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75 Cómo leer un cuadro




           
CÓMO LEER UN CUADRO
FICHAS TÉCNICAS

PARA EL ESTUDIO DE LA BELLEZA Y LA CRÍTICA ESTILÍSTICA
DE UNA OBRA PICTÓRICA

"El Arte es lo contrario del caos". (Stravinsky)
2 LA OBRA DE ARTE EN SÍ MISMA: 
"LA COMPOSICIÓN" EN UNA OBRA ARTÍSTICA
(Parte primera)



2.1 ESTUDIO DE LOS ELEMENTOS MÁS IMPORTANTES DE "LA OBRA DE ARTE” EN SÍ MISMA

En el anterior capítulo aludimos a la confección de un fichero para aplicarlo sistemáticamente al estudio de una obra concreta: descripción general de la obra elegida, personalidad de su autor, mensaje, posibles influencias recibidas del pasado o influencias de la obra estudiada en artistas posteriores, temática y finalmente su estado de conservación.

Conocida y valorada ya la personalidad de un autor junto a muchas otras anotaciones sobre su obra y entorno que hemos ido acumulando en las anteriores fichas enumeradas en el párrafo anterior, nos disponemos ahora a gozar de la belleza de la obra en sí misma, analizándola bajo otros puntos de vista que podríamos llamar internos: la técnica empleada, la composición, localización de centros de interés, el estudio de ejes, la perspectiva, el color, la luz y el dibujo que podemos resumir en el siguiente esquema que iremos luego analizando en los próximos capítulos.


2.2 ESQUEMA PARA EL ESTUDIO DEL VALOR DE UNA OBRA ARTÍSTICA, EN SÍ MISMA CONSIDERADA

2.2.1 Estudio de la técnica empleada: óleo, acuarela, fresco, acrílico…y el tipo de soporte elegido: lienzo, papel, tabla…

2.2.2 Estudio de la "composición" de la obra. Es decir, cómo está concebido expresado plásticamente en ella  el mensaje que pretende transmitir el artista.

2.2.3 Análisis de la “perspectiva”, fijándonos en los diferentes planos de distintas profundidades o distancias ilusorias ópticas entre zonas cercanas y zonas alejadas con respecto a nuestro campo visual.

2.2.4 Localización del “centro o de los centros de interés” y “ejes principales y secundarios”, uno o varios, que puede tener un cuadro.

2.2.5 Estudio del “color”. La paleta de todos los pintores, aun partiendo de los mismos colores básicos, está llena de matices y pigmentos, de mezclas de colores muy personalizados, sobre todo en los siglos pasados, que constituyen un verdadero alarde creativo y al mismo tiempo el sello de la personalidad de su autor y de su riqueza cromática.

La paleta de colores, matices y pigmentos más frecuentemente usados por un artista, acaban definiéndole a él y a su obra y llegan a tener el mismo valor que su firma. Este factor es muy importante cuando se trata de obras anónimas, sin firma, pues nos permite atribuirlas a un determinado artista, frecuentemente, con total seguridad.

2.2.6 Estudio de “la luz” en el cuadro, contraponiendo las zonas mejor iluminadas frente a otras más sombrías. Constatando si se trata de una obra creada en el interior de un estudio o en el exterior, a plena luz solar, al amanecer o al anochecer o si la escena se desarrolla de noche con luz artificial.
2.2.7 Valoraciones del “dibujo”. Toda figura está construida sobre un esquema básico que nos descubre en sus líneas elementales la pericia envidiable del artista para expresarla. Sobre este esquema inicial, el artista desarrolla después el resto de sus habilidades hasta conferir a su mensaje un valor artístico.

Cuando nos hayamos ejercitado suficientemente en el estudio de estos análisis y valoraciones, con una simple mirada captaremos de inmediato la calidad de la obra que presenciamos y entonces gozaremos, en mayor o menor grado, de la belleza con que el artista ha sabido expresarse y expresarla.

Dada la importancia de cada uno de estos apartados, para una mejor comprensión, valoración y disfrute del arte, me propongo explicar detalladamente cada uno de ellos en los capítulos siguientes.

En este segundo capítulo, dando por fácil y conocida la técnica empleada y su soporte, del primer apartado, 2.2.1, vamos a analizar más detenidamente "la composición" de una obra pictórica, apartado 2.2.2



2.3 EN QUÉ CONSISTE "LA COMPOSICIÓN" DE LA OBRA ARTÍSTICA

Llamamos “composición” a la distribución de los elementos más importantes que componen y definen un cuadro.

Entendemos por "composición" el conjunto de elementos que conforman un mensaje artístico, su expresión y su disposición en el espacio disponible o soporte.

Una vez que el artista ha elegido el tema de su próximo mensaje, empieza su trabajo por la composición, es decir, por pensar, meditar, intuir y finalmente decidir, cómo y de qué manera concreta va a expresarle, con qué técnica y con qué elementos para conseguir expresarse en él de la mejor manera posible.

El cuadro, de mayor o menor tamaño, empieza siempre por ser para el artista un espacio en blanco, vacío, un soporte. Se trata de repensar y estudiar previamente por parte del artista, la mejor forma de concretar su idea o mensaje y disponer los diferentes elementos que va a conformar en ese espacio vacío.

Esta ocupación mental puede llevarle días, meses y hasta, en algunos casos, años: el artista empieza por elegir su tema o aceptar el que por encargo le pidan; concretar el encuadre general... determinar el tamaño... ordenar los diversos elementos que lo definan: qué personas, figuras, objetos y hasta qué espacios vacíos... unificar y armonizar sus diferentes partes... detallar y contrastar las formas o volúmenes más destacados… pensar en el centro o centros de interés con que enriquecerá el cuadro para hacer más sencilla y directa su lectura... decidir la gama de colores... construir imaginativamente la perspectiva y sus planos y ejes... determinar la superficie concreta utilizada de forma que todo él quede ocupado según una prioridad y un orden lógico de elementos; armonizarle con el espacio en el que habrá que exhibirle; soñar la luz y coordinar los elementos que le ofrezcan su inspiración de artista y su experiencia.
Todo un trabajo personal de increíbles esfuerzos síquicos en una lenta maduración de ideas, ensayos y bocetos.

A todo este trabajo previo en la mente del artista y luego plasmado en el soporte vacío le llamamos composición de la obra y su concreción definitiva en la mente del artista puede compararse, y de hecho muchas veces así se expresa, a una lenta maternidad que posteriormente y con el tiempo acabará en un parto más o menos afortunado de su mensaje y expresión.

Como toda concepción, la composición de la obra artística es, pues,  muy laboriosa y podemos citar grandes genios, como Miguel Ángel, Picasso y otros muchos artistas que durante  años han estado concibiendo y madurando una determinada obra importante, en la que tenían particular empeño.


                        El cuadro "GUERNICA" de Pablo Picasso. (3,50 m de alto por 7,8 m de ancho)


Como ejemplo de composición laboriosa, larga en el tiempo y admirable luego en su ejecución y resultado,  podemos considerar el "Guernica" de Pablo Picasso. Durante años el gran artista, pensó y repensó la composición de esta obra genial. Llenó su estudio de bocetos y ensayos de cada detalle y del conjunto hasta finalmente casar sus distintos elementos y figuras como un puzle perfecto con el que expresar magistralmente su mensaje de horror a la guerra. A todo este trabajo inicial y previo a la obra, llamamos “composición”.
En este caso se trató de un cuadro de encargo por parte del Gobierno republicano, pero de libre expresión por parte del artista.



2.4 NORMAS BÁSICAS QUE DEBE CUMPLIR TODA BUENA “COMPOSICIÓN”

Previamente a la ejecución de su mensaje el artista debe tener estudiado y resuelto el "equilibrio y la proporción que deben guardar entre sí todos los elementos que va a integrar en su composición", su número,  tamaño,  volumen, color y forma, de manera que una vez realizado su trabajo, salte a la vista la unidad de su conjunto y el equilibrio y belleza de su concepción en cada una de sus partes.

Para conseguir estos efectos en el conjunto de su obra, el artista debe tener concretados dos aspectos importantes para la composición que proyecta:

2.4.1 El volumen o tamaño de los elementos que piensa utilizar en su cuadro, considerados, no solo aisladamente en razón de su propia   importancia sino también en su relación con los demás. El tamaño de los elementos es además muy importante para   conseguir una buena  perspectiva de la que hablaremos en otro  lugar.

2.4.2  La luz ambiental y sus tonos o matices que deben unificar toda la obra en busca de su unidad lumínica.

Armonizar estos dos factores, volumen o tamaño, y tono ambiental son indispensables para conseguir la armonía y el equilibrio del conjunto, inherentes a la belleza en toda obra de arte.

"La disposición entera de mi pintura tiende a la expresión de la composición. El lugar ocupado por las figuras y objetos, los espacios vacíos que le rodean y las proporciones, todo tiene su papel". (Matisse)

Analicemos, como ejemplo, estos detalles en el siguiente cuadro:

Goya. Pelea a garrotazos. Lienzo de 123 por 266 cm.






Con este cuadro, Goya pretende poner ante nuestra consideración lo absurdo e irracional que es para la razón humana resolver una discusión con la lucha hasta la muerte de uno de los contendientes o de los dos. A garrotazos.
Todo está pensado y calculado por el artista para transmitirnos su mensaje de no violencia: la soledad de la escena, lo descampado del paisaje, la tenebrosa  oscuridad de una tarde-noche desagradable, los colores fríos y apagados, los nubarrones oscuros que presagian tormenta y la brutalidad espeluznante de los dos personajes que tratan de destruirse mutuamente.
Todos estos elementos se suman armónicamente en una luz ambiental con matices complementarios que unifican la escena y centran nuestra atención en uno de los más claros mensajes de su autor: lo absurdo de la violencia en la más absoluta soledad.
La simetría en las actitudes de ambos personajes nos muestra la igualdad de su culpabilidad, su despropósito y su brutalidad.
El equilibrio de la composición es perfecto: en las actitudes de los personajes, en el color indefinido y desagradable del cuadro y en las tinieblas que se echan encima.
Todos los elementos buscan el máximo impacto visual y psicológico, la brutal escena se constituye en único centro de  interés, como más tarde explicaremos.
Todo está ideado y  pensado previamente para grabarnos el mensaje de lo que no tenemos que hacer: la sinrazón del duelo, todavía frecuente en su época.



2.4 Principales tipos de composición, simétrica y asimétrica

La  composición de un cuadro puede ser: simétrica o asimétrica, cromática compensada, geométrica y abierta o cerrada.

La composición simétrica se organiza en torno a un eje central a cuyos lados se van añadiendo alternativamente distintos elementos iguales o parecidos.
La composición asimétrica, por el contrario distribuye libremente en el superficie del cuadro a personajes, masas y elementos diversos sin orden ni alternancia alguna.

Como ejemplo de composición simétrica puede servirnos esta obra de Salvador Dalí:

Salvador Dalí. La última cena. (1955)

Podemos ver en "La Última Cena", de Salvador Dalí, un ejemplo sencillo de composición simétrica: a partir del eje central vertical que en el cuadro ocupa la figura del Señor se van colocando a uno y otro lado, los apóstoles, la mesa, los marcos de ventana, a uno y otro lado en perfecta simetría con un único centro de interés,  fácil de ver: la figura del Señor.
Las composiciones simétricas expresan orden y estabilidad y fueron muy usadas en las composiciones clásicas de la época renacentista.
Observemos de paso que la luz dorada que irradia del fondo del horizonte contribuye eficazmente a reforzar la sensación de misterio que envuelve la escena y sus personajes, unificando al mismo tiempo su luz ambiental.


Ejemplo de una composición asimétrica:

                       Jean-Baptiste Corot. Pastos en la bahía. Alrededores de Amiens. 1850.

Este cuadro y la mayoría del género paisajístico nos ofrecen un ejemplo claro de composición asimétrica.

Como vemos por estos ejemplos antes de empezar a realizar su trabajo, el pintor debe tener muy estudiados y concretados mediante apuntes, notas, bocetos y ensayos los diversos escenarios que conllevará la composición de su obra pictórica proyectada.








2.5 La composición “cromática compensada”

En cuanto a la composición de su obra, el artista debe cuidar especialmente que  las superficies cromáticas usadas estén también compensadas unas y otras cuanto al color.

Difícil nos sería encontrar un ejemplo mejor de composición cromática compensada y simétrica al mismo tiempo que "La Adoración del Cordero místico" de  Jan Van Eyck (1385-1441).

La tabla, pintada al óleo, es obra de los hermanos Jan y Hubert Van Eyck. Esta obra se encuentra expuesta en la Catedral de S. Bavón de Gante. Fue finalizada en 1432 y es una de las mejores joyas del arte flamenco.
Al mismo tiempo se considera esta pintura como uno de los mejores cuadros de la historia del arte universal en compensación cromática.
Estudiémosle más detenidamente:


La parte superior del políptico representa a Cristo en Majestad, a la Virgen María y a San Juan Bautista. En los laterales, simétricamente, se encuentran a uno y otro lado, un coro de ángeles que toca instrumentos musicales y otro que canta y en las extremidades horizontales del cuadro, los desnudos de Adán y Eva. Hasta aquí la composición es simétrica.

Todo el políctico es considerado, tanto el cuadro en su conjunto como aisladamente la parte superior o la inferior, como particularmente modélico en cuanto a simetría y sobre todo en compensación cromática, mucho más difícil de conseguir. 

Jan Van Eyck. La Adoración del Codero Místico. Mide 137,7 x 242,3 cm. 
Óleo sobre tabla. EstiloPintura flamenca.
Se encuentra en la catedral de San Bavón en Gante. Constituye un políctico.


La tabla inferior se trata de una composición claramente simétrica ."El centro” de la escena la protagoniza el Cordero místico sobre un altar. Su sangre brota del pecho y llena el cáliz, lo que simboliza la figura de Cristo y su sacrificio en la cruz. Sobre él se encuentra la paloma que representa al Espíritu Santo. Le rodean varios ángeles, algunos portando los instrumentos de la Pasión (la cruz, la columna, los clavos...) mientras otros aromatizan el aire con sus incensarios.
 Bajo este grupo central, se representa una fuente de bronce con un vástago de oro rematado con la escultura de un ángel. Es la fuente de la vida, de la que mana el agua que da la vida eterna mediante el Bautismo y la conversión al cristianismo.
 Alrededor de ella se sitúan dos semicírculos de personajes arrodillados, en actitud de adoración: a la izquierda están los doce profetas y a la derecha, los catorce apóstoles incluyendo a Matías, Pablo y Bernabé,  sin que figure Judas.
 Tras los Profetas encontramos a los Patriarcas, entre los cuales resulta interesante destacar a uno proveniente del mundo pagano: el hombre con barba larga que viste una túnica blanca y que sería el poeta Virgilio, muy popular en la cultura medieval. A la derecha y tras los apóstoles se sitúan los papas y obispos.
Por último, saliendo del bosque se representa a los dos grupos de santos mártires, hombres y mujeres. Se les distingue porque llevan las palmas del martirio. Entre las mujeres se reconoce a Santa Úrsula, Santa Bárbara, Santa Inés y Santa Dorotea”.
Indudablemente para la composición de este cuadro el artista ha debido contar con el asesoramiento teológico y religioso de quien le encargó la pintura.
La compensación cromática reside en el equilibrio cromático de todo el cuadro y en la simetría y armonía del color, que es fácil de analizar.


La lección de este magnífico cuadro es espléndida. La compensación cromática de todas sus partes hace de él uno de los mejores cuadros que podemos admirar. El resultado de su plasticidad es la armonía y el perfecto equilibrio que puede observarse tanto en la visión de su conjunto como en la de cada una de sus partes.
El diccionario define el término, “armonía”, como la proporción y correspondencia adecuada entre las partes yequilibrio” el estado en que se encuentra un cuerpo cuando las fuerzas que actúan sobre él se compensan y anulan recíprocamente. En este caso hablamos de equilibrio en cuanto a volúmenes y colores.

Una obra de semejante envergadura le exige al artista estudiar previamente con todo detalle la “composición” de la obra que va a realizar y coordinar e integrar todos los elementos de su composición hasta conseguir que cada uno de ellos ocupe el lugar debido con respecto a los demás, de forma que ninguno de ellos rompa esa adecuada proporcionalidad y en el lugar que le corresponde, sin restarse unos a otros, sino sumándose todos para que todos colaboren en reforzar el impacto de su mensaje principal y la belleza serena y equilibrada de su expresión.

(Continuará)
Villanueva de la Peña, 28 de noviembre de 2018

 JOSÉ MANUEL GUTIÉRREZ BRAVO

Maestro, doctor en Historia

Exdirector de la Universidad Laboral de Toledo





                       


      




                       








                       


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