TOTA PULCRA ES
(A la Inmaculada de Griñón)
Túnica blanca cubre,
bajo tu verde manto de esperanza,
tu cuerpo y nos descubre
el gesto y la templanza
de la Madre que infunde confianza.
Al cielo levantada
y a tus pies derrotada la serpiente,
se muestra coronada
tu despejada frente
y es tu mirada dulce y sonriente.
Eres, Inmaculada,
quien a diario oyó nuestras canciones,
la Madre que escuchaba
los ruegos y oraciones,
nuestras adolescentes emociones…
Dos ángeles alados
son escabel desde el que te levantas.
Nosotros, confiados,
llegamos a tus plantas
y besamos tus manos sacrosantas.
Recibe, Madre nuestra,
el cariño, el respeto… y en un trazo
estas liras, en muestra
del apretado lazo
que contigo ha de ser eterno abrazo.
ÁNGEL HERNÁNDEZ EXPÓSITO
Maestro. Doctor en Ciencias de la Educación. Emérito UCJC
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Cuando yo era niño,
todo era cariño
de padres y madres
en el hogar nutricio.
Y ahora que soy viejo
se me arruga el pellejo
y solo dejo
pelos encanecidos
sobre la frente, la nuca
y el colodrillo.
Volviera la niñez
y naciera yo otra vez
a ser como he sido
o mejor también.
¡Ay , infancia, qué lejos
te fuiste, aquel ayer
que quiero volverlo a tener
de viejo.
¿Cómo fue, cómo fue
que fruncí el entrecejo
ante el espejo?
No lo sé, no lo sé, no lo sé.
Memoria de la vida
¿por qué te perdí?
Convídame
a vivir otra vez.
APULEYO SOTO
Maestro y poeta. Periodista. Juglar
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