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79 Las aves en Delibes




             
EL HERRERILLO


¡Qué cosa más mona! Este herrerillo es un primor. Dan ganas de llevárselo a casa. Con el aspecto de un gorrión, el herrerillo es uno de tantos pajarillos de campo que alegran nuestro paisaje rural español.
Tiene el herrerillo por nombre científico el de parus caeruleus y recibe otras denominaciones como cachapín, caganchín, chichipán, jerrerín, jerrerito, jerrerito basto, peberete o tobenique. Miguel Delibes, para empezar, los vio en Sedano:

En Sedano, el prieto roble de las laderas se diluye, prácticamente desaparece en las inmediaciones del pueblo y surgen, a cambio, dispersas arboledas de olmos, castaños y pinos, aparte arbustos y arbolillos de menor entidad, como cerezos, endrinos y avellanos, donde suelen anidar los pequeños insectívoros (mosquiteros, petirrojos, herrerillos, etc.) en cuyos nidos, minuciosamente construidos, gusta el cuco de depositar sus huevos.

El herrerillo es pájaro gracioso y colorido, de tonos azules, verdes, negros, amarillos… Tira más al bosque que al llano y busca árboles cerca para vivir. Por eso es normal que Delibes los viera en Sedano, al norte de Burgos, donde Castilla se empina y las tierras de cereal empiezan a desaparecer en favor de la media montaña. Cierto es que para pasar el invierno el herrerillo desciende a bosquetes, parques o humedales más cálidos.

Con la comida al herrerillo le pasa lo mismo. Su alimentación varía del verano al invierno. Si en verano se pega sus buenos festines de insectos y arañas, mariposas, escarabajos, cuando llega el otoño llenará su tripita de moras, higos, piñones y otras semillas.

Espera el herrerillo a marzo para construir su nido. Como el metro cuadrado le sale gratis, buscará la mejor ubicación: lo mismo es una hermosa grieta de una tapia que unos matorrales o una casa de labranza abandonada. A su gusto, que aquí no hay hipotecas o escrituras. Como materiales de construcción puede emplear lana, hojas de los árboles, musgo, hierba seca… En esa línea. Finalmente forrará con plumas ese nido y se dispondrá a poner sus huevos, habitualmente no menos de seis ni más de doce. El trabajo de empollar los huevos corresponderá a la hembra, que verá por primera vez a sus polluelos a mediados de abril. Desde entonces, será el macho el que traiga alimento a sus polluelos mientras que la madre permanece en el nido. Los primeros vuelos de los pollos se producirán en mayo. Si es caso (como diría Delibes), la pareja de herrerillos comenzará un nuevo ciclo que terminará a finales de julio. Si no, la cosa quedará en una sola puesta y todos tan contentos. A más puestas, más opciones de que la especie continúe. Los huevos son presa fácil de otras aves y de culebras. No obstante, el herrerillo no se acobarda y planta cara a otros herrerillos que merodean por su territorio, incluso a aves más grandes.

Los herrerillos son valientes y suelen desafiar a vecinos de la misma especie que han entrado en su territorio o a cazadores más grandes, a los que intentan ahuyentar picoteándoles y mostrando una actitud agresiva.

Acabo este artículo tranquilizando a los lectores: no peligra el herrerillo en España. Los hay en abundancia. Al menos, con este pájaro, todo va bien.

JORGE URDIALES YUSTE
Doctor en periodismo. Profesor
Especialista en Miguel Delibes

           

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