LAS RUTAS DE DELIBES:
MOJADOS
Mojados es uno de los grandes pueblos de la provincia de Valladolid que está en la carretera de Madrid, por el que pasa el río Cega y por el que pasó Delibes.
A Mojados lo nombra Delibes en El último coto para ofrecernos la siguiente reflexión:
Es la cigüeña uno de esos
pájaros que abunda y no se pierde, que ha cambiado de hábitos, eso
sí, como decía el escritor, pero que prolifera por miles en España.
Las cigüeñas que vio Delibes y las de ahora forman parte del alma
de Castilla, de sus pueblos. Nos parece a muchos que un par de
cigüeñas sobre la torre de la iglesia de un pueblo y alguien que
suba a tocar las campanas bastan para anunciar al mundo que ese
pueblo no ha muerto.Acedera
Y si la cigüeña es el ave que elegimos para este pueblo de Mojados dentro de las Rutas de Delibes, la acedera fue la planta escogida y el hachón la palabra rural que, por supuesto nombra Delibes y que se usó en Mojados.
Hachero La palabra hachón, para los que desconocen este vocablo, es una palabra en desuso. Los hachones son las velas altas que se ponían en los hacheros. Los hachones pueden medir un metro. Cada familia tenía un hachero en su casa. Hachero: mueblecito de madera pintado de negro con dos o tres baldas horizontales y dos verticales en los extremos. Las baldas horizontales tenían cuatro agujeros para meter por ellos los hachones. Algunos hacheros tenían un cajón anejo a la balda horizontal más cercana al suelo. Allí se metían las cerillas o velas pequeñas o un trapo para limpiar el hachero. El hachero y los hachones se empleaban cuando fallecía alguien de la familia. Se subía a la iglesia y se ponía delante de la sepultura. Cada familia tenía una sepultura dentro de la iglesia en Mojados y en cualquier otro pueblo de Castilla. Si la familia era pudiente, ponía cuatro hachones, si no, uno o dos. El hachero permanecía en la iglesia 1 o 2 o 3 años y es un objeto que se ha dejado de usar con el tiempo.
Delibes nos cuenta en El último coto que solamente pasó por el pueblo, poca cosa. No sabemos si fue alguna otra vez por Mojados. Al menos él no nos lo dice a lo largo de su narrativa.
De ir por el pueblo uno de estos días, sería interesante visitar las iglesias que citó Delibes: la de San Juan, levantada en el siglo XIII; y la de Santa María, mudéjar. De allí habría que ir dando un paseo hasta el río Cega para ir haciendo hambre y parar a comer en El Cossío, restaurante de vieja estirpe castellana. Pasados los postres y pagada la cuenta habría que acercarse a la D de Delibes que da fe en Mojados de que este es uno de los pueblos de las Rutas de Delibes. Así, pueblo a pueblo, vamos recorriendo el territorio más típicamente delibesiano, el de la provincia de Valladolid.
JORGE URDIALES YUSTE
Doctor en periodismo. Profesor
Especialista en Miguel Delibes
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