0CTUBRE, 2016
ÍNDICE
PRINCIPAL
Pregón: Estamos
por lo elaborado.
Nuestra Escuela reflexiona: El mismo
entusiasmo. Benavente. CUR
Nuestra
Escuela se sumerge en la Biblia: Carguemos
de relatos bíblicos casa y escuela. CUR
Raíces
de nuestro magisterio: Quince palabra
mágicas salvadoras. CUR
Dios
es amor: Creo en Dios Padre Todopoderoso
I. E. Malvido
Nuestros maestros: Canonización
de un didacta. Don Manuel González. CUR
Nuestra Escuela celebra aniversarios: Griñón, cien años de travesía. Teódulo
G.R.
Centenario de Cela: La familia de Pascual Duarte. Á. Hernández
Leímos: El Novio
de la Muerte. Himno de la Legión.
Á. Gómez Moreno
Premio al mejor libro de teatro. Pensión Flora. Apuleyo Soto
Madrid, genio y figura: Cuando Madrid era una tertulia. JM Blanco Corredoira
Afderías: Vuelve
AFDA… CUR
Alta política con estilo: Del Estado del bienestar a la Patria como servicio. Ramiro D. de
Aza
Soneto desde el sentimiento: Tan solo, diferentes. Á. Hernández
Rincón de Apuleyo: Amancio
Ortega, el gallego que viste y da de comer. El maestro.
Educación física: Capacidades condicionales:
La velocidad. F. Sáez
ESTAMOS POR LO ELABORADO
“Creced y
multiplicaos, dominad la tierra” Gen 1,28
Desde la primera página de la Creación del Universo la
Escritura, nervio de nuestra entraña, anotó para todo ser vivo la orden de Dios
de dominar la Tierra. Dios no ha olvidado su mandato. Lo que implica que Dios
mismo nos pedirá cuentas sobre el dominio que nos encargó.
Dios nos regaló la Naturaleza. Perdimos el Paraíso Terrenal.
Querubines, con espadas de fuego vivo, se apostaron a la entrada. Imposible
volver. Se nos arrojó a otro paraíso, éste con minúscula y dolor. Hoy se nos ha
avivado la conciencia de que hay que cuidar y cultivar con mimo el paraíso al
que Dios nos arrojó que es la Naturaleza. Lleno de maravillas, cargado de
misterio, habitado por el mismo Dios que el primero. Por doquier se ve en él su
huella, descaradamente manifiesta. Los ecologistas habrían de ser su terrenal ejército
en armas.
Pero también hoy se nos está olvidando que el Cosmos (ya por
su nombre, cosmos=hermoso), según la Escritura, canta feliz la gloria de Dios
que, en el Antiguo Testamento era Israel, de la que Yahvé se gloriaba
sobremanera, y en el Nuevo y Eterno son los pueblos todos de la Tierra.
Al lado de los
ecologistas que protegen la casa, el recipiente, el hábitat del hombre, (oíkos, casa; lógos, palabra, tratado) echamos de menos en nuestros tiempos a los
andrologistas (ánér-ándrós, hombre) custodios de los tesoros de la historia, elaboración civilizada del animal político
que por naturaleza es historia, proyecto, devenir, creador de cultura…
Historia es palabra
griega, oida= yo sé. En su saber
estamos. Sin él somos necios. Daremos cuenta en el Juicio Final del tesoro que se nos
encomendó: la Tierra por cultivar, no sólo la que se ara sino, descendiendo a
su entraña, principalmente la de los surcos espirituales. Dios nos juzgará uno
a uno y juzgará a los pueblos uno a uno. Más interés tiene Dios en el hombre, en
la familia y en los pueblos, en el contenido, que en el recipiente en el que habitan,
en su hábitat, en la Naturaleza.
Con perdón de los románticos deficientes, desde el AT sabemos
que Dios prefirió siempre lo elaborado,
lo cultivado (es decir, la Cultura) y lo científico, a lo espontáneo y natural.
Nos lo enseñó Beaucamp. En ello estamos.
EL MISMO ENTUSIASMO
Escribía
el 27 de febrero de 1930 Jacinto Benavente, nuestro premio Nobel de “Los
intereses creados”:
“Yo he escrito mis
comedias por juego; pero es que para mí el juego ha sido siempre lo más serio
de toda mi vida. He jugado a escribir comedias con el mismo entusiasmo, con
toda la ilusión que ponía en mis juegos de niño. Y por ese juego he podido
sentirme niño siempre, y a ese niño que llevo en mi alma le debo la vida”.
CARGUEMOS DE RELATOS
BÍBLICOS
CASA Y ESCUELA
Habrá que volver a escuchar a Paul Claudel, que tenía desgastados los bordes de
las hojas de su Biblia de pasarlas y repasarlas con sus dedazos de francés,
también de diplomático y de poeta. Podía recordar este hecho la hendidura que
termina haciendo en la piedra del pilón el animal que de continuo allí va a beber
y apoya su barbilla.
¿Qué decía Paul Claudel de la Biblia? “Que es necesario
habitarla, impregnarse de ella” “que es algo para comer, para devorar,
para hacerla pasar entera a las entrañas por la avenida de los dientes, de la
lengua y del gusto”.
En uno de sus libros nos cuenta su grata experiencia infantil
de la Biblia: “La Biblia va a asociada en
mí al primer despertar del corazón y de la imaginación. Desde mi más tierna
infancia, cuando aprendía a leer en los bancos de las Hermanas de las Escuelas
Cristianas de Bar-le-Duc ¡con qué interés miraba las grandes láminas de cartón
que nos ponían en las manos y donde estaba representada la vida del Señor! Y
más tarde, en el liceo, la Historia Sagrada hizo las delicias de mi clase de preparatoria. El
sacrifico de Abrahán, el Diluvio, los desposorios de Rebeca, Jacob, Moisés,
Tobías, el castigo de Heliodoro, la samaritana, y tantas imágenes magníficas de
las que sólo puedo decir una cosa: que colmaban mi sensibilidad. ¡Qué caída,
luego, cuando tuve que pasar a los griegos, a los romanos y a sus sucesores!” (Amo la
Biblia, Barcelona, 1956, p. 7 y 22).
Este curso
1. La
Creación del mundo.
2. El
Diluvio universal. Noé
3. Abrahán
sale de Ur de Caldea. Estrellas innumerables.
4. Isaac.
El plato de lentejas.
5. Jacob.
La escala de Betel.
6. José
vendido por sus hermanos. Egipto.
7. Viajes
de los hermanos de José. Jacob en Egipto.
8. David
y Goliat.
9. Judit.
RAÍCES De nuestro magisterio
QUINCE PALABRAS
MÁGICAS SALVADORAS
Entraña, intuición, magisterio, estilo, alegría, entusiasmo, filosofía,
lengua, Renacimiento, Biblia, España, La Salle, Dios, la Gloriosa de Berceo,
Cristo.
De pequeño, cuando desperté del
sueño de haber nacido, me encontré en un
mundo mágico que me venía como anillo al dedo. Era mi mundo. Quizá el de
todos. No lo sé. Esto fue allá por los cuatro, los cinco o los seis años, antes
de los siete.
Por ejemplo. Mi abuela María me
enseñaba entonces unas oraciones cortas, mágicas. Propias para mi mundo. Si
acertabas a rezarlas sin faltar un día, se me abrirían de par en par las
puertas del Paraíso: Santa Catalina,
mañana son tus días, subirás al monte compuesta y vestida… Levántate, Juan,
enciende candela… El que esta oración dijere tres veces al acostar, aunque
tuviera más pecados que arenas hay en la playa, que peces hay en el mar…
Luego llegó la riada de la vida y
el uso de la razón, ese muro-centinela que te detiene hacia los siete años, y tuve
que entrar en la Escuela… y ¡adiós los encantos todos! Se me quedaron atrás,
con su mundo mágico entero, perdidos, listos para el olvido, tragados por la Lógica.
Más tarde supe que tenía nombre propio esa Lógica con mayúscula inicial: el de
Aristóteles… Me llevó y arrastró, como a muchos, la poderosa riada de la
sindéresis.
¡Qué caída!
Náufrago en el mundo del sentido
común, que no ahogado, claro, espero el barco que me salve y lleve al puerto
definitivo, el de la Patria Mágica de la Eternidad, del que el mío de mi
primera infancia era una mera nota antes del concierto, un golpecito de
diapasón.
Los teólogos no se han llegado a
enterar, pero Dios nos tiene preparado algo
mejor que el Cielo de sus teologías, la Patria Mágica de la Eternidad.
Cuando ya apenas si me quedaba espuma
de mi mágico mundo primero, a eso de los dieciocho años, Dios nos envió, a mí y
a mis amigos, un arcángel, todo luz y misterio, sobrehumano. Se llamaba
Orizana. Desde nuestro lejano mundo mágico primero, nos fue Orizana abriendo los
ojos al Mundo Mágico Definitivo. Sin
tener que renegar de Aristóteles. Nos dijo que nos salvarían una docena de
palabras que él hacía surgir en nuestra presencia, como estallan las flores en
primavera, se deslizan las estrellas veloces firmamento adelante, nacen los
niños, la verdad se pronuncia sin merma, revolotea la mariposa de un verso
certero, se dibuja inteligente una sonrisa, la fuente iza su lanza de cristal…
De mi vida pasada no me queda más
que la tabla del náufrago y unas palabras de oro. Orizana nos dijo que, de las
muchas que nos enseñó, nos bastarían las de los dedos de las manos de las que
él nos entregaba con su entraña mágica. Le pasaba lo que a Max Scheler, que
había palabras que en él conseguían vida singular, las pronunciaba de manera
personal, única. Se nos abrirían las puertas del Paraíso con solo pronunciarlas
con la carga de mágica música con la que él nos las entregaba. Recuerdo hasta quince:
entraña, intuición, magisterio, estilo, alegría,
entusiasmo, filosofía, lengua, Renacimiento, Biblia, España, La Salle, Dios, la
Gloriosa de Berceo, Cristo. La verdad: se implican unas en otras. Una
decena de ellas nos vienen salvando, me salvará, nos salvarán. A ellas me
aplico y trato de mantenerlas a la altura que las pronunciaba mi maestro
Orizana. ¡Serán mi salvación en el Dies irae
et misericordiae, dies illa!
CARLOS URDIALES RECIO
Maestro. Profesor de Lengua y Literatura
Emérito UCJC
Maestro. Profesor de Lengua y Literatura
Emérito UCJC
*Si una
secreta pero real presencia de la eternidad palpita en el corazón de todo lo
efímero y nada es tan meramente temporal que no lleve escondido su pálpito en peso
de oro de eternidad, la magia de palabras que se lleva el viento– no la magia necia
y de superficie, sino la estelar y celeste- de una docena de palabras puede
salvarnos, salvar a España, salvar a Europa y salvar al Mundo.
*En el
“viator” que a diario, todas las noches al acostarse, le repite a Cristo la
súplica del buen ladrón: “¡Acuérdate de
mí cuando estés en tu Reino!”, para toda la eternidad figurará en su haber
que hizo día a día semejante súplica de oro.
La eternidad, que es un instante
que lo es eternamente sin dejar de serlo, totaliza y asume el punto más pequeño
que quedó disperso por el tiempo.
* Paladeábamos los sonidos
de las palabras mientras Orizana las pronunciaba y el sabor de su realidad mágica se
disparaba o estallaba en nuestra mente: el horizonte se nos quedaba sin límites,
tot lumina tot limina, era el lema del Maestro. Luego, el silencio, cóncava
caverna. Siempre el silencio, vacío y plenitud, y la enorme cóncava caverna de
la realidad (mágica).
“CREO EN DIOS PADRE TODOPODEROSO,
CREADOR DE CIELO Y TIERRA”
I. El Dios del Amor y de la Omnipotencia creó el mundo “ex nihilo”
La cuestión de los
atributos divinos depende de la relación que se establezca entre Dios creador y
sus creaturas, especialmente las creaturas humanas. Pues bien, en la acción
creadora de Dios hay que distinguir dos modos claramente diferentes de crear:
el primer modo es el de la creación inicial, en el que sólo actuó Dios; el
segundo modo es el de la creación continua y en este modo el Creador y las
creaturas interaccionan misteriosamente. Sobre el primer modo escribe Ian G. Barbour:
“Las potencialidades puras de la primordial naturaleza de Dios se
habrían realizado más fácil y rápidamente en aquellos primeros momentos que en
la historia subsiguiente, y representarían un ejercicio del poder divino
esencialmente unilateral, como lo afirma
la tradición ex nihilo”
(en el libro colectivo dirigido por J. Polkinghorne, La obra
del amor, p. 39).
Sentido tradicional de
la frase “Dios crea ex nihilo”
En la Biblia únicamente
se conoce la primera modalidad creadora de Dios. En la teología cristiana es a
finales del siglo XIX, con motivo de la hipótesis del evolucionismo biológico
defendida por Darwin, cuando empieza a hablarse de la creación continua de
Dios.
El libro del Génesis
relata que Dios creó el firmamento y la
tierra, así como las creaturas de uno y otra, en el transcurso de 6 días. Y los
creó a todos tal como hoy los conocemos.
No ha habido evolución alguna en ellos. Se trata de una creación “fija”, no evolutiva.
Son tantas las creaturas creadas y cualitativamente tan diferentes que san
Agustín dio a cada día de la creación la
duración de mil años (1 día=1.000 años; 6 días=6.000 años). Este cálculo
imaginativo del santo ha sido aceptado como plausible por una teología que
ignoraba la teoría del evolucionismo o que sigue negando validez a una creación
evolutiva.
Dentro de la visión de
un creacionismo fijo o fijista, se afirma que Dios ha creado el cosmos
libremente, no forzado por la necesidad metafísica de su Ser. Es uno de los
significados de la expresión teológica “creatio ex nihilo”=”creación desde la
nada”. Otros significados de la creación desde la nada son: que antes de la
acción creadora de Dios no existía nada, ni el mundo como caos, ni espacio,
ni tiempo; que en el acto creador de las “leves” almas y de los “pesados” cuerpos sólo
intervino el Principio del Bien, el único Principio existente, Dios; que la
frase “creación desde la nada” caracteriza la singular manera de actuar de
Dios, a diferencia del actuar humano, que siempre parte de algo existente.
Aspectos válidos de la
fe en sólo la creación inicial
·
Si todo cuanto existe en el mundo es
contingente, tiene que haber Alguien que sea
necesariamente por naturaleza y que haya dado libremente el existir, es decir,
que haya creado, a cuantos integran el
universo. No es concebible que los seres contingentes, seres prescindibles en
cuanto seres, puedan darse a sí mismos ni a otros la existencia. De aquí la desafiante
pregunta de Leibniz: “¿Por qué hay algo en vez de nada?” La única respuesta
acertada es afirmar la existencia de un Dios cuya naturaleza consiste en Ser y
que ha comunicado el existir de mil diferentes maneras a este “algo” hermoso
pero siempre contingente que es el mundo.
·
Los que confesamos nuestra fe en la
creación inicial no podemos aceptar que los males que se dan en el mundo, males
físicos y morales, tengan su origen en la acción primordial creadora de Dios.
Si nos estamos refiriendo a la creación inicial, esto es, al “ejercicio del
poder divino esencialmente unilateral, como lo afirma la tradición ex nihilo”, ahí todavía no aparece
ningún tipo de mal. El relato del libro del Génesis
culmina la acción creadora de Dios, justo después de narrarnos la creación del ser humano “a
nuestra imagen y a semejanza nuestra”, con estas palabras: “Vio Dios cuanto
había hecho, y todo estaba muy bien”.
Si en la intervención
en solitario de Dios en la creación inicial no consta la presencia de los
dolores ni de la muerte posteriores, está claro que el dilema de Epicuro, que
partiendo del mal niega o bien la omnipotencia o bien la bondad de Dios, no
tiene cabida en el relato bíblico de un Dios que crea ex nihilo.
·
Hemos dicho más arriba que uno de los
significados de la “creatio ex nihilo” es que dicha expresión revela la manera
singular de actuar de Dios en la creación primordial: Dios crea “desde nada”,
mientras que los seres humanos pensamos y fabricamos siempre a partir de algo
existente.
Esta
diferente manera de obrar por parte del Creador y por parte de las creaturas
humanas establece una frontera infranqueable para los seres humanos. Tampoco
los mejores filósofos ni los científicos más autorizados son capaces de
comprender ni de reproducir virtualmente el actuar de Dios en su creación
inicial o creación desde la nada. Veremos en el próximo tema que ningún ser
humano es capaz tampoco de entender la actuación divina en la creación
continua, su inter-actuación con las
distintas creaturas. Incluso los cristianos que creemos en la creación
primordial y en la creación subsiguiente de Dios no sabemos nada de cómo creó
Dios este universo ni cómo interactúa con sus creaturas en este cosmos en
evolución.
Graves
deficiencias de una creación entendida sólo “ex nihilo”
·
Ni el pensamiento especulativo de los
filósofos ni el conocimiento experimental de los científicos pueden acceder a
la decisión primordial creadora de Dios, pero sí que pueden “llegar” a sus
efectos manifestativos cósmicos, que reflejan de alguna manera los atributos del
Creador “ex nihilo”. De hecho, en los últimos años, gracias a los avances
descomunales de la tecnología, los científicos hablan de una antiquísima y
potentísima explosión de energía (“big bang”) y de su posterior transformación
durante miles de millones de años en realidades que hoy conocemos como
galaxias, estrellas y astros, planeta tierra, reino mineral, reino vegetal,
reino animal y finalmente el “homo sapiens”=el ser humano.
Ceñirse al Creador desde la nada, Origen primordial
de cuanto existe, y dejar en el olvido el devenir de ese “algo” existente
equivale, por un lado, a admitir que Dios Creador ha abandonado a sus creaturas
y, por otro lado, a negar la historia
evolutiva de la naturaleza y de la humanidad descubierta y verificada recientemente
por las diversas disciplinas científicas (paleontología, biología, genética,
astrofísica, química, ciencias naturales, historia…).
·
Es un error entender literalmente la historia que
cuenta el capítulo primero del Génesis acerca
del cosmos y en particular acerca del
primer ser humano en el sentido de que aquella situación original era muy
superior, en todos los órdenes de la vida, a los tiempos posteriores de la
humanidad. Las citadas ciencias son unánimes en sostener que la historia real
de la evolución humana va de lo imperfecto a lo más perfecto. Es una cosa contradictoria
que una religión como la cristiana, que deriva de una religión abierta a la
evolución histórica como la religión judía, tenga una teología que sitúe al
primer hombre histórico en un nivel de perfección por encima del de sus
descendientes.
·
Quien se limite a creer sólo en la creación
inicial de Dios no puede, sin embargo, negar la existencia de males en la
existencia de nuestro planeta tierra. En el caso de los males morales puede
librar a Dios de cualquier responsabilidad culpando de dichos males a los
sujetos humanos, pero ¿cómo excusar a Dios de la existencia de males físicos
como las enfermedades, el sufrimiento gratuito, las víctimas inocentes de
inundaciones, terremotos, erupciones volcánicas… y siempre la muerte de todos
los vivientes? No bastan las respuestas de la teodicea tradicional: que si los
sufrimientos pueden ayudarnos a madurar, a aceptar nuestras limitaciones y a
fiarnos más de Dios; que pueden purificarnos de nuestras imperfecciones; que
pueden ser afrontados y superados si nuestro amor a Dios es auténtico… (En el
próximo artículo, desde la fe en la creación continua de Dios, procuraremos dar
la razón suficiente de la existencia de los males físicos y morales)
Si
los atributos divinos dependen de la relación que se da entre el Creador y sus
creaturas, es lógico concluir -en el caso de la creación inicial- que
comparecen todos los títulos tradicionales de Dios: Amor, Omnipotencia... En
los restantes casos de la creación continua de Dios, según se refleja en los
artículos del Credo cristiano, veremos que el atributo del Amor prevalece sobre
los demás atributos divinos. Solamente en el último artículo de nuestra fe
(“Creo en la resurrección de los muertos y en la vida eterna”) volveremos a
encontrarnos con los atributos clásicos de la Divinidad.
EDUARDO MALVIDO
Maestro, catequista y teólogo
CANONIZACIÓN DE UN
DIDACTA
Lo que aprendimos de
don Manuel González,
cuando estudiábamos a don Andrés Manjón, desde su Sinaí del Sacromonte, al vallisoletano y lasallano don Daniel
Llorente en su “Pedagogía catequística”, al Padre Poveda caballero de un nuevo
renacimiento de estudios superiores llevados adelante por intrépidas amazonas
de una vanguardia femenina, fue la didáctica.
Era don Manuel González un genial maestro de la didáctica. También
aprendimos de él que los Evangelios
estaban vivos y sus relatos tenían el frescor de lo recién brotado (esto
confirma la genialidad didáctica de don Manuel González). Era un obispo de
cuerpo entero, era un catequista nato, fundador de una sociedad religiosa, un
hombre un tanto tocado por la idea de los sagrarios abandonados y por otras piadosas
“chifladuras” de tipo religioso, las cuales remaban a favor unas y en contra
otras de su magisterio de la didáctica.
Como estudiantes, entonces nos estábamos asomando a Alemania y
a Austria educadoras y hasta hicimos
nuestro el “Método de Munich”. De Otto Wilmann estábamos aprendiendo que era
excelente empezar por un relato o imagen intuitiva, seguir de lo singular o
particular a lo general, dialogar con los alumnos y dejarles hablar entre sí.
De Kerschensteiner aprendimos tres palabras inglesas: learning by doing, escuela activa. De Francia empezamos a tener
noticia de un prócer de la didáctica: Frère Vincent, todo un cosmos en las EE.
CC. De Italia nos llegaban primores de metolología y de contenido. Nos
zambullíamos con el Movimiento catequístico lasaliano de Italia en una
primavera pedagógica: en ellos todo era fresco, nuevo, fácil, alegre. Una legión
de pedagogos capitaneados por Fratel Leone di Maria estaban abriendo caminos a
juego con nuestra marcha.
Pero, entre unos y
otros, entre todos,
la figura del adelantado Don Manuel
González nos fascinaba sobremanera. Era única. Sus cabriolas evangélicas, su lenguaje de
chaveíta entre agitanado y andaluz cerradito, gracioso, saltarín, era una
Arcadia para nosotros, algo que imitar a la letra, al pulso y al talante de un
magno recreador del Evangelio.
Ahora nos le canonizan y nosotros pensamos que con él nos suben a los altares a la misma Didáctica:
que don Manuel González es su didáctica, una singular y egregia figura de la
didáctica.
CARLOS
URDIALES RECIO
Maestro. Ciencias religiosas. Univ. Lateranensis
Sus chaveítas recreaban el evangelio:
·
Cuando la tempestad
“¡Maestro, alevántese usted correndito que
nos ajogamo!”
·
El hidrópico
“Ea, vete pa tu casa que ya se acabó eso…”
·
La hemorroísa
“Y va er Señó y se güerve pa detrás y va y
dice: Je, ¿quién me ha tocao a Mí…?
·
La pesca milagrosa
“Paese que los pescao se gorvieron locos…”
“… era mu güeno y quería mucho a su ganao y
va y le dice al ganao: estarse quieto ustedes ahí y no irse, que voy a ve si
encuentro a esa desgraciá”.
·
La Ascensión
“… y va entonse, de pronto, levanta las
manos y bendice a toa la gente y, sin desir na, se va parriba mu despasito
hasta meterse en el sielo…”
SIN
ECHAR EL ANCLA
GRIÑÓN, CIEN AÑOS DE TRAVESÍA
Si alguien volviera a Griñón después de cien años,
encontraría la casa de La Salle como un
barco que emerge no ya sobre las mieses
doradas de los campos griñoneses, o sobre
la alfombra verde de sus hortalizas, sino sobre modernos chales o confortables
urbanizaciones. Pero ahí sigue este barco, con el mástil de su esbelta torre,
rumbo a lo desconocido, en una travesía que cumple cien años y sin que haya echado el ancla para detenerse, ni
siquiera en los momentos más duros y accidentados de su viaje, azotado por vientos tormentosos. Ahí sigue esta Casa
entrañable para el viajero, referencia segura y atalaya visible.
1. Fueron los
Hermanos de Bujedo los que eligieron el lugar donde nacería el Griñón lasaliano. Y optaron por una llanura inmensa,
luminosa. Quizás fuera su añoranza de horizontes casi infinitos lo que les
cautivara, encerrados como estaban en la verde hondonada de Bujedo. Este lugar
fue del agrado de todos los que lo vieron (un pequeño concilio de directores de las casas de Madrid, presidido por el H.
Asistente y H. Visitador dio su visto bueno) y causó especial sensación en
quienes lo vieron años después: los novicios menores. Estos, al llegar a la
otra Castilla, calificaban a Griñón como “una de las aldeas más pintorescas y
atractivas de la provincia de Madrid”, sobre todo por “la feracidad de su suelo
plantado de olivos, higueras, cereales y viñedos (que) le dan un aspecto
encantador, cual escondido oasis en medio de dilatada y escueta meseta central
de Castilla”. Un oasis con agua
abundante y de excelente calidad… objeto
de deseo para no pocos nobles habitantes
de la Corte.
2. El barco de Griñón se hizo a la mar en 1916
con una tripulación exigua: tres Hermanos eran a la vez tripulación y pasaje.
Luego llegaron los primeros auténticos pasajeros, novicios menores, en 1919. Durante
unos años navegaron en el barco antiguo, la casa adquirida y ampliada después. Pero el barco se transformó en impresionante
buque para acoger a nuevos pasajeros: novicios y escolásticos, junto con
aumento de novicios menores, estrenaron
ese buque nuevo, inmenso, moderno, esta espléndida casa terminada en
1928. El remate del nuevo buque lo fue la Capilla de bella y sólida factura.
Durante años convivieron el barco primero y el moderno buque, convertidos en la
entrañable Casa de Griñón.
3. Celebramos este
mes de octubre el Centenario de Griñón. Ello significa un siglo de presencia
lasaliana y de travesía por estos mares de Castilla. Un siglo de convivencia
con la Villa de Griñón; cien años de acogedora presencia para los pueblos
vecinos… Pero Griñón tenía vocación de amplio lugar de confluencia, cálido y
caluroso punto de encuentro de gentes
llegadas de todas partes. Bien es cierto que los pasajeros venían, en oleadas
juveniles, sobre todo de las dos Castillas, Extremadura, Andalucía y Canarias…
Cada verano llegaban jóvenes, casi niños algunos, y se embarcaban con ilusión
desbordante en este buque que les llevaría rumbo a tierras desconocidas,
atravesando los mares de la cultura, de la fe, del espíritu; creciendo en
ciencia y virtud, y dejándolos en puertos-escuelas, que eran promesa de una
vitalidad desbordante. Y luego, vuelta, el barco, a la travesía de siempre…
Celebramos gozosos los
cien años de presencia lasaliana de esta amplia y hermosa Casa que ha sido para
nosotros, el lugar paradójico (duro y blando, cálido y frío, riguroso pero a la
vez flexible) donde emergió temerosa nuestra adolescencia, maduró nuestra
juventud, se fraguó nuestra personalidad de hombres creyentes y de educadores.
Griñón fue para nosotros un hogar especial, donde aprendimos a convivir en
diálogo espontáneo con la cultura de los otros, donde nos mezclamos sin
prejuicios, donde aprendimos a incorporar una cultura común, donde los acentos
de nuestras hablas, sin perderse
totalmente, se unificaban en un lenguaje común.
En Griñón se abrieron nuestros ojos a una luz para algunos insospechada
y aprendimos a poner nombre –otro nombre, quizás- a las cosas, desde el
lenguaje de la fe cristiana a través del hermoso dialecto de La Salle. Todos los que hemos hecho la travesía en este
barco adquirimos un estilo propio, una visión particular del mundo, un modo
diferente de ser y de hacer… En un
tiempo esto cristalizó en un lema que aún perdura: aquí profesábamos ya “magisterio
y estilo”.
4. Celebrar un
centenario es ocasión gozosa para todos: para quienes han permanecido en el
barco, timoneles o capitanes renovados, tripulación generosa y esforzada,
pasaje que fue acostumbrándose a la dureza y a las bondades del viaje… También
para quienes abandonaron el buque y se quedaron en apacibles puertos o se
embarcaron en nuevas y diferentes travesías. Todos llevamos la impronta, el
sello de Griñón. Todos hemos gozado de sus delicias –o hemos sufrido sus
rigores-. Pero todos estamos agradecidos a este lugar -“lugar de aprendizaje”-
en donde entre tanteos -ensayos y errores- aprendimos sobre todo a ser hombres.
Al acercarse las
fiestas centenarias sea lo primero celebrar nuestro gozo sincero, nuestra
alegría contagiosa por la presencia de esta obra grande, de este lugar de
cultura y de fe, de este taller de aprendizaje para tantas generaciones de
jóvenes españoles. Y después, acercarnos, espiritual o físicamente, a agradecer
a quienes hicieron posible este continuo
milagro de generar –de engendrar-
personas nuevas, hombres que, quizás carentes de algunas cosas importantes debido a la
naturaleza de este “internado permanente” que fue Griñón, sobreabundaron en
otras no menos importantes.
TEÓDULO GARCÍA REGIDOR
Maestro. Profesor del Centro Universitario La Salle
Director Institución La Salle
Nació Camilo José Cela el 11 de mayo de
1916. Hasta finales de la próxima primavera estamos, pues, de centenario. A lo
largo de la temporada que el número 55 inicia, AFDA rendirá homenaje a nuestro
Nobel, con el comentario de algunas de sus obras maestras. Seguiremos, en su
presentación el orden en que vieron la luz.
La familia de Pascual
Duarte
(Primera novela de Camilo
José Cela. Véase su presentación en “páginas”)
El Novio de
la Muerte
(Himno de la
Legión)
Ángel Gómez
Moreno,
Sial/Fugger Libros, Madrid, 2012
Estamos ante una joya de serio rigor histórico, al que se
añade una prestancia literaria. Se trata
de un folleto de 75 páginas preciso, sabio y didáctico, fruto de una
investigación detenida, que indaga, pretende darnos y logra entregarnos – al
cabo de noventa años de desgaste en las gargantas de los legionarios y del
pueblo español- “la vulgata” del himno
de la Legión, El Novio de la Muerte (adviértase la feliz expresión del autor: “la
vulgata legionaria”, es decir, el texto canónico, depurado y definitivo).
El autor, Ángel Gómez Moreno, es un prestigioso catedrático e
investigador de la Literatura española en el mundo universitario nacional e internacional. En este breve trabajo ha
puesto toda su personalidad de profesor y de investigador. Un ejemplo que
imitar. Particularmente para nosotros, que siempre anduvimos tras la “obra bien
hecha, la que nos será contada” que nos pedía Eugenio d´Ors.
No hay noticia ni cabo suelto sobre El Novio de la Muerte del que no se nos dé cumplida razón en este
estudio. Desde que lo cantó Lola Montes, en Málaga en 1921, pasando por el
entusiasmo de Millán Astray como himno para su Tercio, hasta la leyenda del
cabo Baltasar Queija de la Vega, que tras la muerte de su novia va a unirse con
ella, el primero de todos los legionarios en caer, en los combates de Beni
Hassan...
La letra del himno de Fidel Prada llega un momento en que
deja de ser propiamente suya, pasa a la Legión, a España, por el fenómeno
popular que Menéndez Pidal llamaría autor-legión.
El autor se aplica en su trabajo a lo que más le importa:
establecer el texto crítico tras el que anda, la vulgata legionaria. Nos dirá,
por ejemplo, con razones precisas, que habrá que preferir el “alistarse en la Legión” al “alistarse a la Legión”; “cuando más rudo era el fuego”, al “cuanto más…”; “unirse en
lazo fuerte con tan leal compañera” al “unirse en lazo fuerte con tal leal compañera”; “sin temer al empuje” al “sin temor
al empuje…” Etc. Una delicia de precisiones.
Otros puntos encontrará el lector que le satisfagan al quedar
resueltos, como el malintencionado tema de la necrofilia y del culto a la
muerte atribuido a la Legión. El legionario no anhela la muerte. Pertenece al
mundo de los héroes de todos los tiempos, desde Homero. Está dispuesto a
sacrificar su vida en beneficio de su patria.
O el tema de la conjunción de tres elementos en el legionario
novio de la Muerte: un viento de leyenda, legendario; un ancho espacio mágico
de aventura y romanticismo como
exaltación de la fraternidad legionaria y del amor a la Patria y la novia como
ideal del siempre presente amor en toda
la literatura de caballeros.
Finalmente, la Legión marca. El autor sugiere la posibilidad
de suprimir el adjetivo antiguos de la Hermandad Nacional de Antiguos
Caballeros Legionarios. La Legión marca para siempre a sus caballeros.
Carlos
Urdiales Recio
Maestro, Profesor de Lengua y Literatura
Emérito UCJC
El Maestro
No depende de mí
hacérselo emprender,
y es tan dificultoso,
se sufre tanta sed...;
se bifurca unas veces,
otras pasa a través
de enmarañados campos
sembrados por Luzbel,
y hay que tener muy claro
posar o no los pies…
-“Deme al menos indicios
de adónde llegaré”.
-Llegará hasta sí mismo,
el verdadero Edén
de la vida terrestre
y celestial al bies,
si le acompañan fuerza,
bondad y lucidez.
-“¿Pero es o no Maestro,
como antes le llamé?
-Ya quisiera, amigo.
De la duda, tal vez.
Sálvese el que pueda.
Yo también.
Pensión Flora, APULEYO SOTO, Ed. Pigmalión, Madrid, 2016
PENSIÓN FLORA, PREMIO
AL MEJOR LIBRO DE TEATRO
No sé si sabía Basilio Rodríguez Cañada el Grande, factotum
del Grupo Sial Pigmalión, que ya Antonio Buero Vallejo, cuyo centenario
celebramos en mutísimo silencio, me había definido como “duende, niño y poeta
con barba y pipa” en el prólogo-introducción a mi “Teatro para niños” editado
por Fundamentos en 1981.
El caso es que acababa de otorgarme el “Premio Escriduende” a
la Mejor Obra de Teatro 2016 publicada en su Catálogo, y yo se lo agradezco
fervorosamente aquí.
La entrega del galardón tuvo lugar en la Biblioteca Eugenio
Trías el domingo 12 de junio, a las 12 horas, como colofón de la Feria del
Libro de Madrid. Nuevamente, gracias.
No paro de pensar que detrás de cada hombre o mujer, niño o
niña, adolescente o adolescenta, joven o jóvena… existe un ángel o duende de
buena o mala sombra y suerte, que dirige y ampara o tergiversa y hunde su
porvenir.
¿Existen los duendes, los gnomos, los elfos, las hadas, las
brujas? Claro que sí. Y más de una vez los vemos, los hemos visto y volveremos
a verlos e imaginarlos. Porque los necesitamos. De ahí el éxito de mi “Pepín
Pepino, el fantasma miedoso” (Editorial San Pablo), que ya va por su séptima
edición y que colma los sueños de todos sus lectores por los colegios de España
e Iberoamérica. (Aparte de sus traducciones al polaco y al italiano)
¿No fueron duendes (benéficos) Lope de Vega, Quevedo,
Góngora, Bécquer, Espronceda, Machado o Rubén Darío? Y más y más. Pues yo
también, milagrosamente.
Permitidme un recuerdo final para Gloria Fuertes, mi hada
madrina en esto de los cuentos y las poesías. Ella me confesó que “estaba hasta
los ovarios de niños”. Lo decía de mentira, porque yo tampoco estoy “hasta los
h.” Ningún lector logra tocármelos, sino que se sonríe conmigo.
APULEYO SOTO
Maestro y poeta. Periodista. Dramaturgo. Juglar
Añádase. El que quiera ver en su mejor salsa
y rendidos por dentro-entraña de entraña, humor de humor, desenfado de
desenfado- a Unamuno, a Pío Baroja, a
Valle Inclán, a Azorín, a Antonio Machado…, que se beba de un trago o, mejor,
sorbo a sorbo, despaciosamente, las noventa páginas de esta penúltima
pieza de Apuleyo. ¡Enhorabuena, muchacho!
¡Lo que tocas, lo bordas con hilo de Lope!
CUR
Cuando
Madrid era una tertulia
Mandamientos de la Sagrada Cripta del Pombo
Hubo un tiempo en que Madrid era un
rosario de cafés y tertulias, un tiempo en que cualquier señor tenía la
costumbre de dejarse caer, a la hora conveniente, por el local de su gusto en
el que otros, como él, formaban peña de conversación. Era el tiempo en el que
la vida era conversación, así lo creyó el mejor escritor de café de la historia
y máximo articulista, César González Ruano, o simplemente César. “A la hora de entornar los ojos y ensayar
una pequeña meditación, ¿qué fue para mí la vida? Tertulia...”, confesó en
la primera hoja del año 1954 de su Diario íntimo.
Aquel adalid de la palabra fue, con
elegante desgana, alma de muchas tertulias madrileñas: las del Lyon, Recoletos,
Gijón, Teide o Comercial; -y de muchas otras en Paris, Roma, Sitges, Barcelona,
Cuenca, por citar sólo algunas de sus frecuentadas o vividas ciudades-, pero su
carácter desdeñoso no le sirvió jamás para llegar a ser algo así como el
director u oficiante de una tertulia formal. El hombre que había sido capaz de
ser nervio de aquel género de vida, hasta convertirlo en una institución, fue
el simpar Ramón Gómez de la Serna; o simplemente Ramón. Ambos fueron espíritus
callejeros –paseante en Corte se llegó a llamar a sí mismo-; rastristas, amantes de la almoneda como
una metáfora del destino de nuestras vidas; coleccionistas sin método y
afinadores de la mirada como razón de vida y más preciada herramienta de la
escritura.
Ramón había constituido a principios de siglo,
en 1912, su particular partido literario que capitaneaba desde el café
botillería llamado Pombo, en la calle Carretas, porque la suya fue una tertulia
exclusivamente literaria y defensora de un estilo y una estética que era,
precisamente, la suya propia, la de Ramón.
Eligió la noche de los sábados por ser la más
liberal y no poder soportar la idea de quedarse en casa. Hacia las diez y media
comenzaba formalmente aquella tertulia que se llenaba hacia medianoche y
terminaba a las dos de la mañana, hora en la que unos contertulios acompañaban
caminando a otros hasta sus casas, o daban varias vueltas a la Plaza Mayor para
apurar la conversación y la compañía.
Toda una serie de ritos y
extravagancias servirían para que Ramón bautizara a aquel refugio de
barroquismo y libertad, -aunque también de obstinada vocación por llevar la
contraria- como: la Sagrada Cripta del Pombo.
La costumbre de tratar un tema cada día o
celebrar un banquete homenaje a alguna personalidad de las letras deparó
también unas normas o mandamientos, de entre los que cabe destacar algunos tan
significativos como estos: “Hacer una
consumición, por lo menos, y pagarla, no dejando de dar buena propina al
camarero para la cera de la capilla… Dar las gracias al echador de café, que es
el gran monago… No venir a Pombo desde otro café, ni después de haber estado en
el teatro… A Pombo no se viene a leer periódicos… En Pombo no se puede hablar
de toros ni de autores dramáticos contemporáneos…Tampoco debe ir nadie pensando
que ha de encontrar en Pombo al editor…”
Aquella tertulia fue magistralmente retratada
por su propio hacedor, Ramón, en dos voluminosos tomos, pero sobre todo
adquirió la inmortalidad como estandarte de todas las tertulias, gracias al
cuadro de Gutiérrez Solana en el que se mantiene lozano el ambiente de aquel
universo ramoniano. Y no deja de
resultar paradójico que el icono de las tertulias por antonomasia haya sido la
más extraña y antipática de todas; la que solamente buscaba el lucimiento y
publicidad de Ramón. Según el mayor experto en Ramón Gómez de la Serna, el
escritor Andrés Trapiello, sus mayores defectos fueron los de adulador
interesado de sus homenajeados –a los que atraía para dar caché a su local, ya
que la nómina de contertulios era modesta- y el de procurar su fama sirviéndose
de tanto bombo y platillo. Finalmente justifica su afición ramoniana en el corolario de un soberbio prólogo advirtiendo: “para que le guste a uno (Ramón), ha de
gustarle el Rastro, las cosas viejas y desportilladas, tanto como las nuevas, y
el Rastro es sabido que no le gusta a todo el mundo, aunque son muy pocos los
que se atreven a confesarlo.”
José María Blanco
CORREDOIRA
Escritor
y abogado. Rastrista
· Vuelve AFDA, hija de AFDA, nieta de AFDA; a
su vez, futura madre de AFDA, abuela de AFDA.
·
AFDA del
filo, AFDA del sempiterno amanecer.
·
Su amanecer: perenne aurora posthomérica de
los rosados dedos.
·
Tot
lumina, tot limina, su lema. Nuevas ideas, nuevas fronteras;
nueva luz, nuevo fuego, y viceversa; tantos fuegos de campamento, tantas
primera línea de trincheras de luz; tanto corazón, cuanto pensamiento.
·
La tierra de Castilla siempre está alerta,
España espera que te espera, Europa necesita que a su inverno de tierras
agrietadas por los fríos y tanta merma lo fertilice la crecida del Nilo de las
muchas aguas bíblicas de AFDA.
·
AFDA, de nuevo flor de estilo, irrumpe en
octubre.
·
Es ángel que desciende de su Cielo. En su
espada, el magisterio y el estilo.
·
¿Qué trae a cuatro bandas? Nos trae de
nuestra infancia el palo del juego de la bandera, continúa la salmodia en los
bancos de nuestras ilusiones de juventud, flamea las banderas de nuestro
magisterio de ambiciones y largo horizonte y le pone polvo de oro al teclado de
nuestros actuales ordenadores.
·
El bosque de la Educación espera la llegada de
AFDA para poblarse de pájaros cantores.
·
Voltea AFDA sus campanas y saltan en vuelo
las águilas que fuimos, mientras nos zurean los años que ya nos van doblando
como palomos.
·
AFDA tiene sus estrellas. A ellas les canta.
·
Y un camino lácteo, que termina en Santiago y
cierra España.
·
La Escuela necesita tropa para la nueva
milicia. Es preciso encontrarla antes de que sea tarde.
CUR
Maestro. Emérito UCJC
Maestro. Emérito UCJC
DEL ESTADO DEL BIENESTAR A LA PATRIA COMO SERVICIO
Monumento a España en Buenos Aires
El hombre es sobre la Tierra verdaderamente hombre si pone su
persona al servicio de los demás hombres, del prójimo, y si cultiva la
Naturaleza, encargo de su Creador. El servicio de los
otros y de la Naturaleza le da categoría de hombre cabal.
El hombre como animal político y organizado en sociedad con
sus semejantes, hombres como él, será hombre en sociedad si coloca a ésta, a su
Patria, al servicio de los demás pueblos de la Tierra.
El servicio de otros pueblos le da a su nación su categoría de patria.
El “Estado del bienestar”
vigente no tiene fines tan altos. Hoy está de moda. Su meta es el bienestar, un bienestar de
superficie. Ha renunciado a su alta misión histórica como “sociedad organizada”
que es y hace de lo que habría de ser una patria un solar en barbecho, más o
menos, un corral para ovejas y corderos, cabras y cabritos.
Árese el campo, siémbrese, abónese, riéguese… y, con la
bendición del Cielo, volvamos a poner en pie de tarea sociedades y patrias como servicio.
El bienestar se nos dará por añadidura, Deo volente.
RAMIRO DUQUE DE AZA
Maestro.
Profesor de Teoría del conocimiento
El Maestro
Me llamaban Maestro.
-“Oh, Maestro, Maestro, dígame”.
Y yo, alumno párvulo,
no supe responder.
-“¿Tiene usted la verdad?”
-La verdad, ¿eso qué es?
-“Enséñeme el camino”
-Tome el que guste usted.
-“Oh, Maestro, Maestro, dígame”.
Y yo, alumno párvulo,
no supe responder.
-“¿Tiene usted la verdad?”
-La verdad, ¿eso qué es?
-“Enséñeme el camino”
-Tome el que guste usted.
No depende de mí
hacérselo emprender,
y es tan dificultoso,
se sufre tanta sed...;
se bifurca unas veces,
otras pasa a través
de enmarañados campos
sembrados por Luzbel,
y hay que tener muy claro
posar o no los pies…
-“Deme al menos indicios
de adónde llegaré”.
-Llegará hasta sí mismo,
el verdadero Edén
de la vida terrestre
y celestial al bies,
si le acompañan fuerza,
bondad y lucidez.
como antes le llamé?
-Ya quisiera, amigo.
De la duda, tal vez.
Sálvese el que pueda.
Yo también.
AMANCIO ORTEGA, EL GALLEGO QUE
VISTE
Y DA DE COMER A LA GENTE
Yo
te bendigo,
Amancio
Ortega,
gallego
que vistes
y
das de comer a la gente obrera.
Estoy
contigo
en
esta brega
fuerte
y notable
a
la que te entregas
sin
pedir más a cambio
que
tu soldada, ea,
aunque
algunos mastuerzos
se
te sulivellan
soltando
tonterías
sobre
tu buena estrella.
Ni
los minusvalores
ni
pienses que aciertan,
que
tú a lo tuyo y a los tuyos
es
la cuestión primera
a
resolver en casa
y
en cada tienda, prenda por prenda,
a
ver si de una vez
se
enteran
de
lo que vale Zara:
una
montonera
de
euros repartidos…
hasta
en las dos Coreas.
¡Qué
fatiga, Amancio,
Amancio
Ortega,
pasarse
produciendo
la
vida entera
y
que tan pocos
te
lo agradezcan!
¿Qué
tú eres rico
y
así cualquiera?
Que
aprendan ellos,
que
aprendan ellas
a
llevar un negocio
de
tal manera.
Sigue
aunque aúllen
las
viperinas lenguas
de
los envidiosos
por
lo abultado de tus rentas,
pues
muchos viven
a
tus expensas
con
las espaldas
bien
cubiertas
tildándote
de abusos
y
prepotencia
con
mala saña
y
sin vergüenza.
Anda
y que les den
de
lo que de ti se quejan
los
políticos nuevos y viejos
de
sueldo opaco y tarjeta negra.
¿De
cuándo a acá
es
dañina porque sí la riqueza?
Apuleyo Soto
Capacidades condicionales
LA VELOCIDAD
La velocidad motriz, es la capacidad condicional
de realizar movimientos corporales en el menor tiempo posible. Está relacionada
entre el espacio recorrido y el tiempo que se invierte en recorrerlo. Cuanto
menos tiempo empleado, mayor velocidad. Depende principalmente de las
características del sistema nervioso como receptor y transmisor de estímulos y
de la musculatura como factor ejecutor del trabajo; esto es, se precisa fuerza
muscular para desarrollar movimientos veloces.
La velocidad se mejora por la velocidad;
es decir, realizando movimientos lo más
rápidos posible. De esa manera se produce el fortalecimiento muscular y los
ajustes del sistema nervioso para adaptarse a las necesidades del trabajo de
velocidad.
En cualquier acto motor de velocidad
se suceden estas tres fases: 1, la concepción
de la imagen motriz; 2, la transmisión del impulso por el sistema
nervioso; 3, la ejecución del movimiento. Ésta última fase es la más
entrenable.
Clasificaciones de la velocidad
La capacidad de velocidad motriz
presenta para su estudio varios tipos de clasificaciones. La más ilustrativa
puede ser la establecida según su forma
de acción. Se divide en
velocidad de reacción, velocidad de acción o gestual y velocidad frencuencial
o de desplazamiento.
La velocidad de reacción es
la capacidad de reaccionar en el menor tiempo posible ante un estímulo. Este
estímulo puede ser: visual, auditivo o táctil. Existen cinco fases en el tiempo de reacción ante el estímulo;
unas son entrenables y otras no. Las fases más entrenables son la de percepción del estímulo, la del tratamiento de la información del
estímulo y la del tiempo latente.
Esta última fase es la del tiempo transcurrido desde la activación de las placas motoras por el impulso nervioso y
la contracción muscular.
Si el estímulo es único,
fijo y esperado, el tiempo de reacción se considera simple como la señal de salida en una carrera; pero cuando el
estímulo es inesperado como, por ejemplo, la trayectoria de una pelota que
viene hacia nosotros lanzada por un adversario en un partido de voleibol, de
tenis o de balonmano, el tiempo de reacción para interceptarla se considera de elección. Se enmarca dentro de las
tareas “predominantemente perceptivas”; propias de los deportes de adversario
con o sin contacto personal. Las tareas
“predominantemente habituales” son las propias de correr, nadar o hacer un
ejercicio gimnástico; esto es, de deportes mecánicos y repetitivos.
Suele definirse velocidad de acción o segmentaria
a los movimientos acíclicos
realizados con uno o varios segmentos corporales que se efectúan de manera
irregular, y realizados con baja resistencia mecánica. No implica el completo desplazamiento de todo el
cuerpo, aunque no se excluye. Su máxima expresión suele darse en los deportes
individuales como el ya citado tenis, el ping-pong o la esgrima; también, en
acciones gimnásticas.
La velocidad frecuencial o de
desplazamiento es la
capacidad de efectuar movimientos cíclicos
–movimientos iguales que se repiten indefinidamente– a una determinada frecuencia frente a una baja
resistencia mecánica. La carrera, la natación o el ciclismo son los ejemplos
más representativos de esta clase de velocidad.
En una carrera de 100
metros, pueden darse varias manifestaciones de velocidad: de reacción en la salida, de
aceleración durante los primeros metros, de desarrollo de la velocidad máxima y
de resistencia a la máxima velocidad con mantenimiento de la misma.
Factores que influyen en la
velocidad
Son diversos los factores que
influyen en la condición de velocidad; según qué autores, predominan unos u
otros. De manera genérica, diremos que los principales factores que condicionan
ésta capacidad son de tipo hereditario, de género, debidos a la edad o al grado
de entrenamiento.
En cuanto
al factor hereditario existen notables diferencias en la
manifestación de velocidad entre niños en edad prepuberal, sin que hayan
existido procesos significativos de mejora de esta capacidad. Ello indica la
herencia biológica que posee cada individuo.
En cuanto
al género, si se es hombre o
mujer, no existen diferencias específicas en edades prepuberales. A
partir de los 12-13 años, con el aumento de la fuerza producida en los chicos
por razones hormonales, suele incrementarse la diferencia a favor de ellos. En
las manifestaciones de velocidad segmentaria y de reacción, las diferencias no
son significativas.
En cuanto a la edad, la maduración
funcional y morfológica de las células nerviosas se completa hacia los 10-12
años; las edades entre los 8 y los 12 años puede considerarse una etapa de oro
para la mejora de esta capacidad en sus tres manifestaciones.
En el ámbito de la fisiología muscular,
existen creencias de que la distribución de las fibras de contracción rápida –fibras blancas– y de contracción lenta –fibras rojas–
queda determinada en los comienzos de la pubertad; por tanto, un
adecuado trabajo de velocidad en estas edades podría influir significativamente
en la mejora de esta capacidad. No se comprende bien, por tanto, que la
legislación en cuanto a los contenidos de los programas escolares de Educación Física
en estas edades no contemplen este tipo de trabajo.
Y en lo que respecta al entrenamiento,
producen mejoras de la velocidad: el incremento de la fuerza, la técnica
específica, la automatización por repeticiones, la relajación y el adecuado
calentamiento que disminuye la viscosidad del tejido muscular.
Francisco Sáez Pastor
Universidad de Vigo