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67. El Universo y el hombre


           
                     

13 LA EVOLUCIÓN DE LAS ESTRELLAS

Los conceptos astronómicos que estamos tratando suponen aportaciones de científicos de altísimo nivel; situados en la vanguardia y en la élite del conocimiento de la física cuántica, las matemáticas y la teoría de la relatividad. Sus postulados recogen aportaciones innovadoras impensables unos años antes. El conocimiento astronómico se produce de una manera lenta; a veces se tardan décadas en asimilar una nueva aportación. Y sobre ésta se producen otras nuevas; muchas de ellas suponen un desafío para la mente humana por lo increíbles y, aparentemente, llenas de fantasía que parecen. Pero un tiempo después, son asimiladas y se ven como algo posible.

Evolución de las estrellas
 Paradigmático es el ámbito de astronomía relacionado con la evolución de las estrellas. A lo largo de todo el siglo XX se produjeron unos descubrimientos específicos de gran transcendencia que fueron evolucionando en el tiempo y asimilados por la comunidad científica.
 
Supernova. Explosión.
Pero para encontrar algo, antes debe saberse qué es lo que se está buscando. Todos los objetos astronómicos que vamos a enumerar primero fueron formulados en el campo teórico antes de su descubrimiento físico. Desarrollaremos de manera sucinta el proceso evolutivo de las estrellas, hasta el concepto de agujero negro, que es el resultado y la fase final y extrema de dicho proceso. De hecho, este tipo de objetos astronómicos no se han descubierto puesto que en esencia son invisibles; se formularon teóricamente primero, y se detectaron después indirectamente por los efectos que se desencadenan en sus alrededores. El método indirecto de descubrimiento es bastante habitual en astronomía.

Existencia y fin de las estrellas

Las estrellas surgen cuando su núcleo se enciende por reacciones nucleares de fusión del hidrógeno por efecto de la presión que soporta; y éste se convierte en helio, su ceniza. Así pueden estar brillando miles de millones de años. Pero nada es permanente en el Universo; cuando se gasta el hidrógeno de la estrella, ésta entra en procesos de extinción. Cuanto más masiva es una estrella, más rápidamente gasta su reserva de hidrógeno y más corta es su existencia. Diríamos que lo derrocha. En cambio, aquellas estrellas pequeñas, poco masivas, economizan muy bien su materia prima y prolongan su existencia mucho más. 

Aldebarán. Gigante roja. Sol.
  
Este último es el caso del Sol, una estrella modesta y poco masiva, que tendrá una larga existencia; de unos diez mil millones de años; y va por la mitad de la misma. Cuando entre en proceso de “muerte” sus capas más externas se ensancharan y cubrirán todo el espacio hasta la órbita de Marte: se convertirá en una gigante roja. Pero en su centro quedará un núcleo, estrella muy brillante y compacta denominada enana blanca.

 El Sol no evolucionará más allá. Pero en estrellas mucho más masivas, su núcleo, o “enana blanca”, si aún contiene la materia equivalente a 1,5 la masa solar, evoluciona hacia su hundimiento pues la fuerza de gravedad no compensa la fuerza de repulsión de sus partículas. El resultado es que llega un instante en el cual la estrella se colapsa y explota como supernova con una enorme intensidad, tal que su brillo anula al de las más de cien mil millones de estrellas que pueda contener toda su galaxia.

Estrella de neutrones, Rayos gamma.
 Y aún le queda un núcleo enormemente compacto y denso, de unos 10 o 20 km de diámetro, girando a gran velocidad: es la estrella de neutrones.  La velocidad de giro puede llegar a una frecuencia de unas 200 rotaciones por segundo; y en cada rotación emite una señal de radio de manera regular: son los púlsares.
 
Algunas de estas estrellas, si aún contienen una masa crítica por encima de un umbral, pueden seguir derrumbándose sobre sí mismas hasta convertirse en una singularidad, un punto de densidad infinita pero manteniendo todo su poder de atracción. Albert Einstein en su teoría de la relatividad había postulado que el espacio-tiempo puede curvarse en presencia de un intenso campo gravitatorio. Pues bien, si el poder gravitatorio de una “singularidad” es tal que ni siquiera la luz puede escapar de él porque su velocidad de escape es superior a la velocidad de la luz y curva su espacio-tiempo de influencia,  los fotones no pueden salir de su atracción gravitatoria; la estrella se vuelve, por tanto, invisible para un observador situado fuera de dichos límites: se ha convertido en un agujero negro.

                                                                                   Francisco Sáez Pastor                                                                                                 Universidad de Vigo

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