PREGUNTAS
AL AIRE VIII
Nos
duele el tema de la educación en España. Recordamos dónde
estuvimos ayer y constatamos dónde estamos hoy. Y, con apremio, nos
preguntamos qué nos queda de la misión histórica que cumplir como
Patria en el orden del mundo. Porque no hemos desistido de servir a
la Humanidad. Es misión de toda Patria.
Habrá
que coger el toro por los cuernos e ir derechos al corazón del
problema, si queremos encontrar su solución y pronto.
Volvemos
los ojos a Ramiro de Maeztu y a Ortega y Gasset y disparamos al aire.
Ramiro
nos dijo dos cosas
1
“Una buena educación debe enseñar, sobre todo, a sufrir, como
la enseñaba la de nuestros hidalgos del siglo XVI, con sus diez o
doce horas diarias de latín en los primeros años, a las que seguían
otras tantas de ejercicio con las armas, en los años de juventud
(…). La educación de aquel tiempo era buena (…). La educación
actual, en cambio, es radicalmente mala, porque no enseña a sufrir,
sino a gozar (…). El indiano Quirós, de la "Sinfonía
Pastoral", de Palacio Valdés, se encuentra con que su hija,
criada en medio de todos los lujos, es tan endeble, que puede
enfermar de tisis cualquier día. La medicina que necesita y que la
cura es la pobreza y el trabajo. Tan extraño remedio no se le había
ocurrido jamás a su buen padre. Era, sin embargo, el mismo sistema
educativo que él había recibido en su aldea y al que debió en
América el éxito y la fortuna”.
2
“Es curioso, al efecto, que España no fue país de alta cultura
sino cuando carecía de Ministerio y de presupuesto de
Instrucción Pública”.
Y
Ortega
"Por
esta razón, quien pese bien el sentido de las palabras “educación
del hombre” no puede menos de soltar una carcajada cuando lee
que el fin de la educación, nada menos que el fin, es
educar ciudadanos. Sería como decir, con otras palabras, que el fin
de la educación es enseñar a los hombres a usar el paraguas.
¡Ciudadano! ¿Y todo lo demás que el hombre es mucho más
profundamente que ciudadano, más permanentemente? ¿Quién no
advierte el increíble error de perspectiva que esta doctrina
pedagógica comete?”
Carlos
Urdiales Recio
Maestro,
profesor de Teoría del conocimiento
Emérito
UCJC
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Envíanos tus comentarios