VII
Todos
los animales que Dios ha creador, con su instinto le piden a Dios el
alimento que necesitan para subsistir. Sin él, morirían.
A la luz del Evangelio, se nos dice que “las aves del cielo ni siembran ni siegan ni recogen en graneros...y que los lirios del campo Dios los viste mejor que se vestía Salomón….” (Mt 6,26ss). Los monjes del Medievo, al llegar a este salmo 104, a la hora de sentarse a la mesa para la refección del mediodía le rezan a su Creador y le piden también que les eche de comer a su tiempo como a los animales, alimento que tomarán de su misma mano.
Todos ellos aguardan
a que les eches comida a su tiempo (27)
Se la echas y la atrapan:
abres la mano y se sacian de bienes.(28)

Los monjes al mediodía oran en latín: Oculi omnium in te sperant, Domine Los ojos de todos esperan en ti, Señor. Et tu das escam illorum in tempore opportuno. Y tú les das el alimento en tiempo oportuno. Aperis tu manum tuam, et imples omne animal benedictione.. Abres tu mano y les llenas de bendiciones.
Y a la noche: Edent pauperes et saturabuntur… Comerán los pobres y se saciarán… Para terminar, como concluye el salmo, verso 35: et laudabunt Dominum, y alabarán al Señor a quien buscan.
Bendice alma mía al Señor. Aleluya.(35)
CARLOS URDIALES RECIO
Maestro. Ciencias religiosas. Univ. Lateranensis
Ancien élève de Évode Beaucamp
et de Francesco Spadafora
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Envíanos tus comentarios