INSERCIÓN EN LA NATURALEZA De los manantiales sacas torrentes,
en ellos se abrevan los animales salvajes. (10-11)
Junto a ellos habitan las aves del cielo,
desde las frondas envían su canción. (12)
Desde tus salones riegas las montañas
y la tierra se sacia de tu acción fecunda. (13)
haces brotar hierba para el ganado
y forraje para las tareas del hombre (14)
para que saque pan de los campos
y vino que alegre el ánimo
y aceite que da brillo a su rostro. (14-15)
Se llenan de savia los árboles del Señor,
los cedros del Líbano que él plantó. (16)
en su cima pone su casa la cigüeña (17)
Los riscos son para la cabras (18)
En el exuberante paisaje de la Naturaleza que nos despliega el salmo 104 el hombre viene a desempeñar el papel de “homo faber”. Armoniza con la Naturaleza. No se le da todo hecho. Ha de respetar y someterse a sus ritmos.
Si los animales disponen de ríos para beber agua (v. 11), si rugen por la presa, reclamando así la comida que Dios le puso ahí (v. 21), al hombre ni sirve que ruja ni se le dan las cosas hechas: ha de salir al amanecer hasta la tarde a sus labores “para que saque pan de los campos” (v. 14). Si la trabaja, la tierra le dará pan, vino y aceite.
El pan no se lo da cocido la tierra que ha de arar, ni el vino lo puede buscar en manantiales que salten en las laderas de los montes, ni su aceite lo van a llover los olivos.
El hombre ha de ser artesano, organizarse con inteligencia, trabajar para vivir. Lo artificial es en él natural. Con su artificio se insertará en la naturaleza.
para que saque pan de los campos
y vino que alegre el ánimo
y aceite que da brillo a su rostro. (14-15)
CARLOS URDIALES RECIO
Maestro. Ciencias religiosas. Univ. Lateranensis
Ancien élève de Évode Beaucamp
et de Francesco Spadafora
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