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20210922

100 AFDA

              Índice principal                                                                                   Octubre 2021


Pregón

            Nuestro estilo AFDA (I)

Magisterio

            Afda llega al número 100. TeóduloGR

            Soneto desde el sentimiento: Cien vuelos sobre el horizonte. ÁH

            AFDA, octubre, 2021. Apuleyo Soto.

            A la hora del café. CUR

Estilo

            Reflexiones de la mañana: Estilo. CUR

            El testamento de Elcano, presentación. De Manuel Romero T

            Acuarelas: Otoño. Teódulo GR

                         

(i) NUESTRO estilo AFDA

“Portavoces de magisterio y estilo”

El árbol es árbol y el león es león. Son su naturaleza. Son lo que da de sí, en sus circunstancias, su naturaleza de árbol o de león, respectivamente.

Las personas somos naturaleza pero no somos mera naturaleza.

Inventamos y somos los factores de nuestra propia vida. Respondemos de ella. En cada uno de nuestros actos imprimimos una peculiar manera que deriva de nuestra inteligencia, afectividad y voluntad personales. Y que no se debe a la naturaleza.


En cuanto emprendemos buscamos un fin. La estructura de nuestros actos tiene unas preferencias personales. De ordinario buscamos un fin particular para llegar a otro fin que nos parece mejor. Pero solo nos define en este ir de un fin a otro fin más alto cierta imagen, cierto pensamiento, que cada uno de nosotros lleva en el fondo de su entraña acerca de lo que nos es, en última instancia, preferible.

Esa imagen a la que rendimos nuestro ser y existencia y que tenemos fuertemente interiorizada en el fondo de “nuestro mejor yo”, que nos acompaña de por vida frente a nuestros empeños y quehaceres, que es la estrella de nuestro cielo vital, es lo que consideramos como nuestro estilo.

Estilo: el ser que queremos ser, nuestra más honda preferencia siempre en arco tenso, el hombre absolutamente valioso que tenemos en mente. Y que llevamos plantado delante de nosotros.

No precisamente lo que hacemos objetivamente, con más o menos torpeza o soltura, sino lo que expresa nuestra íntima personalidad de agentes, eso es nuestro estilo.


Magisterio



AFDA LLEGA AL NÚMERO 100



En mi vida de compromiso con la escritura periódica, he tenido la suerte de colaborar en el número 100 de una revista dedicada a la pedagogía religiosa y a la catequesis: SINITE. El cien es un número simbólico y, en algunos casos, hasta mítico. Algunas publicaciones tardan mucho en llegar al número cien; otras, sin embargo, alcanzan pronto esta meta. Este me parece felizmente el caso de AFDA.

El número 100 puede ser considerado tanto una llegada como un inicio. Este número de AFDA podemos verlo, por tanto, como la llegada a una meta. Y ello me mueve a echar la vista atrás y revisar -que es revivir- aquello que con sus escritos ha germinado, ha florecido y ha granado-.En cada uno de los números hemos tratado de expresar algo de lo vivido en la entraña de la educación, en el noble ejercicio del magisterio… En estos años han sucedido notables efemérides, también lasalianas, de las que creo haber dejado alguna palabra útil, alguna preocupación urgente, alguna perplejidad ante las contradicciones de nuestra sociedad y de nuestra educación.


Pero la vida sigue. Afortunadamente tenemos un futuro por delante. Y seguimos viviendo, pues como dijo nuestro Ortega, “vivir es algo que se hace hacia adelante, es una actividad que va desde este segundo al inmediato futuro” (La España invertebrada). Pues bien, situados “en este segundo” que es nuestro presente, miramos al “inmediato futuro” del mundo de la educación. Un mundo amplio y plural, floreciente en muchas latitudes y precario y necesitado en no pocas; un mundo en ebullición de ideas y proyectos y en constante superación de lo que fue en su momento “nuevo paradigma”. Podíamos decir que, a pesar de su florecimiento, sigue mostrando sus lados negativos, sus crisis y sus contradicciones. Es notorio que, frente a innovaciones y avances pedagógicos que anticipan o son ya el futuro, se produzcan intentos de “vuelta atrás”, de “recuperación de viejos modelos”, de reivindicación de “valores antiguos”; y ello a través de estrategias didácticas que se presentan como portadoras de resultados tan buenos, si no superiores, a los que ofrece la pedagogía actual. Esta vuelta a la tradición pedagógica, su justificación y su “lucha” frente a lo meramente nuevo es algo que personalmente me interroga.

Este número 100 de AFDA podría ser el comienzo de una serie en la que, desde mi situación de espectador de lo que pasa en el mundo de la educación, ofrezca mi palabra, mezcla de seguridad y de duda, de perplejidad y de asombro, de aceptación y de crítica.

Teódulo GARCÍA REGIDOR





AFDA. OCTUBRE 2021



Campanas suenen por AFDA,

la centenaria revista

de la expansión lasaliana

en “Magisterio y Estilo”

desde hace cuarenta añadas.


En ella Carlos Urdiales

con cuerpo atlético y alma

espiritual como un ángel,

mes a mes, va y nos la manda,

ahora en “muros” digitales

la que empezó en breves páginas

de papel de celulosa

en la época escolástica


de Griñón, fruto granado

en la expresión literaria.

Gracias, CUR, por el regalo

de tan hermosas palabras,

que nos recuerdan la esencia

de la vida más que nada.

Quédate más tiempo aquí

AFDA, AFDA, AFDA, AFDA.



APULEYO SOTO

Maestro y poeta. Periodista. Juglar




  

      Una semilla que dio en árbol y aun en bosque


El Kostka de Arturo Soria, era una formidable promesa desde su nacimiento y pronto se pudo apreciar que ya entonces era la semilla del gran árbol de lo que vendría a ser la “Institución Educativa SEK”.

Lo que fue el centro de estudios primarios y secundarios de Arturo Soria, 111, para los profesionales de la educación, del Ministerio de Educación al último bedel en España, e internacionalmente para numerosos organismos de bandera, es de sobra conocido. Hay información abundante.

De lo que no hay tanta noticia o ninguna es de los pequeños resortes, insignificantes de por sí, pero decisivos, verdaderas claves de bóveda, que no eran espectaculares como su brillante escaparate de eficacia, pero que al ajustarse en su lugar preciso hacían posible aquella era de oro de la educación en España.

A lo mejor hay que rastrear esos diminutos puntos, pequeños como los exponentes de las cifras de una cantidad, que se escriben en cuerpo menor pero que multiplican y elevan la base en la que están presentes.


El “café de la mañana”, recurso semilla

La práctica del “café de la mañana”, que no se menciona cuando se habla o escribe sobre el prestigio y acierto nacional e internacional de los colegios SEK, mirada de cerca, pienso que fue decisiva en su configuración como centros modélicos.

Un hecho previo -inexplicable entonces y aun ahora-, al menos en España, es que los profesores de bachillerato habrían de ser licenciados en las materias que impartían, pero no se les exigía ni magisterio ni ninguna otra preparación pedagógica para ejercer como educadores y profesores. Era su carencia. La suplían como podían. En nuestro caso de Arturo Soria, abundando en la didáctica y en temas de educación, a media mañana, a la hora del recreo de los alumnos, en la sala de profesores donde había café y pastas a discreción. No más de cinco minutos nos retenía el descanso el jefe de estudios de entonces -maestro, pedagogo y humanista-, que, al paso que nos daba alguna información muy concreta para la buena marcha del colegio, dejaba caer alguna observación didáctica, nos apuntaba concretas soluciones pedagógicas, observaciones psicológicas eficaces…: nos mostraba la educación a pie de clase y de detalle con su mejor luz.

Los apuntes que siguen pueden recordar aquellos fecundos minutos en los que se nos iniciaba en la didáctica y pormenores educativos con los que llegamos a tener un lenguaje profesional común entre nosotros y crear toda una sabiduría pedagógica propia de nuestro claustro.

Estos apuntes solo quieren sugerir que se puede hacer algo parecido hoy, que siempre será bueno que pongamos en común lo que hemos de saber como educadores en algún momento más o menos distendido de nuestros claustros de profesores.

Ofrezco un mero apunte. El Colegio, hoy, indudablemente, ha de saber encontrar su mejor camino.

A LA HORA DEL CAFÉ


EL JEFE DE ESTUDIOS SUGIERE

Y LOS PROFESORES COMPARTEN


Nuestra Escuela es un taller de primeras veces

* Lo que caracteriza a nuestra Escuela-Institución es que es un centro de estudios (es decir, de afanes) en busca de la verdad de las cosas. La mayoría de las verdades que enseñamos, objeto del aprendizaje de los alumnos, son verdades que la Historia tiene descubiertas y formuladas. Pero en nuestra Escuela toda verdad ha de ser objeto de descubrimiento que hacen conjuntamente alumnos y profesores y, por ello, toda noción ha de ser encontrada y formulada como por primera vez. Todo se observa, se mide, se sopesa personalmente o en grupo, como si fuera la primera vez que se trabaja, hasta llegar a las formulaciones históricas que podemos encontrar en los manuales de trabajo o en internet o donde quiera que se encuentre la más precisa expresión de su realidad.

* Con este enfoque la motivación del alumno para el aprendizaje es intrínseca, no le viene impuesta desde fuera, y es la única que le ofrecerá garantías de solidez y asentamiento. Él mismo ha descubierto una verdad que para él estaba oculta, al término de unos afanes (estudio=afán) y, como Pascal de niño, la expondrá a su manera. Después de estudiarla, será ya suya aunque termine expresándola en los mismos términos que lo hicieron Newton, Dámaso Alonso o Ramón y Cajal.

Carlos Urdiales Recio

Maestro. Profesor de Escuelas de magisterio

Emérito UCJC




Estilo



ESTILO


A Napoleón se le atribuyen dichos que quizá no dijo nunca. También a nuestro Quevedo se le cuelgan hechos y dichos que nunca fueron suyos.

De Napoleón cuentan que tenía en su despacho algún sillón grande y blando en el que hacía hundirse a quien le llegaba furioso por alguna razón. Era un primer desarme de su furor. Y es que la rigidez del airado pierde fuerza si se siente blando entre blanduras, le falta tocar cosas duras y rígidas, duro y rígido que se encuentra. La ira, de suyo, advertiréis, si os fijáis, que aprieta los dientes y cierra en puño la mano del furioso.


El alcalde que quiere tener las calles de su municipio sin papeles ni otras miserias que las ensucien limpia con escobas y mangueras de mano o mecánicas su pueblo o ciudad. La servilleta del helado que nos estorba en la mano después de consumido es más difícil de arrojar a un suelo particularmente limpio.

Del revés. Yo viví la II República Española, su continuación en la zona roja y la entrada de los nacionales en Madrid. Pues, bien, de golpe, terminada la etapa “republicana” y empezada la “nacional”, no se volvió a ver a la gente subirse, porque estaban llenos por dentro, al techo de los tranvías, ni por las prisas colocarse entre una coche y otro del metro en lugar inadecuado y peligroso… Un orden nuevo y digno que llegaba, sin que nadie lo dijera, exigía un comportamiento en orden y dignidad. Así fue. Llamó mi atención de niño.

Por eso no es mal camino para llegar a una excelencia interior empezar por practicar unas formas exteriores que terminarán tirando de lo mejor de nosotros hacia determinado estilo de nobleza.

"Toma agua bendita, decía Unamuno en San Manuel Bueno Mártir, y acabarás creyendo” .

 Mantente siempre limpio, pide permiso para todo, cede el paso, ponte en pie si te habla tu profesor, trátale de usted, ten ordenada tu mesa de trabajo, adelántate a prestar un servicio que en casa pueda hacer cualquiera… Y mientras hagas esto irá brotando en ti un alto estilo del que no sabes ni la altura y ni la elegancia que puede alcanzar.

Carlos Urdiales Recio

Maestro. Profesor de Lengua y literatura

Emérito UCJC


perla del estilo de nuestra escuela


Frente a la Realidad los griegos buscaron el arjé que la explicara.

En Educación, nosotros nos fijamos en la semilla que da en árbol y en ocasiones es el inicio de algunos oasis (como el blog AFDA) y aun de bosques (en buena parte le excelencia en su tiempo de las Universidades Laborales y la actual de la Institución educativa SEK se debieron y deben a esa semilla).

A la semilla del magisterio que cursó en la Escuela de Magisterio de la Salle nuestro compañero y amigo Manuel Romero Tallafigo, catedrático de paleografía y diplomática en Universidad de Sevilla, se debe la última publicación suya de que damos noticia. A su natural talento y a su trabajo personal no cabe duda que hay que añadirle aquel inicial lanzamiento como profesor e investigador.

Por esta razón, en AFDA venimos diciendo, que los hijos de La Salle, creador de las primeras Escuelas de Magisterio, antes de disolverse con Instituto y pasar su espíritu a otras manos también lasallanas, yendo más allá de ser “factor producto” que multiplica con sus centros educativos, harían bien en dedicarse a ser “exponentes” que elevan la Educación, creando Escuelas de Magisterio en España y fuera de España.

Cuando en siglos venideros se vuelva a celebrar el centenario de la gran hazaña de Juan Sebastián Elcano, se pondrá, sobre la mesa de las presentaciones rigurosas que se mencionen, la definitiva calidad del trabajo de este maestro por la Escuela de Magisterio de La Salle, profesor e investigador universitario.


¡Enhorabuena, maestro Manuel Romero Tallafigo!



aL ÁNGEL DE ESPAÑA 


CUSTODIO DEL ESTILO ESPAÑOL

La política al día puede seguir hablando de izquierdas y de derechas, términos que ya eran viejos hace un siglo. Es una manera de decir muy poco, de señalar meras entelequias, de declarar que no se está en el mundo real, en el actual.

Hoy, de izquierdas y de derechas solo quedan los dos polos de un eje que destruye la sociedad histórica que llamamos patria, porque el giro de ese eje previamente ha lanzado fuera de su espacio a la persona, máxima dignidad, valor eterno e intangible

La izquierda de hoy es groseramente materialista por sus raíces marxistas. El hombre de izquierdas es un trabajador, máquina inteligente y productiva, que sigue todavía ontológicamente determinado por las fuerzas históricas de la lucha de clase. Se le negó y se le niega la transcendencia porque no quiere verse su irrenunciable realidad espiritual.

La derecha, abrazada al liberalismo, engaña y se engaña con su aparente neutralidad e indiferencia. En su orbe quien quiera ser cristiano, budista o agnóstico, en principio es del todo libre de serlo, laissez faire es uno de sus lemas. Es un engaño la libertad que se le deja al echarse ella atrás y desentenderse de la realidad espiritual del ser humano. Este será libre en su esfera privada, pero no ha de salirse de ella, al Estado le es indiferente la opción, siempre que sea privada, de la que se desentiende. Le ve primordialmente como un ser consumidor de bienes de la tierra, la educación uno más.

El marxismo al día es gramsciano. Los parias de su internacional no son los revolucionarios de 1917 sino los nuevos grupos sacados de sus quicios: las feministas a ultranza, los homosexuales, los trans, las lesbianas, la orientación sexual, el propio cuerpo… para los que se crea una nueva antropología y hasta un nuevo lenguaje. Ante él, hemos asistido al penoso espectáculo de una derecha incapaz de detenerlo.


Con este panorama en vigor, es la hora de invocar al ángel de la eterna Patria España, para que nos venga a decir una sola palabra y realidad: transcendencia (terrestre y celeste). Y abrirle paso. La urgencia es histórica. La primera tarea política en España, hoy, no es de naturaleza económica sino cultural, de estilo español, la restauración de la persona en su dignidad como persona, al servicio del bien común, desde su hogar familiar, como miembro de su grupo o de su pueblo o ciudad, hijo de una patria, y como criatura llamada a una vocación celeste arraigada en un sentido profundo de pertenencia a una tierra, a una tradición, a un destino común y al cielo eterno de su persona.

Ramiro Duque de Aza

Maestro, profesor de Teoría del conocimiento



                                                                                      Teódulo G. R.


Otoño dorado

Los recuerdos de mi río favorito, el Duratón, suelen ser del color verde del verano. Los matices del verde de las orillas tiñen el agua. Pero también recuerdo al Duratón dorado por los amarillos rojizos del otoño: un placer para los ojos y una fuente de serenidad para el espíritu. La armonía del otoño dorado.

117 AFDA

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