FICHAS
TÉCNICAS
PARA
EL ESTUDIO DE LA BELLEZA Y DE LA CRÍTICA ESTILÍSTICA
DE
UNA OBRA PICTÓRICA
"El
Arte es lo contrario del caos". (Stravinsky)
5 EL COLOR. SU ORIGEN
FÍSICO-QUÍMICO Y SU PERCEPCIÓN CEREBRAL
El color es primariamente un
fenómeno físico-químico asociado a las diferentes longitudes de
onda en las vibraciones y combinaciones de la luz que reciben todos
los objetos.
Este
fenómeno físico-químico producido por las diferentes longitudes de
onda y las infinitas combinaciones de la luz, posteriormente es
interpretado por nuestro cerebro según los datos que, a su vez, le
aportan las neuronas que presiden nuestra visión.
El ojo humano y el de ciertos
animales, está capacitado para recibir e interpretar ondas
electromagnéticas reflejadas que, finalmente, percibe e interpreta
nuestro cerebro como color.
Este color contribuye a
localizar, individualizar y diferenciar mejor los objetos que vemos y
nos rodean.
Isaac Newton, (1642-1727)
fue uno de los
primeros físicos en estudiar el fenómeno de la luz y la teoría
del color. Objeto de muchas de sus observaciones fue el famoso “Disco
de Newton".
La colorimetría moderna
tiene sus bases en los estudios de este científico inglés.
En 1666, demostró que la luz
blanca se descomponía en siete colores: rojo, naranja, amarillo,
verde, azul, índigo y violeta.
El
disco cromático, pintado con colores vivos, al girar a gran
velocidad nos deja ver los colores intermedios y el blanco total.
Descomposición de la luz
mediante un prisma de cristal. |
Nuevos hallazgos en el siglo
XIX, sobre todo de Eugène
Chevreul, (1786-1888),
demostraban cómo obtener determinados efectos ópticos mediante el
uso del color.
Los "impresionistas"
llegaron muy pronto a la conclusión de que los objetos son luz y que
sin ella, en la oscuridad, no existen a efectos de su representación
pictórica.
Con estas teorías, el
"Impresionismo"
creó una nueva
técnica de aplicación del color mediante pinceladas breves,
aisladas, rápidas, pequeñas, sueltas y yuxtapuestas de colores
complementarios,
que las pupilas del vidente reintegraban al contemplar en su conjunto
la obra realizada.
5.1 La fabricación
artesanal del color
No siempre ha sido tan
cómodo
como lo es hoy la adquisición del color
y de los materiales
necesarios para pintar.
Ser pintor era y es un oficio
y, como tal, su aprendizaje suponía y supone pasar por distintas
etapas bajo la tutela de un buen maestro de reconocido prestigio
social, y aprender con él y bajo su dirección, las técnicas y
fórmulas necesarias para realizar bien su trabajo: preparar los
lienzos, fabricarse pinceles, crear los propios colores y otros
materiales que le permitan ejercer competentemente su oficio.
Hasta el siglo XIX cada
artista debía prepararse sus propios colores y pigmentos. Y este
trabajo era muy importante para su oficio porque el hacerlo de una
forma o de otra tenía como primera consecuencia la buena o mala
conservación de la pintura. Igualmente era muy importante el uso de
un soporte adecuado.
Cada taller o estudio tenía
sus propias fórmulas tradicionales para elaborar sus propios
colores, principalmente mezclando los jugos de determinados vegetales
con óxidos minerales machacados, o bien con ciertos moluscos
molidos junto a otros elementos naturales. Todo ello se mezclaba con
clara de huevo hasta conseguir una masa de viscosidad acuosa, apta
para impregnar en ella el pincel y trasladar los pigmentos y tintes
conseguidos de esa manera artesanal a la obra del artista.
Hasta el siglo XV el preparado
tradicional del color tenía un inconveniente y era que la clara de
huevo con la que se fabricaba se secaba rápidamente y la viscosidad
se endurecía e impedía enriquecerla con nuevos y últimos matices.
Van Eyck, a mediados del siglo
XV, en concreto hacia 1440, utilizó un nuevo elemento de óleo: en
lugar de mezclar los jugos vegetales y minerales machacados en clara
de huevo, como se venía haciendo tradicionalmente, empezó a
mezclarlos con aceites de procedencia vegetal o mineral.
Esta innovación, constituyó
en la pintura una verdadera revolución técnica. De hecho, durante
bastantes décadas a este nuevo invento se le conoció con el
misterioso nombre de "el
secreto flamenco".
El aceite mineral o vegetal,
tardaba mucho más tiempo en secarse que la clara de huevo y por
tanto su utilización y modificación podían prolongarse durante más
tiempo, tanto cuanto tardaba en secarse la obra hecha con esta nueva
mezcla de aceite.
Además, el aceite dio origen
a nuevos y más brillantes pigmentos e hizo posibles nuevos tipos de
veladuras y matices que enriquecieron notablemente la paleta del
pintor.
La creación de las pinturas
en el propio taller del artista, permite a los técnicos y estudiosos
actuales, conocer mejor los secretos de la pintura de cada taller y
como consecuencia facilitar la atribución de obras que han llegado
hasta nosotros como anónimas o sin firma.
También permite además,
analizar el tipo y composición de la pintura utilizada en cada etapa
del pintor y seguir así el itinerario y las influencias que un
determinado artista ha ido recibiendo a su paso por distintos
talleres y estudios.
Hasta el siglo XIX no
aparecieron nuevos y brillantes pigmentos ni nuevos envases que
permitieran la comercialización del color. En este siglo se
inventaron los tubos plegables que sustituyeron a las tradicionales
bolsitas de óleo, hechas con tripa de cordero.
El aceite dio origen a
nuevos
y brillantes pigmentos e hizo posibles
nuevas veladuras y
matices que enriquecieron grandemente las posibilidades de la
pintura.
5.2 Colores primarios y
secundarios
"La
percepción de los diferentes colores, a nivel cerebral, constituye
un proceso de dos tipos de neuronas presentes en el área de la
corteza visual específica para el color. Estas neuronas recogen la
información emitida por los conos y la vuelven a codificar en dos
dimensiones de pares antagónicos: ROJO-VERDE y AZUL- AMARILLO. O
dicho de otra
manera, estas
células se excitan o inhiben ante la mayor o menor intensidad de la
señal del ROJO frente a la del VERDE y del AZUL frente a la SUMA DE
ROJO y VERDE, (amarillo)".
De esta teoría se deduce una
primera división de colores en primarios y secundarios:
Los colores
primarios,
según acabamos de decir, son el
rojo, el azul y el verde.
La ausencia de estos tres colores sería el negro y la suma de todos
ellos el blanco.
Con los colores primarios se
pueden fabricar el resto de los colores mezclándolos de dos en dos y
siempre a partes iguales.
Los colores
secundarios
son todos los demás que pueden conseguirse mediante mezclas de los
primarios.
5.3.1 Colores cálidos y
colores fríos
La
segunda división de los colores en cálidos
y fríos
responde
a una sensación psicológica y a la vez térmica que producen los
colores en relación con su entorno y con la experiencia de las
personas.
Son
cálidos
los colores que van del rojo al amarillo.
Colores cálidos:
escarlata, rojo,
naranja, amarillo y verde limón
Los colores cálidos, crean una sensación de calor, alegría, actividad, y movimiento. Incitan a la actividad, a la diversión y a la acción. Estos colores son el escarlata, el rojo, el naranja, el amarillo y el verde-limón.
Representan
también la extroversión. Llevados al extremo, también incitan a la
agresividad, la competitividad, la expansión y la iniciativa.
(Teoría de
Francesc Subirats).
Veamos ahora, a modo de
ejemplo, varios cuadros realizados mayoritariamente con colores
cálidos:
Anotamos los colores con
que está realizado este cuadro alegórico representativo del más
esplendoroso Renacimiento: resaltan el escarlata y el rojo en las
túnicas de Venus, (figura central) y de Mercurio, primero por la
izquierda. Encima de Venus, diosa del amor, aparece Cupido (blanco
rosáceo), que dirige sus flechas al grupo de las tres Gracias y en
concreto a la central, Castitas, que mira de reojo a Mercurio. En el grupo de las tres
Gracias sobresalen los blancos vaporosos de sus túnicas así como
el de la ninfa Cloris que al ser tocada por el viento, Céfiro,
primero por la derecha, se transforma en Flora, diosa de la tierra y
de las flores. Sus cuerpos ondulantes exhiben el desnudo juvenil,
rosado suave y y cabelleras rubias. Todo en un escenario vegetal de
naranjos en los que domina el verde oscuro limón.
Vemos en los primeros y últimos planos del cuadro un conjunto de personajes en cuya vestimenta predominan con abundancia los colores primarios, rojos, amarillos y azules suaves, que con sus variadísimos matices salpican la composición y la transforman en una visión alegre y optimista que se corresponde además con la interpretación bullanguera que todos atribuimos a la festividad de los Reyes Magos.
Aprovechando los conocimientos que vimos en anteriores capítulos podemos ir completando el análisis del presente cuadro de Fra Filippo, fijándonos en la composición geométrica triangular, groso modo, que forman las cabezas de los dos primeros Reyes Magos de la izquierda y la Virgen y San José, en la cúspide del triángulo para descender luego mediante el personaje en rojo arrodillado y las dos figuras de pie que cierran el triángulo por la derecha. La base del triángulo es la del propio cuadro.
El único centro de interés está en la figura del Niño Jesús y de su Santísima Madre sobre los que confluyen todas las miradas que contemplan la escena.
Ésta se prolonga por los ángulos superiores, izquierdo y derecho, que desbordando el primer plano del Nacimiento de Jesús, dan profundidad al cuadro mediante un paisaje que se pierde en horizontes lejanos.
5.3.2 Los colores fríos
Los colores
fríos
provocan
la sensación de frío, serenidad,pasividad, recogimiento y
sentimentalismo. También evocan lejanía y cautela. Estos
colores son los que van del azul al verde.
5.4
La paleta de cada pintor
|
Entendemos por paleta
del pintor el
conjunto de colores que más abunda en su paleta, tabla o el lugar
donde cada pintor hace sus mezclas hasta conseguir los matices
deseados.
El color predominante en la
paleta de cada pintor es de suma importancia en el estudio de sus
cuadros, pues cada artista tiene sus colores preferidos que, a su
vez, ayudan mucho a definir el carácter, temperamento y personalidad
de quien lo trabajó. La paleta también delata su visión optimista
o pesimista de la vida y del mundo y las influencias que ha recibido
de sus maestros.
Por todo ello el color es la
mejor firma de un artista y en algunas ocasiones, como en los casos
de cuadros anónimos, una seguridad máxima para su atribución
indiscutible. Casi total, más aún cuando quien fabricaba los
colores que consumía era el propio pintor o su entorno inmediato.
La paleta del Greco es un
ejemplo de colores fríos. La suavidad del color y sus tonos
mortecinos de rojos, azules, grises y blancos nos invitan a una
contemplación serena y pasiva, pero sin conmover nuestros
sentimientos.
“El Martirio de San Mauricio y la legión tebea” lo pintó el Greco para decorar una de las capillas del monasterio de San Lorenzo del Escorial por encargo de Felipe II, en 1579.
El rey buscaba un cuadro que inspirara devoción para presidir la nueva capilla del monasterio dedicada al martirio de la Legión Tebea. A Felipe II no le gustó el cuadro, pues aunque resumía y representaba magistralmente la historia del martirio de la admirable legión, el cuadro del Greco no movía la devoción de los fieles hacia estos santos mártires que era lo que el rey buscaba. De hecho, nunca llegó a ocupar su lugar en la capilla recién creada, si bien fue muy elogiado y apreciado por sus contemporáneos.
El Padre Sigüenza escribía sobre el cuadro “que el cuadro es de mucho arte, y que su autor sabe mucho, y se ven cosas excelentes de su mano".
El artista, para vengarse de las críticas de sus contrincantes, firmó su obra en una hoja de papel que muerde una víbora, (derecha inferior del cuadro), alusión patente a los críticos envidiosos.
Los colores excesivamente fríos y el desnudo de sus personajes no gustaron a Felipe II que no le volvió a hacer ningún encargo, por lo que el Greco se retiró a Toledo, donde trabajó después con fama de gran artista, el resto de sus días.
“El Martirio de San Mauricio y la legión tebea” lo pintó el Greco para decorar una de las capillas del monasterio de San Lorenzo del Escorial por encargo de Felipe II, en 1579.
El rey buscaba un cuadro que inspirara devoción para presidir la nueva capilla del monasterio dedicada al martirio de la Legión Tebea. A Felipe II no le gustó el cuadro, pues aunque resumía y representaba magistralmente la historia del martirio de la admirable legión, el cuadro del Greco no movía la devoción de los fieles hacia estos santos mártires que era lo que el rey buscaba. De hecho, nunca llegó a ocupar su lugar en la capilla recién creada, si bien fue muy elogiado y apreciado por sus contemporáneos.
El Padre Sigüenza escribía sobre el cuadro “que el cuadro es de mucho arte, y que su autor sabe mucho, y se ven cosas excelentes de su mano".
El artista, para vengarse de las críticas de sus contrincantes, firmó su obra en una hoja de papel que muerde una víbora, (derecha inferior del cuadro), alusión patente a los críticos envidiosos.
Los colores excesivamente fríos y el desnudo de sus personajes no gustaron a Felipe II que no le volvió a hacer ningún encargo, por lo que el Greco se retiró a Toledo, donde trabajó después con fama de gran artista, el resto de sus días.
5.5 Los colores simbólicos
Acabamos de distinguir entre
colores cálidos
y fríos.
A esta división debemos añadir otra: la del valor
simbólico del
color que determinados colores han ido adquiriendo en las
instituciones civiles y religiosas en razón del significado que se
les ha ido atribuyendo.
En muchos casos esa simbología
de los colores está siendo aprovechada actualmente por las técnicas
modernas de publicidad.
En este apartado solo
hablaremos de los colores
simbólicos consagrados en la pintura y
más concretamente en la historia de la pintura religiosa.
Las religiones han hecho
siempre un uso intencionado del color como símbolo en su liturgia.
Este uso se refleja claramente
en la historia del arte mayoritariamente religioso durante grandes
períodos históricos.
Entre los católicos, por
ejemplo, son de todos conocidos los llamados colores litúrgicos y lo
que cada uno simboliza y cuándo se usan a lo largo del calendario
religiosos.
El color blanco,
expresa luz, pureza, alegría, inocencia, triunfo e inmortalidad. La
casulla y demás complementos para la liturgia y el oficio divino son
blancos en las festividades del Señor, de los confesores y en las
ceremonias nupciales.
El verde,
simboliza la esperanza, deseos de vida eterna.
Es el color propio del año litúrgico ordinario, de gran número de
fiestas y de los domingos de gran parte del año litúrgico.
El rojo,
simboliza el fuego, la sangre y el amor divino. La casulla y demás
complementos litúrgicos son de color rojo en las fiestas del
Espíritu Santo, en las de los mártires, en tiempo de Pasión y en
Pentecostés.
El negro,
representa el luto y la muerte y se reserva para las misas de
difuntos y Viernes Santo el
morado símbolo de
penitencia: adviento, cuaresma, vigilias y rogativas.
Esta rotación de colores
simbólicos es muy antigua en la Iglesia y su origen fue, sin duda,
bizantino y oriental.
Domenikos Theotocopoulos.
El Greco (1541- 1614). “El Expolio”.
|
Este color ha sido siempre
difícil de conseguir en la industria del tejido pues el tinte lo
obtenían machacando un marisco llamado "porphyre"
que se recogía en las costas orientales del Mediterráneo. Su
obtención era lenta y cara y su uso se reservaba para la realeza.
El Greco, en el Expolio,
pintó la túnica del Señor en rojo púrpura, precisamente por ser
Jesucristo rey universal y ser el color púrpura el color simbólico
para realeza. El cretense Domenikos
Theotokopoulos, griego de origen, no podía ignorar la tradición
bizantina de los colores simbólicos.
(Continuará)
Villanueva
de la Peña, 10 de febrero de 2019
JOSÉ
MANUEL GUTIÉRREZ BRAVO
Maestro, doctor en Historia
Exdirector
de la Universidad Laboral de Toledo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Envíanos tus comentarios