¡DIOS,
DIOS, DIOS ! (VI)
LA
PREOCUPACIÓN MÍSTICA Y RELIGIOSA DE UNAMUNO
“La preocupación mística
y religiosa que le reconoce Ortega la vivió don Miguel
realmente y
con más honda sinceridad que la mayoría de sus contemporáneos. Fue
una de sus constantes”.
Colección Primera
Biblioteca de Literatura Española,
A. Labajo, C. Urdiales,
T. González
n.º 52, p.10
“En el convento de San Esteban, en su claustro de los aljibes siente profundamente la soledad y allí, asomado al pozo de agua transparente y fría, con profundidad de abismo y resonancia de eternidad, de bruces sobre el brocal, Unamuno lanzó el grito desesperado: “Dios, Dios, Dios”, que el eco le repetía y casi le transformaba en un “Yo, yo, yo” que terminaría por ser su grito en aquel aljibe”.
Las
edades del hombre, el escritor: Miguel de Unamuno
Carmen
Navarro Rodero
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