Ludwig
van Beethoven (1770-1827)
La Sonata CLARO
DE LUNA es una de las obras más famosas del autor, junto con el
primer movimiento de la Quinta Sinfonía, la bagatela para
piano Para Elisa y la Novena Sinfonía.
Las historias
en torno a la creación de esta Sonata son completamente opuestas
entre sí, lo único que es claro es que el seudónimo de la
pieza, Claro de luna, se hizo popular tras la muerte de
Beethoven, cuando el poeta Ludwig Rellstab comparó el primer
movimiento con Claro de luna del Lago de Lucerna.
No obstante voy
a mentar dos versiones, historias o leyendas, que alumbran este CLARO
DE LUNA. Posiblemente hubo tres o cuatro elementos que influyeron en
Beethoven de una forma o de otra para materializar esta bella obra:
Una luna plateada iluminando el cielo o el lago de Lucerna, una
muchacha ciega u otra enamorada y la muerte de un amigo. Tres
elementos que impregnan el alma de un músico y que en meditación
transcendental le llevan a expresar una bella melodía sentimental…
Ante un dolor interior extremo y sentirse sólo en la vida, Beethoven
pierde la dirección y la esperanza: vive momentos de soledad
profunda y de amargura. Ha carecido de la afectividad de su padre
alcohólico y maltratador, pues su madre ha muerto muy joven. Ha
perdido al que hacía de protector y de padre… Él empieza a
sentirse enfermo; su incipiente sordera le pone nervioso. Usa una
especie de trombón para oír y lleva consigo un cuaderno para
entenderse con las personas, que le rehúyen y le tratan de
misántropo. Siente la tentación del suicidio…
Primera leyenda: La
vida –¿Dios?- le va a cambiar de camino. Se ha trasladado a vivir
a una pobre pensión debido a la muerte de su benefactor y allí se
encuentra con una muchacha ciega con la que noche tras noche entabla
conversación. Muchas cosas se contaron y el músico le hizo sentir a
ella la tristeza y desesperación en que vivía por su soledad,
debido a su sordera. La respuesta de la muchacha ciega fue:”Yo
daría todo por poder ver una noche de luna”. Le impactó y
emocionó de tal manera que fue el aldabonazo que le hizo reaccionar
para el resto de su vida. Usando la sensibilidad, Beethoven retrató,
a través de la melodía, la belleza de una noche bañada por la
claridad de la luna, para alguien que no podía verla...
Las
ganas de vivir se despertaron de nuevo en él hasta llegar al cenit
de su carrera con la composición de la Novena Sinfonía y expresar
en ella la gratitud a la vida y a Dios que le había puesto en el
camino a la muchacha ciega de la pensión. Ella le inspiró el CLARO
DE LUNA...
Segunda leyenda:
Beethoven, a sus treinta años, vive triste, desesperanzado y solo.
Una noche paseando con otra persona por las calles de la ciudad de
Bonn, al pasar por delante de una vieja casa, oye los sonidos
apagados de un piano. En contra del deseo de su acompañante,
Beethoven entra en el portal y subiendo una pequeñas escaleras de
madera llega a la puerta tras la cual suena el piano. Al abrir la
puerta ve en una triste habitación casi en penumbra, a la luz de una
vela, a un joven trabajando sobre un banco de zapatero y a una
muchacha ciega que está tecleando una melodía. Queda impresionado
por la forma en que toca y le pregunta cómo había aprendido esa
melodía. Le contesta que una mujer mayor tocaba piezas que componía
un tal Beethoven y que ella había aprendido escuchándoselas. La
niña le invita a que toque algo y el compositor toca los acordes
iniciales de su sonata… Ella reconoció la música y, llorosa,
queda impresionada al conocer al autor en persona. Beethoven siguió
tocando pero un ligero viento apagó la vela; se levantó, abrió la
ventana y la habitación se llenó de luz. Después de reflexionar
unos instantes le dijo a la muchacha:” Improvisaré una sonata a la
luz de la luna”, y después de esto siguió esta maravillosa
composición que todos hemos oído alguna vez.
En mi búsqueda he tropezado
con estos versos, cuyo autor ignoro, pero que definen la melodía
beethoviana:
Como ráfagas del viento
que azotan los árboles
y que envían a los
espíritus a refugiarse a toda prisa,
estas notas caen
apresuradamente, arremolinándose
como lo suele hacer el
viento.
Las nubes van de prisa
por los cielos,
pero incluso ahora y
entonces por entre claros,
se ve la luna cabalgando
majestuosamente,
inundando el tortuoso
jardín
con dulces y serenas
melodías de luz.
Existen,
pues, diferentes versiones sobre el motivo que inspiró a Beethoven
para realizar dicha composición.
La más real
de ellas dicta, de acuerdo al nombre de la publicación en la que
apareció la pieza por vez primera, que la sonata era una dedicatoria
a una de sus alumnas, la condesa Giulietta Guicciardi.
"QUASI
UNA FANTASIA" «Sonata casi una fantasía para
clavecín o piano, compuesta y dedicada a la señorita condesa
Giulietta Guicciardi, de Ludwig van Beethoven. Op. 27, n.º 2. La
señorita a la que se refiere esta dedicatoria era su alumna, la
condesa Giulietta Guicciardi de 17 años y de quien se decía que
estaba enamorado. La familia estaba emparentada con unos amigos de
Beethoven y el artista pronto contó a Giulietta entre sus discípulos
aristocráticos, no aceptando ninguna remuneración por las lecciones
en las que se mostraba muy exigente como profesor. En aquellos días
se aproximaba el músico a los treinta años. Al cabo de algún
tiempo, las relaciones entre profesor y alumna se convirtieron en un
afecto más cálido. Decía: «Ahora vivo más feliz. No podrás
nunca figurarte la vida tan sola y triste que he pasado en estos
últimos tiempos... Este cambio es obra de una cariñosa, de una
mágica niña que me quiere y a quien yo amo.» «Al cabo de dos años
he vuelto a disfrutar de nuevo algunos instantes de felicidad y por
primera vez creo que el matrimonio podría hacerme feliz, pero
desgraciadamente no es ella de mi posición y no puedo pensar en
casarme.» La ruptura entre Giulietta y Beethoven se produjo
inmediatamente después de ser publicada la sonata y el gran artista
lloró amargamente su desengaño. El apodo Claro de luna se
haría popular después de la muerte de Beethoven, surgiendo, como ya
hemos dicho, a raíz de una comparación que el poeta y crítico
musical alemán Ludwig Rellstab realizó entre el primer movimiento
de la pieza y el claro de luna del Lago de Lucerna.
Inicio de la Sonata |
Especie de trompetilla usada por el músico para oír |
Estructura
La sonata consta
de tres movimientos:
I. Adagio sostenuto
II. Allegretto
III. Presto agitato
No
se tiene la intención de realizar un análisis en profundidad de la
pieza en cuestión; se busca dejar expresadas las diversas cualidades
de que goza, con miras a provocar una experiencia sensorial que vaya
más allá del oído.
El
primer movimiento –el más oído y conocido- es
una Adagio Sostenuto (Adagio: velocidad de
movimiento con que debe interpretarse la música. Sostenuto:
interpretación musical de forma suave, tranquila y fluida). Fue
justamente esta apertura la que le generó su sobrenombre, puesto que
Rellstab encontró en ella un similar con un lied (canción).
Es la parte más oída y conocida de la obra. Algún crítico comenta
que el tema de la melodía imita los pasos lentos, tal vez los
suyos, tras el féretro del príncipe mecenas. Las tres notas tan
reiterativas del tema principal serían como las tres letras de la
palabra “why”.
El
segundo movimiento,
un Allegretto (indicación
temporal para una interpretación rápida, pero más lenta que un
Allegro). Nombrada por Liszt como una flor entre dos abismos. Esta
parte de la composición es denominada como el “canto de
despedida”. Es un intermedio lírico entre dos poemas sombríos,
pero a la vez ligeros, que buscan cubrir la melancolía y la
traición.
El
tercer movimiento: Presto
Agitato (Movimiento vivo,
sin mucha velocidad). Cúspide del patetismo. De brillante y compleja
ejecución, característica de la segunda etapa de sonatas de
Beethoven, despliega una íntima correspondencia con el primer
movimiento, descubriéndose una relación casi análoga, volviendo a
introducir, después de toda la desesperanza del segundo movimiento,
la resignación.
Daniel
Barenboim
https://youtu.be/3MsZYfU7_p8
(Audición de la Sonata completa. Óyela, es
fabulosa la interpretación de Barenboim)
Con
imágenes……… https://youtu.be/TVDREzBijRI
“Nunca
rompas el silencio si no es para mejorarlo”,
Beethoven.
https://youtu.be/VFeRTANr_sw
(con sonidos ambientales de fondo)
CONSULTAS
-«Moonlight
Sonata». New
Grove Dictionary of Music and Musicians,
ed. Stanley Sadie. Macmillan, 2001 [1980], p. 256.
-Kennedy,
Michael: «Moonlight Sonata». Oxford
Dictionary of Music. Oxford
University Press,
2006, p. 589.
-Comentarios
de Lexander Dussán Ortiz y de Andrés Blacio Ochoa.
AUXENCIO
MUÑOZ ACEBES
Maestro.
Catedrático de Lengua y Literatura.
Organista
Marzo, 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Envíanos tus comentarios