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20141021

38. AFDA



ÍNDICE PRINCIPAL
Pregón
Nuestros maestros: Aforismos. Qué es vivir. Reflexión. Eugenio d´Ors.
Nuestra Escuela de Vanguardia: De ayer a hoy. Un siglo después. Teódulo.
Para salvar la educación: contacto directo con las cosas. Ramiro.
La meta de nuestra sabiduría: Puntualizaciones (IV) Ni el haber visto mucho mundo hace sabios.
Leyendas de María: Sangre en Getsemaní… En el Gólgota. Apuleyo.
Soneto desde el sentimiento: Por un mundo sin fronteras. Ángel H.
Tarimilla literaria: Casicuentos. Amanecía en Bagdad. Ángel H.
Traigamos a los clásicos. Berceo. CUR.
Alta política con estilo: Solidaridad cósmica. Ramiro.
Buzón teológico: Sigamos hablando de la teología de la Creación. E. Malvido.
Afdeerías: Turquerías. AH
Educación física: El método natural. F. Sáez.
El rincón de Apuleyo: Un Edén de monjas. El Pajarero Frutos.

 
Elegante es el que elige lo mejor. La elegancia de la conducta es el arte de preferir lo preferible.
A la elegancia nosotros solemos llamarla estilo.alfilodelamanecer@gmail.com
Un imperativo radical de nuestra persona nos exige la elegancia de elegir lo mejor, un alto estilo.
En puridad etimológica –lo apuntaba Ortega- elegante es solamente el hombre que elige y hace lo que hay que hacer y elige decir y dice lo que hay que decir, alta y difícil tarea.
Eugenio d´Ors lo instala como categoría con igual o mayor profundidad y le añade, en sus aforismos, la metáfora del alumbramiento del ángel con el que nacemos. Por eso nos insta a cultivar el ritmo puro y la unidad suprema de la vida: magnífico logro de lenguaje cifrado, condensado y profundo, alta meta.

Nos ayudarán a alcanzarla los clásicos por traer de que aquí escribimos, y también el no buscar la sabiduría en las meras noticias múltiples sino en el contacto directo con las cosas, en contar con la solidaridad cósmica que simplifica y une, en enormes modelos como el patriarca Henoc, en el regalo de volver a Santa Teresa y su prócer mundo en su quinto centenario, en la Gloriosa y sus realidades y leyendas

Nuestro blog sigue con todo esto, versos y prosas, en su propósito de magisterio y estilo. 



Aforismos del maestro que hicimos nuestros

 EUGENIO D´ORS

Nos acercaron los aforismos de Xenius

al ángel que llevamos dentro.
Ellos nos orientaron hacia la elegancia.

Nos marcaron el paso de lo que fue la España
de nuestros padres
al servicio de la cultura española y universal.

¿Qué es vivir?
Vivir es gestar un ángel para alumbrarlo en la eternidad.


       
   
…mientras tanto, que cada cual desvele y cultive

lo que hay de angélico en él,

esto es,

el ritmo puro y la unidad suprema de la vida;

lo que declarado quiere decir: la elegancia.

Reflexión de la mañana
CUR
Maestro, profesor emérito UCJC 




DE  AYER A HOY

                                             Un siglo después                            

Quienes hemos leído algo, aunque sea someramente, sobre la situación política española de hace justamente un siglo tenemos la irresistible tentación de compararla con la que estamos viviendo en nuestros días. Nos parece que encontramos puntos de convergencia y elementos de una gran similitud. Por eso la sección “De ayer a hoy” va a  pasearse por los  escurridizos terrenos de la política. Pero de una política amplia, si no alta, y desde un lenguaje coloquial, sin la pretensión de realizar ningún sesudo análisis histórico-político.
1. Es sabido que ayer, en la segunda década del siglo XX, especialmente en los años próximos a 1917,  la situación política española  sufrió un  deterioro considerable. Un síntoma inequívoco de ello fue la degeneración y descomposición de los partidos políticos –los “partidos turnantes”- que habían mantenido el peso de la Restauración. Esa descomposición hacía cada vez más difícil el ejercicio del gobierno y, con ello, si no a causa de ello, se produjo un deterioro en todos los ámbitos, especialmente en el social: desórdenes, huelgas, crímenes…  Los partidos comenzaron a perder crédito, a parecer “de otro tiempo” y su acción fue calificada de “vieja política”. Nadie en el inicio de los años veinte daba nada por la confianza y el mantenimiento de los partidos políticos conocidos. La ineficacia mostrada por ellos era total. El pulso de la nación era cada vez más débil y el virus del desorden y el crimen encendió las alarmas no solamente políticas, sino, sobre todo, sociales. Se suspiraba en todos los ámbitos, aun en los intelectuales, por un “cirujano de hierro” que salvara al país y enderezara su marcha. Primo de Rivera, el dictador, se presentó como el “salvador de la Patria”, comenzó una renovación  cuyos éxitos iniciales eran solución de problemas urgentes,  pero enseguida se vio que el problema de fondo no se solucionaba.

De esta situación, producida hace casi un siglo, deseo destacar tan sólo los dos elementos que, a mi juicio, más se parecen a la situación actual. Uno es   la convicción, proclamada a voces, de que el periodo de la Restauración –Constitución de 1876 incluida- había dado  de sí, se había gastado, había agotado todas sus posibilidades. Y se tenía la sensación de que las instituciones y los instrumentos políticos no eran válidos para una nueva  etapa ya presentida. El otro es la desconfianza en los políticos clásicos, el reconocimiento de la ineficacia para resolver los graves problemas que  aquejaban a la convivencia española. El término “vieja política” estaba en boca de todos, medios de comunicación católicos inclusive, y se huía de cualquier vinculación o connivencia con los partidos clásicos. Cierto que los partidos eran instrumentos políticos insustituibles, a falta de otras organizaciones mejores, más representativos, más eficaces, más honradas. Y cierto, también, que la Dictadura de Primo de Rivera, como decimos, no supo, no pudo o no quiso solucionar este problema. Cuando dimitió el dictador la desconfianza en la política no se había restaurado. 

2. También hoy, aunque desde otras circunstancias, sociales, económicas y esencialmente políticas, nos encontramos en una situación parecida a la de hace un siglo: el malestar político es evidente y la clase política –la “vieja política” denominada por algunos como “la casta”- ha perdido crédito y confianza. Ya no digo prestigio. Y menos, entusiasmo popular, si algún día lo tuvo. También como hace un siglo se proclama el fin de una época –la Transición- y la emergencia de nuevos tiempos, agotado el modelo social, administrativo y político de hace casi treinta y cinco años. Y esta conciencia de tiempo agotado, de inadecuación a las circunstancias actuales de lo que el tiempo ha convertido en viejo genera un malestar que cada vez se hace más extenso y más intenso. Hoy se desconfía de los partidos (no son considerados representativos de las voluntades de muchos ciudadanos) y les señala no sólo por su ineficacia para  asumir la iniciativa ante situaciones nuevas, sino que se les condena irremisiblemente por el fenómeno de su corrupción interior, generalizada e intensa.
Ciertamente, no podemos solapar las dos épocas, porque las diferencias son evidentes y considerables. Y frente al desorden social, tan virulento hace un siglo, hoy son otros los problemas que desestabilizan la política y envenenan la convivencia. Hoy no se ha producido la atomización  ni la descomposición de los grandes partidos, pero sí se percibe una inadecuación de estos a la realidad presente y futura. Algo que unos juzgan sólo como una inadecuación, fácilmente  subsanable, mientras que otros consideran que es necesario un cambio radical de las instituciones  llamadas democráticas.
Lo que sí creo digno de atención es un hecho que parece relevante: nuestro devenir como país va atravesando por periodos que se repiten, con más o menos similitud y, con ellos, las actitudes sociales generalizadas. También hoy hay voces que proclaman un pesimismo casi generalizado y sentimientos comunes de frustración y de cansancio. Hay muchos que sienten una pérdida generalizada e intensa de valores y, lo que es más grave, el riesgo de vaciado de identidad de la realidad construida durante siglos, luego quizás perdida y recientemente recuperada. Hace unos días alguien señalaba los indicios de nuestros males presentes “en lo más hondo de nuestra existencia colectiva, en la pérdida alarmante del sentido de pertenencia de los españoles, en la quiebra de la empresa histórica de nuestra nación y en el ridículo vaciado de una cultura que permitía reconocernos como tradición secular, actualidad en tensión y proyecto esperanzado”, como indicios de explicación de nuestros males presentes (F. García de Cortázar, ”Una España que bosteza” ABC 14 de octubre de 2014).
Pues bien, ante esta situación y a pesar de algunas muestras de alarma, hoy, como ayer, faltan voces autorizadas, referencias intelectuales que iluminen y que abran caminos de esperanza y sirvan de catalizadores morales indiscutibles para lo que muchos llaman de nuevo regeneración. Y falta en la mayoría una sensibilidad más aguda y una conciencia más despierta que, junto a una crítica decidida, nos haga salir de nuestro círculo de ocupaciones inmediatas y preocuparnos por realidades de mayor trascendencia.
Ojalá que las soluciones que demos a periodos de crisis como el presente no se parezcan a las que no pocas veces hemos dado a otros periodos similares. Es cierto que la historia no se repite y que, por lo tanto, las circunstancias de hoy no son las mismas que hace un siglo. Pero uno siente también la tentación de pensar que a pesar de saberlo… nos empeñamos en cometer los mismos errores.
Teódulo GARCÍA REGIDOR
Profesor de Pedagogía del Centro de Estudios Universitarios La Salle
Director de Institución La Salle, Madrid.




PROPEDÉUTICA


3. PARA TRABAJAR EN EDUCACIÓN:
CONTACTO DIRECTO CON LAS COSAS
Nos impresiona la fidelidad en la transmisión de las culturas antiguas, culturas orales. Así la Biblia, así la Ilíada y la Odisea.
Guardaban los antiguos israelitas los relatos de la Creación del mundo y de su Éxodo de Egipto y los griegos sus poemas homéricos con una fidelidad asombrosa. Los habían oído y repetido muchas veces. Cada repetición les aumentaba la familiaridad con el relato, que habían llegado a conocer profundamente y podían ponerlo en relación con las nuevas circunstancias de su vida.
En nuestros tiempos, quienes se dedican a aprender diversos saberes, tienen a mano su conocimiento en la biblioteca de casa o el internet, y con ello la ilusión de que los dominan suficientemente porque en cualquier momento pueden  volver a leerlos. La verdad es que su conocimiento es superficial y, con frecuencia, un saber engañoso. Y cuantos más libros se leen y se acumulan, mayor puede ser la distancia entre la apariencia de saber y el verdadero saber.
Habrá que volver a darles a los defensores de la escuela activa la razón frente a los abusos de los libros en la escuela y los métodos librescos.
Los alumnos habrían de estar en contacto directo con las cosas, observar, comprobar y descubrir por sí mismos. El libro es una mera ayuda, un bordón en el camino, no un sustituto de la realidad.
RAMIRO DUQUE DE AZA
Maestro. Profesor de Teoría del conocimiento
Bachillerato internacional

En los centros lasallanos, durante varios siglos,
al comienzo de la jornada escolar,
los maestros pedían al Cielo los dones del Espíritu Santo,
y en primer lugar el espíritu de sabiduría,
meta de su hacer y del de sus alumnos.

PUNTUALIZACIONES SOBRE LA SABIDURÍA (IV)

4. Ni el haber visto mucho mundo hace sabios

Ver mundo abre los ojos, nos fuerza a comparar lo ya visto con lo que se ve por primera vez. Pero ni los marineros, que se han recorrido medio mundo o el mundo entero, ni los aviadores, que hoy están en América y mañana en la India o en el sur de África, son por eso sabios. Con una actitud ociosa o pasiva ante las maravillas que presencian sus ojos, se quedarán en la anécdota, en la superficie de los hechos, sin pasar de la mera percepción ni entrar en el sentido de lo que tienen delante.

Nada para el ocioso o pasivo tiene significado, nada tiene historia, nada está relacionado. Cada novedad  se sostiene por sí misma y en sí misma, llega a su pupila y se va en unos momentos, como si se tratara de una serie de vistas fijas. El espectador –palabra tan querida para el penetrante Ortega- se queda donde estaba. En otras circunstancias -en el fondo similares-, cualquier cosa les parece a estas personas extraña y sorprendente, milagrosa y tremenda, como en la imaginación clásica, les parecieron a Ulises y a sus compañeros las tierras  y mares de su periplo.
RAMIRO DUQUE DE AZA



APULEYO SOTO


Estampas líricas de la vida de la Virgen

    en pos de Jesús hasta después de su muerte   

 
ÍNDICE
I.              Una niña en el Templo de Jerusalén.
II.             Isabel, la prima que nada sabía.
III.            Madre y Virgen como un cristal.
IV.           La sed de la desterrada recién parida.
V.            La bordadora nazaretana.
VI.           Piedras como panes en el desierto de Judea.
VII.         Junto a las aguas que lavan los pecados.
VIII.         Falta vino en las bodas de Caná.
IX.           María escucha el Sermón de la Montaña.
X.            Los cabellos de la Magdalena.
XI.           En casa de Marta, María y Lázaro.
XII.         Iba Dios en un asnillo y María le seguía.
XIII.       La invitada de la Última Cena.
XIV.        Sudor de sangre en Getsemaní.
XV.         En el Gólgota del Supremo Amor.
XVI.        María, en el despertar de Dios.
XVII.       La Virgen, en su asunción a los cielos.
Capítulo XIV
  SUDOR DE SANGRE EN EL HUERTO DE GETSEMANÍ
                      
I
Nadie lo ha escrito, mas es
verdad como aquí la cuento
que María estuvo orando
con Jesucristo en el Huerto. 
En medio de la agonía,
el sudor y el sufrimiento
que su Hijo padecía
entre el olivo y el cielo,
la Virgen le acompañó.
¡Ay, qué hermoso sacramento
de amor maternal la noche
que Dios no fue Dios! Yo veo 
a Cristo entre los apóstoles
y allí a María con ellos.
-Velad conmigo, les dice,
mientras Yo voy más adentro.  
Lo intentan dos y tres veces
y caen vencidos del sueño.
María se tuvo en pie
hasta el último momento.
Judas se acerca con guardias.
Le traiciona con un beso.
-Él es, grita y se escabulle.
Desnuda su espada Pedro.


II
Hacia el palacio de Anás,
bajo un rebrillo de aceros,
va maniatado y cautivo
entre lobos el Cordero.
Una mujer se divisa
a la luz de los luceros.
Es la Madre de las madres,
la esposa del Carpintero,
aquel nardo de José,
sierra que sierra maderos.
Cruces, cruces, cruces, cruces.
Ya no hay en Israel cedros.
El Arca de la Alianza
no guardará más secretos.
Mañana se rasgarán
los muros sacros del Templo.
 
 

 
III
De mármol es la columna.
De espinas es la corona.
De esparto y hierro son los
látigos con que le azotan.
La Virgen le está mirando.
La Virgen, llora que llora.
Los sayones cumplen órdenes
hasta que llegue la Aurora. 
No amanece, no amanec
y el gallo canta a deshora.
Judas se cuelga de un árbol.
Pedro se esconde en las sombras.
Caifás le despacha a Herodes.
Herodes suplica a Roma.
Pilatos, débil y turbio,
al populacho lo arroja.
-No quiero manchar mis manos.
Limpiad con Él vuestra honra.
Yo creo que es inocente…
Gólgota, Gólgota, Gólgota.
Capítulo XV
                            EN EL GÓLGOTA DEL SUPREMO AMOR
I
Pues José de Arimatea
y Nicodemo callaran,
contaré yo aquí la historia
que de ellos se relatara. 
Cada golpe del martillo
en sus corazones daba.
Cada suspiro del Cristo
en sus bocas suspiraba. 
La Virgen, como era Virgen,
a su Hijo suplicaba
y dejaba hacer a Dios
lo que sólo deja un alma
muerta de amor…Era nona
la hora. Jesús hablaba
desde la cruz con las últimas
y balbucientes palabras.
-Ya todo se ha consumado.
Madre mía, Juan te guarda.
El Domingo te veré
antes de que nazca el alba.
II
El sudario está dispuesto.
La Verónica ha traído
aceites y ramos nuevos
del Monte de los Olivos.

 
Hay una piedra muy blanca
para hacerle a Dios un sitio
cerca del Calvario. Cae
la noche del sacrificio.
Con María Magdalena,
Marta y Lázaro el Amigo,
la Pascua del pueblo hebreo
va a dar, en verdad, principio.
José recoge los clavos,
Nicodemo oficia el rito.
Pilatos no sabe cómo
lavarse el pecho contrito.
III
¿Dónde están Santiago, Pedro,
Felipe y demás hermanos?
¡Perdón para todos ellos!
¡Misterios del ser humano! 
¡Cuánta tiniebla, Dios mío!
¿Dónde fue el Samaritano?
¿Y los cojos, mancos, ciegos,
sordomudos y lisiados
a los que salvó su Gracia?
¡Qué terrible desamparo!
Esta noche no se duerme.
Sólo hay luz en el Calvario.
Con la lanza enrojecida
baja el centurión romano.
La Virgen y el Cirineo
se funden en un abrazo. 
-Espera un poquito, Madre,
dice el discípulo amado,
un poquito nada más.
Mañana…, mañana es Sábado.

III.  



            
             En AFDA 37, la publicación correspondiente al pasado mes de octubre, entrábamos en contacto con este pseudogénero literario que he venido a bautizar con el nombre de  casicuento. Narración que recoge un episodio de la vida real, no necesariamente épico o heroico sino muy frecuentemente cotidiano o incluso vulgar, pero en el que se introduce, por obra del azar, del destino o de una voluntad sobrenatural, algún elemento que trasciende el ámbito de la realidad e influye poderosamente en el pensamiento, los sentimientos y la decisión de sus protagonistas, señalando en ocasiones con claridad un antes y un después en el devenir de sus vidas.   

             La extensión de alguno de estos casicuentos hace inviable su reproducción en la página principal de nuestro blog. Aquí, una sencilla reseña y la invitación a su lectura en páginas auxiliares.
             En la primera entrega, bajo el título ‘Blanco sobre rojo’, recogíamos la dura experiencia de Patxi, joven vasco que se vio envuelto desde su primera adolescencia en movimientos reivindicativos y en la militancia política abertzale. Su participación en la comisión de un acto terrorista y las posteriores consecuencias marcaron su vida, y un episodio posterior sobrevenido supuso para él alguna forma de redención
                     En este número, ‘Amanecía en Bagdad’ narra la intervención de un joven soldado americano en la invasión del territorio iraquí que acabó con el derrocamiento y muerte de Saddam Hussein. Es claro que ver los toros desde la barrera tiene poco que ver con la tensión emocional y la percepción de riesgo inminente que se experimentan sobre el albero. Todo amanecer supone renovación y viene envuelto en un halo de esperanza. Presento esta supuesta pero muy presumible historia en la confianza de que la observación del momento vivido por el joven Patrik, la incursión en sus pensamientos y evocaciones y el desenlace final de su experiencia obren un beneficioso efecto catártico sobre quienes se acerquen a ellos a través de este casicuento.
                                                                   ÁNGEL HERNÁNDEZ
Maestro. Psicopedagogo. Emérito UCJC
Ciudadano del mundo
Ver el casicuento "Amanecía en Bagdad"
en “Paginas” de este blog

¡TRAIGAMOS A LOS CLÁSICOS!
Berceo

Busquemos a Berceo, el de los Milagros de Nuestra Señora, allá por tierras de la Rioja. Es un clérigo que vivió en el siglo XIII, cuando se levantaban al cielo hermosas catedrales góticas por toda Europa.
Gonzalo de Berceo, “trovero” de la Gloriosa, redacta en román paladino
los “Milagros de Nuestra Señora”.
 Mientras en La Provenza los trovadores, olvidados de los temas heroicos de la épica, cantan a la mujer, él va a clavar en el cielo de la mejor literatura de todos los tiempos el nombre de Gloriosa aplicado a la Virgen María. Este clérigo, piadoso y muy listo, lee y maneja bien el latín. Pero habla a diario el “román paladino” de sus vecinos riojanos. Ha leído milagros, obra de la Virgen, que en latín corren por toda Europa. Los cuenta a su manera fervorosa. Está enamorado de la Gloriosa y todo le parece poco.  Cada milagro que cuenta de la Gloriosa es una fiesta para él.
Sus veinticinco milagros son una delicia. A uno por día, tendríamos para llenar casi un mes con las peripecias de la Gloriosa haciendo filigranas de ingenio y de bondad para salvar a sus devotos.
¿No es un puro cielo ver a la Gloriosa, toda grandeza y majestad, encararse con un obispo, muy enfadada, porque le ha negado el poder decir misa a un clérigo al que no le alcanzan las luces y no sabe cantar otra misa que la de la Virgen. La Gloriosa le suelta un bravísimo sermón (Soltole fuertes dichos en un bravo sermón).
               Y el clérigo ignorante, pero devoto de la gran Señora, vuelve a su misa diaria con el introito Salve Sancta Parens, la única que él se sabe. La Gloriosa se la bendice.
          La Generación del 98 y los poetas del 27 volvieron sus ojos a Berceo, gran maestro de un castellano vivo, cargado de fuerza dramática, persona candorosa, mil cosas más... De mí sé deciros, que después de volver a sentarme junto a Berceo a escuchar de sus labios sus milagros más que a leerlos, me ganó para su causa de juglar de Santa María. Ya no sé llamarla de manera mejor que como él la llama, la Gloriosa.
Carlos Urdiales Recio
Maestro. Profesor de Lengua. Emérito UCJC

-Presupuestos-

SOLIDARIDAD CÓSMICA

Hacer política implica hacer estilo. El político con estilo tiene un techo de altas metas. Sin estilo, no sería político. Pertenece a una estirpe de santos y de héroes. La suya es una vocación pura, propia de ángeles. Con la que no cumplirá si entre sus presupuestos no está nítido y vigoroso el de la solidaridad cósmica.
Los pitagóricos tenían razón.  El esqueleto de las cosas está compuesto de líneas geométricas. Consistimos gracias a la geometría, al orden y a la matemática.
No podemos desentendernos del Cosmos so pena de hacer desafinar con nuestro comportamiento nada menos que la música del Universo (Ne impedias musicam fue el lema de Paul Claudel).
No hay satisfacción mayor cada mañana, con la llegada del nuevo día, que la de saber que la luz que penetra por nuestros cristales ilumina la tarea exacta que nos ha sido asignada en la armonía del Universo.
En esta armonía cósmica, somos lo que heredamos, lo que pensamos y hacemos y también lo que soñamos. De todo respondemos: responsabilidad social y política. Con todo hemos de sintonizar. No somos las mónadas aisladas de Leibniz.
Todo ha de cumplir una ley de amor cósmico. Todo está unido a todo, al servicio de todo y en armonía con la totalidad del cosmos. La flor que florece en un valle inaccesible de los Andes, que nadie verá, está cumpliendo en soledad y silencio su misión de hermosear el mundo.
          Donde quiera que las circunstancias nos mantengan en pie o arrinconados, hemos de ejecutar la partitura exacta que se nos tiene puesta delante de los ojos. La armonía del cosmos pende de los demás, pero, desde luego, de nosotros y de esa ejecución que hasta puede parecernos que chirría y debería tener notas más musicales en su pentagrama.  Es nuestra partitura. Nos la dicta el Creador del Cosmos que nos quiere precisamente en “nuestra circunstancia” histórica, eclesial, patriótica, familiar…, esta de aquí y de ahora.
            ¿Cabe solidaridad más hermosa y misión más hermosa?
RAMIRO DUQUE DE AZA
Maestro. Profesor de Teoría del conocimiento
Bachillerato Internacional


         SIGAMOS HABLANDO DE LA TEOLOGÍA DE LA CREACIÓN


Me decía uno de vosotros que no despacháramos el tema de la creación con un breve artículo. Opino lo mismo. Porque este tema afecta a todos los seres humanos (creyentes, no creyentes, indiferentes, ateos, panteístas, materialistas…). Porque la ciencia ha dado grandes pasos en el conocimiento del universo.

Porque la teología debe tener en cuenta los avances de las ciencias, y dentro de estas ciencias los logros en los conocimientos antropológicos.


Según los dos relatos bíblicos del libro del Génesis, de las manos creadoras de Dios salió un mundo hecho en su total desarrollo. Los defensores de una  creación “fixista” alargan la duración de la obra creadora de Dios convirtiendo  los 6  días en 6.000 años, un día = mil años… No se olvide que, según los “fixistas”, el universo resultó ser, después de esos 6.000 años, el mismo universo, y físicamente  el mismo ser humano que observamos en la actualidad.


      La teología no tiene más remedio que tener en cuenta a  las diversas ciencias que sostienen la tesis de que el universo  ha evolucionado a partir de la “gran explosión” cósmica y que esa evolución está ocurriendo en nuestros días tanto a escala sideral como en nuestro planeta tierra en sus diversos reinos: mineral, vegetal y animal. Dentro del género animal, cada uno de la especie humana  puede testimoniar el comienzo y la evolución de su propia  vida. No nacemos hechos, sino que nos vamos haciendo a lo largo de la existencia.


Seguros de nuestra particular evolución, estamos igualmente seguros de la evolución experimentada por toda la humanidad a lo largo y ancho de su historia, desde el primer ser humano hasta el que acaba de nacer en este instante. Esta evolución filogenética de los seres humanos tiene sus exigencias para la teología de la creación:


·         A la tesis del evolucionismo de la especie humana no se contrapone el creacionismo (=teología de la creación), sino el “fixismo” (=mitología de la creación)…


·         Los protoparentes “Adán” y “Eva” comenzaron a vivir humanamente como “niños”; no eran seres humanos “construidos”, sino “construibles”…


·         Si no podemos razonablemente situar  a los “primeros humanos”  en el último nivel de la evolución natural, muchísimo menos podemos considerarlos distintos a nosotros, como sujetos dotados por Dios con dones sobrenaturales (estado de gracia original)  y preternaturales (sabiduría, integridad e inmortalidad)…
·         En consecuencia, la teología debe revisar su manera de entender el pecado original de los protoparentes de la humanidad y  sus consecuencias ontológicas para ellos y para sus descendientes (pérdida del estado de gracia original y pérdida de los dones preternaturales); y debe sobre todo presentar de otra manera, teniendo en cuenta los datos obvios de la evolución humana, los comienzos de la humanidad…


·         Asimismo la teología deberá presentar la encarnación y la vida histórica del Hijo a la luz de Dios creador, y no, como suele hacerse, a la sombra del pecado original…




La teología siempre tendrá que repetir que la creación del mundo es obra única y exclusiva de Dios y que Dios nos ha creado –y nos sigue creando- no por necesidad, sino libremente, no para su gloria, sino única y exclusivamente para nuestro beneficio y felicidad. Dios nos ha creado –y nos sigue creando- gratis por puro amor.


EDUARDO MALVIDO
Maestro, catequista y teólogo

  
TURQUERÍAS

           Desdibujados por la bruma de la mañana, las cúpulas y minaretes de Estambul nos recordaron el cesto de costura de la abuela, con sus agujas de punto clavadas en los ovillos de lana     
           Al amparo de esa bruma, algún pícaro hostelero añade una estrella o un tenedor más a la entrada de su establecimiento.
          En la fiesta de Halloween, los niños de Turquía asedian a los turistas: ¡turco o trato!
          El Gran Bazar es un inmenso Corte Inglés, más abigarrado pero igual de laberíntico.
Haciendo las compras en él, nos sentimos como un mal delantero: por más que regateábamos, siempre acabábamos perdiendo.
           En el paseo en barco por el Bósforo, tarareamos la ‘Canción del pirata’: Asia a un lado, al otro Europa… Y a falta de cañones, desde la borda disparamos los flashes de nuestras cámaras.
          Resulta chocante que incluso en los hoteles de lujo se duerma cada noche en una cama turca.
          No es broma: los musulmanes no alojan mascotas en el interior de sus casas porque ni los perros ni los gatos pueden descalzarse a la entrada.
          Los occidentales presumidos nos damos ‘pisto’. Los orientales presumen de ‘pistacho’.
          En Capadocia, al amanecer, las ‘chimeneas de las hadas’ se empinan y soplan a los globos.

A los ‘castillos de algodón’ de Pamukale, blancos y calientes, sólo les faltan las velas de cumpleaños.
          Imaginamos a San Pablo -un retaco capaz de escapar descolgado en un capazo-  predicando en el inmenso teatro de Éfeso, y nos dijimos: Pablo, ¡ole tus… narices!
           Impresiona la danza de rotación y traslación de los derviches. Uno acaba mareado de tanto giro, y ellos como si nada. Cuestión de entrenamiento y concentración; no le des más vueltas.
          Las turcas tienen por lo general ojos grandes y bonitos. Aunque para ojos grandes y de bonito (nos referimos al pez), los que abren los turistas en la danza del vientre.
           Animaos y viajad a Turquía. Merece la pena. Eso sí: cuidado con las tarjetas de crédito, que las carga el diablo.     
A.H.

   
Movimiento del Centro
I. La Gimnasia natural austriaca
En el periodo comprendido entre 1900 y 1939 en los países centroeuropeos -Alemania y Austria, principalmente–, surgirían  tres tipos distintos de manifestaciones gimnásticas: la rítmico-pedagógica, la técnico-pedagógica y la artístico-pedagógica.
            El Movimiento del Centro, fue el más diverso y, a largo plazo, el que más riqueza gimnástica presentaría.
La manifestación rítmico-pedagógica se encauzaría a través del movimiento rítmico expresivo que se  canalizaría con el nombre de Gimnasia moderna”, antecesora de la gimnasia rítmica deportiva actual. 
También surgiría en el Movimiento del Centro, la manifestación técnico-pedagógica a través de la “Gimnasia natural austriaca” (GNA). Línea gimnástica de tipo educativo y demostrativo.
La manifestación artístico-pedagógica se enmarcaría en la llamada gimnasia internacional, que desembocaría en la actual gimnasia artística, tanto masculina como femenina, y sus modalidades afines, con presencia en todos los JJ.OO. desde su implantación en 1896.
La Gimnasia natural austriaca como manifestación técnico-pedagógica, enteramente educativa y sin reglas de competición, se enmarca en los Sistemas gimnásticos naturales. Por su línea de trabajo, que no se ajusta a unas técnicas de aprendizaje determinadas, la GNA adopta técnicas ya aprendidas de otras líneas  gimnásticas.
            Los creadores de esta modalidad gimnástica fueron Karl Gaulhofer (1885-1941)  y  Margarete Streicher (1891-1983). Gaulhofer,  austriaco, fue profesor de gimnasia y doctor en ciencias naturales; desempeñó cargos de  inspector de educación física en Austria y fue director del Instituto para la formación de profesores.
Karl Gaulhofer (1885-1941)
            En su visita a los JJ.OO. de Estocolmo (1912) se sorprendió de lo avanzada que estaba la gimnasia escolar en los países nórdicos. Estudió en estos países educación física, junto con Margarete Streicher, donde tuvieron ambos la oportunidad de relacionarse con los grandes personajes que influyeron en la gimnasia nórdica, como J.G. Thulin, Elin Falk y Niels Bukh, entre otros. El intercambio fue muy fructífero.
            Desde 1932, el Dr. Gaulhofer desarrolló su actividad en Holanda, donde ocupó el cargo de rector de la Academia de Educación Física de Ámsterdam.
Margarete Streicher, también austriaca, poseía una vasta y diversa cultura. Su formación abarcaba varias disciplinas. Perteneciente a una familia de músicos, de niña tocó el piano con gran talento. Fue profesora de gimnasia en el Instituto de Educación Física de Viena y profesora de  Historia Natural. Además, fue doctora en  Letras. En 1931, ocupó la cátedra principal de gimnasia del Instituto de Viena, que había dejado vacante Gaulhofer.
La obra de Gaulhofer y Streicher, su Gimnasia natural, fue motivada como reacción a otros sistemas gimnásticos unilaterales. Rechazaban la polarización y la exclusividad, como: la gimnasia estereotipada, la rigidez del orden paramilitar, la educación de la postura, la gimnasia de competición y la excesiva preocupación por lo artístico y lo bello. En general, todo aquello que coartase la sed de los  movimientos naturales del niño.
Margarete Streicher (1891-1983)
Buscaban con su Gimnasia natural conseguir varios objetivos como podían ser: colocar al ejercicio físico en un plano científico en el orden bio-psicológico; la consideración de que no hay partes de la educación –moral, intelectual o física– sino una sola educación total en la que no puede separarse lo físico de lo moral o espiritual. También buscaban que la educación física fuese una educación total, cuyo punto de partida era el cuerpo,  así como ofrecer al niño formas naturales de movimiento en íntima relación con el juego y la naturaleza.
Para obtener estos objetivos se inspiraron en diversas formas de gimnasia que ya estaban implantadas, aunque dándoles un matiz de movimientos libres y sin encorsetamiento. Estas formas gimnásticas fueron: la gimnasia pedagógica de Guts Muths, con los ejercicios naturales y el placer por la naturaleza; la gimnasia alemana  (turntkunst) de Jahn, por su trabajo en clubes y la riqueza en habilidades gimnásticas; la gimnasia sueca, por los ejercicios formativos y modeladores del cuerpo; la gimnasia moderna –rítmica– por sus movimientos orgánicos, el ritmo y la danza; también se inspiraron en el juego y el deporte, según la escuela inglesa; en el “movimiento de la juventud” –boys scout–, por la ocupación del ocio con ejercicios al aire libre como excursionismo, montañismo, esquí, etc. Y también, con el método natural de Hébert.
El  objetivo final de la Gimnasia natural austriaca era el de alcanzar el mejor desarrollo posible del ser humano de manera integral. Sus autores consideraban que de un método de trabajo estrictamente gimnástico, se trataba de una educación física completa que consideraba al cuerpo como punto de ataque, y al hombre íntegro como meta; por tanto, la educación física no debía ser meta, sino medio de educación; también, aspecto de cultura”.
Sostenían que no podía haber cultura sin educación y no podía haber educación sin educación física. Ésta debía ser  un vehículo para la educación integral de la personalidad del hombre.
La obra de Gaulhofer y Streicher está considerada como de singular envergadura. Más que un planteamiento gimnástico, fue una temática educacional. Su objetivo era el hombre como unidad psico-física indivisible.
El sistema, construido sobre cuatro pilares fundamentales –la compensación, la formación, la superación y los movimientos artísticos–, indicaba un planteamiento que escapaba a los límites de lo que entonces se entendía por gimnasia y se adaptaba más al actual concepto de educación física.
                                                                                  FRANCISCO SÁEZ
                                                                                  Universidad de Vigo
 
UN EDÉN DE MONJAS           
              
"Así en la tierra como en el cielo"
pensaron las monjas
de un claustro gallego
y a un Edén terrestre
sin pausa se dieron
triqui triqui tran
cuerpo y alma en celo
por amor de un hombre
obseso confeso
que las entretuvo
con su pelo en pecho
hasta que el obispo
de Túy por derecho
las echó del catre
o sea del lecho
por indigno e infiel
lenocinio expreso.
A mí, la verdad
 me parece un cuento
del Decamerón
del Renacimiento.
                             FIESTA DEL PAJARERO FRUTOS
                                                   
San Frutos es fruto
de la honestidad
de un pueblo creyente
en el Más Allá.
¡Oh Frutos bendito,
¿permanecerás
pasado el otoño
de esta breve edad!?
Para mí que sí.
Señor, ten piedad.
Pajarero fuiste.
A volar, volar.
Nos encontraremos
tras ansias de paz,
allí donde reina
¡oh!, la Eternidad!

           
La ciudad castellano-leonesa de Segovia cuenta para su veneración y protección de dos patronos, la Virgen de la Fuencisla y San Frutos Pajarero. A finales de octubre se celebra la festividad de San Frutos Pajarero. Y es que antiguamente era tradición salir en este día a cazar pájaros.







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