Le caractère. Le Senne-Paul Grieger
Carácter nEAS, flemático (flegmatique)
El flemático es un apasionado frío. cargado de energía -A-, es un activo. A los ojos de muchos es frío y habitualmente pausado y tranquilo. Le irá bien con otros flemáticos, con sanguíneos pacíficos y con amórfos de los que pueda prescindir.
Alumno estudioso, aficionado a la disciplina, siempre fiel a sí mismo, amigos de sus amigos, sereno y equilibrado, habla poco, sin superlativos, actúa convencido, animoso ante las dificultades, y es estricto en lo que hace, probo, modesto, honesto… Sufrirá al no tomar parte en la atmósfera social de entusiasmo que pueda rodearle.
Su vida mental tiende a la reflexión intelectual, a la armonía y a la objetividad, dada su frialdad, nE, y que es un activo, A.
Sus problemas son de orden social: buscará un trabajo aislado y un quehacer tranquilo, dado su extremo sentido del orden.
El Criterio de Balmes es lógico, claro, ordenado, definitivo, cargado de sentido común…: en su contenido yen su expresión.
Carácter nEAP, sanguíneo (sanguin)
Es la antítesis del sentimental al ser frío, activo y primario. Su actividad que no hace pie en su interior - es un nE-, se vuelve al exterior. Será un extravertido. Vivirá fuera de sí, en función del exterior. Su amenaza estará en perderse en el objeto (Jung).
De ahí su extrema facilidad para la adaptación a los hechos y a las distintas situaciones. Su vida interior o es débil o no existe. Le Senne habla de su “vacío interior”. De ahí su escepticismo.
“Admirablemente dotado para la inteligencia analítica, es rápido, preciso y claro de ideas, independiente en sus juicios, con presencia de espíritu, aunque inmaduro y falto de continuidad”. Al escribir esto Le Senne parece tener delante a Santiago Carrillo, que se planta ante su padre, es un duro líder en la II República Española, se le respeta en la Rusia de Stalin, vive como un dios fuera de España, vuelve a ella, “aquí no ha pasado nada”, y hasta se le considera un personaje decisivo en marco muy diferente… O Le Senne está pensando en Joseph Fouché, gallarón en el agua de la política, que se aseguró su propia supervivencia, independientemente de quien ocupara el poder en su tiempo, audaz, frío, impenetrable... (Cfr. Stefan Zweigen su Fouché, el genio tenebroso).
Joseph Fouché |
Carlos Urdiales Recio
Maestro. Universitas Lateranensis
Ancien élève du Paul Grieger (trois cours)
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