DIÁLOGO DE ÁGUILAS Y BUITRES
Alto suben,
bajo
bajan.
Son los
buitres,
son las
águilas.
—¿Tú
a qué vas?
—Yo a
por mortaja.
Quítate,
maja.
Déjame
solo,
levanta
el ala.
—Será
si quiero,
si me da
la gana.
DIÁLOGO
DE BESUGOS
Con
sus ojazos de huevo
se
miraban dos besugos
mientras
nadaban a plomo
diciéndose
cabezudos:
—¿Has
visto que van delante
los
salmones boquirrubios?
—¿Y
a mí qué, si no se enteran
de
que vamos detrás suyo
y
podemos distraernos
con
otros peces más chulos?
—Yo
no intento molestarte
sino
hacerte ver el rumbo
que
ellos llevan cara al río
por
el que van tumbo a tumbo.
—Déjalos,
que volverán
a
este mar ancho y profundo
en
el que estamos a salvo
de
peligros iracundos.
Y
así se quedaron solos
parloteando
los besugos.
Esto
sucede también
a
los hombres cojonudos
que
en vez de unirse a una hembra
pasan
hambre por un tubo.
(Puede
y debe quitarse, cortarse, el rabo de la moraleja si el texto se
publica para solo los niños)
DIÁLOGO
DE CERDOS
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