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83 Didajé (2)


  
 

 Doctrina del señor  a las naciones

Por medio de los doce apóstoles                                                                    






      - Didajé ton dódeka ápostólon -








         2 ª CLASE


            Capítulo I 1-2


DOCTRINA DE LOS DOS CAMINOS



1,1 Dos caminos hay, uno de la vida y otro de la muerte; pero grande es la diferencia que hay entre estos caminos.
1,2 Ahora bien, el camino de la vida es éste: En primer lugar, amarás a Dios, que te ha creado; en segundo lugar, a tu prójimo como a ti mismo. Y todo aquello que no quieres que se haga contigo, no lo harás tú tampoco a otro.

I 1
La alegoría de los dos caminos es vieja. Está en Hesíodo, en el Antiguo Testamento y en el Nuevo.

- En el Deuteronomio Moisés se dirige a Israel:
Mira, yo pongo ante ti vida y muerte, bien y mal. (Dt 30,15)

- El profeta Jeremías: A este pueblo
le dirás: Así dice el Señor:
Yo os pongo delante el camino de la vida
y el camino de la muerte. (Jr 21,8)

- En el libro de los Proverbios, el capítulo 4 dedica diez versos (Prov 4,10-19) a los dos caminos:
La senda de los honrados brilla como la aurora,
el camino de los malvados es tenebroso.
(Prov 4,18a-19a)
y ocho versos, inmediatamente, al bueno (Prov 4,20-27):
Que todos tus caminos sean seguros,
No te desvíes a la derecha ni a la izquierda.
(Prov 4,26b-27a)

- Jesús habló de la puerta ancha y de la estrecha, del camino de la perdición y el camino de la vida:
Entrad por la puerta estrecha,
porque ancha es la entrada y espacioso el camino
que lleva a la perdición...;
mas ¡qué estrecha la entrada y que angosto el camino que lleva a la vida!
(Mt 7,13-14)
El viejo catequista está situado en su tiempo y en su circunstancia. Ante él se abren dos mundos por los que marchar.

  • El mundo romano que, en un extremo, como vive “metu sine spe”, se entretiene y divierte con “pan y circo” y, en el otro extremo,
  • el mundo de la Buena Nueva del Señor anunciada a las naciones por medio de los Apóstoles, que va creando la estupenda realidad de la Asamblea (Iglesia) de los hijos en el Hijo, y una fraternidad universal, más ancha y alta que la del Imperio romano. Es la gran aurora de una nueva manera de entender y vivir sobre la Tierra.

En el siglo XVI, San Ignacio de Loyola sigue pensando en los dos caminos y, así, generaliza y en sus Ejercicios Espirituales, el cuarto día, propone la “meditación de dos banderas, una de Christo, sumo Capitán y Señor nuestro; la otra de Lucifer, mortal enemigo de nuestra humana natura”.

Clima de fe. El experimentado maestro catequista autor de la Didajé se ha instalado en un clima de fe. Aunque la diferencia entre uno y otro camino no se advierte bien -incluso el camino de la muerte puede parecer de vida y viceversa-, de hecho, realmente la diferencia que hay entre los dos caminos es grande.


I 2
Punto de partida, la Biblia. La gran síntesis, que resume el camino de la vida, lo expresa el catequista con las palabras de Jesús: En primer lugar..., en segundo lugar...
En primer lugar, amarás a Dios, que te ha creado;
Y, en segundo lugar, amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Aquí el catequista se detendría a explicar lo primordial, el primer lugar que hay que dárselo al amor de Dios.
  • Amor, no sólo sometimiento de criatura, sino amor.
  • A Dios que, ante los ojos de los primeros cristianos aparecería enormemente mayor que en el AT, pues había enviado a su mismo Hijo a las naciones.
  • El catequizando no sabe ni está preparado para muchas teologías, el catequista tampoco sabría explicarse a sí mismo la sabia doctrina de que el cristiano es “hijo en el Hijo”, pero uno y otro saben que Dios ha creado al hombre, Dios, que te ha creado... Aunque no fuera más que por eso, le ha de amar, sin esperar a encontrar otros motivos más alto y mayores. Desde ese limitado hallazgo, amarás a Dios. Excelente pedagogía que  acepta la propia limitación y no se cruza de brazos sino que se entrega a la tarea que emprender desde el concreto y personal rincón del mundo que ocupa, sin esperar a tener más espacio.
  • Pedagogo certero. Pedagogo sensato, adelanta la acción concreta que todos entienden y pueden practicar respecto al amar al prójimo como a uno mismo:
Y todo aquello que no quieres que se haga contigo,
no lo hagas tú tampoco a otro.
Ya don Miguel de Unamuno, con buen instinto pedagógico, aconsejaba empezar el conocimiento de las grandes realidades de las que no se puede ni debe prescindir, por la práctica de abrazarlas: “Toma agua bendita y acabarás creyendo” (En San Manuel Bueno, mártir, así es como le habla el párroco don Manuel a Ángela Carballino. Véase, también, la Vida de Don Quijote y Sancho)Nuestro autor se adelanta en veinte siglos al rector de Salamanca. No le dice al discípulo: Estudia la Biblia y consulta la Tradición primero... Puesto que Dios te ha creado, ama a Dios, sino, al revés
En primer lugar, amarás a Dios, que te ha creado…
CARLOS URDIALES RECIO
 Maestro. Ciencias religiosas. Univ. Lateranensis 
Emérito UCJC 

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