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20220329

106 AFDA

Abril, 2022 


                                                              ÍNDICE PRINCIPAL

Pregón

Nuestro estilo "social" (VII)


Magisterio

La Escuela enseña: A ir más allá de la Ciencia. R. Duque de Aza

Escuela de vanguardia: Atención a menudas circunstancias. CUR

Escuela de vanguardia: Aulas vacías, vidas rotas. Teódulo G.R.

Poema desde el sentimiento: Injusta y dolorosa invasión. Á. H.

La hora del café. Estilo y excelencia (I). CUR

Doce virtudes del maestro: Paciencia y contención. Á.H.

Soneto a mis maestros. A. Montero

Estilo

          La reflexión. El estilo AFDA: hombres de selección. CUR

     Estilo español: Tras el estilo de Antonio de Nebrija. Ramiro D. de A.

      Acuarelas: Caída en cascada. Teódulo G.R.

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                             NUESTRO ESTILO “SOCIAL” (VII)


Nosotros no hemos buscado nunca el orden por encima de todo (“Prefiero la injusticia al desorden”, Göthe). 

Si hemos puesto a la persona como clave de bóveda de nuestro sistema educativo (“El alumno y su mundo son la medida de toda la vida y pedagogía del centro educativo”, primer punto de nuestro Ideario de Escuela) es porque la consideramos portadora de valores eternos, cima y corona de toda realidad, y por su naturaleza radicalmente y necesariamente social (Aristóteles: “Zoon politikón, ζῷον πολῑτῐκόν”).

No nos decimos socialistas, porque esta voz tiene en nuestros tiempos una carga materialista, que niega el ápice de la persona, su cosmos espiritual, pero lo somos.

Como católicos lo nuestro es la “Comunión de los Santos”, vivimos en comunidad con los ángeles del Cielo y con todos los hombres de la Tierra, incluso con el Universo, espacio y tiempo, presididos y al servicio de su Divina Majestad, el Dios Todopoderoso y Caridad.

El “Cuerpo místico de Cristo” es nuestro traje de campaña existencial como personas, a nuestra medida; solo nos sentimos realizados como personas vistiéndolo, teselas de un mosaico temporal y eternamente definitivo.

De este punto de partida nace nuestra actitud “socialista” que llevamos a nuestra profesión de educadores: la vida como servicio, la fidelidad a la comunidad intelectual de que formamos parte, la patria que nos engendró como españoles, la reverencia por la historia…: ζῷον πολῑτῐκόν” que somos.



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magisterio

                    LA ESCUELA ENSEÑA

            A IR MÁS ALLÁ DE LA CIENCIA


Para el alumno que aprende y para el profesor que enseña en la Escuela el árbol es árbol, la nube nube y la patria patria.

La Escuela enseña a los suyos a mirar más allá de la primera corteza del árbol, a ver su interior, observa la nube detrás de sus algodonosas formas blancas, grises o negras y en la realidad social de la patria descubre sus tesoros, miserias y virtualidades.


Yggdrasil
Fresno escandinavo
Si la Escuela diera solamente descripciones exteriores de las cosas, aunque terminara por entregarlas con todo detalle, sería una Escuela monótona, prosa seca y dura, sin vuelo y prepararía hombres para el bostezo, el silencio y el aburrimiento, condenados a patinar sobre la superficie de las realidades, sin penetrar en su entraña y misterio interior.

A las grandes preguntas que por fuerza se hace el hombre no le responde el árbol mudo, ente vegetal, mera corteza, opaca presencia científica, ni la nube, ni la patria, por de fuera, meros fenómenos sin más.

¡Qué diferencia con lo que fue la higuera de savia roja de los budistas cargada de fecundidad universal, con el fresno escandinavo de tres raíces que tocan el mundo de los dioses, con el pino del culto de Attis de verde follaje…, con el árbol de la vida y el de la ciencia del bien y del mal del Paraíso terrenal…, con el tronco de Jessé en el que brotará el fundador de la Nueva Era del mundo, el Mesías, el hombre Dios, Jesucristo!

El mundo antiguo intuía y como que palpaba que había algo más allá de la corteza de las cosas. El científico informado de hoy, sin coincidir en las formas, está de acuerdo.

La Escuela informada está para seguir en la línea del mejor mundo antiguo e ir más allá de la ciencia.

No habrá de descansar hasta dar con ese fantástico y real, plus ultra, más allá de la ciencia.


RAMIRO DUQUE DE AZA

Maestro. Profesor de Teoría del conocimiento

Bachillerato Internacional



                                    DE “HEIM” A “HEIMLICH” EN LA ESCUELa


                                                       aTENCIÓN  A menudas "circunstancias"


Viejos apuntes de una clase en la

Escuela de Magisterio, de los años 1961-1963 (II)


La Escuela no debe estar de espadas a la casa porque no debe estarlo a la vida. La Escuela del niño de pocos años tiene que parecerse a su casa por las razones que da Moragas, hablando de su primera entrada en la escuela en la etapa egocéntrica (la falta de contacto afectivo con la madre puede crear el futuro resentido, las paredes de la clase no deben ser tan diferentes de las de su casa...).

Se objetará que estos detalles domésticos son insignificantes. Precisamente venimos diciendo que no lo son: que son significativos. Significan un mundo interior que palpita bajo el externo y superficial. De acuerdo con que son menudas.

Como tales, con su menudencia, han de requerir nuestra atención. Es síntoma de tener el ánimo débil y pequeño el necesitar, para interesarse por alguna cosa, tener que considerarla como la mejor del mundo o toda ella una buena parte de él.

Por profesión y vocación (somos maestros: contempladores y transmisores de la verdad) somos en nuestras primera mitad contemplativos, inactivos; por jóvenes todavía no tenemos suficiente fuerza para la acción y preferimos dedicarnos a pocas cosas y, entre ellas, naturalmente, a las de bulto, a los grandes valores hieráticos, imponentes como dioses, mudos como estatuas. ¿Para qué atender a más?, nos decimos.

Esto es un error. Para la juventud aspirar a lo más egregio no es difícil. Nos exige relativamente poco esfuerzo actual, ya que en buena parte nos brota habitualmente de dentro de nuestra condición juvenil.

El afán de cada hora lo hemos de poner en la conquista de las menudas circunstancias que nos rodean, de las circunstancias salvadoras, ennoblecedoras, egregiadoras que hacen crecer las axiológicas identidades personales que nos llaman.

No hay nada en el orbe por diminuto y vano que parezca que no oculte en sí la almendra palpitante de un germen divino. La dificultad puede residir en cascar debidamente la corteza de las cosas para dar con ella.

Habría que recordar aquí el grito de Heráclito a sus amigos, recelosos de meterse en una cocina griega: “¡Entrad, entrad! También aquí hay dioses”.

O traer las palabras de Ortega, que quería ver en la más nimia “circunstancia” una fuente de grandeza y heroísmo: “Es menester que dondequiera subsista la posibilidad del heroísmo, y que todo hombre, si golpea con vigor la tierra donde pisan sus plantas, espere que salte una fuente. Para Moisés el Héroe, toda roca es hontanar”.

Carlos Urdiales Recio

Maestro. Exsubdirector de la Esc.del Magisterio La Salle, Madrid




AULAS VACÍAS, VIDAS ROTAS



Cuando Santiago Ramón y Cajal recibió la noticia de la destrucción de la escuadra de Cervera en la guerra de Cuba, le produjo tal efecto demoledor que una mezcla de desolación y desfallecimiento “interrumpió bruscamente mi labor -escribe-, despertándome a la amarga realidad. Caí en un profundo desaliento. ¿Cómo filosofar cuando la patria está en trance de morir? Y mi flamante teoría de los entrecruzamientos ópticos quedó aplazada sine die…”. Pues bien, salvando las distancias de tiempo y lugar -también de la persona- yo puedo en estos días decir lo mismo a propósito de la situación de guerra vivida en Ucrania. Visto el terror experimentado, vista la destrucción y la muerte, el éxodo y el forzado abandono de la propia tierra, vistos tantos paisajes atroces y dantescos, vista la obscenidad de esta tragedia humana… no me sentía con ánimos para exponer cuatro ideas sobre nuestros problemas educativos domésticos.


El otro día, desde el pasillo de mi residencia, al ver salir al recreo a los pequeños alumnos de Infantil sonrientes, bulliciosos, alegres, felices… no pude por menos de acercar a esta imagen -una pequeña escuela feliz- la de cientos de niños que, a esta hora, estaban o en la oscuridad de un refugio, o huyendo apresuradamente… o, lo que es peor, abatidos por los misiles del enemigo. No he podido apartar la imagen de esta guerra que yo nunca hubiera sospechado, imaginado…

Debo confesar que de las situaciones bélicas que yo he conocido, siempre de lejos, esta ha sido la que más cerca me ha llegado. Me ha costado creer que haya llegado a ser trágica realidad lo que yo creía una amenaza lejana; me ha costado entender que, ante nuestros ojos atónitos, se hayan arrasado ciudades, destruido hogares, atentado contra hospitales y escuelas, y, sobre todo, que se hayan destruido vidas humanas por motivos que son trágicos además de absurdos. Pero lo que hemos visto estos días ha sido horroroso, no sólo por lo que ha hecho el tirano -actuando como una apisonadora humana- sino por las amenazas, especialmente una posible catástrofe nuclear. Y sentimos la dura realidad que otros nos describen mejor: “allí, en el escenario de la guerra, lo que se disparan no son los precios. Hay balas de verdad, y cañonazos, y gente corriendo para ponerse a salvo de los bombardeos. Hay tiroteos en las calles, edificios escombrados, colegios vacíos y hospitales sin suministro eléctrico. Hay un sentimiento contagioso, espontáneo, que agarrota los miembros y cosquillea por dentro de la médula como un líquido espeso: se llama miedo”. (I. Camacho, ABC, 110 de marzo de 2022).

Y ese miedo, unido al dolor, a la inseguridad y, sobre todo, a la impotencia es lo que ha prendido en el corazón. Sé que ha habido -que hay- otras guerras; pero confieso que ha sido esta la que me ha llegado como un tsunami de destrucción y de muerte, como un torrente de lágrimas, como un conjunto de gritos… como un haz de gente que huye sin tiempo para mirar atrás y ver el hogar abandonado, la ciudad destruida, la vida masacrada. Y es tan cercano todo esto que, como escribía estos días M. Vicent, “ante el cúmulo de catástrofes retransmitidas en directo, ya no sabes si tu vida se desarrolla dentro o fuera de la pantalla” (El País, 13 de marzo de 2022).

Paseando por el amplio patio del colegio donde resido he recordado lo que las crónicas refieren sobre la celebración del “Día por la paz”. Han sido, años atrás, manifestaciones colegiales plenas, en las que ha participado todo el alumnado; han sido voces y gritos reales contra el terror y la guerra. El colegio ha vivido dos veces al menos el terrorismo cerca de sus muros y de sus aulas. Sin olvidar la horrorosa “matanza en los trenes de Atocha”, recuerdo que en la calle misma del Colegio ETA asesinó a un miembro del ejército. La respuesta de los alumnos fue dura, sincera, contundente. Espero que esta escuela -todas nuestras escuelas- respondan con gritos contra la guerra y ayuden -aunque sea sólo con el deseo encendido- a que las escuelas de Ucrania puedan verse pronto llenas de ilusiones, proyectos y horizontes de esperanza. Que los nombres de las ciudades ucranianas, que algunos hemos conocido en circunstancias trágicas, las podemos contemplar mañana como visitantes deslumbrados por su belleza y, sobre todo, admirados y agradecidos por el testimonio del valor de sus gentes. Y que pronto se puedan recomponer tantas vidas rotas.

Teódulo Gª Regidor



                                                      

                                   A LA HORA DEL CAFÉ


     EL JEFE DE ESTUDIOS SUGIERE

Y LOS PROFESORES COMPARTEN


                          Estilo y excelencia (I) 


* Voluntad de estilo.

* Al Colegio le caracteriza e identifica el estilo de sus alumnos, de sus profesores, del Centro, de la organización y del modo de proceder en sus actuaciones.

* Su estilo implica aprecio y empeño en realizar obras acabadas. Empieza las cosas y las termina. No las da por concluidas sino cuando llegan a ser obra perfecta.

* Profesa con orgullo y hace suyas la lograda conclusión de Eugenio d´Ors en su conferencia “Aprendizaje y heroísmo”, pronunciada en la Residencia de Estudiantes, en 1915: “Una sola cosa, aprendiz, estudiante, hijo mío, una sola cosa te será contada, y es tu OBRA BIEN HECHA”.


* Aquí es del mayor interés el mencionar detalles concretos nimios con los que se muestra y afianza el estilo: Ponerse en pie el alumno sentado al que se dirige un profesor; dar los buenos días; tachar algún texto escrito no a pulso, sino con regla; agradecer los favores; tomar con la mano derecha lo que se recibe…

* Cabe aquí que nos pongamos de acuerdo en detalles parecidos, media docena más, que vamos a exigir en adelante.


Carlos Urdiales Recio

Maestro. Profesor de Escuelas de Magisterio

Emérito UCJC

                                                   

                                                
                              






A MIS MAESTROS


Sólo sembré en el surco enseñanzas,

aquellas que me dieron hombres buenos,

a la gloria mundana siempre ajenos

y, en la estrella, su guía y esperanzas.


Solo seguí su ejemplo y sus semblanzas

y fueron los caminos siempre amenos.

Maestros, de ilusiones siempre llenos,

merecen gratitudes y alabanzas.


Saber dejaron ellos en mi vida,

en su labor al joven dedicada.

Fructificó la semilla esparcida,


nunca por la sequía agostada.

Y la mesura, en vocación nacida, 

seña fue de su acción enamorada.


ANTONIO MONTERO SÁNCHEZ

Maestro, profesor de filosofía


Estilo


                                                           




            El estilo AFDA: hombres de selección 



En lo colectivo, tres piezas: grupo, organización y fe.

La idea que hay que llevar a cabo debe estar clara y ser luminosa como una antorcha en la noche. Luego, mínima organización. Y, en tercer lugar, si es a Dios a quien se sirve, entonces, a Él hay que dejarle la iniciativa.


Un ejército de 32.000 soldados había levantado Gedeón para asaltar el campamento de los madianitas, que estaban en un valle de palmeras. Al pie de las montañas corría el agua de la fuente de Jarod. Dios habló a Gedeón y le dijo que tenía demasiados soldados, que hiciera volver a sus casas a los miedosos. Abandonaron el campamento de Gedeón 22.000 hombres. Aún le pareció a Dios demasiado grande el número de 10.000 combatientes y mandó Dios a Gedeón que les hiciera bajar a la fuente.

El que en su mano lama el agua con la lengua al pasar, sin echarse de bruces para beber, a ese retendrás.

Solamente 300 hombres bebieron al paso sorbiendo el agua que levantaban con la mano. A estos les dio Gedeón cántaros, un cuerno y una tea. A los demás les mandó a sus casas.

Dividió Gedeón en tres escuadras los 300 hombres.

Haced lo que yo haga cuando lo haga.

Cuando Gedeón estaba ya a unos pasos de los centinelas enemigos, rompió su cántaro, levantó en alto la antorcha encendida con su mano izquierda y tocó con fuerza el cuerno que tenía en su mano derecha.

Lo mismo hicieron, a la par, los 300 hombres en torno al campamento madianita, sin moverse de sus puestos. Era de noche.

Los madianitas se levantaron sobresaltados y, en la oscuridad de la noche, comenzaron a pelear unos contra otros, iniciándose una desbandada general.

Gedeón derrotó aquella noche a los madianitas. A un puñado de hombres organizado y fieles a Dios y a su idea: “La espada de Yahvé y de Gedeón”, se debió la victoria. 


Carlos Urdiales Recio

Maestro. Profesor de Lengua y literatura

Emérito UCJC





TRAS EL ESTILO DE ANTONIO DE NEBRIJA



Alboreaba el gran día de los siglos de Oro y al filo de su amanecer se nos adelantaba quinientos años uno de los nuestros, Antonio de Nebrija (1444-1522), gramático, traductor, exégeta bíblico, docente, catedrático, lexicógrafo, lingüista, escritor, poeta, historiador, cronista real, impresor y editor.

En su compañía seguimos marchando. Ahora, celebrando con la Real Academia Española de la Lengua la “Gramática castellana” que, con la Toma de Granada por los RR. CC. y el Descubrimiento de América abre en 1492 las tres puertas de Oro, de dos siglos de gloria para España, Europa y América.

Nosotros, como maestros, al estilo de Elio Antonio de Nebrija, no hemos pasado de abrirle una modesta tienda a la gramática española y por ello a la lengua de Cervantes con nuestras clases. Pero nuestro mentor se preciaba al parecer de algo semejante: de haber sido «el primero que abrió tienda de la lengua latina».

Nuestro maestro Nebrija fue un adelantado, en 37 años a la primera gramática italiana de Trissino, 58 a la primera francesa de Meigret y 44 a la primera portuguesa de Oliveira.

Las gramáticas europeas y la preservación de las lenguas indígenas precolombinas gracias a las gramáticas amerindias deben mucho a Nebrija.

Nosotros le debemos su ejemplo y su modesto, riguroso y tenaz estilo de trabajo. 


RAMIRO DUQUE DE AZA

Maestro. Profesor de Lengua y Literatura

Emérito UCJC



t. g. regidor


Quizás un tanto realista y de factura clásica, además de antigua, lo que me interesaba era reproducir, rodeada de abundante follaje verde, el tenue azul del agua y, sobre todo la finura de la espuma vaporizada por la caída en cascada. Es copia de una foto, pero no me resistí a interpretar este bello paisaje.  


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