Buscar este blog

117 XII Encuentro de Primavera, 2023

 


XII ENCUENTRO DE PRIMAVERA


                                                       2023


ANTEQUERA


22, 23 y 24 de mayo

 

CRÓNICA DEL DUODÉCIMO ENCUENTRO AFDA, 

                 EN LA CIUDAD DE ANTEQUERA, 

                            REALIZADA POR CARLOS ALDA, 

                                     CRONISTA OFICIAL DE GODOJOS (ZARAGOZA)


"Amanecerá Dios y medraremos” decía Don Quijote. Por fin amaneció el día 22 de mayo y desde distintas ciudades emprendimos viaje hacia Antequera. De Madrid salió en AVE Ángel Hernández, con una maleta llena de poesía para compartir con sus amigos. También de Madrid, en coche, emprendimos viaje Gregorio Díez, su mujer Clara y un servidor que el día anterior me había desplazado a la capital desde Zaragoza.

Cuando llegamos a Antequera ya estaban allí Auxencio y Toñi, que habían venido desde Cádiz. Comíamos en el restaurante del hotel Coso-Viejo y nos apareció Eva, que se había desplazado desde Sevilla. A las siete de la tarde ya estábamos todos en el hotel. Daniel León, de Sanlúcar. Martín, Telesforo y Candeli del Puerto de Santamaría. Fernando Ruiz desde Cádiz y los anfitriones Carlos Urdiales y Auro que llegaban de Málaga. Total catorce lasalianos y lasalianas llenos de ilusión y de ansias de abrazarnos.

La primera cena fue alegre y generosa. Nuestros sufridos aparatos digestivos acostumbrados a una parca colación, acompañada tal vez de un sencillo yogur, se sintieron agradecidos y confortados. Dormimos bien, eso fue clara señal de que las cenas alegres suelen sentar bien.

El día 23 todos estábamos esperando que se cumpliera el dicho “Que salga el sol por Antequera”, pero en vez de salir el sol nos acompañó durante un buen rato la lluvia. Después de desayunar escampó y aún pudimos disfrutar de la visita a la ciudad montados en el bus turístico (trenino) y en el coche que traía Miguel Ángel Bernal, que se incorporó en esos momentos al grupo.

Visitamos la alcazaba y la iglesia de Santa María. Esta colegiata llegó a ser centro neurálgico de poetas, pensadores e historiadores tan ilustres como Pedro Espinosa y la poetisa Cristobalina Fernández de Alarcón. Algunos consideran a la escuela poética de Antequera precursora del poeta culterano Góngora.

Disfrutamos contemplando la barroquísima iglesia del Carmen con su altar mayor sumamente original, uno de los altares barrocos más representativos del arte andaluz del siglo XVIII. Emocionados por tanta belleza entonamos la Salve a la Virgen María. Nuestras cultivadas voces sonaban de maravillo en el templo barroco.

Pudimos contemplar muchas más iglesias, ya que Antequera se ganó con justicia y por número el calificativo de “Ciudad de las iglesias”.

Después de tanta visita, tanto arte y tanto diálogo entre los amigos tocaba disfrutar de un buen banquete. Auro, nacida en Antequera, nuestro ángel y guía turístico nos llevó a un restaurante estupendo. Buena comida, mejor bebida para los que saboreamos el vino. Los postres fueron deliciosos, los acompañamos con soflamas poéticas enviadas por nuestros poetas Apuleyo y Antoñito. Ángel Hernández nos leyó un soneto conmemorativo del evento. Muchas ganas tenía de decirnos cosas bonitas, tantas que no le cupieron en el soneto y tuvo que añadirle un estrambote, licencia admitida y practicada por los clásicos. Aplaudimos con júbilo y agradecimiento las aportaciones de estos queridos compañeros.

                                           

                            Leyendo a Antonio Montero

        
Leyendo a Apuleyo

¿Recordáis alguna reunión festiva del grupo AFDA donde no se cante? No es el caso. Allí teníamos a Martín que empezó a alegrarnos la sobremesa con sus canciones propias de la tierra, pero con letras alusivas al encuentro. Alguien tuvo la buena idea de traer unas canciones en hojas fotocopiadas. Todos nos pusimos tontos de cantar. Ángel, Fernando, Telesforo, Auxencio, Miguel, Martín, Daniel y hasta Gregorio y los dos Carlos, tal vez porque llevábamos mucho tiempo sin hacerlo cantamos con voz fuerte y entusiasta. Y las señoras también. ¡Como debe ser!

Por la tarde salió el sol por Antequera. Martín apareció con su camisa adornada con un escudo lasaliano. Yo pensé: todos llevamos ese escudo y a La Salle en nuestro corazón.


Nuestro cantaor de AFDA

A las siete de la tarde fuimos a misa a la iglesia de San Sebastián. Era un celebración por nuestros lasalianos y lasalianas difuntos. El cura, un tanto perezoso, no se molestó en decir sus nombres: Marino, Antonio, Diego, Maribel, Luis, ya los nombro yo. Una oración por todos y un recuerdo emocionado.

La cena fue otro encuentro alegre y generoso. Auro y Auxencio, siempre pendientes de todo y muy cumplidores a la hora de pedirnos las correspondientes aportaciones.

El segundo día lo terminamos felices.

Último día, el 24. Lo iniciamos con un suculento desayuno: mollete, tomate, aceite y jamón, después el café con leche. En la puerta del hotel nos esperaba un grandioso y estupendo autobús. Iniciamos el viaje hacia El TORCAL. Muchos lo conocíamos, pero todos nos asombramos con sus construcciones naturales de variadísimas formas y figuras grandiosas. Difícil de describirlo con palabras.


Desde El Torcal nos llevaron a Mollina, “donde el Belén se hace arte”. ¡Que dos hora más maravillosas pasamos contemplando las miles de figuras! Se nos hicieron cortas. Había tantas cosas que ver… Personalmente disfruté de manera especial contemplando el espacio ocupado por las ocho provincias andaluzas. Artistas del Puerto habían participado en ellas, alguno era pariente de Candeli.

Para comer nos llevaron a un restaurante cortijero, donde compartimos mesa con bandidos de las sierras andaluzas. Fue genial. Otra vez buen vino y buenas viandas. También canciones alusivas al lugar.

Volvimos al hotel y de inmediato fuimos a visitar el colegio de La Salle. Uno se siente como en casa en estos colegios. Muy amables y cariñosos los hermanos. Uno de ellos atendió a Carlos y Auro en su viaje de novios a Roma, porque se hospedaron en la Casa Generalicia.

Visitamos la capilla y cantamos la salve junto a la Virgen de la Pera, sin pera, alguien se la había quitado de su mano. También cantamos a san Juan Bautista de La Salle “Gran siervo del Señor, glorioso Juan Bautista”, junto a su estatua que estaba colocada en una peana. Nos despedimos de los hermanos y nos fuimos a cenar de tapeo. Todo fue muy bien.

Ya en el hotel nos despedimos con abrazos y besos y con la promesa de seguir reuniéndonos cada año mientras el cuerpo aguante.

¡Feliz duodécimo encuentro!

¡Bienvenido el decimotercero!


       

MOMENTAZOS

-Ver a Carlos Urdiales salir el primero para no llegar tarde a los sitios, oírle declamar versos o contar chistes prehistóricos.

-Contemplar la alegría de Eva al descubrir el cuadro de los mártires de Almería pintado por su marido Diego.

-Observar el cariño y la paciencia de Fernando cuidando a Clara. Seguro que recordaba otros cuidados.

-Momento en el que Gregorio se quita la chaqueta y se la pone a Clara porque tiene frío. El se queda en mangas de camisa.

-Todas las veces en que Martín se arranca a cantar y a animarnos a todos.

-Cuando nuestro amigo Telesforo arrancó la canción de la moto que la tenía olvidada hacía mucho tiempo.

-La aparición inesperada de Ángel, mantenida en secreto, con todo el grupo para regalarnos su libro de poemas.

-Cuando Daniel se levanta decidido y sin decir nada nos invita al desayuno de molleta y café.

-La constancia y buen hacer de Auro y Auxencio en todos los momentos del encuentro preocupándose por todos.

-El acierto de las señoras: Eva, Candeli, Toñi, Auro eligiendo unas comidas tan buenas y regalándonos con su cara siempre sonriente.

-El ver sonreír a Clara cuando le decíamos una palabra cariñosa.

-Cuando aparece Miguel Ángel a pasar el día con nosotros.

ZARAGOZA, 26 DE MAYO DEL 2023

     

A MIS COMPAÑEROS


Ausencias hay obligadas,

aunque yo no lo quisiera;

pero ya la primavera

mis prendas tan bien amadas—,

al invierno dejó paso.

Y, cuando alcen esa copa,

o Telesforo un gran vaso,

no cojan una cogorza

que el vino no es una alcorza

para recubrir los dulces; y, si acaso,

brinden por mí; y que su brindis,

que sea de vino bueno;

y, en momento tan ameno,

me pitarán los oídos,

recuerdos a mí adheridos:

como “la moto y su novia”

que aún guarda mi memoria.

Y vosotros, divertidos,

jóvenes, talluditos y crecidos,

que me perdonen las damas—,

pero la rima reclama

el verso en femenino.

Envidia os tengo, amigos,

pero la mala Adrastea,

esa diosa del Destino,

quiso dejarme a la espera.

Y aquí estoy con copa y vino,

que, aunque no beba, lo saben,

de justicia es, acompañen,

aunque sea en la distancia,

mis deseos de ventura.

Y que muy pronto los vea

cuando termine esta cura.

Un cordial saludo,  Antonio.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Envíanos tus comentarios

117 AFDA

        ÍNDICE  PRINCIPAL                              ____________________________________   Pregón:  Educación y expertos. Libertad       ...