ANUNCIAR
"LO
DIVINO”IVINO”“LO
DIVINO”
DIVINO”
En cualquier celebración que se precie, la música es un elemento central e imprescindible; pero lo es mucho más si se trata del gran acontecimiento de la NAVIDAD. Sin la música perdería todo el sentido festivo; con la música exteriorizamos y compartimos la celebración jubilosa del Nacimiento de Jesús; más allá incluso de una cuestión religiosa, pues se generaliza a la propia cultura e idiosincrasia de las regiones y los pueblos.
En las islas Canarias existe un riquísimo folclore que envuelve “la música canaria” en grado sumo. En mi estancia en la isla de Tenerife durante cuatro años, pude saborear, gustar y disfrutar de esas tonadas que realmente difundían a su alrededor un deje de exaltación isleña, un ritmo de danza sosegada, el color de los siete trajes típicos y la melancolía de la raza guanche. Pocas regiones españolas tienen tan rico folclore y, además, tan intensamente vivido por los insulares canarios.
Pero hoy vamos a
hablar especialmente, ya que estamos en Navidad, del villancico
canario por excelencia;
un villancico que se oye por todos los rincones de las islas y a
todas las horas del día. Tanto sabor tiene y tanto me gustó que
desde aquellos años setenta y en todos los centros docentes donde he
batallado se lo enseñé a mis alumnos, así como a los coros de las
parroquias donde he sido organista. Su nombre es LO DIVINO –en la
isla de Tenerife- o también ANUNCIAR –en la isla de La Palma.
Rondalla de Divinos en Los Llanos de Aridane. Años 40 |
El
escritor Alzola nos habla de una costumbre que existía –ignoro si
sigue existiendo- en Canarias. El día 13 de diciembre, festividad
de Santa Lucía –y añado yo, de San Auxencio- era la fecha en que
se iniciaba la celebración navideña. En este día, comenta,
comenzaban las llamadas “Misas de Luz” –prácticamente
desaparecidas- en las que las rondallas amenizaban las iglesias.
Terminada la misa, las parrandas se reunían para recorrer las calles
cantando villancicos. Cantar a “lo divino” en oposición a
cantar a “lo humano” es una distinción que se repite a lo largo
de la historia occidental para distinguir lo religioso de lo profano.
Así de esta división surge el nombre de estas cofradías que se les
denominaba Rondallas de Los Divino, en las islas de Tenerife y La
Palma. Estaban compuestas de cantantes, tocadores acompañados de
guitarras, bandurrias, laúdes, panderos, castañuelas, flautas,
zambombas y del típico instrumento canario llamado timple o
timplillo.
ORIGEN
y LETRA DE “LO DIVINO”
Está
considerado como el villancico popular canario por antonomasia. La
Navidad canaria, como ya hemos dicho, no se concibe sin la presencia
de este señero y entrañable villancico que goza de popularidad
regional y cuya partitura se conserva en el convento de las Claras y
en el Archivo Diocesano de La Laguna (Tenerife).
Hasta
finales del siglo XX se decía que la
letra
pertenecía a diversos poetas canarios, pero en 2001
la investigadora palmera María Victoria Hernández ha encontrado
similitudes con unos versos del poeta romántico español, ANTONIO
FERNÁNDEZ GRILO
(Córdoba 1845-Madrid 1906) dedicado a las Ermitas de Córdoba
(Diario
de Avisos del
16 y 23 de diciembre de 2001). Descubre
un librito en el que hay un
poema del siglo XIX
titulado “Las dos noches buenas” que le trae a la mente y al
oído un villancico de la isla de La Palma conocido como
“Anunciar”. El poema de Fernández Grilo, de quince cuartetas,
consta de dos partes, la primera subtitulada “Con mi madre” y la
segunda “Sin mi madre”, evidenciando el recuerdo de la Navidad
familiar con su madre viva o desaparecida.
Este
poeta fue conocido como el
Castelar de la poesía
y fue elegido para ocupar el sillón C
mayúscula,
de la Real Academia Española. En la entrada-patio de una de las
ermitas de Córdoba, se encuentra un mural de mármol con su efigie y
parte de su poema "En las ermitas de la sierra de Córdoba".
POEMA ORIGINAL DE FERNÁNDEZ
GRILO
(Respetamos ortografía
original)
Madre del alma, cese tu pena,
calma tu angustia, por Dios no llores,
que ya bendicen la Noche-buena
los reyes magos y los pastores.
Bordan los valles blancos corderos,
hay regocijo en las cabañas,
y los tomillos y los romeros
llenan de aromas nuestras montañas.
Nos da la noche calma infinita,
y hacen más dulce nuestra ventura,
mi limpia mesa, tu fé bendita,
nuestros recuerdos y tu ternura.
Acompañando tus devociones
contigo, á solas, feliz me quedo;
el aire azota los torreones
y la lechuza silba de miedo.
Suenan lejanos dulces cantares;
voces muy tristes, vaga armonía,
esta es la noche de los hogares,
y el alma siente melancolía.
Déjame, madre, que te recuerde,
al son medroso del ronco viento,
mi eden de niño, la alfombra verde
con que imitabas el Nacimiento.
La patorcilla de gracias llena
que en frágil barro nos la fingian,
los vidrios rotos sobre la arena
que á un arroyuelo se parecian.
Del hogar, bosque, valle galano,
fruta fingida, monte divino,
huerto bendito donde tu mano
á los pastores abrió camino.
calma tu angustia, por Dios no llores,
que ya bendicen la Noche-buena
los reyes magos y los pastores.
Bordan los valles blancos corderos,
hay regocijo en las cabañas,
y los tomillos y los romeros
llenan de aromas nuestras montañas.
Nos da la noche calma infinita,
y hacen más dulce nuestra ventura,
mi limpia mesa, tu fé bendita,
nuestros recuerdos y tu ternura.
Acompañando tus devociones
contigo, á solas, feliz me quedo;
el aire azota los torreones
y la lechuza silba de miedo.
Suenan lejanos dulces cantares;
voces muy tristes, vaga armonía,
esta es la noche de los hogares,
y el alma siente melancolía.
Déjame, madre, que te recuerde,
al son medroso del ronco viento,
mi eden de niño, la alfombra verde
con que imitabas el Nacimiento.
La patorcilla de gracias llena
que en frágil barro nos la fingian,
los vidrios rotos sobre la arena
que á un arroyuelo se parecian.
Del hogar, bosque, valle galano,
fruta fingida, monte divino,
huerto bendito donde tu mano
á los pastores abrió camino.
El fiel rebaño que se apacienta,
el hondo cauce de la cañada,
la choza humilde, la blanca venta
donde la Vírgen buscó posada.
La abierta roca del monte oscuro,
la azul corriente del manso rio,
la anciana pita formando un muro
en los vallados del caserío.
La sombra opaca de la arbolada,
los frescos juncos sobre los lagos;
allá trotando por la vereda
en sus corceles los reyes magos.
Y por las cuestas de las montañas,
rubias pastoras, de talle erguido,
frutas y mieles de sus cabañas
llevando al Niño recien nacido.
Horas felices del alma mia,
breves, tranquilas y seductoras,
¡madre del alma, cuánto daria
por un instante de aquellas horas!
Huye del niño la edad serena,
jamás tornaron tiempos mejores,
y solo vuelve la Noche-Buena
con sus veladas y sus pastores!
Noche sublime, yo te bendigo;
cuando otros años toques mi puerta
haz que mi madre viva conmigo,
haz que mi casa no esté desierta.
el hondo cauce de la cañada,
la choza humilde, la blanca venta
donde la Vírgen buscó posada.
La abierta roca del monte oscuro,
la azul corriente del manso rio,
la anciana pita formando un muro
en los vallados del caserío.
La sombra opaca de la arbolada,
los frescos juncos sobre los lagos;
allá trotando por la vereda
en sus corceles los reyes magos.
Y por las cuestas de las montañas,
rubias pastoras, de talle erguido,
frutas y mieles de sus cabañas
llevando al Niño recien nacido.
Horas felices del alma mia,
breves, tranquilas y seductoras,
¡madre del alma, cuánto daria
por un instante de aquellas horas!
Huye del niño la edad serena,
jamás tornaron tiempos mejores,
y solo vuelve la Noche-Buena
con sus veladas y sus pastores!
Noche sublime, yo te bendigo;
cuando otros años toques mi puerta
haz que mi madre viva conmigo,
haz que mi casa no esté desierta.
Antonio
Fernández Grilo con José Zorrilla
La primera parte del
villancico LO DIVINO tiene unas coplas distintas que según el
escritor grancanario Luis García de Vegueta fueron compuestas hacia
1913-14 por un grupo de amigos que se solían reunir en la casa del
conocido Néstor de La Torre y estrenada con motivo de un festival
benéfico para el Hospitalito de niños.
La primera copla del villancico correspondía al abogado, poeta y político Ramón Gil-Roldán:
La primera copla del villancico correspondía al abogado, poeta y político Ramón Gil-Roldán:
Anuncia nuestro cantar
que ha nacido El Redentor,
la tierra, el cielo y el mar
palpitan llenos de amor.
La segunda fue compuesta por el barítono grancanario afincado en Santa Cruz de Tenerife, Néstor de La Torre:
Las trompas y los clarines,
la tambora y el timbal,
anuncian el nacimiento
de nuestro Dios Celestial.
Para la parte final, Cedrés añadió versos pentasilábicos supuestamente compuestos por el que fuera párroco de la Iglesia de La Concepción, Don Santiago Beyro, pero, pertenecen a Fernández Grilo, como ya hemos dicho.
Madre del alma Lucen los campos
Cesen tus penas, blancos corderos,
Calma
tu angustia, hay regocijo
Por
Dios, no llores. en las cabañas;
Ella
bendice y los tomillos
La
Nochebuena, y los romeros
Los Reyes magos llenan de aroma
Y
los pastores nuestras montañas.
La
letra de “Lo Divino” ha tenido muchos cambios debido a que ha
sido interpretado por numerosos grupos canarios. Alguna tiene
importantes variantes gramaticales y de puntuación que desvirtúan
el sentido del poema original. La versión más conocida y parecida
–tanto letra como melodía- es la de Los Sabandeños
de 1988,
dirigida por Elfidio Alonso Quintero, su director:
“Anuncia nuestro cantar
que ha nacido el Redentor.
La
tierra, el cielo y el mar
palpitan llenos de amor”.
Madre del alma
cese tu pena,
calma tu angustia
por Dios, no llores.
Ella bendice
la Nochebuena
los Reyes Magos
y los pastores.
Lucen los valles
blancos corderos
hay regocijo
en las cabañas.
Y los tomillos
y los romeros
llenas de aromas
nuestras montañas.
palpitan llenos de amor”.
Madre del alma
cese tu pena,
calma tu angustia
por Dios, no llores.
Ella bendice
la Nochebuena
los Reyes Magos
y los pastores.
Lucen los valles
blancos corderos
hay regocijo
en las cabañas.
Y los tomillos
y los romeros
llenas de aromas
nuestras montañas.
LA
MÚSICA
Fermín
Cedrés |
La parte musical fue compuesta en 1920 por el músico tinerfeño FERMÍN CEDRÉS HERNÁNDEZ (1844-1927). En el piano del teatro Real se dice que lo compuso mientras amenizaba el cine mudo. Es la versión más popular y se ha convertido en el villancico por antonomasia de Canarias; este autor plasmó sobre el pentagrama las notas que incorporan el sonido del triángulo, el acompasado toque del bombo y el trino de los pájaros. Cedrés se formó en la Capilla de la catedral de La Laguna, de la que fue organista; además fue pianista, compositor e intérprete de viola. La partitura original se conserva en el convento de las monjas Claras de La Laguna, y en el Orfeón La Paz de Santa Cruz existe una copia de la misma.
Divino "San Francisco" |
AUDICIONES
VERSIÓN ORQUESTADA CON LOS
SABANDEÑOS https://youtu.be/VXjfjaA_VZY
Belén y el cante de lo divino
https://youtu.be/SZqvRHZY-L4
Los Gofiones
https://youtu.be/t0W1lNmU_Jg
Los Sabandeños
https://youtu.be/CXP5AZg3sNk
Más popular
https://youtu.be/e9faznGuCj8
Consultas y lecturas:
*María Victoria Hernández Pérez
(Cronista
Oficial de Los Llanos de Aridane y Presidenta de la Junta de
Cronistas Oficiales de Canarias).
*Carlos
Delgado Díaz
Publicado
en el número 85.
*Eugenio
Egea Molina,
periodista e investigador
*Buceo
en Internet.
AUXENCIO MUÑOZ ACEBES
Maestro. Catedrático de Lengua y Literatura. Organista
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