
donación…, que por la acción de tu Espíritu, y mediación de
María, se hizo hombre. Con Él formamos un solo cuerpo…, por Él
nos vino y conservamos a pesar de nuestros pecados, la gracia…,
pues Él “lo dio todo a la Iglesia”, y mediante ella y los
sacramentos con los que la adornó, nos confieres tu perdón...
Sí…,
nuestros pecados siempre te ofenden…, y nuestros hermanos, de una
manera directa o indirecta, sufren y son ofendidos con los míos…;
y los pecados de mis hermanos también de una manera u otra me hacen
sufrir a mí…
En
la contemplación de tu Plan Padre, de tu Misterio… ¿hay alguna
posibilidad, alguna base que justifique que podamos mantener nuestras
ofensas sin pedirte y obtener tu perdón; mantener las que he
cometido contra mis hermanos sin pedir y obtener su perdón; y
mantener en mi espíritu, sin perdonar, las ofensas que me hayan
conferido mis hermanos…? ¡Es imposible…!
Si
Tú eres un misterio de unidad para todos los hombres…; si a pesar
de nuestros pecados, nos has perdonado por la acción en nosotros de
tu Unigénito; si mi esperanza en este valle de lágrimas, (por
nuestros pecados, no porque Tú hayas creado este escenario), es
recibir Tu herencia…, y tu voluntad que la reciban todos tus
hijos…, ¿cómo si Tú has realizado y realizas conmigo, con
nosotros, eso…, podríamos no perdonarnos las que nos inferimos…
que te han ofendido a Ti primero, estando Tú, además, dispuesto a
abrazarnos…?
Es
imposible no perdonar…, porque si no lo hago… es que no formo
parte de tu Paternidad, ni formo parte del Cuerpo de tu Hijo…
Gerardo
Nieto
Profesor
de Derecho Civil, UCM, sacerdote
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Envíanos tus comentarios