La Teoría de cuerdas es un modelo de física teórica cuyo fin podría valer para unificar las diferentes teorías que explican el Universo. En ella se plantea la posibilidad de que las partículas subatómicas –es decir, electrones, fotones, quark o cualquier otra partícula del modelo estandar– no serían puntos de magnitud ínfima sino que estarían vibrando y, por tanto, formando un estado diferente. Ese “estado vibracional” le daría forma de filamento o cuerda. Tendríamos así que un electrón, sin estructura interna y sin dimensión, sería una cuerda minúscula en forma de lazo vibrando en un espacio-tiempo de más de cuatro dimensiones. El planteamiento de la Teoría de cuerdas consiste en que, según el modo de vibración, se establecería una partícula subatómica diferente.
Pero
la Teoría de cuerdas es solamente una hipótesis; no se sustenta en
observaciones o en reacciones de la materia sometida a un determinado
proceso.
Es
un marco teórico que se escapa por completo a la capacidad de los
científicos para medirlo; incluso, ni siquiera para comprenderlo por
completo.
Sabemos
por la Teoría de la relatividad de Einstein que tanto el espacio
como el tiempo pueden ser alterados cuando se someten a fuertes
campos gravitatorios. El espacio puede curvarse y el tiempo puede
frenarse cuando se está bajo la influencia de un gran poder de
atracción gravitatoria o cuando se viaja a velocidades cercanas a
las de la luz. ¿Pueden ser éstas otras dimensiones del Universo? En
la película “Interstellar” se manejan estos conceptos de manera
airosa.
Con
la evolución de la teoría y la inclusión del principio de
supersimetría,
esta teoría se denominó Teoría
de supercuerdas.
Pero ¿cómo surgió y evolucionó?
En
1919 el físico alemán Theodor
Kaluza
se plantea que el
Universo podría tener más de tres dimensiones. Se
inspiraba en otro físico alemán, Albert
Einstein,
que ya había planteado su famosa teoría de la relatividad. Einstein
pretendía entender cómo funcionaba la gravedad
del Sol para que influyera en la Tierra, a 150 millones de kilómetros
de distancia, y cómo la transmitía a través del espacio. Su
conclusión fue que la masa produce la curvatura el espacio, y ese
espacio curvado transmite la gravedad, como agua que discurre por un
valle.
Theodor Kaluza |
Kaluza
intentó hacer el mismo planteamiento con la otra fuerza que entonces
ya se conocía: la electromagnética;
fuerza que es responsable del dominio de la electricidad y de la
atracción magnética; fundamentos de nuestro progreso actual. Se
conocen también las otras dos fuerzas elementales: la fuerza
fuerte
y la fuerza
débil.
Con estas cuatro fuerzas funciona el Universo.
Para
transmitir la fuerza electromagnética, Kaluza propuso que podría
haber más dimensiones en el Universo. Para describir una fuerza más,
quizás habría que añadir una dimensión más. Se tendría, por
tanto, cuatro dimensiones físicas más el tiempo.
Oskar Klein |
Surgía
entonces la pregunta: si el Universo tiene más dimensiones, ¿dónde
están? La respuesta llegaría en 1926 por parte del físico sueco
Oskar
Klein.
Habría unas dimensiones grandes, fáciles de ver, y otras muy
pequeñas, rizadas y enrolladas sobre sí mismas; imposibles de ver.
Después
de estos planteamientos, la teoría de cuerdas decayó en las líneas
de investigación durante más de medio siglo.
Basados
en los estudios de estos planteamientos, a mediados de los años 80
resurgió esta teoría pero de una forma diferente: la Teoría
de supercuerdas.
Destaca entre otros el estadounidense Brian
Greene,
profesor de la Universidad de Columbia y destacado estudioso de la
teoría.
Brian Green |
Proponían
estos físicos que en el interior de los elementos más pequeños de
la materia, indivisibles –como quarks, leptones o bosones–,
existe una forma de filamento que vibra. En esencia es una cuerda.
Y las diferentes vibraciones de estas cuerdas producen las diferentes
partículas que vemos en el Universo. Las matemáticas de esta teoría
de supercuerdas necesitan de diez dimensiones más una temporal para
que funcionen. Un auténtico desafío a la mente humana. Teoría aún
en evolución.
Timm Wrase |
De
hecho, actualmente existe una importante controversia entre
detractores y defensores de dicha teoría. El
físico Timm
Wrase,
de la Universidad de Viena, y su equipo, de la Universidad de
Columbia, sostienen que la Teoría de cuerdas está relacionada con
la energía oscura, responsable de la expansión acelerada del
Universo. Así mismo, postulan la posibilidad de que esta teoría
podría agrupar en un único cuerpo teórico a todas las fuerzas de
la naturaleza para poder describir el mundo físico al completo;
desde las partículas más pequeñas hasta las estructuras más
grandes del Universo. Todo un sueño para los físicos.
No
sabemos qué sorpresas nos pueden deparar las nuevas hipótesis que
se planteen. Con la misión Euclides, de la Agencia
Espacial Europea, podrá medirse la expansión acelerada del Universo
con mayor precisión, y comprobar experimentalmente algunos de los
postulados de la Teoría de cuerdas.
Desde
los años 80, cuando resurgió, ésta teoría ha excitado la fantasía
y la creatividad de escritores de ciencia-ficción, y ha permitido
efectuar muchas especulaciones jugando con sus contenidos.
Francisco
Sáez Pastor
Universidad
de Vigo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Envíanos tus comentarios