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20221230

112 AFDA

                              Enero, 2023      

                                        ÍNDICE  PRINCIPAL 

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                                                        Pregón: Palabras con peso eterno

 Magisterio            Didáctica de nuestra Escuela: Carriles. CUR / Escuela de vanguardia: Non scholae, sed vitae discimus. Duque de Aza / A la hora del café:  Se indisciplina un alumno.  CUR / Soneto desde el sentimiento: In medio virtus. Á.H. / Apuntes de clase: La Escuela es aristocracia (II). CUR / Afderías: Nos colamos enla escuela equis.. CUR 

              Estilo     Frutos: Palos bíblicos, gusto, elegancia y distinción. CUR / La reflexión de la mañana: Yo no puedo verla. CUR y AHE

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                 Palabras con peso eterno


Las palabras llevan en su interior un alma de eternidad, un latir de inmortalidad. Una vez dichas, quedaron dichas para siempre. Para siempre han de seguir gravitando en el tiempo. Ellas no pasan: no se alejan, ni desaparecen ni dejan de ser, perdidas en un silencio que sería su nada, en la que se diluirían y se dejaran de oír, porque dejarían de ser. Su ser es eterno y van a permanecer en su ser perennemente.

Por eso, cuando pronunciamos las palabras “Dios, persona, niño, tierra, firmamento, estrella…etc.” pretendemos y aspiramos a que siempre suenen con toda su verdad, sin otros añadidos que no sean ellas, vestidas con el lujo de la belleza natural que les dio el Cielo, densas con la bondad natural que tuvieron ya en el Paraíso Terrenal del Génesis antes de la caída.

Para siempre el autor del Cantar de Mío Cid hizo cantar a los gallos del amanecer en San Pero de Cardeña (“apriessa cantan los gallos e quieren quebrar albores”).

     Federico García Lorca, en el siglo XX, percibió aquel kikirikí de destierro y gloria (“las piquetas de los gallos cavan en busca de la aurora”) y seguirán su canto de eternidad desde la alta atalaya de su Cantar de gesta castellano.

En la Eneida del divino Virgilio, el héroe de la guerra de Troya, sigue, en la voz del poeta latino, navegando, perennemente, camino de Roma…

Las cinco palabras que pronunciara Cervantes con un pie ya en el siglo XVII (estas: Don Quijote de la Mancha) permanecerán escritas con luz de estrellas sobre el Cielo de la Humanidad, y allí refulgirán mientras haya Humanidad en el Cosmos y la Tierra gire danzando alrededor del Sol. El Dieu le veut! de los cruzados, los monorrimos versos del Cantar de mío Cid, las sumas teológicas del siglo XIII, el Quijote de España, San Manuel Bueno Mártir de Unamuno… aún no han terminado de decir lo que ya se pronunció en su momento inicial. Todo el tiempo es suyo, pasado, presente y futuro. Lo llenan por completo. Solo hay que tener oído para saber escucharlo. Continúa su volteo de campanas.

Es cierto que hay palabras que nacen muertas. Se lo oímos decir a Adolfo Muñoz Alonso y estábamos y estamos de acuerdo. No hablamos de ellas. En las vivas pensamos, de ellas hablamos ahora.

De ellas partimos nosotros para escribir en AFDA y donde se tercie pronunciar las eternas palabras Dios, España, magisterio, educación, estilo...

De nuevo dichas, y pronunciadas como por primera vez, quedarán clavadas para la eternidad y su sonido de verdad, belleza y bondad hasta ha de resonar perennemente sobre el presente eterno que creemos y llamamos Eternidad de Dios.

De Él nos vinieron las palabras vivas que veneramos y a Él, de nuestros labios y escritos, vuelven para siempre: monedas que terminarán cayendo y sonando a bronce y oro en el gazofilacio de la Eternidad de Dios.

 



magisteri




            DIDÁCTICA DE NUESTRA ESCUELA 

En nuestra Escuela, con Juan Amós Comenio,

entendemos por Didáctica:

"el artificio fundamental para enseñar todo a todos,

enseñar con solidez, no superficialmente,

no con meras palabras



                                          

primeros pasos de la redacción           



                                                   CARRILES

De nombres, adjetivos y verbos

                        💥 Les pedíamos a los alumnos tres o cuatro nombres, no más:

    Desde mi pupitre veo …

El alumno escribía algo así:

    Desde mi pupitre veo compañeros, al profesor y la puerta de salida de la clase.

                         💥 Le añadía un adjetivo para cada nombre anterior.

    Los compañeros son trabajadores…

El alumno escribía algo así:

    Los compañeros son trabajadores, el profesor serio y la puerta de salida está abierta.

                        💥Un verbo para cada nombre.

    Los alumnos atienden…

El alumno escribía algo así:

    Los alumnos atienden, el profesor nos mira y la puerta se cierra con llave.


Ya quedaba hecha la primera redacción del graduado Sistema Redacta. Primer peldaño. El trabajo terminaba copiando con esmero el ejercicio hecho entre todos en el personal cuaderno de redacciones.


Remachar: más de lo mismo

A los dos o tres días, salíamos al patio a observar y, vueltos a clase, todos a una o individualmente, nueva redacción: El patio de mi colegio. Más adelante: En el portón de salida del colegio veo...


Un día de lluvia, mientras llueve, el tema próximo será La lluvia. Con antelación las decimos que se fijen en una calle, la suya, quizá, lo que ven, oyen, huelen… porque más adelante habrá que hacer una redacción sobre Mi calle. Ídem y sucesivamente sobre La frutería, La pescadería, El sol, La nube blanca, El súper de mamá, Mi primo Fulanito de Tal, Un trozo de pan, Las ruedas de la bicicleta de Rosa...

CARLOS URDIALES RECIO

Maestro. Profesor de Didáctica, Esc. Mag. La Salle

Emérito UCJC


NON SCHOLAE, SED VITAE DISCIMUS




En cuanto sea pensamiento siempre hay que volver a los clásicos y mantenernos en ellos: tomar el río en su manantial, seguirlo en su fluir de aguas que a ratos saltan, en tramos se remansan y siempre marchan vivas mientras discurren para desembocar en la mar, que en nuestro caso no es el morir de las coplas manriqueñas, sino, desde su inicio, la Vida.

                          De la vida, con la vida y tras la vida, a la Vida.

Nos lo volvimos a decir con palabras de nuestro cordobés Séneca en el soneto de AFDA 111: Non scholae, sed vitae discimus.

Hay que repetir una y otra vez, con fuerza senequista y aun mayor si es posible: Estamos enseñando para la Escuela y hemos de enseñar para la Vida ( non vitae, sed scholae discimus, Séneca, Epistulae a Lucilius, libros XVII-XVIII, 106, 12). En Séneca y en verdad, el reproche era el que hoy, en buena parte, podemos hacer a muchos, casi todos los centros educativos: preparan a sus escolares para salvar unos exámenes, les enseñan a saltar cercas y vallas académicas detrás de las cuales quizá esté la vida, pero no se les enseña la vida para la vida.

Forma positiva se le dio en el siglo XIX a la sentencia del estoico cordobés: Non scholae, sed vitae discimus. Es la que hacemos nuestra.


De tres vidas o zonas vitales nos ocupamos a fondo:

- La vida de superficie, la de los sentidos.

- La intelectual y de pensamiento, de las facultades.

- Y la vida del yo profundo, de las grandes intuiciones, en cuyo centro puso su sagrario de residencia el Supremo Creador del Universo, se cuente con Él o se Le ignore.


RAMIRO DUQUE DE AZA

Maestro. Profesor de Teoría del conocimiento

Bachillerato Internacional

Emérito UCJC




 

                                      A LA HORA DEL CAFÉ

       
                    EL JEFE DE ESTUDIOS SUGIERE
   Y LOS PROFESORES COMPARTEN

 

Se indisciplina un alumno



 * Por de pronto hay que pensar que la irritación del alumno es esporádica, ocasional. Su descontrol, impaciencia, agresividad, actitud antisocial… normalmente serán pasajeros.

* No interrumpimos la marcha de la clase. Le miramos fijamente, hacemos una pausa si estamos hablando, enfatizamos la voz, marchamos hacia donde está el muchacho en cuestión, seguimos la clase, sin más. Puede que con esto baste.

* Si el caso es más serio, que tiene cierta gravedad, una advertencia hecha sin acritud, puede que baste.

* Si la cosa es más grave, no se ignore sin más. Pero que el profesor no se precipite, que no tome decisiones inmediatas, que solo exprese su sorpresa o descontento en ese momento e invite al alumno a dar una explicación después de clase.

* Expulsar del aula o de la sala de trabajo ha de ser muy raro y que la gravedad lo justifique. Téngase en cuenta que en este caso el profesor tácitamente está confesando ante sus alumnos que no controla la conducta de sus alumnos.

* Acudir al jefe de estudios o a la dirección siempre merma la autoridad del profesor que lo hace. Está renunciando a sus obligaciones de profesor, que le obligan a mantener su autoridad.

* Esto no quita que sea bueno que la dirección o el jefe de la disciplina estén informados.

Carlos Urdiales Recio

Maestro. Profesor de Escuelas de Magisterio

Emérito UCJC






     





Apuntes que tomamos cuando éramos estudiantes

de la Escuela de Magisterio (1961 y ss.)

y conservan algún vigor o todo.


            4 LA ESCUELA ES ARISTOCRACIA (II)


Sobre el apunte anterior de “Escuela y aristocracia”, dejamos constancia hoy de otro apunte que no tomamos en ninguna de las clases de pedagogía (Didáctica, Paidología, Psicopedagogía, etc), sino de la literatura que leíamos, en este caso del médico mejicano Rubén Marín, en “Los otros días”.

Rubén Marín

Leímos en el novelista mejicano: “He tenido de siempre un asco natural por las asambleas, las aglomeraciones, las multitudes y el ganado, y por decoro me he abstenido de figurar en todo sitio en que la verdad depende de la mitad más uno de los votos. Nadie me ha convencido nunca de que para la ruta de un trasatlántico sea necesaria una asamblea de pasajeros, y mientras se baste la sola autoridad del capitán seguiré creyendo que cuando el criterio manadero aniquila el significado individual de la persona, todo está perdido para el hombre”.

En eso estamos. No nos importa que nos digan fachas, ni monárquicos, ni otras lindezas "ofensivas" al uso. Nuestra Escuela no será nunca una "república".

Y es que en nuestra Escuela es radicalmente jerárquica. La preside la Sabiduría y todo se subordina a su logro. Su constitución tiene un solo artículo: alcanzarla. Crear aristos (αρίστος), disciplinados, jerarquizados y a su servicio, son la única razón de la Escuela. El demos, aprende y se educa, ¡vaya si se educa y es libre mientras busca su mejor excelencia, en nuestra escuela aristócrata y jerárquica!

C U R

Maestro. Profesor de Escuela de Magisterio

Emérito UCJC

ἄριστος : superl. de ἀγαθός: excelente, el mejor, óptimo, superior.




NOS COLAMOS EN LA ESCUELA EQUIS

* Lo primero que habría que preguntar al elegir colegio para el nieto o el hijo: “¿De este centro los alumnos salen haciendo greguerías como churros o solo trabajan la prosa de la vida?”. En el caso negativo de las greguerías los abuelos o los papás que busquen otro centro. No han llamado a un colegio que lo sea.


* Agua para la pecera de las ideas. Dentro de ella las ideas de los niños nadan como renacuajos, las de los bachilleres como boquerones y sardinas, las de los genios como delfines o tiburones. Pero las de los viejos, si el agua se les fue, se las ve arrugadas como pasas y quietecitas, negadas para nadar, por los muchos años. Mirad a izquierda y derecha.



* El sol es que se levanta muy temprano, como yo para ir al colegio, y la luna, que siempre está dormida, me acompaña en el sueño que me entra por el día en la clase del profesor paliza.


* En la clase equis no hay alumnos, solo verás cocodrilos. Es tan aburrida que no paramos de bostezar.


* Con el bolígrafo escribíamos letras, como los calamares con su tinta; con el lápiz, la sombra de las letras: entonces, antes, era difícil mantenerlas en su renglón y hacer paralelos los renglones. Con el ordenador cada letra salta del teclado a la pantalla y se integra en una tropa uniformada, guarda los espacios y desfila recta con pasos marciales hasta el final del renglón, para empezar otro geométricamente semejante.


* El profe de redacción brillante: No busquéis esa palabra en el diccionario. Está perdida entre cientos. Tardaréis menos en inventaros otra.



* ¿Y por qué en los tres a cinco minutos que dura la reflexión de la mañana no reflexionamos adoptando la postura del pensador de Rodin?


* Dejarás el colegio tras los estudios medios y sentirás que te suena ya para siempre como el bote que arrastra enganchado a una cuerda el coche de los novios que emprenden nueva vida. Lo vas a oír de por vida.


* Se te muere un compañero de colegio, uno más, y es como si te fueran desmontando, piedra a piedra, ladrillo a ladrillo, el colegio que te lanzó a la vida. Quedará el edificio, pero lo mejor de él empieza a estar en ruinas. 



CARLOS URDIALES RECIO

Maestro. Profesor de Lengua y literatura

Emérito UCJC




  estilo



Cuando hablamos de estilo, no perdemos de vista nunca la palabra de que parte nuestra Escuela: los palos bíblicos que lo nombran, el buen gusto que pretende alcanzar y tener como propio, la elegancia en todo y determinado toque de distinción.



Palos bíblicos, gusto, elegancia y distinción


La palabra estilo

Es palabra que aparece en castellano en el segundo cuarto del siglo XV.

Se toma del latín: stilus y empieza a significar la “manera y arte de escribir”.

En Roma stilus era el punzón para escribir. La aplicaron los romanos a este oficio tomándola del sentido primero con el que llamaron a las estacas y, anteriormente a los tallos.


El estilo en el Antiguo Testamento

La vara que cimbrea en los Proverbios y cruza como castigo la educación hebrea de la Biblia del Viejo Testamento iba en busca del estilo al que se quería que llegase el buen israelita. Tenía su sentido. Y su diana final: la Sabiduría.

Quien escatima la vara odia a su hijo, el que lo ama lo corrige a tiempo” (Prov. 13,24)

Y más adelante:

No ahorres el castigo al muchacho: porque le des unos palos no morirá” (Prov. 23,13)


El estilo en el Diccionario de la Academia


El DRAE define el estilo, en su 6ª acepción como elegancia y distinción:

“Gusto, elegancia o distinción de una persona o cosa”.

Persona en la que primero piensa nuestra Escuela: el profesor, el alumno, la dirección, los colaboradores, los empleados…

Cosa que para nosotros en primer lugar apunta la Academia: el Colegio, la clase, el patio, el autocar, la calle, la casa...


CARLOS URDIALES RECIO

Maestro. Profesor de Lengua y literatura

Emérito UCJC



                                                                                        


FRUTO DEL ESTILO: LA FRASE FELIZ


YO NO PUEDO VERLA


A veces podemos cambiar poderosamente las cosas si echamos mano de la imaginación. Pero solo si la persona que tira de su imaginación lleva dentro de sí una primavera y peculiar estilo.

Habréis oído contar el caso del ciego que, fuera de España (en nuestro país, afortunadamente, los ciegos no mendigan sino que venden cupones que se sortean a diario), pedía limosna con un sombrero en el suelo y un cartel en el que le habían escrito: “Por favor, ayúdenme, soy ciego”.

Pasó por allí una publicista, mujer creativa, vio que el sombrero del ciego tenía escasas monedas. Pensó que la gente quizá leía el cartel, pero cruzaba delante del ciego y seguía su camino, sin más. Se detuvo unos minutos y lo comprobó. La gente leía y pasaba de largo.


Le pidió permiso al ciego y, dándole vuelta al cartón del letrero, escribió: “Estamos en primavera y yo no puedo verla”.

Se marchó la publicista. Regresó de vuelta por el mismo camino a la tarde. Saludó al ciego. Este reconoció su voz. El sombrero tenía más monedas y algún billete.

- ¿Qué es lo que escribió en mi cartón, buena mujer, que el sombrero ya no es el mismo?

- Amigo, lo mismo que habías escrito, pero con otras palabras.

La publicista sonrió y se fue.

El ciego tuvo que preguntar a un transeúnte qué se leía en el cartón:

- “Estamos en primavera y yo no puedo verla”.

Amigos, como en el caso del ciego, en las adversidades, lograd que vuestro estilo dé con la frase que os cambie la fortuna y, sobre todo, que manifieste una alegre y feliz actitud ante la vida.

Una pincelada de estilo y el mundo es otro.

Carlos Urdiales Recio

Ángel Hernández Expósito

Maestros. Profesores de Lengua y literatura

Eméritos UCJC



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