LA
PRIMAVERA
ALLEGRO (Primer
movimiento)
Llegó la primavera y
festejándolo
La saludan los pájaros con alegre canto,
Y las fuentes con el soplo de los cefirillos
Con dulce murmullo discurren entretanto:
Vienen cubriendo el aire con negro manto
Y rayos, y truenos, elegidos para anunciarla
Callando así estos, los pajarillos,
Vuelven otra vez a su canoro encanto.
La saludan los pájaros con alegre canto,
Y las fuentes con el soplo de los cefirillos
Con dulce murmullo discurren entretanto:
Vienen cubriendo el aire con negro manto
Y rayos, y truenos, elegidos para anunciarla
Callando así estos, los pajarillos,
Vuelven otra vez a su canoro encanto.
LARGO (Segundo
movimiento)
Y así, sobre el florido
y ameno prado,
al caro murmurar de
bosques y plantas,
duerme el cabrero con el
fiel can al lado.
ALLEGRO (Tercer
movimiento)
De la pastoral zampoña
al son festejante
Danzan ninfas y pastores
en el techo amado
A la brillante llegada
de la primavera.
Los románticos versos que preceden corresponden –según se cree- al soneto que el propio Antonio Vivaldi escribió, bien para inspirarse en su composición musical, o como consecuencia de su concierto. Al principio de cada una de las “Estaciones” aparece un soneto, y este corresponde a “La Primavera”. Los dos primeros cuartetos corresponden al primer movimiento, que es Allegro; al segundo movimiento corresponde el primer terceto, Largo; y el segundo terceto al Allegro del tercer movimiento.
Ninguna pieza
mejor para vivir la primavera como salir por esos campos de Dios y
escuchar, en plena naturaleza, las armonías de La
Primavera
del músico italiano.
ANTONIO VIVALDI
Venecia 1678, y
Viena 1741, son las dos ciudades que lo vieron respectivamente nacer
y morir.
Mayor de siete
hermanos, de su padre heredó el virtuosismo del violín
–precursor de Paganini-. Sabemos que le llamaban “il
prete rosso” –el
cura rojo- porque
se ordenó de sacerdote y por el color de su pelo. La mayor parte de
su vida -36 años-, estuvo relacionada con el Ospedale della Pietà.
En Venecia existían cuatro conservatorios –llamados Ospedali- en
los que se recogían muchachas huérfanas, ilegítimas o pobres. Se
les educaba sobre todo en la música y Vivaldi podía disponer entre
70 y 100 miembros para experimentar diferentes combinaciones
musicales. Testigos opinaban que cantaban como ángeles y tocaban el
violín, la flauta, el oboe, el órgano…y parecían como novicias
ataviadas con guirnaldas de granadas en la cabeza…
Fue contemporáneo de J. S.
Bach y de F. Haëndel y vivió a caballo de los siglos XVII y XVIII.
Igualmente conoció a G. Battista Vico, pionero del Iluminismo en
Italia. Este movimiento influyó en Vivaldi, pues para ese movimiento
la música no tenía viabilidad consistente más que como imitación
de la naturaleza:
este es el pensamiento estético iluminista.
En 1737 se le acusó
escandalosamente de que, siendo sacerdote, “nunca había dicho
misa”. Él mismo justificó este hecho con estas palabras:
“No he dicho misa por
espacio de 25 años y no tengo intención de volver a hacerlo, no por
causa de prohibición u orden alguna, sino por mi propia voluntad, a
causa de una enfermedad que he sufrido desde mi infancia y que
todavía me atormenta…. Dije misa durante casi un año, pero
posteriormente decidí no volver a decirla por haber tenido en tres
ocasiones que abandonar el altar antes de concluir el sacrificio a
causa de mi enfermedad… Ya no puedo caminar sin sentir dolor y
opresión en el pecho… Nunca voy a pie…etc”
No siempre fue estimado en su
país, por lo que al final de su vida marchó a Viena, donde
falleció, pobre, a los 63 años de edad.
LA OBRA
Las
cuatro estaciones es
la obra más conocida de Vivaldi. Proporciona uno de los ejemplos más
tempranos y detallados de lo que después se llamaría música
programática o
descriptiva,
música con un elemento narrativo. Por ejemplo, la “Primavera”
suena alegre, explosiva, verde; el "Invierno" está pintado
a menudo con tonos oscuros y tétricos: por el contrario, el "Verano"
evoca la opresión del calor, reproduciendo incluso una tempestad en
el último movimiento.
Vivaldi
divide cada concierto en tres movimientos, rápido-lento-rápido,
y de la misma manera cada soneto se parte en tres secciones. Dos de
estos movimientos, el primero y el tercero, están en tiempo
de Allegro o Presto,
mientras que el segundo está caracterizado por un tempo
de Adagio o Largo.
-
III. Allegro pastorale (en mi mayor)
Con
esta obra, Vilvaldi quiso plasmar en la música los sentimientos que
despertaban en él las estaciones del año. En la sección media del
concierto Primavera,
cuando las cabras duermen, su perro ladrando queda marcado por la
sección de viola. De la misma manera se evocan otros acontecimientos
naturales. Los violines, la orquesta de cuerdas y el bajo continuo
consiguen imitar al canto de pájaros, los disparos de escopeta, los
ladridos de los perros, el rumor del agua de los arroyos...
El
comienzo del concierto es muy festivo.
Ángeles
Saavedra
lo explica así:
“Después de un largo
invierno en el que la nieve cubre de blanco el gran paisaje, surge la
primavera como una explosión de colorido, las flores, las mariposas
y el canto de los pájaros inicia con un himno de alegría con que se
recibe esta bella estación.
Los pájaros se suman a la
alegría general con sus trinos y gorjeos (tres violines solistas) A
lo lejos se escucha el suave murmullo del arroyuelo de aguas
cantarinas, también en primavera hay terribles aguaceros que se
anuncian con el relámpago y el trueno.
El segundo movimiento
dibuja una escena donde un pequeño pastorcillo se ha quedado
dormido, el viento suave produce un hermoso murmullo y el violín
solista describe el sueño tranquilo dulce y apacible del
pastorcillo.
En el tercer movimiento
se describe una fiesta pastoral, alegría de cantos y bailes
jubilosos por la llegada de la primavera.”
En
su estreno la obra fue recibida con entusiasmo, aunque fue a partir
de la segunda mitad el siglo XIX cuando se incluyó en innumerables
conciertos y producciones discográficas, y traspasaron los límites
de la música clásica. Hay cerca de mil versiones distintas: para
órgano, arpa, piano, guitarra y hasta en jazz.
El
público en general desconocía esta obra hasta 1950, pues vivió en
olvido casi 200 años. Hoy es una de las obras más interpretas en
conciertos.
Aunque hayamos dedicado este número sólo a la primera parte de la composición –La Primavera-, trascribimos aquí los otros tres bellos sonetos correspondientes al VERANO, OTOÑO E INVIERNO, y en las AUDICIONES incluimos también el concierto completo y algo más…
VERANO
Bajo dura estación por el Sol
encendida
Languidece el hombre, languidece el rebaño, y
arde el pino;
Suelta el cuco la voz, y cuando la
entienden
Cantan la torcaz y el jilguero.
El
Céfiro dulce sopla, pero en disputa
Se mueve Bóreas de
improviso a su lado;
Y llora el zagal, porque
suspendida
Teme a la fiera borrasca, y su destino.
Adagio e piano - Presto e
forte
Roba a sus miembros laxos el reposo
El
miedo al relámpago, y los fieros truenos
¡y de las
moscas, y moscones, el tropel furioso!
Presto
¡Ah,
que son sus temores verdaderos!
Truena y fulmina el cielo
y granizoso
Trunca las cabezas de las espigas y los granos
altera.
OTOÑO
Celebra el rústico, con
bailes y cantos
La feliz vendimia y el alegre placer
Y
del licor de Baco encendidos tantos,
Acaban con sueño su
gozo.
Adagio molto
Hace
cada uno saltos y bailes y cantos
El aire que templado da
placer,
Y la estación que invita a tantos
De
un dulcísimo sueño al bello gozo.
Allegro
Cazador
que al alba sale a la caza
con cuernos, escopetas y
jaurías salen fuera
Huye la fiera, y la rastrean;
Ya
sorprendida, y agotada por el gran ruido
de escopetas y
perros, herida amenaza,
Lánguida, con huir, pero abrumada
muere.
INVIERNO
Helado tiritar entre la nieve
plateada
al severo soplo del hórrido viento
correr
batiendo los pies en todo momento;
Y por el soberbio
castañetear los dientes;
Largo
Estar
junto al fuego, tranquilos y contentos,
Mientras afuera la
lluvia moja a ciento.
Allegro
Caminar
sobre el hielo, y a paso lento
Por miedo a caer avanzar
con cuidado;
Ir firme, resbalar, caerse al suelo
De
nuevo ir sobre el hielo y correr rápido
Sin que el hielo
se rompa, y se desmenuza;
Sentir que sale de las puertas
herradas
Siroco, Bóreas, y todos los vientos en
guerra
Esto es el invierno,
pero tal, que alegría nos trae.
AUDICIONES
CONSULTAS
Los
grandes compositores . Enciclopedia Salvat tomo I
Paloma
Varela y su comentario sobre la Primavera
Ángeles
Saavedra: Explicación de “Las cuatro estaciones de Vivaldi”
Wikipedia
AUXENCIO MUÑOZ ACEBES
Maestro. Catedrático de Lengua y Literatura
Organista
Mayo, 2019
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