Octubre, 2022
ÍNDICE PRINCIPAL
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Pregón A nosotros, maestros, nos quedan las palabras
Magisterio
Sesenta años después. Institución La Salle. Teódulo GR // Didáctica de nuestra Escuela: Enseñamos a leer despacio. CUR // A la hora del café: Formas exteriores. CUR // Doce virtudes del maestro: Vigilancia, celo, generosidad. Á.H. // Apuntes de clase: La Escuela es el profesor. CUR // Afderías: Sobre nuestro magisterio. CUR
Estilo Estilo: Estilo SEK. CUR // La reflexión de la mañana: Estilo AFDA, espartano. CUR
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A NOSOTROS, MAESTROS, NOS QUEDAN LAS PALABRAS
"Como
menires en pie” afirmábamos
en el último pregón al cerrar el curso 2021-2022:
¡Nos quedan las palabras, las mantendremos!
Hace veintiún siglos ya le pasaba al mejor Maestro que ha pisado nuestro planeta. Contaba Jesús, el Profeta deslumbrante al que seguían agolpándose muchedumbres, en el fondo descontentas, una párabola para que todos entendieran lo que les estaba diciendo, muy distante de lo que querían oír, instalados en su terca idea de hacer de Israel un pueblo de Jauja, paraíso de la opulencia, libre de enemigos y de trabas, señor de sus felicidades y privilegios…: más o menos, como hoy, muchos.
La parábola que les contaba Jesús era la del sembrador y de las tierras donde caía el grano. Una parábola de aliento, de esperanza para quienes pretendemos escuchar al Maestro, grano de trigo que murió para resucitar espiga y hacernos con su resurrección trigales de Dios.
Hoy se han invertido los valores de antaño. Avanza el ateísmo. La ciencia parece que lo va a resolver todo. ¿No deberíamos darnos por vencidos ante los avances de la técnica, tan capaz? ¿No deberíamos capitular ante el avance incontenible de la codicia, del egoísmo a ultranza, de la desfachatez de la metaverdad?
¿Tiene sentido la siembra de palabras, el mantener las palabras en nuestra reducida alforja, tomarlas con la mano diestra y echarlas a puñados, en abanico, sobre la tierra recién arada?
¿No
es algo irremediable y definitivamente superado? Ante nosotros todo
se desmorona, lenta e inexorablemente. Nos estamos aferrando a una
actitud perdida de antemano.
Pero la PALABRA nos está diciendo: Tened buen ánimo. El grano de Dios que se os dio es oro. Dios lo hará crecer. De Dios es el oro de las mil palabras de oro que oísteis y mantenéis.
¡Nos quedan las palabras!
¡Nos queda todo!
¡Las mantendremos!
magisterio
60 AÑOS DESPUÉS
Institución La Salle, Madrid
Hay obras educativas que en
ocasiones se han ofrecido a los educadores, Hermanos de La Salle, por
ejemplo, ya hechas, con proyectos definidos y realizados durante
años. Hay otras, por el contrario, que son originales, que
nacen desde una idea o un deseo germinados en la mente y el corazón
de algunas personas. Pues bien, de esta segunda forma nació
Institución La Salle, que cumple 60 años. En septiembre de 1962
se creaba un centro educativo en un barrio que también estaba
entonces naciendo para acoger a obreros en busca de trabajo y de una
vida mejor en las cercanías de lo que llamábamos entonces
Carabanchel. (Era también un momento histórico porque semanas
después abría sus ventanas al mundo el Concilio Vaticano II).
Han
pasado 60 años desde que iniciara su andadura un centro que quiso
desde el principio llamarse Institución, no escuela ni
colegio. Y es que su fundador -el H. Pedro Celestino- iba más allá
de los centros clásicos -escuela o colegio- aunque Institución
incluyera ambos. Lo llamó Institución porque pensó en una obra
completa, integral. Por eso creó la Enseñanza Primaria junto con el
Bachillerato y los Talleres para la Formación Profesional. Por eso,
desde el principio, unió en el mismo centro a religiosos y a
seglares (construyendo viviendas para estos últimos en el mismo
centro educativo) como elemento básico de la Institución”; por
eso , también desde el principio, unió a los padres de familia -que
se constituyeron en Asociación viva y comprometida- como parte
básica del proyecto; por eso se encarnó plenamente en el barrio y
se erigió en centro no sólo para la educación de los niños y
jóvenes, sino para crear cultura con y para los mayores y fomentar
las relaciones sociales; por eso, finalmente, solicitó la presencia
cercana de una congregación femenina de educación, ya que en los
años sesenta la Institución no podía ser , como su fundador
hubiera deseado y como es hoy, un centro de educación mixta.
Fue una gran ventaja poder diseñar el sentido, los objetivos del proyecto de educación que quería ser “Institución la Salle”. Quiso ser escuela gratuita al servicio de los pobres desde el principio -como heredera de aquella Escuela gratuita “San José”, del Colegio de las Maravillas que fue pasto del fuego y del odio de los republicanos en 1931-. Y gratuita fue toda su enseñanza. Quiso ser un foco de cultura para un barrio de emigrantes necesitado de ella; quiso superar prácticas defectuosas o anticuadas en la pedagogía tradicional, tratando de integrar en un todo, en un continuum, la educación primaria, la secundaria y la profesional. Y finalmente quiso nacer como palestra de una educación nueva y comprometida con las renovadoras corrientes de educación (no en vano fue pionera de la educación personalizada casi desde su nacimiento de la mano y del espíritu de las Teresianas de Somosaguas y de la Escuela de Magisterio la Salle); quiso implantar en sus aulas una pedagogía nueva que atrajo a no pocos educadores y estudiantes a visitar su acción educativa en vivo, en ese centro que fue declarado “Centro Piloto” de la nueva pedagogía que se extendería en las escuelas españolas poco después con la Ley General de Educación de 1970.
Celebrar los primeros 60 años
de esta Institución no es volverdesde la admiración o la
nostalgia a los primeros años: es recorrer su trayectoria (aunque
imposible en un espacio reducido como este artículo), una
trayectoria fiel a sus objetivos fundacionales y a su tradición,
pero también fiel a las exigencias pedagógicas de los tiempos
actuales y comprometida con los nuevos aires educativos que ha tenido
a lo largo de su historia, y sigue teniendo hoy, con un profesorado
renovador y creativo que colabora en el desarrollo de la nueva
pedagogía de La Salle en España, la ya conocida como “Nuevo
Contexto de Aprendizaje” (NCA). Por eso, desde el recuerdo de su
nacimiento celebramos hoy su madurez educativa y pedagógica,
conseguida por un plantel de educadores a lo largo de seis décadas,
y apostamos por los proyectos nuevos que Institución La Salle, a
través de su equipo directivo impulsado por su directora, quiere
seguir desarrollando en el futuro.
Teódulo GARCÍA REGIDOR
DIDÁCTICA DE NUESTRA ESCUELA
En nuestra Escuela,
con Juan Amós Comenio, entendemos por Didáctica:
"el artificio fundamental para enseñar todo a todos,
enseñar con solidez, no superficialmente,
no con meras palabras”.
ENSEÑAMOS A LEER DESPACIO
En el siglo XVIII se quejaba Voltaire de que se leía poco y mal. En esa estamos también hoy. Se continúa cumpliendo el epigrama francés que figuraba en el texto que nos iniciaba como maestros en la lengua francesa: “Le sort des hommes est ceci: beaucoup d´appelés, peu d´elu; le sort des livres, le voici: beaucoup d´appelés, peu de lus”.
Manuel Alvar (1923-2001), filólogo, dialectólogo y catedrático español, se lamentaba de que los universitarios leían poco y mal. Los muchachos a veces tropiezan en la selectividad porque, sabiendo matemáticas, no aciertan con la redacción de lo que, con palabras, se les plantea como problema que resolver. También es cierto que, en ocasiones, lo que se les pregunta está mal expresado y no está claro. Alguno de nosotros, al empezar con sus alumnos el curso de COU, no les lanzaba una humorada, sino un serio y difícil propósito: “Me contentaré en Literatura con enseñaros a leer con nueve meses de curso por delante”.
Flaubert decía que los franceses del siglo XVII leían bien porque leían despacio y que leían despacio porque sabían latín. La Revolución Francesa, que quiso ir más allá del más allá, lanzó el grito de “Guerre au latin!”. A lo peor, el sentirnos revolucionarios con ellos en el ir más allá del más allá, nos ha precipitado y hemos dado en la lectura apresurada, que patina sobre lo que se va a leer, que además no trae consigo el latín de base.
Del
Quijote nos enseñaron en la Escuela que en su siglo la masa lo leyó
entre carcajadas, el siglo XVIII, en su conjunto con una sonrisa, el
romántico siglo XIX con una lágrima en los ojos. En nuestro siglo
XX vimos que Unamuno acertaba a abrirle las puertas de su hondura y
calado reales. Se empezaba a leer lo que su autor, Cervantes, había
escrito: un libro humano que colocar al lado de la Biblia.
Por nuestra parte, tras haber intentado leer a fondo, en el transcurso de 70 u 80 años que dejamos a nuestra espalda, algunos libros capitales lo que ahora nos ocupa es lo que ocupaba al académico y político francés Pierre-Paul Royer-Collard: “À mon âge, je ne lis plus, je relis”. Gracias a esto volvemos y conservamos nuestra lejana juventud. Supimos leer, con discernimiento, sin prisas, meditando y, ahora, releemos con renovado sosiego en el escaso tiempo de que ya disponemos. Nos reconforta hacerlo.
CARLOS URDIALES RECIO
Maestro. Profesor de Didáctica, Esc. Mag. La Salle
Emérito UCJC
A LA HORA DEL CAFÉ
EL JEFE DE ESTUDIOS SUGIERE
Y LOS PROFESORES COMPARTEN
Formas exteriores que crean formas interiores
* Cuando hablamos de una “persona agradecida” nos referimos no precisamente a quien no niega las gracias a su prójimo a quien debe algo, sino a quien tiene una actitud de fondo agradecida, que en ella es permanente.
¿Cómo llegar a actitudes de fondo que sean permanentes?
* Si nuestros alumnos adquieren el hábito de dar las gracias en su momento, de pedir permiso cuando es bueno hacerlo, de cerrar las puertas sin dar portazos, de ceder el paso a un profesor o a una persona mayor, de sonreír a tiempo… están iniciándose en la elegancia del espíritu.
* Es preciso cultivar las formas exteriores. Lo que en el alumno hay de noble hará que tales formas menores levanten el vuelo y se conviertan en “actitudes de fondo”: “Toma agua bendita y terminarás creyendo”.
Carlos Urdiales Recio
Maestro. Profesor de Escuelas de magisterio
Emérito UCJC
Apuntes que tomamos cuando éramos estudiantes
de la Escuela de Magisterio (1961 y ss.)
y conservan algún vigor o todo.
1 LA ESCUELA ES EL PROFESOR
Martin John Spalding
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Del belga De Hovre y del norteamericano cardenal Spalding aprendimos, en los tiempos de nuestro magisterio que la escuela es el profesor y el profesor, su concepto de la vida. Hoy diríamos que el profesor es su actitud ante la vida y el valor real que le da. La palabra concepto la leíamos entonces como quintaesencia de la filosofía de la vida.
La afirmación de aquellos dos maestros extraordinarios de nuestra Escuela era muy elemental, pero definitiva.
Han pasado los años, la pedagogía ha hecho su camino, detrás de la filosofía, como siempre fue; la tecnología ha convulsionado técnicas, métodos y hasta los espacios educativos. Pero sigue siendo cierta aquella vieja afirmaciónde que la escuela es el profesor y el profesor, su concepto de la vida.
Habría que volver a ella y actuar en consecuencia. Empezar por grabar a fuego sobre las tapias de las Escuelas de Magisterio la sentencia De Hovre-Spalding: La escuela es el profesor y el profesor, su concepto de la vida.
En nuestro caso nos considerábamos y nos consideramos epígonos nietos de Nazario González Ramos (Orizana) y de Emiliano Mencía de la Fuente, porque epígonos directos lo éramos de discípulos suyos, de Carlos Urdiales Recio y, en alguna medida, de Aurelio Labajo Pelló. Lo que entonces recibimos de nuestra Escuela de Magisterio y hoy seguimos manteniendo como valioso en educación nos reafirma en la aseveración de De Hovre y de Spalding: "la escuela es el profesor".
C U R
Maestro. Profesor de Escuela de Magisterio
* De todo el cuerpo docente español, los maestros son los únicos que se han preparado para educadores, entrando como educadores no por la tronera de quienes no les queda otro agujero para sobrevivir, sino por la puerta grande del Magisterio, para trabajar como maestros, al servicio del único Maestro, Dios.
* Los de la tronera asaltaron la docencia como usurpadores, impostores, falsos, comediantes, frívolos improvisadores… echadle calificativos nefastos, que os quedaréis cortos.
* La verdad es que a algunos o a muchos sin vocación docente les iba a sugestionar el encanto de la obra para la que habían entrado por donde no debían. Les rendiría su hermoso misterio y ministerio. ¡Terminarían siendo maestros hechos y derechos!
* De siempre el maestro pasó entre sus convecinos de pueblo, de barrio o de ciudad como si pasase un ángel de sabiduría que perfuma a su paso el pueblo, el barrio o la ciudad. Pasaba la sombra de luz que acompaña el paso del verdadero maestro.
* Tratar, saludar al menos, al maestro unos instantes era una especie de sacramental. Te metías en casa tras encontrarte con él como reconfortado, nuevo, crecido, más sabio, mejor.
* Y a él, porque era verdadero maestro, nada le engreía: sabía que todo su valer estaba en levantar ante sus alumnos mil cosas, como quien levanta piedras del arroyo, para que ellos descubrieran la verdad que el Gran Maestro había dejado en su centro, coleteando como un cangrejo de río bajo su piedra.
CARLOS URDIALES RECIO
Maestro. Profesor de Lengua y literatura
Emérito UCJC
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Fieles a nuestro lema “Tot lumina, tot limina”, tantas lumbres tantas nuevas fronteras, hasta donde alcance nuestro posible magisterio, avivaremos toda lumbre pedagógica y fijaremos por nuestra parte una nueva avanzadilla para la educación.
Conocemos la Institución Educativa SEK. En ella se habla de un propio “estilo SEK”. Encontramos en él tres rasgos que lo definen. Les pasamos nuestra descripción. Nos lo agradecen. Sabemos que les será útil el inicial análisis nuestro. Esperamos que nos la completen (1)
Inefable
Decimos que el estilo SEK es inefable y lo decimos con razón, lo es.
Su realidad no se abraza completa en la zona de los conceptos. Los conceptos solo logran señalar los límites o contornos de su realidad, la piel de su entidad ontológica, la muralla que la abraza, la que la de-fine. Los conceptos pueden describir sus efectos, señalar las ocasiones en las que se muestra de manera patente, pero nunca alcanzarán a expresar su esencia de modo total: se trata de un estilo de estar y de ser.
Su “intuición”
Tres son las fuentes de nuestros conocimientos: los sentidos, las facultades y el yo profundo (a las que corresponde respectivamente: sentir, conocer, intuir).
Los sentidos. El estilo SEK no es un perfume, tampoco una música que se oye, etc. El sentido común (en cuanto reunión de las impresiones de los sentidos externos e internos) lo advierte, eso sí.
Facultades. El entendimiento no pasa más allá de la captación del concepto del estilo SEK, la sensibilidad puede llegar al aprecio y la estima el estilo SEK, la voluntad lo quiere o rechaza, no más.
Yo profundo. Lo que el estilo SEK es en esencia y a fondo solo se alcanza a ver sobre la platina de observación del “yo profundo” o “centro del alma”, que dirían los místicos. Por esto es una realidad inefable, un misterio (misterio en el sentido de riqueza imponderable), como cuanto se alcanza por “intuición”(piénsese en la intuición de Bergson) desde el “yo profundo”.
Rasgos descriptivos
1. Siempre aspira a la altura, a la excelencia
Una constante es que siempre aspira a la altura, al vuelo alto. Ha sido creado por unos fundadores de formidable talla, inteligentes y emprendedores (Ver en el Diccionario Biográfico de la Academia de la Historia lo que se dice de Don Felipe Segovia); supo contar con excelentes profesores en sus claustros; estuvo y sigue estando en contacto con las personalidades y los organismos más punteros del mundo de la educación en España y fuera de España, a los que se acercó y que se le acercaron (dos muestras: Robert J. Sternberg, el Bachillerato Internacional); construyó colegios innovadores en su arquitectura avanzada (muy atrevida la de El Castillo, en Madrid); ha abanderado la educación en España en momentos decisivos, como los de la ley de Villar Palasí, 1970; etc. etc.
Como quiera que su vuelo es de águila, en la actualidad, sin dejar sus alturas, se aplica a tocar suelo -la reflexión de la mañana, unode ellos- y que no se le escapen detalles menores de la didáctica y demás funciones propias, en educación decisivos.
2.Tensión hacia la obra perfecta
En cuanto emprende la Institución se podrá advertir siempre una fuerte tensión a realizar algo acabado, bien terminado y perfecto. Véanse sus instalaciones escolares, sus solemnes actos académicos, las celebraciones diversas, sus convenciones de profesores, los días abiertos, las siempre pulcras y elegantes publicaciones, las comunicaciones oficiales… Y entre las realizaciones ya pasadas la revista y la editorial Didascalia, la Héptada periodística, los festivales y exhibiciones deportivas, la “reflexión de la mañana”, hoy con nuevo vigor etc.
3. Una atmósfera de distinción y elegancia
Lo impregna todo. En todo cuanto emprende y toca se respira una elegancia que le es propia.
En todos y graduado
El estilo SEK es el que conviene al conjunto y uno a uno a los miembros y a la dirección de la Institución Educativa SEK, pero se da en ellos en distintos grados. Ni siquiera sus fundadores y la dirección lo realizan por completo y de forma total. Es obra del conjunto de la Institución, desde su fundador y actual presidenta hasta el último encargado en la Institución de determinada limpieza que nadie va a ver.
Trabájese
Trabájese el ideal estilo SEK desde su presidencia familiar al recién llegado a no importa que trabajo en la Institución, téngase como orgullo añadido a la propia estima que, aunque no se palpe a primeras su riqueza, la energía pedagógica que genere será la de central nuclear para cumplir con su formidable misión en España y en el mundo.
CARLOS URDIALES RECIO
Maestro, profesor de Teoría del conocimiento
Emérito UCJC
(1) Quizá sea también oportuno y útil fijar el estilo ideal de la pedagogía lasallana, que han vivido bastantes de nosotros. Haríamos a la educación de La Salle un servicio.
Y, una cosa más: que alguien describa el estilo AFDA de nuestro grupo, lo que nos serviría de estímulo y nueva limina.
ESTILO AFDA: En buena parte, espartano
Esparta, batalla de las Termópilas
Hacia el 650 a. C. Esparta era ya una potencia militar de la Antigua Grecia.
Para conocer lo que entonces era Esparta hay que leer al historiador Plutarco (“Antiguas costumbres de los espartanos” y “Vida de Licurgo”), al filósofo e historiador Jenofonte (“Constitución de los Lacedemonios”) y la República de Platón.
Al mando del legendario Leónidas, 300 guerreros espartanos inmortalizaron a Esparta para la Historia tras la heroica defensa del estrechísimo Desfiladero de las Termópilas. A ellos se deben las expresiones militares de “Vencer o morir”, “Mi escudo, mi espada y mi lanza, son mis únicos tesoros”, “Vuelve con el escudo o encima de él” (literalmente, “con esto o sobre esto”). No preguntaban los espartanos cuántos eran los enemigos, sino dónde estaban.
Una de sus grandezas y el secreto del vigor de Esparta era que su forma de gobierno era la nomocracia, en la que los reyes estaban disciplinadamente a las órdenes de las leyes de Esparta. La suya era una sociedad disciplinada, militar y patriarcal. (Curiosidad: las mujeres espartanas gozaron de más derechos e igualdad con los hombres que en ningún otro lugar del mundo de la antigüedad clásica).
La batalla del estrecho desfiladero de las Termópilas, frente a un ejército persa de 250 mil soldados invencibles, tuvo lugar durante la segunda Guerra Médica. Esparta (por tierra) y Atenas (por mar), se unieron para detener la invasión del Imperio persa de Jerjes I. La batalla duró una semana. Con su heroico valor, los espartanos retrasaron de forma notable el avance de los persas, lo que permitió a la flota ateniense replegarse estratégicamente hacia Salamina, donde Persia fue vencida.
La batalla de las Termópilas, en la que perecieron casi en su totalidad los 300 espartanos combatientes, es una clara muestra del poder del patriotismo, del apego a la propia independencia y de la fuerza interior de superación. La disciplina y el comportamiento de los espartanos en las Termópilas sirve como muestra de las ventajas del entrenamiento, del equipamiento y del uso del terreno como multiplicadores de la fuerza de un ejército: afán de superación organizada. Es también un histórico símbolo de la valentía frente a una adversidad que se nos antoja insuperable. Las modernas virtudes militares de élite, como los tercios de Flandes o la Legión española, son, en cierto modo, herederas de Esparta.
Para perpetua memoria, se levantó en el desfiladero un monumento a Leónidas. Al pie, una leyenda decía «Ven y tómalas» (Μολὼν λαβέ), frase con la que Leónidas rechazó todas las propuestas de Jerjes para que entregara sus armas y se rindiera.
Carlos Urdiales Recio
Ángel Hernández Expósito
Maestros. Profesores de Lengua y literatura
Eméritos UCJC
