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113 Magisterio. Educación Física

            
 

           


               95 La batalla de Maratón (II)


El día 4 de septiembre por la noche los hoplitas atenienses marchan a través de las llanuras del Ática hasta Maratón. Llegarían el 5 por la mañana, y acamparían en el Herácleo, un santuario situado en terreno elevado. Allí esperaron; ese lugar era una posición ventajosa para ellos; bajar a la llanura, a campo abierto, suponía estar en desventaja. Los persas, también esperaron el ataque de los griegos durante varios días; como éste no se producía, y como no querían enfrentarse a ellos con desventaja, Datis decide el día 10 de septiembre embarcar de nuevo sus tropas y llegar a Atenas por mar. No estaba dispuesto a ese enfrentamiento que le diezmaría sus efectivos y le restaría fuerzas para el asedio de Atenas.

Cuando los atenienses se enteran de que la caballería y parte de los efectivos persas han embarcado, deciden atacar. De madrugada, el día 11, Milcíades, el strategoi líder entre los diez generales griegos, organizó el ataque. Los persas aún no embarcados, unos 11.000 o 12.000, forman en posición de combate: su costumbre era formar una línea de 1.400 hombres con un fondo de 8 o de 10.


Dispositivo de ambos ejércitos antes de la batalla.
 A la izquierda, los griegos
 
2

Los griegos también formaron una línea de 1.400 hoplitas con un fondo de 8 guerreros, pero redujeron la zona central de su línea a un fondo de 4 hoplitas para oponer una línea equivalente ante el enemigo, al disponer de inferior número de tropas.

Su intención era la de crear un frente que igualara a los persas. Se situaron a unos 1.500 metros de distancia y avanzaron lentamente. Las flechas y las hondas persas eran efectivas a una distancia de un estadio unos 180 metros–. Cuando llegaron a esa distancia, los griegos emprendieron una rápida carrera desafiando los proyectiles persas. Éstos, muy preparados para la lucha en distancias medias, se sintieron sorprendidos; el choque fue brutal. 2

Los griegos, muy acostumbrado a las peleas cuerpo a cuerpo, por las continuas luchas internas que mantenían, fueron letales para los persas. Aun así, las líneas centrales, más debilitadas, y enfrentadas a las tropas de élite persas, cedieron; pero en ambos flancos, los atenienses y plateos fueron muy efectivos, hasta que los flancos persas se derrumbaron.

Choque de los dos ejércitos.
Ilustración de Richard Hook
 
2

Al verse sobrepasados sus flancos, los persas huyeron hacia la playa y las marismas; parte del contingente griego los persiguió, produciendo gran mortandad entre ellos; otra parte se volvió hacia el centro envolviendo a las tropas persas de la zona central, que sucumbieron. No se conformaron los griegos y persiguieron a los persas en retroceso hasta los mismos barcos, y lograron capturar siete tirremes antes de que el resto se hiciera a mar abierto.2

Desarrollo de la batalla.
Tomada de Philip de Souza
1

Las bajas griegas, según Herodoto, fueron de 192 hombres, la mayor parte de la zona central de su formación; los persas perdieron unos 6.400.1 La batalla fue larga; quizás se prolongó hasta la tarde de ese día, 11 de septiembre. Los hoplitas no estaban acostumbrados a luchas tan prolongadas; en sus peleas entre las diferentes tribus, las batallas no llegaban a durar más de 15 minutos. Estaban exhaustos.

Pero comprobaron alarmados que la flota persa se dirigía hacia el sur, hacia Atenas; distante por mar unos 100 km bordeando el Ática. ¡En menos de 10 horas estarían desembarcando en Falero, a escasa distancia de Atenas!, ¡y la ciudad estaba desprotegida! Los strategoi, liderados por Milcíades, decidieron reagrupar sus tropas y emprender una rápida marcha hacia Atenas para defenderla, a pesar de la gran fatiga que tenían por el inmenso esfuerzo de la batalla. Dejaron un contingente en Maratón para custodiar a los prisioneros, cuidar a los heridos y recoger a sus muertos. Los plateos no fueron a Atenas.

La marcha hacia Atenas fue rápida; ¡había que llegar a tiempo, para defenderla, antes que la flota persa! Parte del recorrido de los 40 km lo hicieron de noche, a marcha forzada, facilitada por la luz de la luna. Y lo lograron; llegaron antes de que la flota persa hubiera desembarcado; aunque exhaustos y con los pies ensangrentados. Acamparon en el santuario de Heracles, situado en las afueras, al sur de Atenas.


Los hoplitas atenienses después de hacerse los 40 km a marchas forzadas, una vez concluida la batalla, para defender Atenas. Ilustración de Richard Hook
1

Los refuerzos espartanos –2.000 hoplitas– llegaron a Atenas el día 12 de septiembre, con la batalla terminada; habían salido 3 días antes; en ese tiempo hicieron los 246 km que separan Esparta de Atenas; a unos 80 km diarios de media. Después, irían a Maratón; tenían curiosidad por conocer el escenario de la batalla y ver a los prisioneros persas, soldados con fama de terribles.

La flota persa anclada frente a Falero no llegó a desembarcar; levó anclas y puso rumbo de regreso a Asia. De momento la invasión había sido repelida. Pero volverían 10 años después, comandados por el rey Jerjes, sucesor de Darío. El contingente, esta vez sería 10 veces superior al anterior; no obstante, 300 espartanos lograrían retenerlo durante varios días en el paso de las Termópilas. Y aunque Atenas fue arrasada, los griegos lograron vencer a los persas en la batalla naval de Salamina, y después, en la batalla de Platea, expulsándolos de sus territorios. Ese imperio ya no volvería a invadir Grecia. Fueron los griegos quienes 150 años después conquistarían Persia liderados por Alejandro Magno.

La carrera de Maratón conmemora la marcha de 40 km del ejército ateniense después de la batalla para defender Atenas. Y simboliza también las largas marchas que protagonizaron tanto el mensajero Filípides como los hoplitas espartanos para ayudar a los atenienses. Desde el año 1983 se celebra una ultramaratón –Spartathlon– de 246 km entre Atenas y Esparta para conmemorar la gran marcha que hizo Filípides.


Fuentes

1. De Souza, Philip. De Maratón a Platea. Barcelona. Osprey. RBA Coleccionables, 2009.

2. Sekunda, Nicholas. Desafío heleno a Persia. Barcelona. Osprey. RBA. Coleccionables, 2009.



Francisco Sáez Pastor

Universidad de Vigo

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