MEDINA DE RIOSECO
Medina de Rioseco es uno de los pueblos más afamados de Valladolid. Casi no hay Semana Santa que iguale la que procesiona por sus calles. Pocos son los riosecanos que no son cofrades.
Se sabe que don Miguel era poco amigo de grandes comilonas, que a veces ni hacía parada para comer el taco (ese almuerzo de los cazadores a media mañana). Pero de lo poco que dejó escrito sobre el tema fue aquí en Rioseco, en el famoso cocherón de Reglero:
El remate de la fiesta fue gastronómico. Una merienda en El Cocherón de Reglero, en Rioseco, preparada por Braulio, el de Castromonte: jamón, pimientos, longaniza y tortillas para abrir boca, y setas con patatas y conejo al ajo para cerrarla. Todo ello regado con clarete de la tierra y unos pasteles de Marina para desengrasar.
Medina de Rioseco, conocido por Delibes desde pequeño, no aparece con frecuencia en sus libros hasta los años 80 y 90. Su libro El último coto tiene la culpa. Son unas temporadas de caza en las que se patean una y otra vez el coto El Bibre, del que era dueño Jesús María Reglero, uno de los más conocidos vecinos, hoy, de Rioseco.
Castilla habla (1986) guarda también unas cuantas páginas para el pueblo: el capítulo VIII está dedicado a Alfredo Rodríguez, el del famoso palomar a 2 km del pueblo. Alfredo vivió casi pegado al Canal de Castilla y vendía sus pichones al restaurante La Rúa, que tenía enfrente de casa. Cuando entré en casa de Alfredo en 2013 me di cuenta de que era un señor de otro tiempo, de Castilla la Vieja. Su salón no tenía terraza, sino galería. Los grifos del baño eran uno para el agua fría y otro para la caliente. Todo estaba limpísimo. Incluso conservaba en su salón la silla en la que se había sentado Isabel II el día que se acercó a Rioseco a inaugurar el Canal de Castilla. Porque Isabel II se hospedó en su casa.
Cuando
preparamos las Rutas de Delibes por Rioseco, quisimos poner al milano
como ave delibesiana característica del pueblo, al almendro como
planta que también se da y al trisagio como voz rural empleada por
Delibes y conocida en las casas de la localidad. Era
muy frecuente en Castilla la costumbre de rezar este trisagio en
ocasiones de mucho espanto o miedo. E igualmente es todavía una
costumbre muy arraigada en los pueblos castellanos, encender cirios a
Santa Bárbara, como abogada de las tormentas, como igualmente sacar
a los santos protectores, San Isidro labrador, Santa Bárbara, San
Roque...a la puerta de la iglesia para parar y espantar las tormentas
incipientes.
De
darnos una vuelta por Medina de Rioseco un día de primavera, habría
que visitar el Canal de Castilla e incluso montarse en uno de sus
barcos un par de horas y después recorrerse las principales
iglesias: la iglesia de Santa María, de cuya capilla dijo Eugenio
d´Ors que era “La capilla sixtina de Castilla”. Y, entre otras,
la iglesia de Santiago, que reúne todos los estilos de la
arquitectura española.Alfredo Rodríguez y palomar
Podríamos comer en el mesón La Rúa, ya que se relaciona con Alfredo Rodríguez, 40 años servicio de cocina tradicionalmente castellana, y por la tarde nos pasaríamos por la pastelería Marina, nombrada por Delibes y de excelentes bollos y rosquillas.
Medina de Rioseco es uno de los pueblos clave en la Historia de España y Delibes que, con sus cazatas y sus literaturas, quiso poner su granito de arena a engrandecer a esta localidad.
JORGE URDIALES YUSTE
Doctor en periodismo. Profesor
Especialista en Miguel Delibes
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