ADAGIO
"ADAGIOSAMENTE"
He salido a ver y a sentir
el sol de la tarde paseando por las orillas de la bahía. En mis
oídos está sonando un ADAGIO musical cuya lentitud de su “tempo”
se une y acompasa con la lentitud y levedad de la “atmósfera”
que veo, que respiro y que oigo. La inmensidad del agua fluye y
refluye con lentitud en este oleaje leve y casi imperceptible. Suena
y oigo el avance lento y profundo del contrabajo al mismo tiempo que
veo y oigo graznar a un par de gaviotas suspendidas en el aire en
vuelo de “contraviento”. Las agudas notas de los violines
resuenan acompasadas mientras un barquito avanza “adagiosamente”
sobre las aguas de la bahía, impulsado por el suave viento que azota
tímidamente sus velas. Un pescador lanza su caña y el anzuelo queda
sumergido en el fondo esperando su recompensa, mientras yo obtengo la
mía al escuchar en ese momento los tubos del órgano en “sol
menor”… El pez, como si hubiera oído la melodía, se entrega a
las llamadas del gusano prendido al final del hilo. Y así, poco a
poco, lento y lento, avanza el ADAGIO en mis oídos, cuando veo
sobresalir del agua nadando al somormujo que avanza rápido, como
contrapunto a mi adagio; que levanta su cuello, cual periscopio
naval, para observar a su alrededor; que aparece y desaparece
“somormujeando su cabeza” y “dejándose calar” al fondo del
río garcilasiano. La orquesta va dando fin a su concierto y el
“somormujo” que lo oye y este “escuchante” ven pasar con
la lentitud del mismo adagio a personas que se dejan bañar por el
sol, por el aire, por el agua y por la música.
¡Gracias, Albinoni;
muchas gracias, Giazzotto!
Adagio es una palabra que deriva de dos fuentes etimológicas distintas: del latín adagĭum o del italiano adagio. Cuando proviene del latín, el concepto pertenece al terreno de la lingüística y se emplea para nombrar a una expresión concisa que suele tener una enseñanza moral y que resulta fácil de memorizar o aprender. Un ejemplo de adagio es “Más vale prevenir que curar”. En este caso, la sentencia invita a tomar medidas o precauciones para no caer en males futuros de cualquier tipo, que serían más difíciles de solucionar. Los adagios son similares a los refranes, las máximas, los proverbios y los aforismos: todo ello estudiado por la paremiología.
Adagio es una palabra que deriva de dos fuentes etimológicas distintas: del latín adagĭum o del italiano adagio. Cuando proviene del latín, el concepto pertenece al terreno de la lingüística y se emplea para nombrar a una expresión concisa que suele tener una enseñanza moral y que resulta fácil de memorizar o aprender. Un ejemplo de adagio es “Más vale prevenir que curar”. En este caso, la sentencia invita a tomar medidas o precauciones para no caer en males futuros de cualquier tipo, que serían más difíciles de solucionar. Los adagios son similares a los refranes, las máximas, los proverbios y los aforismos: todo ello estudiado por la paremiología.
Cuando adagio proviene de
la lengua italiana,
su utilización se encuentra en el terreno de la música.
La noción alude a un cierto tempo,
es decir a la “velocidad” en que se debe interpretar la pieza
musical.
El adagio supone la ejecución de unas sesenta negras por minuto.
También se conoce con el nombre de aire o movimiento y
en una partitura es normal encontrar la indicación de esta velocidad
al comienzo de la pieza, sobre el pentagrama.
Hasta la invención del
metrónomo hubo que buscar una palabra que diera una idea aproximada
del “estado de ánimo” que el compositor pretendía expresar en
cada momento y entre ellas están largo, largheto, ADAGIO,
andante, andantino, moderato, allegretto, allegro, vivace, presto,
prestissimo, que, a veces, eran matizadas seguidas de una segunda
palabra: espressivo, solemne, grazioso…
El metrónomo
es un aparato utilizado para indicar el tempo
de las composiciones musicales. Produce una señal acústica,
semejante al tic-tac de un reloj, con la frecuencia deseada.
Para
definir la velocidad a la cual debe ser ejecutada una pieza musical,
se establece el tiempo de duración de una figura.
Si quien escribe la composición desea que el
tempo
sea de una negra por
segundo, escribirá en la parte superior de la partitura de
la obra la indicación
" =
60",
indicando
así el número de negras que deben sonar en un minuto. Esto servirá
para ajustar el dispositivo a este valor. El adagio actualmente
correspondería a una velocidad mayor
que largo o largheto
pero
menor que andante o moderato.
En el metrónomo sería, aproximadamente,
" =
70".
Por
extensión, un adagio es una pieza musical cuyo tempo es lento. Es el
caso de la composición “Adagio
de T. Albinoni” Los
adagios, por lo general, aparecen en el segundo o en el tercer
movimiento de un concierto o de una sinfonía y tienen una duración
variable, según las épocas: entre los tres minutos en el
Renacimiento a los quince minutos en el Romanticismo. En el primer
movimiento de la sonata de Beethoven “Claro de luna”, que
estudiamos el mes pasado, tenemos un “claro” ejemplo.
LA HISTORIA del “ADAGIO
DE TOMASO ALBINONI”
Tal vez sea una sorpresa el
afirmar que este Adagio que vamos a oír, no lo compuso Tomaso
Albinoni; sin embargo, desde que se publicó por primera vez, se ha
escrito y dicho que es el “Adagio de Albinoni”. No tuve la
suerte de oírselo tocar a nuestro organista, el Hno B.Félix en los
años 50/60. Conocida como Adagio
de Albinoni, esta obra es
posiblemente la composición musical más famosa que existe del
Barroco (siglos XVII y XVIII), pero con la salvedad de que no se
compuso durante el Barroco ni fue Tomaso
Albinoni su autor. En realidad
el Adagio en sol menor fue
compuesto en 1945 por el musicólogo italiano Remo
Giazotto.
De
la vida de TOMASO ALBINONI (1671-1751) compositor barroco
veneciano, poco sabemos. Sin embargo, se ha hecho muy famoso a raíz
de esta obra que no le pertenece. Fue antecesor de los llamados
“dilettanti”, del artista independiente que aparecería con el
Romanticismo. Se dedicó a la composición tanto vocal como
instrumental. Sus obras vocales cayeron pronto en olvido, pero no así
las instrumentales, con Doce Sonatas, Sinfonías, Conciertos y su
última obra, la ópera Artamene.
EL AUTOR DEL ADAGIO DE
ALBINONI FUE REMO GIAZOTTO
Este Adagio fue compuesto en
1945 por el musicólogo italiano REMO GIAZOTTO y se publicó por
primera vez en 1958. Giazotto dijo haber encontrado entre las ruinas
de la Biblioteta de Dresde un supuesto fragmento manuscrito en el que
tan solo figuraba el pentagrama del bajo y seis compases de la
melodía que atribuyó a Albinoni. A partir de ahí trabajó en
arreglar y terminar la composición. Y el editor dio como verídica
esta versión de Giazotto para que fuera más valorada dicha
composición: unos fragmentos de un movimiento lento de una sonata a
trío de Albinoni, presumiblemente encontrados en las ruinas de la
Biblioteca de Dresde tras los bombardeos de la ciudad acaecidos en la
Segunda Guerra Mundial. La verdad es que nunca se ha encontrado
una prueba seria de la
existencia de tales fragmentos e incluso se ha desmentido
formalmente que estuvieran en esa colección de partituras. El tema
de este Adagio tiene, según musicólogos, semejanzas con otros
fragmentos de piezas de otros compositores como de L. Farrenc -1841-,
de un Adagio de Vivaldi o de los primeros acordes de un aria de “La
Pasión según San Juan” de J.S. Bach.
REMO
GIAZOTTO (1910-1998) fue un musicólogo italiano que
estudió la clasificación y catalogación de las obras de Tomaso Albinoni y escribió biografías de varios compositores, entre ellos Antonio Vivaldi y el propio Albinoni. Crítico y editor de revistas musicales fue también profesor de Historia de la Música en la Universidad de Florencia. Llegó a ser director de los programas de música de cámara para la RAI y de la Unión Europea de Radiodifusión.
estudió la clasificación y catalogación de las obras de Tomaso Albinoni y escribió biografías de varios compositores, entre ellos Antonio Vivaldi y el propio Albinoni. Crítico y editor de revistas musicales fue también profesor de Historia de la Música en la Universidad de Florencia. Llegó a ser director de los programas de música de cámara para la RAI y de la Unión Europea de Radiodifusión.
Los
expertos musicales de todo el planeta coinciden en señalar que el
famoso Adagio en sol menor es
una composición enteramente original y compuesta en su totalidad por
Remo Giazotto, quien falleció el 26 de agosto de 1998, quedando como
el descubridor de la misma y sin recibir ni disfrutar en vida de los
debidos reconocimientos como autor de tal magna composición.
FAMA:
Escrita
en el estilo propio del periodo barroco, la obra es de una singular
belleza y rápidamente se hizo muy popular, siendo una de las obras
más interpretadas en la actualidad, y una de las más conocidas por
el público en general. Ha sido empleada en la cultura popular como
fondo musical en películas, publicidad y programas televisivos.
Cuenta
también con versiones cantadas de Camilo Sesto, (“Mientras
mi alma se sienta”),
Sarah Brighman, (“Anytime,
anywhere”).
E incluso hay un “Poema para un adagio” de la cantante argentina
Liliana Maturano (Tormenta) que escribo a continuación y que ella
canta.
POEMA PARA UN ADAGIO
cantado
por Liliana Maturano (Tormenta)
AUDICIONES
.
Con imágenes de la orquesta https://youtu.be/_eLU5W1vc8Y
.
Otra versión https://youtu.be/MfkzNNaXFyo
CONSULTAS
.Julián
Pérez Porto y Ana Gardey, Definición de Adagio, 2015
.Eleanor
Selfridge-Field, Venetian
Instrumental Music, from Gabrieli to Vivaldi. Nueva
York, Dover Publications, 1994. ISBN
0-486-28151-5
.Michael
Talbot: "Tomaso Albinoni", Grove Music Online ed. L. Macy
.Carta
de la Biblioteca Nacional Sajona de Dresde (especcialista Marina
Lang), 24 de septiembre de 1990, reproducida en facsímil por Wulf
Dieter Lugert y Volker Schütz, Adagio
à la Albinoni,
Praxis des Musikunterrichts 53 (14 de enero de 1998), pp. 13–22.
.Wikipedia
AUXENCIO
MUÑOZ ACEBES
Maestro. Catedrático de Lengua y Literatura
Maestro. Catedrático de Lengua y Literatura
Organista
Abril, 2019
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