PORTAVOZ DE MAGISTERIO Y ESTILO
----- 1 NOVIEMBRE -----
NÚMERO VEINTE
ÍNDICE. AFDA, 1 de noviembre, 2012.
Pregón: Tres puntos para la
educación de Europa.
Reflexión: Parábola del árbol
que crece y de la hormiga que lo ve crecer. CUR
Nuestra Escuela de Vanguardia: A pie de aula. Traspasando el umbral. Teódulo G. Regidor
Sala de profesores: Demasiados
libros. Museos. Qhreuthz.
Nuestro castillo interior: ¡Y pensar que hasta hoy no he sufrido! Eduardo Malvido
Afderías: Mi libro, mío. CUR
Futbolerías. ÁH
Leíos... oímos... vimos... Mi hijo era
de ETA. José Ramón Goñi
Tirapu. CUR
Jesucristo 2.0 Jesús Juárez
Rincón de Apuleyo: Vuelo de vuelta a la mariposa de la infancia. Una palabra para cada cosa. Soneto desde el sentimiento, futbolero. Tarde de domingo. Á. Hdez.
ADDENDA
Recreaciones bíblica: Los maestros brillarán como brilla el firmamento… Dan 12,3. QerhuteV
Recreaciones bíblica: Los maestros brillarán como brilla el firmamento… Dan 12,3. QerhuteV
Documentos
de oro: La crisis según Albert Einstein.
Detenida
lectura de viejos textos de oro: La
Didajé. Carlos Urdiales Recio.
Colaboraciones: Cómo
leer un cuadro (III). La
composición. J.M. Gutiérrez Bravo.
Me bajo un rato a la calle: Memorias de un preadolescente en el Madrid de los cincuenta. La pandilla (V). AH.
Me bajo un rato a la calle: Memorias de un preadolescente en el Madrid de los cincuenta. La pandilla (V). AH.
Fiesta
Nacional y estilo. Siguiendo el rastro de Manolete. La verdad y el
mito (y II). Blanco Corredoira.
Tarimilla
literaria: Joyas para una corona.
Ángel Hernández.
Nuestro
Castillo interior. Carta a los obispos. Año de la fe.
Colaboraciones: Desde Méjico.
Ve con Dios.
Colaboraciones: Desde Méjico.
Ve con Dios.
TRES PUNTOS
PARA
LA EDUCACIÓN DE EUROPA
LA EDUCACIÓN DE EUROPA
Hoy, Europa, en el corazón de muchos europeos, es una gran
desilusión. En nosotros, no. En nosotros tiene enorme peso la Europa que viene
de siglos y, por ello, la Europa que florece pertinaz y en la que volverá a reír
la primavera.
Rapto de Europa, Pedro Pablo Rubens. Museo del Prado, Madrid. |
Preferir las espigas que crecen
1. En
centrar al europeo en sí mismo, de forma que sepa moverse con señorío por
Europa y fuera de ella, con el viento a popa y con el firmamento en contra, sin
que pierda su soberana libertad interior
de persona.
2. En
la formación para el diálogo. El
europeo ha aprendido a hablar con los hombres y ha sabido buscar la verdad de
las cosas y el camino que lleva al bien y a la belleza. Cuando quiso, supo
escuchar y preguntar. Su meta y su descanso son la verdad.
3. En
aprender a orientarse más que a
seguir caminos previamente trazados, a encontrar el punto exacto por el que amanece
la luz de las cosas y la de su propio pensamiento y, a preferir las espigas que crecen al trigo molido o al pan masticado
que pueden darle los de arriba, los que mandan, el Estado… o la Unión Europea.
Están
podando los árboles del parque. Es otoño. Hace frío. ¡Cuántas ramas por el
suelo! A los pobres árboles les han dejado desmochados. Les queda el tronco y
dos o tres ramitas chicas que perdonó la sierra.
En
mayo tienen ya unas hermosas ramas verdes. Las mueve lentas el viento de la
tarde.
Me
paro delante de uno de ellos. Quiero ver cómo crece. No le veo crecer. Me fijo
en otro. Tampoco se le ve crecer. Y, sin embargo, está creciendo.
Una
hormiga, de las muchas que recorren su tronco y sus ramas, se ha parado unos
instantes. Se le dilatan los ojos. ¿Se habrá parado asombrada porque ella sí
que ve crecer las ramas, las hojas y unos botoncitos que ya apuntan?
No
lo sé. Pero, seguro que para ver algunos crecimientos hermosos es mejor ser
pequeño, no más grande que una hormiga.
CUR
A PIE DE AULA
II. Traspasando el umbral
1. En los albores del curso
siente uno ganas de asomarse al
horizonte mental de los alumnos para descubrir
la calidad y la intensidad de la luz con la que llegan. Ellos son nuevos y primerizos: nuevos
para mí, pues los veo por primera vez;
primerizos, pues estrenan universidad, estudios superiores. Y no deja
de ser sorprendente –o curioso, al menos-,
conocer lo que se descubre en ese
horizonte: todos ellos han elegido magisterio, todos están ilusionados y
ansiosos por comenzar una carrera que les llevará, por caminos apasionantes y complejos, al mundo de la
educación. La educación va a ser el campo donde germine la semilla descubierta
y el ámbito donde se desarrolle su vida y su persona. Y sin embargo llegan con una idea pobre, un tanto limitada, de lo que es
educación.
Por eso necesitan ayuda para traspasar
el umbral y entrar en ese mundo complejo y fascinante que es la educación y para
que su entrada sea gratificante y
luminosa; pero también realista.
Y lo primero que, aún en el umbral, van a descubrir es que, aunque estén comenzando su carrera, “no llegan a la educación por primera
vez”, sino que llevan tiempo implicados
en ella. Es sorprendente: cuando se les
pregunta por el tiempo que llevan dedicados
a la educación, muchos responden que no se han dedicado todavía a ella, mientras otros se quedan un tanto desconcertados por la
pregunta, como si intuyeran que lleva
una trampa dentro… Y es que ellos, ellas… en verdad no se han dedicado
a la educación: lo suyo ha sido estudiar. Para eso han ido a la escuela, al
colegio, al instituto. Y cuando se les pregunta
qué han hecho durante esas largas etapas que se llaman educación
primaria, educación secundaria –educación y no sólo enseñanza-
terminan por aceptar que sí, que realmente llevan años, quizás muchos, metidos en este asunto
de la educación, dedicados de alguna manera a, pero sin haber sido conscientes
de su necesario protagonismo. Consciencia
que ahora toma cuerpo y sienten el que no haya habido, sobre todo en sus años
de bachillerato, momentos de densidad
humana en los que hayan podido asumir con la intensidad debida, la belleza y la grandeza de su propio
proyecto como personas. Después del “descubrimiento” responden con una mirada
entre sorprendida y aquiescente.
2. Vienen, pues, con un pequeño
equipaje, también intelectual, “en
educación”. ¡Y eso, a pesar de que han
elegido la educación como profesión para su futuro! Pero pronto,
conscientes de su mermado equipaje, sienten deseos de conocer, espoleados por
los interrogantes del profesor o por la
lectura de algunos textos luminosos,
ese mundo nuevo, infaustamente desconocido para ellos; ese mundo en
el que van a asumir a partir de ahora un
nuevo papel: sin dejar nunca de ser educadores de sí mismos, sienten ya deseos de
ser educadores de los demás.
Uno se pregunta si es justo que haya
tenido que pasar tanto tiempo hasta que algunos
lleguen hasta el agua de la educación, pequeño pozo o gran manantial, y traten de profundizar en
este fenómeno humano
permanente; porque si, como
afirma Gusdorf, “el fin de la
educación es el de promover el advenimiento de la humanidad en el hombre, la
educación (la enseñanza) debería organizarse en función de esa
experiencia espiritual fundamental”.
Y quizás la escuela descuide esta urgente misión. Pero pronto estos alumnos primerizos comienzan a llenar
ese vacío, a colmar esa carencia. Y escuchan y leen con el placer y la ilusión
de quien descubre el mar o el amor por
primera vez. Y los textos de los maestros, con expresiones que no han oído en
su vida de educandos, van resonando en sus
oídos y configurando su sensibilidad de futuros educadores. Y oyen “decir” algo
a Platón, a Kant, a Zubiri, a J. Mantovani y a pedagogos de hoy que les muestran que “educación es aprender a ser
hombres”, que aunque la educación no lo pueda todo, “no podemos nada sin ella”, que “la educación hace
trascender su vida al hombre sobre su
naturaleza originaria”, que la educación es posible dado que el hombre
posee “el más alto grado de plasticidad”, que “el hombre es un ser
inconcluso, que está “siempre haciéndose” y que, por eso, la
educación consiste en la maravillosa tarea de ayudar a cada ser humano a dar lo
mejor de sí mismo, a ser persona.
Afirmaciones como estas, dichas
así, de manera suelta, pueden parecer anodinas e insulsas; pero cuando se leen
dentro de su contexto propio y se sienten
dentro de un clima propicio, son como el agua que llena recipientes vacíos o
sacia la sed del caminante. Les ayudan a
ver algo nuevo, a pensar en lo que nunca
habían pensado, a sentir el gozo de haber entrado en un campo con enormes
posibilidades de cultivo: la educación es algo más que “dar clase” y “enseñar a
los niños” o “inculcar valores” e incluso más que ayudarles a adquirir
conocimientos y conductas, por nobles que sean. Y es mucho más que esa
educación convertida en una enseñanza de lo práctico, de lo útil y de las
seguridades económicas, que pregona nuestra sociedad.
3. Y al cabo de un tiempo
comienzan a pensar por ellos mismos, a formarse su teoría, incipiente pero
genuina, o a formular y expresar su Credo pedagógico, al modo de J. Dewey. Y ante esto, uno acaba
de convencerse aún más de que debe encaminar a los jóvenes estudiantes hacia
las fuentes del saber y no ofrecérselo
ya hecho. Cada uno tiene su medida y su
forma de satisfacer su sed. En el desierto de los saberes –de la sabiduría
humana- hay caminantes que, al encontrar un incipiente manantial, se
contentan con escarbar un poco en la arena y llenar su cantimplora; otros, excavan más y
se van con los cántaros rebosantes; y
otros, ven el potencial de riqueza, profundizan mucho más en la arena y, vista la
enorme corriente subterránea, construyen un pozo y plantan su tienda junto al
manantial.
La educación, nos sitúa siempre en un horizonte de aprendizaje. En un horizonte que nos permite perfeccionarnos a nosotros mismos y ser mejores. Mejorar significa desarrollar las potencialidades que cada ser humano lleva dentro. Por eso, dirá O. Reboul, “la educación en todos los campos, desde el nacimiento hasta el último día, es aprender a ser hombre”. Este es el aprendizaje que todos, nosotros y ellos, ensayamos cada día “a pie de aula”.
Teódulo GARCÍA REGIDOR
Los primeros minutos del café de la mañana, en la
sala de profesores, los dedicábamos a temas de urgencia y a otros menos
urgentes que creaban criterio y estilo en el claustro y, luego, entre los
alumnos.
He aquí la muestra de dos temas de criterio que se
plantearon en nuestra Escuela de
Vanguardia.
Demasiados libros
El
tema de los libros salía una y otra vez.
Pocos libros y demasiados
Teníamos claro que en el Renacimiento había pocos libros.
Teníamos claro que en el Renacimiento había pocos libros.
En
el Renacimiento un libro era un raro tesoro, un regalo entre humanistas.
Por
el contrario, hoy hay demasiados libros a los que se les añade Internet.
Demasiados libros, demasiado Internet.
El libro, una carga
Hoy, los libros son más bien una carga, incluso para los científicos y los humanistas. Internet, por su parte, es a menudo una carga y un motivo de dispersión.
Hoy, los libros son más bien una carga, incluso para los científicos y los humanistas. Internet, por su parte, es a menudo una carga y un motivo de dispersión.
“Aun
reduciendo el número de temas a que cada hombre dedica su atención, la cantidad
de libros que necesita ingerir es tan enorme que rebosa los límites de su
tiempo y su capacidad de asimilación” (Ortega y Gasset)
La selva de los libros
En el Renacimiento el libro venía a sacar a los lectores y estudiosos de la selva. Ponía orden mental en sus pensamientos sobre su propia vida y su circunstancia.
En el Renacimiento el libro venía a sacar a los lectores y estudiosos de la selva. Ponía orden mental en sus pensamientos sobre su propia vida y su circunstancia.
Lo doloroso, hoy, es que esa liberación tan feliz que nos
trajo el libro la perdemos porque su número nos interna en otra selva no menos
asfixiante, la selva de los libros, a la que sumar la selva informática.
Libros inútiles en
torrentera
Por si fuera poco, hay publicaciones inútiles en torrentera,
infinidad de libros pobres o muy pobres, otros de relleno y escasa sustancia y
hasta hay libros que no debieran haberse publicado nunca, por nefastos y
demoledores.
“El fuego,
aplicado a los libros no siempre es malo”, afirmaba uno de los nuestros que le
había oído decir en clase a Gregorio Salvador Rojas, catedrático de lexicografía y semántica y académico de la
lengua.
La media docena de
libros propios
Terminábamos preguntándonos si nuestros bachilleres tenían iniciada ya la media docena de libros que han hecho suyos para siempre. ¿Y los profesores presentes, podríamos enumerar esa media docena y dar razón de ella? ¿Y el centro en el que estábamos y era nuestro?
Terminábamos preguntándonos si nuestros bachilleres tenían iniciada ya la media docena de libros que han hecho suyos para siempre. ¿Y los profesores presentes, podríamos enumerar esa media docena y dar razón de ella? ¿Y el centro en el que estábamos y era nuestro?
Museos
Cementerios ilustres
Los museos pueden parecer y ser de hecho cementerios ilustres de cuanto de fuerte y bien dotado de vida egregia ha producido el hombre en el transcurso de la Historia.
Los museos pueden parecer y ser de hecho cementerios ilustres de cuanto de fuerte y bien dotado de vida egregia ha producido el hombre en el transcurso de la Historia.
Cajas fuertes,
escaparates
Si se prefiere, los museos son formidables cajas fuertes, grandes como palacios, en los que se exhiben disecados y esplendentes, como si fueran mariposas muertas, los logros más hermosos que nos dejó la Historia, todo un acarreo de joyas de siglos hecho escaparate.
Si se prefiere, los museos son formidables cajas fuertes, grandes como palacios, en los que se exhiben disecados y esplendentes, como si fueran mariposas muertas, los logros más hermosos que nos dejó la Historia, todo un acarreo de joyas de siglos hecho escaparate.
Objetos que no son de
museo
Hay objetos que nunca debieron llegar a un museo, por ejemplo, el retablo de una ermita románica perdida en los campos de pan llevar de Palencia. Al dejar el templo por el museo ha perdido el retablo la condición de ser inmortal vivo. Definitivamente esos objetos han pasado a ser espectros, inmortales sin duda, pero mariposas sin vuelo.
Hay objetos que nunca debieron llegar a un museo, por ejemplo, el retablo de una ermita románica perdida en los campos de pan llevar de Palencia. Al dejar el templo por el museo ha perdido el retablo la condición de ser inmortal vivo. Definitivamente esos objetos han pasado a ser espectros, inmortales sin duda, pero mariposas sin vuelo.
El San Francisco de
Pedro de Mena
El maravilloso San Francisco de Pedro de Mena que se veneraba en la iglesia de San Miguel, en Antequera, está hoy en el museo municipal de aquella ciudad. Se le ha buscado un lugar de privilegio dentro del museo, desde el que impresionar al visitante, pero ha descendido de su altura religiosa y viva y ahora ha caído y es un mero y mudo símbolo de la religiosidad y del arte del siglo XVII.
El maravilloso San Francisco de Pedro de Mena que se veneraba en la iglesia de San Miguel, en Antequera, está hoy en el museo municipal de aquella ciudad. Se le ha buscado un lugar de privilegio dentro del museo, desde el que impresionar al visitante, pero ha descendido de su altura religiosa y viva y ahora ha caído y es un mero y mudo símbolo de la religiosidad y del arte del siglo XVII.
El museo y las sombras
de la caverna de Platón
En buena hora hay los museos por el mundo y se abren otros nuevos. Pero no pasarán de ser museos: gigantes arcones de tesoros y almacenes de símbolos.
En buena hora hay los museos por el mundo y se abren otros nuevos. Pero no pasarán de ser museos: gigantes arcones de tesoros y almacenes de símbolos.
Lo aprovechable de los museos es que nos llevan a apreciar
las maravillosas sombras que muestran, con las que nos apuntan a la realidad
que está por encima y fuera del espacio que ocupan esas meras sombras.
El museo se explica bien a la luz del mito de la caverna de
Platón.
Qhreuthz
Este verano he descubierto a un gran poeta
malagueño: José María Souvirón (1904-1973). No sólo me ha fascinado su vena
poética general, sino su expresión religiosa. Esta no la he encontrado en
un único poema, sino en todo un libro, el intitulado Del nuevo amor. El
poeta lo escribió en 1942, al año siguiente de otro libro, Olvido apasionado,
en el que recoge diez años de vida de casado con su mujer, de la que se
separó. El mismo poeta introduce así su nuevo libro: “Tanto mi vida como mi poesía se fueron concentrando en otro amor
(acaso no exactamente otro) que vino a dominar y enaltecer todas las
pasiones y afectos de antaño, en una contemplación ardorosa de mi camino
a Dios”.
Podríamos reproducir todo el rosario de sonetos Del
nuevo amor, pero únicamente transcribiremos dos sonetos del libro, uno en
esta entrega y un segundo soneto en la siguiente entrega. Como podréis leer,
José María Souvirón no habla del Dios concebido abtractamente como el Amor
perfecto, sino del que se nos ha revelado en Jesús de Nazaret. Probablemente el
poeta está reflejando nuestra experiencia de encuentro con Dios, si bien
nosotros tuvimos la suerte de encontrarlo antes de llegar, como el poeta,
a los cuarenta años…
Eduardo
Malvido
¡Y pensar que
hasta hoy no he sufrido,
que hasta ahora
no amé como debía,
que sólo me
acerqué a lo que quería,
pero que no lo
quise bien querido!
Sólo entreví la
luz, sólo el latido
remoto de lo
que era mi alegría.
No amé del
todo, cuando amar creía:
hoy lo sé bien,
que Amor he conocido.
No amé, sino
que anduve sin oriente,
dando vueltas
en torno de la fuente,
creyendo amar,
y sin haber amado.
Y eso mismo que
ayer amaba en parte,
hoy lo amo
totalmente al encontrarte
Centro de Amor
perfecto y desgarrado.
JOSÉ MARÍA SOUVIRÓN
Mi libro, mío
Libros de unos a otros alumnos, de un curso para el siguiente.
Libros de unos a otros alumnos, de un curso para el siguiente.
Si
el libro vale la pena, que no me lo quiten. Lo querré repasar con sus mismas
letras y dibujos cuando me jubile.
· Quitádmelo de mi primer sueldo o del primer paro subvencionado, pero no consintáis que mis libros no sean míos.
· Quitádmelo de mi primer sueldo o del primer paro subvencionado, pero no consintáis que mis libros no sean míos.
La
fiebre de los libros baratos.
En
la escuela de Platón, en Atenas: “Nadie
entre aquí que no sepa geometría”. En muchas escuelas de España, hoy: “Libros escolares, los que sean, el caso es
que sean baratos”.
- El Ministerio de Educación debería convocar a las mejores plumas del momento y España dedicar sus mejores escritores a la redacción de libros escolares impresos y digitales. Sería su consagración definitiva como escritores.
- Para la panadería, panaderos; para la medicina, médicos de una pieza; para componer libros escolares, en una pieza dos imprescindibles: educadores que sean escritores.
- Estos “Fundamentos de filosofía” los ha escrito Manuel García Morente, profesor y filósofo; esta “Historia de la Literatura” para el bachillerato, Víctor García de la Concha o Gregorio Salvador Caja, profesores y académicos; la Física es de Pablo Jarrillo, y etc.
“¡No se escribe en los libros!”
Al revés:
subraya, anota al margen, marca de color, pinta, añádele hojas…: con total
limpieza, pero hazlo tuyo.
· Los libros son para devorarlos.
Así el de Daniel del Apocalipsis (Y tomé el librito de la mano del ángel,
y lo devoré; y era dulce en mi boca como la miel…). Así
nuestro Señor don Quijote que dovoró libros hasta dar en la locura que ha hecho
pensar y sonreír nada menos que a la cultura universal y a muchos nos sigue
haciendo cuerdos.
· Recela de los libros que masticados no te sepan a miel. No son libros que merezcan llamarse tales. También te sabrán amargos, si son libros que te convienen, porque todo trabajo eficaz con los libros siempre fue trabajo duro. En este campo los ríos llevan a la mar y no hay amargura que, cerca y lejos, no desemboque en la miel.
CUR
Futbolerías
·
Casi
todo en el fútbol es primo: 1 guardameta, 3 defensores, 5 delanteros, 11
jugadores... y un buen número -puede que primo también- de espectadores que
cada tarde de domingo pagan religiosamente una primada.
También en el fútbol es mucho lo que se hincha: el balón, los
fichajes de los crack, los precios de las localidades, los gestos de dolor del
adversario, y los atributos -más hinchables en unos casos que en otros- de los
propios hinchas.
· Tiene
verdadero mérito la barrera en los lanzamientos de falta. Prueba, si no, a
saltar mientras te proteges con las manos... semejante parte.
Cuando el partido aburre, los aficionados hacen la 'ola'; con
ella dicen 'hola' al graderío y 'adiós',
por el momento, al terreno de juego.
· Camino
del campo, los rostros van alegres y las leguas se hacen pies; a la vuelta, los
pasos se hacen leguas y los rostros... ¡Nada, no quise decir nada!
·
Los
lanzamientos de penalti, al margen del resultado, provocan siempre un
sentimiento agrio. De indignación para
los partidarios del equipo sancionado, y de sensación de injusticia para todos, ante la prepotencia
del lanzador y el duelo desigual a que se ve sometido el guardameta.
Entiendo por qué se habla de 'duelo' entre rivales. Basta con
echar un vistazo a la luctuosa vestimenta del árbitro.
· A
las rimas futboleras: equipación, afición, canción, sanción, ovación, pasión,
indignación, concentración, crispación...Yo añadiría otra, para los afectados
de alguna cardiopatía: contraindicación.
Y la décima y última futbolería: si quieres vivir bien y
sano, no te hagas cantero sino canterano.
Ángel Hernández
Mi hijo era de ETA
José Ramón Goñi Tirapu
Espasa Libros, SLU,
2012
Quinta edición
José Ramón Goñi Tirapu |
El autor de las doscientas páginas de este
relato fue gobernador civil de Guipúzcoa de 1987 a 1990. Escribe como quiere,
su estilo es ágil, pero se atiene al escribir a los hechos que ha vivido, no
hace literatura. La realidad que cuenta es más fuerte que pudiera serlo su
imaginación.
En el tiempo que fue gobernador de Guipúzcoa
fueron 400 los atentados de ETA en esta provincia vascongada. Fueron años
duros. Le tocó vivirlos desde cerca, por dentro y aun entre los suyos. El hijo
que da título al libro fue su gran dolor y tragedia.
Su libro no nos da solamente las referencias
informativas, espeluznantes de ordinario, que un día pudo dar la prensa y la
televisión. Nos da el clima inmediato en que todo esto ocurrió, la fría
maldad siniestra de los asesinos vista
de cerca, la pericia y el riesgo de la guardia civil y de la policía, los
silencios cobardes, las bravuconadas asquerosas de los matones…, es decir, el
aire mismo que acompaña a ETA, a sus simpatizantes, al mundo de sus víctimas y al
de sus aterrados.
Quien quiera ver de cerca el detalle de este
mundo de terror real, en este libro tiene una buena ventana.
La banda asesina intentó acabar en varias
ocasiones con la vida del gobernador civil. No lo logró, pero sí logro dividir
y destrozar a su familia.
CUR
JESUCRISTO 2.0
Torralba, Francesc (2011)
PPC, Madrid,
298 pág.
Francesc Torralba Roselló |
Dice el autor: Este es un libro muy
personal. No es un tratado de teología ni una confesión filosófica… Tampoco es
un análisis antropológico de las religiones ni un ensayo sobre la situación del
cristianismo en nuestra cultura… En él se expresa lo que el autor cree…las
fuentes que alimentan su vida espiritual, las razones por las que cree. Un
libro que evoca una experiencia real que ha ido tejiendo y configurando a lo largo de su vida. Es esa experiencia
frágil, discontinua, unas veces oscura y otras luminosa, la que está en el
corazón de la fe que se expone aquí.
Lo que me propongo es
hacer explícito el contenido de mi fe, intentar sumergirme en las fuentes
espirituales que alimentan mi ser y que me hacen ser como soy… es una expresión
razonada de la manera en que vivo mi opción por Cristo.
Algunas reflexiones para animar a leerlo. Se trata de breves artículos, escritos sin grandes pretensiones, en que el autor sencillamente, humildemente incluso, afirma las realidades que conoce y sus actitudes vitales ante los temas que tienen que ver con la fe enfocada desde el Evangelio y su lectura del mismo.
Las agrupa en los siguientes capítulos:
I. El
caleidoscopio espiritual (de nuestro tiempo)
II. La
opción por Cristo: transformar el mundo
III. El
Cristo interior: pacificar el alma
IV. El
Cristo ético: no pasar de largo
V. El
Cristo cósmico: todo es uno
VI. El Cristo desesperado: cuando todo se hunde
VI. El Cristo desesperado: cuando todo se hunde
Epílogo
Es un libro de lectura fácil, para leer a ratos. Muy bueno para la lectura espiritual o para acompañar un rato de oración. Cita autores de hace algún tiempo, que seguramente leímos o vimos muy citados cuando éramos más bien jóvenes. Se centra en los temas actuales de la vivencia de la fe, insistiendo en los elementos que pueden fundamentar la espiritualidad de un cristiano creyente en estos tiempos plurales, contradictorios y a veces apasionantes.
Muy recomendable para afianzar las propias creencias en
diálogo con el mundo actual, valorando la fe cristiana, sin entrar en conflicto
con otros modos de creer y de pensar. Hace compatible una fe serena y una vivencia
del Evangelio que es perfectamente armonizable con el pensamiento científico y
con la modernidad.
Jesús Juárez
Voy a soplarle a una mariposa
para que vuele más, más y mejor,
después de que en la rosa primorosa
extienda distraída su esplendor.
Voy a soplarle el polvo en que reposa
el arcoiris de su gran temblor
a fin de que sus hélitros de diosa
cojan altura al aire de mi amor.
De niño suspiraba por cazarla,
pero era muy de astuto el alcanzarla
por su frágil y fina transparencia.
Hoy que ya soy mayor y no he logrado
atrapar su flamante oro irisado,
pienso que es mía al fin su inconsistencia.
Y le pido perdón
por no ser como ella,
bella, bella,
y todo corazón.
Apuleyo Soto
UNA PALABRA PARA CADA COSA
Las palabras son
traviesas
como reinas o
princesas,
arlequines y bufones.
Y siempre salen ilesas
de las batallas impresas
en cuentos y cronicones.
Hacen reír y llorar,
hacen la paz y la guerra
y amor en ellas se encierra
como en vaso de cristal.
Triste sería la tierra
sin palabras que contar.
Cantan, pintan, lucen, suenan
y por el aire revuelan
como copos de palomas,
y por el alma se cuelan,
se adormecen y se encelan
con el olor de las pomas.
Las palabras. ¡Quién hablara
lo mismo que el agua clara
de hombre a hombre!
¡Quién hallara
en cada cosita rara
la forma de darle nombre!
arlequines y bufones.
Y siempre salen ilesas
de las batallas impresas
en cuentos y cronicones.
Hacen reír y llorar,
hacen la paz y la guerra
y amor en ellas se encierra
como en vaso de cristal.
Triste sería la tierra
sin palabras que contar.
Cantan, pintan, lucen, suenan
y por el aire revuelan
como copos de palomas,
y por el alma se cuelan,
se adormecen y se encelan
con el olor de las pomas.
Las palabras. ¡Quién hablara
lo mismo que el agua clara
de hombre a hombre!
¡Quién hallara
en cada cosita rara
la forma de darle nombre!
Al hilo de la vida.
Quien quiera incorporarse a nuestro filo del amanecer, que llamamos AFDA, en la vanguardia del magisterio o del estilo, tiene las puertas abiertas. Llamar: alfilodelamanecer@gmail.com
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