La última villanía del ánimo
es temer su obligación.
(QUEVEDO)
REFLEXIONES FILOSÓFICAS (XII)
Al deber se le llama también obligación. Naturalmente si se debe algo a alguien, uno tiene la obligación de devolvérselo. O, en este caso, si es un deber, uno está obligado a hacerlo. Hay muchas clases de deberes (en plural), que se diferencian del deber moral, sin especificación. Ese que siempre le recuerda a Tony la escena del farolero en El principito. Encendía y apagaba la farola simplemente porque era su deber. Y, al preguntarle el principito por qué lo hacía, siempre le daba la misma respuesta: “¡C’est le devoir! ¡C’est le dovoir! ¡C’est le devoir! No tiene ninguna especificación.
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Kant |
Para Kant, el deber es la forma de la obligación moral. Es no solo el cumplimiento del deber; es el puro respeto al deber. Este hace referencia al valor, que existe en cuanto a la realización del bien. El ‘ser’ es lo que existe, las cosas, los seres, aquello que realiza una naturaleza, una esencia; el ‘deber ser’ es aquello que ‘debería existir’, simplemente porque es bueno o mejor. Y se realiza esta existencia en los valores. Y siempre —según Kant—, “actuando por puro respeto al deber”. Pero Kant se dio cuenta, que, a veces, lo mejor es enemigo de lo bueno.
Schiller
Schiller afirmaba que “el deber es la expresión del mandato ejercido sobre la conciencia moral por cierto número de valores”. Y, de ello se deduce que el “deber ser” es algo que puede ser, que se desea que sea, simplemente porque es mejor. El ‘ser’ es natural; el ‘deber ser’, moral. Y sería, “es la última villanía del ánimo temer su obligación” —en expresión de Quevedo.
ANTONIO MONTERO SÁNCHEZ
Maestro, profesor de Filosofía
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