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20130429

26. AFDA



PORTAVOZ DE MAGISTERIO Y ESTILO

----- 1 MAYO -----
NÚMERO VEINTISÉIS

ÍNDICE

Pregón: Poesía para el renacer de Europa.
ReflexiónParábola del cedro y sus raíces. CUR
Nuestra Escuela de Vanguardia: A pie de aula. A la sombra de la cruz.T.G. Regidor
Sala de profesores: Frente a la educación en bancarrota ¿qué hacer? R.D.de Aza.
Leímos, vimos, oímos: Paseando por los márgenes del río Riaza.
Nuestro castillo interior:Salmo de las rosas. JM Valverde. E. Malvido.
Soneto desde el sentimiento: Encuentro con la Historia. Á. Hdez
Rincón de Apuleyo: Las diversas fases de la mujer.
Afderías:Egipterías Á. H.
Manos amigas informan: Conductas disruptivas en el aula (bullying. Aure Bascuñana.
Educación Física: La gimnasia sueca. Francisco Sáez.
EP 2013: Encuentro de primavera, 2013.

ADDENDA

Frase bíblica del mes: Audi, filia; escucha, hija, mira. Sal 45,11-12. QerhuteV.
Documentos de oro: El último día de Troya…Ya no hay troyanos. Virgilio.
Colaboraciones: El cubismo. JM Gutiérrez Bravo. 
Me bajo un rato a la calle: Memorias de un preadolescente ... (XI). AH.
Tarimilla literaria: Ejercicios complementarios de los carriles, 9-12 años. CUR
Lectura detenida de viejos textos de oro: La Didajé (XIV-XVI). CUR.
Estilo español: Tuvo que ser Hernán Cortés. JMB Corredoira.
Patio de recreo: Encuentro con la Historia. Egipto. Á. Hdez.
Nuestra Escuela de Vanguardia: Universidad Laboral de Toledo. JMGB.
Carta a los señores obispos: Todos ovejas  todos pastores. AFDA.
EP 2013: Cartel.Diego Coca. Gran siervo del Señor. Partitura. Auxencio.


POESÍA PARA EL RENACER DE 

EUROPA

Europa es demasiado vieja y hoy está demasiado entregada a sus blanduras como para movilizar sus fuerzas de siglos, a menos que una voz con autoridad le ordene, como Jesús a Lázaro: ¡Sal fuera!

El grito que la ponga en pie y de nuevo a la cabeza del mundo será un imperativo de ilusión articulado con palabras sugestivas, poéticas.

A Europa le perdió siempre la poesía de las promesas de los cantos de sus sirenas y la poesía ha hecho posible, cada vez, que se encuentre a sí misma en el transcurso de su Historia.

Hoy en verdad estamos huérfanos de Europa, Europa está ausente de sí misma. Quedan sobre su suelo dispersos los escombros de lo que fue: la prosa del comercio y de la banca, poco más.

Pero aún están en pie sus catedrales góticas, los museos de arte y en las bibliotecas una gran literatura. En ellas está vivo y, aunque callado, el gran estilo de Europa.


Falta la voz autorizada que profiera el grito poético de un sugestivo  proyecto de vida ilusionada: ¡Europa, sal fuera!

AFDA, para la Europa del gran estilo, pretende ser un rayito de sol al filo del amanecer que pretendemos y que Dios nos regale.



PARÁBOLA 

DEL CEDRO Y SUS RAÍCES


                        
El más hermoso entre los árboles de su jardín era el cedro. Lo había plantado su dueño cuando le nació el primer hijo. Cedro y niño habían crecido juntos. El niño, más deprisa que el cedro, porque los cedros crecen sin dar estirones.

Cuando los dos llegaron a los doce años, el cedro parecía enfermo: las ramas se le caían lánguidas, le amarilleaban las hojas. Padre e hijo lo habían cuidado siempre con mimo y, ahora, lo regaban con agua clara y limpia, sin cloro, le limpiaban las hojas muertas y hasta rebajaron la tapia para que le orease el aire puro de la sierra… Hacían cuanto sabían por salvarlo. Pero todo era inútil. El cedro se moría poco a poco.

Un día el niño de doce años se quedó en su jardín solo, junto al cedro. Le limpiaba quitándole los alfileres marrones casi negruzcos que eran sus hojas. El cedro, aprovechando una ráfaga de viento, desvió su tronco ligeramente hacia el oído del muchacho y le dijo: El mal que me mata no está ahí, amigo. Está en mis raíces. Si aciertas a curarlas, volverán a reverdecer mis hojas y a tensarse mis ramas. 

El muchacho fue por una azadilla, cavó alrededor de su árbol con cuidado para no dañar sus raíces y descubrió la madriguera de unos roedores.

El cedro, sin roedores, dio el primer estirón de su vida como para recobrar el tiempo perdido y entrar con el amigo que le salvó la vida en los trece años verdes y llenos de promesas.

                                                                                                             CUR

 


A PIE DE AULA
                              
                                   VIII. A LA SOMBRA DE LA CRUZ…  
                                       

                1. Para quienes  desgranamos afanosamente las espigas de las semanas “a pie de aula” no nos vienen mal algunos días de descanso. Este año he procurado reparar mis fuerzas –y mis “energías espirituales”-  a la sombra de la Cruz, en el monasterio benedictino de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. La sombra de la Cruz no es sólo un hecho majestuoso y real a la salida o a la puesta del sol; es también un hecho simbólico: todo este ámbito  está presidido por la Cruz, todo participa de esa sombra benéfica y salvadora. En la soledad del monasterio y  literalmente al pie de la cruz he vivido la pasada Semana Santa envuelto  en una  serena atmósfera de paz y de  silencio.
                                                                          
2. Pero este lugar, sin duda controvertido,  no solo está impregnado de soledad y de silencio: también  -y precisamente por eso- se sienten, se escuchan las cosas  que configuran esta naturaleza a la vez íntima y majestuosa, esplendorosa y entrañable. Esta naturaleza, a modo de un inmenso cráter del que emerge la cruz y en la que, como en esa “eucaristía cósmica” de la que habla T. de Chardin,  se siente “la pura majestad de lo real”.  Aquí la naturaleza no sólo está para pasar –el tiempo o la vida- sino para “quedarse”, para sentir, para vivir, para entablar contacto con esas cosas que hablan, interpelan, evocan…

Y bien, en esta ocasión  puedo decir que he  vivido la experiencia de las cosas. No sólo  “de la naturaleza”, sino de cada una de sus cosas. No  viéndolas sólo como trampolín para llegar a algo más espiritualmente alto o más teológicamente depurado. No. Las cosas han aparecido  como tales, ellas mismas, desnudas en su pura realidad. En este escenario se  escuchaba el incesante rumor de los pinos, a veces convertido en ruido impresionante;  o la sonora caída del agua en los mil arroyos de cada ladera; o la solidez de las rocas suavizadas por el musgo verde; o  la mullida hierba o las hojas secas del suelo… todo iluminado por  la escasa presencia del sol durante el día o la  redonda luminosidad de la luna -¡la luna de Nisán!- por la noche. Y, siempre, la lluvia incesante y cadenciosa, compañera continua en esta semana, y signo de la Palabra que cala en la tierra y penetra en los corazones.

3. Pero la Semana Santa de Cuelgamuros no ha sido sólo esta entrañada comunión con la naturaleza; ha sido también –a pesar del silencio- comunión con los hombres. He vivido  una liturgia  hecha intimidad monacal en el coro o lenta solemnidad en la basílica. He recuperado el calor  del rito en la vida, en mi vida;  he redescubierto la bella necesidad del silencio, la oración hecha salmodia, el unísono de las voces y la concordia de los sentimientos. Además, la austeridad y  el dramatismo de la Semana Santa lo han sido  menos con el  canto gregoriano, cadencia espiritual, serena melodía. Y siempre,  la presencia de los monjes, su cercanía, a pesar de su clausura, su cordialidad  a pesar de su silencio. Los monjes cuya vida, quieras o no, siempre acaba siendo objeto de interrogación, signo de algo que, sin verse, es presentido por uno mismo y evocado por ellos. Porque el discurrir de su vida es respuesta al interrogante que ella misma provoca: quienes viven  y frecuentan  el coro, los claustros, la sala capitular o las celdas… son signos de la presencia de Dios. Ese Dios presente en todo, lo está aquí especialmente en la vida de unos hombres consagrados, en el coro de corazones que es la comunidad,  en la unidad de voz expresada en los salmos, en las manos y en los cuerpos cansados al caer la noche, en el diario amanecer de campanas  y de himnos…
                                            
4. No siempre tiene uno la suerte de celebrar el triduo sacro en  el ambiente antes descrito. Es una experiencia que, a pesar de  una liturgia demasiado centrada en la comunidad monacal, merece en sí misma la pena. Pero creo que no estaría bien cerrada la crónica de esta experiencia si  no hiciera referencia a lo que también está, aún oscuro, bajo “la sombra de la Cruz”. Me refiero a tantos sentimientos encontrados,  a memorias y desmemorias, a heridas no cicatrizadas que fácilmente se reabren en este lugar, convertido más bien en permanente contradicción.


Dejo El Valle y vuelvo a la diaria tarea “a pie de aula”.  Vuelvo, algo cambiado, a mi mundo habitual, a las otras cosas, al trabajo de siempre, al diario vivir en comunión con  mis otros hermanos…  Dejo el hondo valle y la cruz de piedra, blanca y resplandeciente, testigo mudo de la Resurrección -¿cuándo de la reconciliación?-  y de la paz luminosa del domingo. Y me voy con el deseo –o el presentimiento- de que algún día  esa cruz presidirá, rememorando  de nuevo a T. de Chardin, esa otra “eucaristía” en donde no sea ya “la pura  majestad de lo real” lo que se celebre, sino el  encuentro  hermanado de todos los que  aún viven  un largo  desencuentro  “a la sombra de la Cruz”.

                                                                                         Teódulo GARCÍA REGIDOR





En esta ocasión la sala de profesores rezumaba malhumor. A ratos o principalmente humor negro. Hiperbolizaba. El tema era la educación perdida y por encontrar. El ¡toma del frasco de Carrasco!

Frente a una educación en bancarrota y retirada, ¿qué hacer?

Las soluciones hoy para la Educación son múltiples: gastadas, disparatadas, empinadas, por pensar… El tiempo del descanso de aquella mañana en  la sala de profesores dio para dos soluciones. No son para tomarlas muy a la letra, pero fueron estas:
1.    ¿Que queremos que gane puestos en el ranking mundial la educación española y se ponga a la cabeza de la europea? La cosa puede pasar por cerrar institutos y colegios por dos años y mandar a la escuela a sus maestros y profesores. Saben poco de nada de lo que han de saber como profesores. Se defenderán diciendo que cumplen pues que pasan a sus alumnos  bastantes datos e informaciones. Pero en plan educativo y que ilusione por la ciencia y el saber, sus informaciones resultan ser muy a menudo materiales estériles. El saber-saber saboreado que transmiten cabe escrito en una hoja de perejil.
Recuerdan una buena parte de los profesores hoy en plantilla parte de lo que tuvieron que estudiar para pasar su bachillerato y la licenciatura. Como quiera que el gusto por lo que estudiaron al menos el 90 por ciento lo perdieron por el camino, a los minutos de cada examen, solo les queda un diez por ciento, muy poco, porque no tienen dónde poner pie, sus conocimientos son conocimientos sueltos, tablas bailando para pasar un río. Al entrar en clase miran por dónde viene el viento, lo que pueda ser objeto de examen y eso les sueltan a sus alumnos.
El segundo año que vayan a una escuela de magisterio que funcione. Gran parte de ellos no estudiaron para maestros, desconocen la didáctica. Los más afortunados aprendieron pedagogía en escuelas universitarias de magisterio que ni les enseñaban a redactar…
   2. Alguien entre los profesores de la sala dijo algo más hacedero y eficaz. Recordó Las insolencias de Frère Untel, Montreal, 1960. Un feroz ataque, lleno de humor, a la enseñanza pública de Quebec. Fue eficaz en su tiempo. Dio qué hablar y corrigió. Hizo pensar y crear. ¿Quién nos escribe hoy algo en línea parecida? Sería un epítome de Quijote a mano, modesto, que acabaría con los libros de caballería que son hoy nuestros colegios y universidades. ¿Quién, por favor, nos escribe hoy unas Nuevas insolencias de Frère Untel?
Sí, ya sabemos que hay media docena de centros que se salvan. Y docena y media de profesores en gamba. No va lo que aquí queda reseñado por ellos, sino por el resto. Y hay que perdonar el malhumor de esta mañana es la sala de profesores, bastante justificado, por otra parte. ¿O no?

Ramiro Duque de Aza



       PASEANDO POR LAS 

MÁRGENES DEL RÍO RIAZA

En el número 15 de AFDA vimos discurrir poderoso al río Riaza de nuestro amigo. Hoy, vuelve con más agua y no menor encanto y brío.

Entonces le dijimos a Apuleyo:
¡Enhorabuena, viator! 
Este apunte tuyo de hoy, definitivamente te debe abrir hueco entre quienes la Historia de la Literatura celebra con fiesta de guardar desde Marco Polo a Cela, pasando por el Montaigne con el que echas a andar en este tu libro de oro.

Ya está expuesto a la venta de 15 € en las librerías segovianas A LO LARGO DEL RÍO RIAZA, acciones, pasiones y reflexiones de un viajero solitario, cuyo autor visionario evidentemente soy yo, y ustedes disculpen.

La descripción y la narración terrestre y pluvial me ha costado más de cinco años de trabajo literario-la escritura es más dura que la andadura- pero los he pasado, repasado y paseado con satisfacción, coloquiando conmigo mismo y con los paisanos que me salían al paso y encuentro: Ellos me doctoraron en historia y geografía, fauna y flora, canciones y versos, vestuario, costumbres y folclore popular junto a otras muchas quisicosas pequeñas pero importantes, vertidas en un estilo llano, ameno, moderno y poético. Gracias por el aplauso que estoy oyendo que me tributáis al leerme.

Parezco mi propia abuela por los ditirambos que me propino, acaso sin merecerlos, pero el asunto verdadero y principal de haber ido cabe el río tantas jornadas seguidas, desde el puerto de la Quesera en la Sierra de Ayllón, allá en la raya de Segovia con Guadalajara y Madrid,  hasta cuando el Riaza desemboca sus afanes eléctricos y agroculturales en la Roa –Rauda romana- que circunda el Duero al tiempo de dormirse y sumergirse en él por el Oporto lusitano-atlántico, merecía la pena. Desde allí, barcos a otros mundos, con el Colón navegante español por delante de todos.

¡Cuánto monumento, cuánta historia natural y tallada en las hoces del Riaza, cuánto vuelo pajarero altivo de buitres de pico corvo y carroñeros otros, cuánta soledad desparramada de hortalizas y frutales nutritivos, con sus pros y sus contras, con sus olvidos, agravios y desagravios!

A partir de ahora me entregaré al Cega, ciego por la tierra de arenosos pinares que atraviesa. Entretanto, deleitaros con el curso agresivo del Riaza, que para vosotros se ha descrito y recorrido. Estoy seguro de que más de uno emprenderá la ruta que yo emprendí, seducido por el paisaje y el paisanaje que tanto me deslumbró. ¡Feliz viaje, paisanos! La lectura supone siempre una inducción a la acción. Que no falte, que el tiempo es largo como un río y se extrema igual que un chicle, si lo sabemos aprovechar. Y, mientras, oiréis cantar a los pájaros.
Apuleyo Soto
a.sotopa@hotmail.com






MI COMENTARIO 

Hay muchas realidades y sucesos inexplicables, que el ser humano es incapaz de analizar, razonar, aclarar, controlar, dominar… Uno de esos hechos es el advenimiento de la primavera. Lo dejó escrito nuestro Antonio Machado: “La primavera ha venido, / nadie sabe cómo ha sido”. También el poeta alemán del siglo XVII Angelus Silesius anota asombrado: “La rosa es sin un porqué”.  Ambos poetas nos abren la puerta que da al Misterio, hacen que nos asomemos al Horizonte inabarcable e inaccesible, pero sin nombrarlo, porque todo  “nombre”  evoca en nosotros realidades concretas y limitadas, observables y afines con todas las criaturas…

El poeta de origen cacereño José Mª Valverde (1926-1996), en cambio, no se calla el nombre del Autor de la primavera y en particular de las rosas: “Dios” o “el Señor”. ¿Por qué no mencionarlo? ¿Es que puede ser Otro el causante de tanta belleza fresca y fragante? Además, el poeta descubre en la aparición,  en el florecer  y finalmente en la muerte de las rosas mensajes personales que Dios le envía para su vivir perdido y angustiado. Así, la venida anual de las rosas primaverales le recuerda que “Dios no me olvida” o “que el Señor sigue en pie”. En cuanto al florecimiento de las rosas, el lector queda boquiabierto al comprobar que JMª Valverde compara el parto de las rosas a la vida con el abrirse paso del ser humano en su existencia: “de dentro a fuera” y con incesante “esfuerzo”. Y cuando las rosas llegan a ser “palabra oliente” enseguida  les llega la hora de la muerte. ¡Buena lección para los mortales: morirse con la sonrisa serena en los labios!



El poeta-filósofo JMª Valverde, ante el drama de la vida tan bellamente representado  por las rosas, se conmueve  y en un arranque de gratitud les promete algo totalmente fuera de su alcance: “Yo os doy la eternidad que os quitaba el ser bellas”.
Eduardo Malvido





 


 Egipterías

- Hasta Guiza llegaron vientos feministas y arrancaron la barba de la esfinge.

- Los egipcios se entretienen en los templos, descifrando jeroglíficos.
- La llave de la vida  me recuerda el icono de las inocentadas.

* Las imágenes egipcias, siempre educadas, miran de frente a quien les precede pero nunca dan la espalda a quienes les siguen.
* Ramsés, quietecito y con los brazos cruzados, parece esperar la felicitación del maestro.
* Resulta chocante que los 'nubios' se llamen  así, siendo tan morenos.

- La bandera de Egipto deberían formarla una gran franja azul entre dos verdes: un caudaloso río bordeado de palmeras.
- Las mamás egipcias amenazan a los niños traviesos con llamar al coco...drilo.
- Los antiguos egipcios se pasaban la vida preparando el enterramiento; a los de ahora les hierve la sangre, seguramente preparando la incineración.


* Las falucas son las cenicientas del Nilo.
* Los mercadillos de verano son como los zocos árabes, pero con menos sabor; seguramente, por ofrecer menos especias.
* Los colonialistas nostálgicos ven en el burka una reminiscencia del 'escondite inglés'.


- Los antiguos cairotas se enfrentaban a la muerte en su lucha con hititas, griegos o romanos; los de ahora se la juegan a diario cruzando la calle.
- A las momias egipcias les fastidia no tener un claxon que llevarse a la mano.
- Dicen que los dioses egipcios castigan a los malos sentándoles en la cúspide de las pirámides.

* En Egipto, la proporción de burros es mucho mayor que en Europa; la de asnos, protegidos o no, puede que sea bastante menor.

* No le levantes la piedra al alacrán, pues venderá caro su desahucio.
* En el espectáculo de luz y sonido de Abu Sin Bel, los perros aullaban como posesos; puede que poseídos por Anubis, el Chacal, rabioso de envidia.

- En Karnak, di tres vueltas alrededor del escarabajo sagrado y pedí un deseo; luego pensé que debería haber dado otras tres, para asegurar.
- Adivina, adivinanza: tiene cinco esquinas, brilla con el sol y lleva una momia dentro de la panza.

Ángel Hernández



CONDUCTAS DISRUPTIVAS EN EL AULA
 (bullying)


Cuando llegó a la cafetería para encontrarse con su madre, Alejandra tenía la expresión seria, la mirada triste. Las únicas palabras que salieron de su boca fueron para darnos un educado y breve saludo.

Yo recordaba a Alejandra siempre sonriente, alegre, divertida y, sobre todo, comunicativa y sociable .

 ¿Qué le pasa a Alejandra? Pregunté. Desde que empezó el curso está así, no habla, no se relaciona, ha dejado de salir con las amigas…, pero insiste en que no es nada, que ella está bien así.



Hablemos del acoso escolar también conocido como “bullying”  

¿Qué es el “bullying”?

Los expertos señalan que el “bullying” es una manifestación compleja de violencia escolar en la que existe un desequilibrio de poder entre el acosador y la víctima.

Es un hecho sistemático y reiterado, prolongado en el tiempo, con intención de hacer daño

El maltrato puede ser físico, verbal o encaminado a la marginación o exclusión.



Lo realiza un individuo o varios y cuentan con la aprobación o el silencio de los demás.

 Se trata de procesos en los que uno o más alumnos acosan e intimidan a otro —víctima— a través de insultos, rumores, vejaciones, aislamiento social, motes...  Aunque no incluyan la violencia física, este maltrato intimidatorio puede tener lugar a lo largo de meses e incluso de años, siendo sus consecuencias, tanto físicas como psicológicas y morales (soledad, silencio, vergüenza),  ciertamente devastadoras para la víctima.




Tipos de acoso escolar                                                                    

Con frecuencia aparecen varios tipos de forma simultánea:

-Físico: consiste en la agresión directa a base de patadas, empujones y  golpes; o indirecto cuando se producen robos o daños materiales en los objetos personales de la víctima.
-Verbal: es el más habitual. Van dejando una gran huella en la victima ya que las palabras tienen mucho poder y minan su autoestima mediante  humillaciones, insultos, motes, menosprecios en público, propagación de rumores falsos, mensajes telefónicos ofensivos o llamadas, lenguaje sexual indecente y de manera especial la utilización de las redes sociales para ejercer la humillación a través de comentarios vejatorios.
-Psicológico: se realiza mediante amenazas para provocar miedo, para lograr algún objeto o dinero, o simplemente para obligar a la víctima a hacer cosas que no quiere ni debe hacer.
-Social: consiste en la exclusión y  el aislamiento progresivo de la víctima. En la práctica, los acosadores impiden a la víctima participar, bien ignorando su presencia o no contando con ella en las actividades normales entre amigos o compañeros de clase.



En España, se estima que un 1,6 por ciento de los niños y jóvenes estudiantes sufren por este fenómeno de manera constante y que un 5,7 por ciento lo vive esporádicamente. Los datos varían en función de la fuente de la que procedan y del enfoque a la hora de estudiar el fenómeno.

Libre, libre. Mis ojos seguirán aunque paren mis pies”. Estas fueron algunas de las últimas palabras que dejó escritas Jokin Zeberio, de 14 años, antes de suicidarse, tirándose al vacío con su bicicleta, desde lo alto de la muralla de Fuenterrabía, España, en septiembre de 2004. Jokin venía sufriendo el acoso de sus colegas desde hacía años. Las continuas amenazas, humillaciones, insultos, golpes, palizas, le hicieron sufrir y lo llevaron a la muerte. El hecho hizo sonar la alarma social, política y educativa, y ha generado múltiples debates. Pero, lamentablemente, no frenaron el fenómeno. Los casos de “bullying” afloran y cada día nos percatamos de que no son recientes ni raros.
 

Dan Olweus, doctor en Psicología por la Universidad sueca de Umea y padre del concepto «bullying», aboga por poner límites firmes frente a los comportamientos inaceptables, aplicar sanciones y potenciar figuras adultas de autoridad y modelos positivos. Y su método lo avala con datos; desarrollado en 42 centros, con 2.500 alumnos seguidos durante dos años, los resultados fueron la reducción a la mitad de los problemas de violencia en las aulas y una clara disminución de la conducta antisocial.

Aure Bascuñana
Pontevedra



LA GIMNASIA SUECA

Per Henrik Ling (1776-1839) está considerado como el creador de la Escuela Sueca de Gimnasia. Nació en Smaland, Suecia, y estudió en la universidad de Lumd y Upsala, donde adquirió los conocimientos para dedicarse al profesorado. Con 23 años,  viajó a Copenhague y allí asistió al Instituto de Nachtegall, vanguardia de la gimnasia. Entró así en contacto con las ideas de Guts Muths.
De regreso a Suecia, en 1804, es admitido como maestro de armas en la Universidad de Lumd; enseña gimnasia y esgrima; estudia también anatomía y fisiología; dedica parte de su tiempo a la poesía.

Ling, a la sazón, oficial del ejército sueco, es herido de guerra. Ante la necesidad de recuperarse de las lesiones, busca él mismo movimientos metódicos que le ayuden a mejorar. De esa búsqueda surge su método, desarrollado con el objetivo de recuperar a Suecia de la secuela del alcoholismo y la tuberculosis, auténtica lacra en aquella época. Consigue en 1813, la fundación del Real Instituto Central de Gimnasia en Estocolmo, donde se formaría a los futuros profesores de gimnasia.
Entre sus objetivos se encuentra la preparación de la juventud para hacerla más fuerte y resistente por medio de ejercicios físicos variados. También apunta la posibilidad correctiva y moldeadora de la gimnasia. En el futuro, éstas serían las mayores aportaciones de este método. No obstante, en sus orígenes proponía volteretas,  saltos y otros movimientos de agilidad para poder actuar con precisión en un momento dado. También utiliza aparatos gimnásticos fijos como espalderas, bancos, cuerdas, barras para la suspensión, escalas, plintos, etc.
Propone, también, los juegos gimnásticos; según Ling, despiertan la alegría y la vivacidad, y hacen que los gimnastas –sobre todo si son niños– se tomen la vida con calma y resolución.


Todos estos planteamientos son magníficos y muy válidos para la formación física en cualquier época. Desgraciadamente, en la actualidad, la tendencia es a erradicar los aparatos de suspensión y a aburrir a los niños con ejercicios rígidos o ñoños.
Como hombre formado, publica diversas obras relacionadas con la gimnasia. Destaca su publicación “Bases generales de la gimnasia” y un manual de gimnasia para el soldado, donde apunta ya los efectos correctivos del ejercicio para los vicios posturales.
La incorporación del programa de educación física en las escuelas de Suecia no se materializó tan rápido como muchos de los líderes en este campo hubieran esperado. No fue hasta el 1820 cuando se estableció una ley que hacía obligatorio un curso de gimnasia en las escuelas de nivel secundario.
En general su método era amplio, variado y asequible a toda la población, incluidos los niños y las mujeres, aunque con una base analítica, puesto que buscaba la mejora corporal de manera consciente. En sus principios fundamentales dejó establecido que “el ejercicio físico debe estar construido según las leyes que rigen el organismo humano; no sólo el cuerpo, sino también el alma”.

Pero la gimnasia sueca que trascendió no fue esa, sino una gimnasia rígida, estática, muy analítica, con posiciones de partida y de llegada, medidas y mecánicas; todo lo contrario a la gimnasia francesa, con movimientos naturales y espontáneos; o la gimnasia alemana, llena de vigor y de ejercicios de dominio del propio cuerpo.

  ¿Cómo se produjo esa transformación? Por los planteamientos de su sucesor: Hjalman Ling (1820-1886), hijo del gimnasiarca-poeta.  Continuó la obra de su padre y estableció normas y pautas en la gimnasia sueca. Los legados de su padre sufrieron con él un proceso de reajuste y sistematización. Estableció una clasificación que perduró mucho tiempo y contribuyó a darle al sistema gimnástico un aire de dogma cerrado.
Su trabajo más importante fue la confección de las tablas de gimnasia.  En este trabajo adecuaba los movimientos a los diferentes casos, según fuera para hombres jóvenes o maduros, así como para la juventud en sus diferentes edades, refiriéndose además a juegos pedagógicos, movimientos rítmicos, etc.

Hjalman Ling planteó un esquema de sesiones, cuyo orden no se podía cambiar. Confeccionó más de dos mil dibujos de los ejercicios creados por su padre; de los cuales solamente se han publicado unos seiscientos. Desarrolló un sistema de clases, seleccionó y sistematizó ejercicios, introdujo aparatos especiales, y aplicó nuevos métodos de enseñanza.
Pero sus planteamientos estaban apoyados en unos principios fisiológicos no académicos que perjudicaron al método y frenó su evolución. H. Ling abandonó la clasificación primitiva que su padre había hecho del sistema gimnástico y estableció su propia clasificación. Agrupó los ejercicios por “familias” y los ordenó como un programa fijo que serviría como esquema de las lecciones de gimnasia.
La idea de P. H. Ling (padre) de que su método fuera evolucionando de acuerdo con los conocimientos científicos, sufrió un estancamiento y se decantó casi exclusivamente por los ejercicios correctivos y ortopédicos.



No obstante, aunque la gimnasia sueca no evolucionó según los planteamientos de su fundador, la ordenación que H. Ling (hijo) hizo de su método, probablemente contribuyó a que se afianzara y no se perdiera.
En menos de un siglo, el Real Instituto Central de Gimnasia de Estocolmo, cuna de la gimnasia sueca, se convirtió en el centro docente de Educación Física más prestigioso de Europa y en la Meca soñada de estudios de la gimnasia. Formó profesores a través del conocimiento de la mecánica y la biología. Aunque existieron aportaciones de sus sucesores, se mantuvo con los principios lingianos.

La gimnasia sueca tuvo más influencia en España que las provenientes de las otras dos escuelas gimnásticas europeas. La gimnasia francesa estuvo vetada por la figura de Amorós, censurado por su trayectoria política; y la gimnasia alemana, con sus raíces nacionalistas, reacción a la ocupación napoleónica, no tuvo aquí propagadores que la difundieran, pues éstos se dispersaron por Holanda y EEUU después del bloqueo gimnástico.

Curiosamente, en España, seguía practicándose la gimnasia sueca aún en los años 60 del siglo XX, a pesar de que ese método había sufrido una importante evolución a principios del siglo, con el movimiento denominado Gimnasia neosueca, que lo había dejado obsoleto y ampliamente superado.

Francisco Sáez



                                        



1 comentario:

  1. Gracias por esta nueva flor de primavera llamada AFDA. Cada día gana más en belleza y lozanía.
    TEÓDULO

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