.JPG)
Los riscos son para las cabras;
y las peñas, madrigueras de tejones. (18)
Hiciste la luna con sus fases
y el sol que conoce su ocaso. (19)
Traes tinieblas y se hace la noche,
y rondan las fieras de la selva. (20)
Los cachorros rugen por su presa
reclamando a Dios su comida. (21)
Cuando brilla el sol, se recogen
para tumbarse en sus guaridas. (22)
El hombre sale a sus faenas,
a su labranza hasta el atardecer. (23)
Los altos cedros del Líbano (del verso 16 y 17), selva impenetrable, tierra codiciada de Gilgames, soberano de Uruk, Irak, los ha plantado Dios y él les llena de continuo de savia vigorosa.
El salmista no es sistemático. Cualquier occidental fijaría su mente en una división tripartita de cielo, tierra y mar. Él no, de pronto, levanta sus ojos y ve en lo alto riscos que le parece que los creó Dios para las cabras. Sin salirse de las peñas, advierte que las hizo su Creador para madrigueras de los tejones (v. 18). Pasa de allí a la luna, que marca los meses con sus fases, y se fija en el sol, que se pone cada tarde y marca con la luna el ritmo de los días y las noches (v.19).
La noche no cae sola, es Dios mismo quien avanza las tinieblas a diario mientras escucha el ruido de los animales en la oscuridad de la selva (v. 20).
El rugido del león no asusta al salmista, ve en él la manera de pedirle a Dios el alimento que necesita y sabe que le va a dar (v. 21)
Las fieras y los hombres tienen sus espacios y sus tiempos, son diversos (v 22 -23).
Al hombre Dios le ha dado trabajo que hacer, ha de faenar su labranza de la mañana al atardecer (v. 23) . A los animales y plantas les alimenta y viste su Creador.
CARLOS URDIALES RECIOMaestro. Ciencias religiosas. Univ. Lateranensis
Ancien élève de Évode Beaucamp
et de Francesco Spadafora
.JPG){kind=link}
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Envíanos tus comentarios